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El turista Español (versión de Andrea de Viaje a Argentina)

Relato enviado por : Andrea Fernandez el 31/12/2005. Lecturas: 7512

etiquetas relato El turista Español (versión de Andrea de Viaje a Argentina) .
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Resumen
La llegada de un empresario extranjero a mi país convirtió lo que planeaba ser un encuentro por negocios en un viaje de placer... por mi cuerpo.


Relato
E L T U R I S T A E S P A Ñ O L

(Viaje a la Argentina)

Con toda puntualidad llegué al hall de llegadas internacionales del aeroparque de Ezeiza, a las 13.25 de aquel martes. Esperaba el primer vuelo procedente de Madrid, España, en cual venía mi amigo a visitar mi país. Nos conocimos por Internet, y luego de mandarnos fotos para conocernos se dio la posibilidad de que él viniera para acá, a recorrer las atracciones turísticas que mi querida Argentina tiene para ofrecer y porque además queríamos conocernos personalmente.

Según sus deseos, había ido a recibirlo con un atuendo muy formal, casi como de secretaria o azafata, que vistiendo mi cuerpo hacía que mas de un hombre se diera vuelta a mirarme.

Levaba una minifalda negra ajustada, sandalias negras de taco aguja y un saco de vestir negro, haciendo juego con la mini. Debajo de él levaba una blusa blanca, y bajo la ropa tenía una cola less blanca y transparente, con dibujos de telas de araña bordados, cuya parte posterior bajaba desde mi cintura y se perdía entre mis redondas y firmes caderas. El corpiño, también blanco transparente y con los mismos bordados, era de aquellos que levantan el busto, cosa que los hacía resaltar sobremanera, ya que naturalmente tengo un busto exageradamente grande y llamativo. Apenas y podía sostenerme los pechos, ese corpiño dejaba entrever un poco de mis pezones que, detrás de la blusa se percibían medio erectos en mis muy juntas y rechonchas tetas.

Para terminar con mi vestimenta llevaba ligas blancas de lycra, sujetas con su correspondiente portaligas.

Salvo el detalle de mis senos sobresaliendo debajo de la blusa, nada hacía pensar que estaba así vestida por otro motivo.

Sostenía delante de mi el cartelito que rezaba el nombre de mi amigo (más bien el de la empresa para la que trabaja), y ellos (digo ellos porque lo vi aparecer con dos muchachos más, muy lindos también) al verlo se me acercaron enseguida. Zyon me reconoció inmediatamente. Hizo las presentaciones de rigor y tras dedicarme palabras agradables sobre mi belleza, que agradecí con una cordial sonrisa, nos dirigimos al exterior, donde una limusina nos esperaba para llevarnos al Sheraton Libertador.

Subimos en silencio. Zyon se sentó delante de mi, y sus amigos Mikel y Demian uno a cada lado. Ya todos ahí sabíamos el porqué de mi presencia, y tras hacerle un gesto a Zyon, éste activo el interruptor que sube el vidrio polarizado del medio del auto, dividiendo así el coche entre el conductor y nosotros cuatro, sin ruidos ni miradas indiscretas.

Inmediatamente después no me hice rogar y enseguida separé las piernas, mostrándole a Zyon mis medias en portaligas y mi bombacha blanca transparente, con mi vulvita apretada detrás, mientras Mikel y yo nos dábamos un beso de lengua con la boca abierta y Demian, luego de desabrocharme dos botones más de la blusa, hundía su mano en la larga y profunda unión que formaban mis pechos para sacarlos fuera del corpiño y manosearlos a gusto y gana.

La otra mano de ambos se deleitaba subiendo y bajando por mis piernas, que con la minifalda subida por completo estaban totalmente al descubierto. Sus manos fuertes y calurosas acariciaban mis muslos, para seguir hasta por debajo de las rodillas y volver a subir, mientras las mías ya habían abierto hábilmente el cierre de su pantalón y con poca dificultad habían logrado encontrar esos maravillosos pitos que a duras penas podían contener tal erección o esconderse debajo del slip.

Ya con ambas tetas al aire y mimada de una manera tan irresistible no pude por menos que correrme la bombacha y tocarme la concha yo misma, separando al fin los labios para invitar a Zyon a invadirla con sus dedos.

El viaje transcurría tranquilamente, sin pausa pero sin prisa, mientras ellos disfrutaban de mí y yo ardía cada vez más. Así las cosas, toda la ropa que llevaba de la cintura para arriba me fue despojada en segundos y al momento tenía la pija de Mikel en mi boca, mientras manoseaba la de Demian y Zyon había dejado de tocarme para sacarme del todo la pollera y ya sin más obstáculos agacharse y comerme la concha de un primer bocado que me enloqueció de gusto. La pija de Mikel era divina: larga, gorda y cabezona, latía dentro de mi boca por la gran erección que tenía al tiempo que se la mamaba con todo mi arte. La hacía entrar y salir lenta pero profundamente desde la cabeza hasta la base del robusto tronco. Cambié de lado para chupársela a Demian, que insistía para que empezara pronto apoyándome la suya en la mejilla.

Al darme vuelta encontré sobre mis labios una verga no muy larga pero similar a la de Mikel, que fue de mi agrado desde el principio al mostrar su robusto tronco y las enormes y coloradas bolas que pendían duras de él.

Zyon aún seguía comiendo mi vagina, haciéndome gemir de gusto mientras chupaba la pija de sus amigos, hasta que se levantó de entre mis piernas como pudo y tocándose la pija terriblemente endurecida apartó a Mikel de su lugar y se me acercó. Levantándolas con las dos manos le ofrecí mis enormes tetas y él, agarrándolas fuertemente de los pezones, se las acercó y puso su gran verga entre ellas (monumento que hasta entonces no había visto ni probado).

Con las manos las apreté para aprisionar tan enorme falo y acto seguido empecé a moverme de arriba abajo, frotándosela entera, hasta que la calentura le hizo agarrarme los pechos de nuevo y frotarse él mismo. Yo aproveché eso para seguir chupando y manoseando a mis dos "nuevos amigos", hasta que nuevamente Zyon nos interrumpió, metiéndomela entera en la boca hasta el fondo de la garganta.

No había tomado conciencia verdaderamente de cuán grande la tenía hasta que la sentí deslizarse dentro de mi boca. Era larga como la de Mikel, pero notablemente más gruesa, y su colorada y ancha cabeza coronaba un tronco duro como uno estaca, del que se sostenían dos enormes bolas, también duras y apretadas.

Me golpeaban el mentón al chupar, y de cuando en cuando me daban arcadas de tanta saliva amontonada en la boca, que provocaba su verga al entrar y salir repetidas veces de ella.

Al no poder hacer otra cosa, Demian y Mikel se acomodaron como pudieron; creo que Demian se recostó boca arriba sobre mis piernas y Mikel se agachó un poco a mi lado, y en segundos sentí como sus labios succionaban y mordían mis rozados pezones erectos mientras yo abría mis piernas para dar paso a sus manos, que se dividieron mi concha y mi culo para colarles los dedos (más de uno) y manosearlos y violarlos a voluntad. Hasta pude sentir como en un momento la mano de Demian, después de haberme metido todos sus dedos, se iba adentrando en mi feminidad hasta ocuparla lentamente por completo, arrancándome gemidos y gritos de todo tipo, ahogados por la tremenda pija de Zyon, que yo no paraba de chupar.

Me estaban mamando las dos tetas vorazmente y Zyon gozaba como loco, y yo cada vez más por la mano de Demian hasta que, en lo mejor y ya casi sintiendo los dedos de Mikel en mi culo (simultáneamente con la mano de Demian), el conductor nos sobresaltó anunciando por el intercomunicador que estábamos a escasas cuatro cuadras del hotel.

Evidenciando las peores caras de descontento nos vestimos lo más rápida y prolijamente posible (sobre todo yo), hasta que la limusina se detuvo frente a la fastuosa entrada del Sheraton Libertador.

Yo esperaba en la vereda mientras el chofer y el conserje ayudaban a Zyon y a los chicos a bajar el equipaje y llevarlo hasta el lobby del hotel, donde se registrarían y posteriormente serían conducidos a su habitación. Una vez realizados los trámites correspondientes, nos indicaron el piso y número de la habitación y cortésmente le dije al botones que me ayudase con el equipaje, mientras ellos continuaban ocupados con otros papeles.

El botones se fue, dejándome sola en la habitación con todas las valijas. Aproveché ese poco tiempo para desvestirme antes de que ellos subieran a continuar lo que nos había sido interrumpido en el auto.

Me saqué la pollera, la blusa y el saco, quedándome solamente en bombacha, corpiño y portaligas, recostándome en la cama a esperarlos.

En diez minutos subieron, abriendo cuidadosamente la puerta y cerrándola de igual manera tras de sí, con llave. Eso fue lo último que hicimos para quedar por completo en paz, sin trabas ni interrupciones para seguir con lo nuestro después de que yo desconecté el teléfono de la habitación.

Se empezaron a desvestir mientras yo, sentada con la espalda contra la cabecera de la cama, no paraba de tocarme los pechos y la concha, ya abierta de piernas. Enseguida me saqué la bombacha reenganchando cuidadosamente las medias del portaligas y cuando ya me la había quitado volví a ajustarme las medias como antes. Hecho eso, me levanté y fui a su encuentro al momento en que terminaban de quitarse hasta la última prenda, mostrando todos una erección inclusive mayor que la que les provoqué en el auto. Ellos tres, parados juntos y exhibiendo sus pitos enormes y colorados tan duros y parados para mi hicieron que no pudiera quitarles la vista de encima ni por un segundo. Me sorprendió que en lugar de venir a mi, como supuse que haría, Zyon se dedicó a abrir una de sus valijas mientras yo ya era abordada por Demian y Mikel, que poniéndose delante y detrás de mi empezaron a tocarme las tetas. Las acariciaban por encima y por debajo del corpiño, juntándolas y tomándolas desde abajo.

Ya sin corpiño, Demian había bajado sus manos para tocarme la vagina y deslizar sus dedos en ella, mientras Mikel desde atrás me acariciaba las tetas de todas las formas posibles. Las levantaba por los pezones y las dejaba caer por su propio peso, una y otra vez, apretándolas y estrujándolas a gusto.

Ansioso, le mostraba a Zyon lo enormes que eran y como se movían y temblaban al caer. Este mientras tanto, ya había terminado con lo que hacía.

Lo que en realidad había hecho era preparar una cámara filmadora para dejar grabado todo nuestro encuentro, cosa que me hizo calentar todavía más. Lo primero que filmaron fue a Demian detrás de mi sosteniéndome los pechos, acariciándolos y juntándolos según los pedidos Zyon, que luego de dejar que Demian les tanteara el peso y jugara con mis pezones, le pidió varias veces que los apretara uno contra otro y que los levantara por los pezones cuanto pudiera y los dejara caer. Mientras yo seguía con los brazos a los costados del cuerpo, mirando con una amplia sonrisa como Demian me toqueteaba los pechos, él obedeció varias veces el pedido de Zyon a gusto de todos, y siguiendo a tan estimulante masaje, ahora si los tres estaban junto a mí, rodeándome y acariciándome, besándome y manoseándome de nuevo. Esas fueron las primeras imágenes que la filmadora capturó de nosotros.

Enseguida volví a subirme a la cama mientras ellos me seguían, poniéndome en cuatro patas y ellos a mis lados.

- Yo: Quiero sentir primero a Zyon, después me entregaré a ustedes.

- Demian: Vamos Zyon, cógela.

- Mikel: Si, vamos, coge a la puta.

Sin mediar palabra, Mikel y Demian se hicieron a un lado y yo me quedé sola con Zyon en la cama, que ubicándose por encima de mis caderas se aprestaba a penetrarme. Yo le mostré mi ano al separarme las nalgas con las manos, indicándole así que ya estaba entregada y lista para la monta.

Zyon no se hizo rogar y enseguida sentí como me apoyaba la gran cabeza de su pija en mi ano medio abierto y empujaba con fuerza, venciendo así la resistencia de mi esfínter al abrirlo contra voluntad y enterrándome su tremenda verga bien adentro, hasta hacerla tocar fondo con la cabeza. Largué un chillido de dolor, pero lo único que logré con eso fue excitar aún más a mi amigo, que ya empezaba a bombearme el culo a buen ritmo y profundo.

Seguía y disfrutábamos a pleno, mientras yo gritaba de gusto y mis enormes tetas se sacudían por los empujones que Zyon me daba por detrás.

De cuando en cuando me daba sonoras palmadas en las caderas sin dejar de montarme, para luego agarrarme de las tetas y estrujarlas para que no se muevan mientras me la daba más fuerte por detrás.

Demian, que mientras tanto esperaba su turno, había agarrado la cámara y ahora acercaba el lente a mis nalgas para tomar un excelente primer plano de mi culo penetrado brutalmente por la monstruosa verga de Zyon que entraba hasta el fondo de él y salía una y otra vez sin compasión.

Viendo esto, Zyon paró unos segundos y me la sacó por completo para mostrarle a la cámara cómo quedaba de abierto y enrojecido mi culo mientras me cogía, comentando lo rico que se sentía y cómo lo disfrutaba esta puta argentina, para luego metérmelo de nuevo y seguir con la faena, hincándomela una y otra vez tan fuerte y profundo como antes.

Cinco minutos más pasaron de eso, gozando del pito de Zyon y él de mi culo hasta que la cámara tuvo oportunidad de captar el primer orgasmo del día.

Zyon y yo empezamos a gritar y él aceleró el ritmo cada vez más hasta que se vino dentro de mi culo. Me atravesó dándome una estocada final, fortísima y muy profunda que me hizo gritar del dolor, y fue entonces cuando me largó un gran chorro de leche hirviendo, que rápidamente comenzó a inundarme.

Yo gemía como loca y Zyon no paraba de acabarme, y mientras sentía mi culo llenarse cada vez más hasta el límite, sentía también los empujoncitos que daba su pija al escupirme las últimas gotas de su esperma.

Zyon advirtió que su leche caía de mi ano en pequeños hilitos y al sacarme lentamente la pija de él mostró nuevamente a la cámara mi culo anormalmente abierto y más enrojecido que antes, a lo que ahora se sumaban aquellas finas líneas de semen cayendo hasta mezclarse con los jugos de mi vagina. Me pedía con desesperación que sacara la leche para él, y yo entre gemidos hacía lo que podía. Estaba como loco, y esta vez me apretó las tetas con mucha fuerza mientras insistía, hasta que al final hice lo que me pidió y con un gran gemido empecé a hacer salir todo ese esperma de adentro de mi culo en un chorro.

La crema blanca de Zyon brotaba a borbotones del enorme agujero negro y colorado que tenía ahora por culo, empapándome toda la vagina y cayendo a la cama, mientras la cámara lo filmaba todo y ellos tres se regocijaban.

Zyon se bajó de la cama pero yo me quedé inmóvil y satisfecha así como estaba, esperando al próximo.

- Zyon: Mikel, tu turno. Le encanta por el culo, así que dásela bien

duro.

- Yo: Si Mikel, rómpeme el culo como Zyon.

- Mikel: Ahora vas a sentir mi pija y probar mi esperma, puta.

Y nuevamente sin demoras de ninguna clase, volví a separarme las nalgas para que me montaran nuevamente.

Al tiempo que Zyon se bajaba de la cama y agarraba la cámara de las manos de Demian, Mikel tomaba su lugar, ya preparado para culearme con toda el ansia de su primera vez conmigo. Yo, con el culo todavía abierto por el paso de la tremenda verga de Zyon no esperé más de un segundo hasta que Mikel me le metiera hasta el fondo de un tirón, cosa que no le resultó muy difícil gracias a lo dilatado que estaba mi ano.

Mikel gozó en mi culo desde que la metió en él por primera vez, disfrutando (igual que yo) de cada entrada en mi cuerpo, que demás está decir que eran excepcionales.

Le gustaba penetrarme despacio pero muy profundamente agarrándome fuertemente de las tetas como podía (ya que no llegaba a abarcarlas por completo), y al igual que Zyon, me daba unas buenas palmadas en las nalgas mientras su pija me taladraba por detrás. La sacaba casi hasta la cabeza y al entrarme de nuevo recorría cada centímetro de mi hondo culo, siempre hasta el final, donde su cabeza se alojaba y presionaba en lo más profundo de mi interior y sus huevos peleaban apretados por un lugar entre mis nalgas.

Deshecha en placer, no para de gemir ni por un segundo. La sesión de mimos que tuvimos en el auto hizo que su entrada en mi cuerpo no fuera demasiado larga, pero si muy intensa, ya que al tener el culo previamente cogido por un pito tan grande como el de mi amigo quedé sensible y el de Mikel me volvió loca.

Parecido en tamaño y grosor al de Zyon, se deslizaba en mi culo de principio a fin haciéndome disfrutar a pleno con cada empujón y con el respectivo golpe de sus duras bolas en mi vulvita toda húmeda.

Pasaron cinco breves pero deliciosos minutos durante los cuales mis desmesurados pechos fueron presa de sus manazas y mi culo víctima de un falo tan grande como espectacular, hasta que sus gritos anunciaron un pronto y placentero orgasmo que significó otra abundante inyección de semen en mi trabajado agujero.

Apurando el ritmo, me dio una última embestida en la cual soltó unas gotitas de leche primero, pero después un generoso chorro me inundó las entrañas de nuevo, mezclado entre gritos y gemidos nuestros.

Zyon captaba todo en la cinta.

Yo me relamía de gusto mientras sonreía con los ojos cerrados al sentir todo ese esperma dentro de mí, al tiempo que Mikel tenía los ojos dados vuelta de placer y se iba en semen dentro de mi. Extasiado, clavaba sus dedos en mis pechos y seguía bombeando un poco más, inconscientemente mientras su pija me daba las últimas gotas de leche. Se quitó de encima de mí como pudo y Zyon se acercó enseguida para repetir la experiencia anterior, sólo que esta vez fue más rápido... y abundante.

Sentado a mi izquierda al borde de la cama, Mikel me metió varios dedos juntos en mi ya deforme y coloradísimo ano y tras hacerlos entrar y salir fuertemente (lo que me trajo dolorosas puntadas) hurgó un poco en él hasta donde pudo y los sacó, finalizando con otra palmada en las nalgas.

Con las piernas temblando por los dos brutales atracos que me habían dado y ya sin poder controlar esfínteres, largué un gritito de dolor y con él un increíble chorro de esperma que salía de mi como una canilla. El lente de la cámara de Zyon filmó todo aquello tanto como su euforia cada vez que esto pasaba, mientras yo seguía tendida en la cama en cuatro patas, esperando la tercer verga en mi culo, pero no por eso por última vez.

El semen que me salió del culo terminó de fluir hacia afuera al fin, y aún conservando la misma posición apoyé la cara en la cama y cerré los ojos con un largo suspiro, y con una sonrisa de placer.

No sentía un solo rincón de mi entrepierna que no estuviera manchado de su crema: todo, mi ano por dentro y por fuera, mi vagina, hasta mis medias tenían gotas de semen en el encaje, que habían caído allí al sacar cada uno su pito después de hacerlo explotar en mi interior.

Se bajaron los dos de la cama y Zyon pasó la cámara a Mikel, que esperaba para reponerse.

- Mikel: Vamos Demian, dásela tú que esta zorra lo desea con el alma.

- Demian: Si, parece que quiere otra más.

- Yo: Vení Demian, vení conmigo papito. Cogéme bien fuerte... hasta

desfondarme.

- Zyon: ¿Lo ves? ¡Si es eso lo que quiere, dásela por el culo tú

también!

- Demian: Eres toda mía, puerca.

Sin siquiera cinco minutos de descanso para recobrar el aliento, Demian se me acercó por detrás con una terrible erección, dispuesto a clavármela sin piedad y no sacarla sin antes dejar su semilla en mi interior. No estaba lista en realidad: tenía el pulso acelerado de los nervios y el corazón me latía con fuerza ya que no había hecho nada parecido antes y no sabía en cuánto riesgo ponía mi cuerpo, pero no importaba: Demian ya estaba encima de mí para culearme y no había nada que pudiera (o quisiera) hacer para evitarlo. Además, algo me decía que a pesar de haber sido penetrada por los tres todavía tenían planes para mí.

Volví a incorporarme para quedar en cuatro patas y así, por tercera vez e igual que con los dos anteriores, volví a separarme las nalgas, lista para la tercera monta. Sentía las manos pegajosas al tocarme las caderas para dejar mi ano al descubierto y hasta creía sentir también más gotitas de esperma que bajaban lentamente hasta mi vagina, pero eso no detuvo a Demian, que ya estaba sobre mí. Bajando sobre mis caderas apuntaba con la colorada cabezota de su verga hambrienta a mi destrozado e indefenso ano, que todavía pedía por más, y haciendo caso omiso de mis puntadas y dolores, la hundió en mi culo bien hasta adentro en medio de los restos de esperma que lo rodeaban. Su enorme pija recorriendo velozmente mi culo hasta tocar fondo fue una sensación que no puedo describir con palabras, pero que disfruté a lo grande, aunque con un poco de dolor. Una vez dentro por completo, me la dejó sentir como para que mi colita se vaya acostumbrando a su miembro rígido y para acomodarse mejor encima de mi, adelantó un poco sus piernas a las mías y aferrándose fuertemente a mis tetas bajó un poco más su cintura, logrando una penetración tan profunda como enloquecedora.

Me tenía realmente empalada, empalada con todas las letras.

Enseguida empezó a bombear bien duro y profundo, marcando cada embestida como queriéndomela clavar aún más adentro de lo que ya la tenía, sintiendo el temblor de mis rechonchas tetas en sus manos con cada envión, y excitándose más y más con cada grito o gemido que yo daba.

Era parejo al cogerme, bombeaba a buen ritmo y bien duro como a mí me gusta, sólo que ahora, sensible y algo dolorida como estaba, la sentía como una lanza que se clavaba en mis tripas. Y aún con un poco de dolor gozaba de tan excelente culeada. Ahora había acelerado un poco los movimientos, pero me la seguía metiendo hasta el fondo, siempre igual, sin parar, aunque a veces me la sacaba del todo para mostrarles a Zyon y a la cámara como me estaban dejando el culo entre los tres, y luego la volvía a meter como si nada, de tan dilatado que tenia el ano. Su pija empezó a hincharse de a poco y me siguió cogiendo así por unos diez minutos más, creo, hasta que el bombeo se aceleró notablemente y los enviones se hicieron cortos pero demasiado profundos y ya me empezaba a doler bastante. Estaba nerviosa y no podía hacer nada mientras Demian seguía entrando y saliendo de mí eufóricamente, ya con dolor, y la presión de sus dedos en mis tetas era cada vez mayor.

Casi lagrimeando alcancé a abrir la boca para gemir, paradójicamente pidiéndole más, cosa que lo único que logró fue excitar al máximo a Demian, que entre gritos empezaba a acabarme dentro del culo, como sus amigos hicieron antes.

Me dio un último y brutal envión, muy profundo y algo doloroso, antes de soltar toda su leche dentro de mí, que me llenó el culo por completo. Gruesas y ardientes gotas de una leche muy espesa que fluía interminable de la cabeza de su pija, enterrada en el mismísimo fondo de mi culo salían sin parar, hasta que terminaron rebalsando mi esfínter (o lo que quedaba de él) en diversos y finos hilitos blancos igual que antes. Bombeó un poquito más mientras acababa para que el goce sea completo, dejándome sentir los empujoncitos involuntarios de su pija para expeler todo el semen que tenia en mi cuerpo de hembra y dejarme satisfecha por el coito, que finalizó, como siempre, con mi ano repleto de esperma. Los cinco minutos que siguieron a mi tercer coito anal se los llevó la filmadora, que dirigida la lente justo al frente de mi ano, lo miraba vomitar el semen acumulado de aquellos tres hombres que por turnos y con todo mi consentimiento habían abusado y disfrutado de la estrechez de mi colita.

Rendida por el cansancio y el temblor en mis piernas a causa de las tres penetraciones, me acerqué como pude hacia la cabecera de la cama, donde busqué recostarme boca abajo y apoyar la cabeza en la almohada para recuperar el aliento al menos por unos minutos. Sin embargo, no pude evitar sorprenderme cuando sentí la cama moverse bajo el peso de todos ellos juntos, que habiendo dejado la cámara en su soporte, ahora se acomodaban a mi lado haciéndome caricias de todo tipo.

Y cuando estuve minimamente en condiciones para seguir, así lo hicimos, pero esta vez todos juntos... conmigo.

Mientras ellos me tocaban y se fregaban en mi cuerpo para ponerse erectos de nuevo, yo me incorporé como pude para ayudarlos a excitarse más rápido, chupándoselas a los tres por turnos.

No hizo falta tal cosa ya que sólo con manosearme sus pitos estuvieron a punto de nuevo y listos para invadir mi cuerpo otra vez.

Ahora la cámara filmaba sola y ya no había turnos; ahora yo era de los tres juntos, y justamente eso era lo que la filmadora vería en los momentos siguientes: vería cómo una mujer era poseída por tres hombres a la vez.

Después de lo que habían hecho de mi culo (que no habían terminado aún con él) yo estaba completamente entregada para que me hicieran lo que quisieran, y eso fue lo que pasó.

Ya me sentía un poco más recuperada, y viendo que Zyon seguía recostado a mi lado con su pito parado como un mástil, me incliné sobre él a chuparlo un poco más mientras masturbaba a Mikel y a Demian.

Cuando lo dejé bien húmedo y tieso, le pedí a Zyon que se pusiera en el centro de la cama, y con su pito parado de tal manera me senté sobre él, pero dándole la espalda. Ya agachada sobre su pito, lo tomé con una mano para guiarlo a mi maltratado agujero para hacerme penetrar de nuevo por el ano, que ya se estaba acostumbrando a los penes grandes y casi no me daba mas dolores. Mikel y Demian no podían creer como me le regalaba a Zyon con una sonrisa, cogiendome el culo de nuevo yo misma con su terrible pito, viendo ellos como meneaba las caderas mientras subía y bajaba con mi ano de ida y de vuelta sobre el tronco de su grueso miembro, saliendo y entrando, haciéndolo desaparecer entre mis caderas. Me recosté un poco sobre el pecho de Zyon dejándole a él la libertad en los movimientos y tomando sus manos las llevé a mis tetas, que las apretó con vigor, cumpliendo mi deseo preferido: que me pellizcara los pezones, y agarrándome las tetas así, las levantara y las dejara caer.

Mientras Zyon y yo seguíamos disfrutando haciéndome coger por él frente a sus amigos, el primero en reaccionar fue Demian, que mirando mi sonrisa de placer, mis labios rosados de maquillaje y mi lengua invitando al pito que mis ojos señalaban en silencio (o sea, el suyo), se arrodilló a mi derecha y al mirarlo y abrir yo la boca no dudo en metérmelo en ella, que lo recibió con el hambre de quien no ha probado nunca un pito tan espléndido. Estaba deliciosa, y el gusto de los restos de semen que todavía conservaba en la cabeza sumado a lo duro que estaba lo convertían en el complemento ideal para los suaves movimientos de Zyon, cuya verga no dejaba de darme placer por detrás.

Con los pitos de ambos dándome tanto placer por un extremo y por otro, sólo quedaba Mikel, que todavía miraba impresionado la escena, hasta que se percató de que lo estaba mirando fijamente a los ojos.

Aún con el suave vaivén de los penes de ambos en mi no le quité la vista de encima hasta que lo vi acercárseme. En ese momento retiré despacio las manos de Zyon de mis pechos y juntándolos con las mías se los ofrecí a Mikel, que los agarró y los chupó con la voracidad de un recién nacido. Mamaba de mis pezones con fuerza, como esperando que saliera la leche, pero su succión se hacia tan fuerte que hasta llegó a morderlos. Sin embargo, el dolor de las mordidas lo recibí con tanto placer que no pude sino apretar su cabeza contra mis rechonchas tetas para que los mordiera más y más fuerte.

Cuando al fin hubo saciado su sed en mis enormes senos, sus manos empezaron a bajar desde ellas, acariciando mis piernas, sintiendo la suavidad de mis medias, recorriéndolas con los labios y pasándoles la lengua desde el encaje hasta la punta de mis pies.

Al terminar de hacer eso nuestras miradas se encontraron y supe que tenía que darle lo que me pedía. Dejé mis manos a un costado del cuerpo y me recosté del todo sobre el pecho de Zyon, viendo apenas a Mikel, que se acercaba lentamente con su gran pito erecto en la mano, tocándose para ponerlo al máximo de duro, descubriendo la colorada y brillante cabezota. Sin más demoras me abrí de piernas para él, dejando mi feminidad a su merced, mi vagina entregada por completo.

Por un instante Demian dirigió su atención a Mikel y a mí, y Zyon, aunque no dejaba de moverse en mi culo, corrió la cabeza a un lado para vernos mejor. Con las piernas bien separadas dejé mi vagina a la vista de todos, jugosa como nunca y abierta como una flor preparada para la verga de Mikel. Zyon dejó de moverse justo cuando Mikel se acercaba hasta que finalmente su cabeza separo mis labios vaginales y su verga dura como una piedra penetró mi vagina hasta lo más profundo, hasta que sus testículos besaron mi vulva. Yo gemía como loca y el corazón me latía tan fuerte que creí que iba a explotar, mientras Zyon y Demian reanudaban su ritmo en mi culo y en mi boca respectivamente, y ahora se sumaba Mikel, que habiendo entrado tan placenteramente en mi vagina compartía una gran sonrisa de complicidad con sus amigos.

No podía creer aquello por lo que estaba pasando en ese momento y mi excitación crecía de una forma increíble a cada segundo; siempre acostumbre a acostarme con dos hombres, pero jamás con tres y menos de una forma como ésta. Entregada totalmente a estos tres extranjeros robaban todo el placer querían de mi cuerpo femenino entrando y saliendo de él con sus enormes falos duros por cuanto orificio tenía. Mi boca y mi entrepierna no paraban de juntar los jugos propios de tal actividad, haciéndome babear y mojar de gusto. Me mantuvieron así un buen rato, con una verga en la boca y otra en la concha y en el culo, que entraban y salían lentamente de cada agujero encontrándose en mi interior cada vez más adentro, mientras yo coloraba meneando la pelvis de adelante a atrás para facilitarles y disfrutar de las penetraciones. Era enloquecedor ser poseída por tres hombres a la vez y de esa manera, a tal punto que mi placer fue en aumento de tal manera que me hizo poner eufórica. Las tetas se me hincharon y los pezones se me pusieron como piedras; empecé a moverme cada vez más rápido y ellos supieron que estaba por tener un orgasmo. Aceleraron su ritmo y me colmaron de placer con sus movimientos, reventándome en un terrible orgasmo después de cinco minutos de sentir como sus pitos fundían mi concha con mi culo en un solo agujero.

Zyon, al ver que ya estaba a punto, me agarró de los pezones y los retorció cuanto pudo, arrancándome un grito de gusto. Ese, entre otras cosas, fue el detonante de un orgasmo brutal.

Sentí un placer indescriptible subir de algún lugar en mi interior, hasta que abarcó todo mi cuerpo y exploté de lujuria y placer. Grité como una marrana todo lo que ese intenso orgasmo, pidiendo más adentro y más duro para disfrutar como la puerca que soy de aquellas tres monumentales vergas que hicieron de mi vagina, mi boca y mi ano su fuente de insaciable placer.

Lo digo sin sonrojarme, me hicieron disfrutar a lo grande y lo que consiguieron con eso fue hacerme calentar aún más, deseando que coronaran ese brutal orgasmo con los suyos. Quería sentir más de su esperma en mi cuerpo.

Levanté las piernas para acercar mis rodillas a las tetas, dejándole a Mikel más espacio para entrarme con más comodidad; la cámara mientras tanto filmaba el pito de Zyon entrando y saliendo de mi culo, el de Mikel haciendo lo mismo en mi concha y lo poco que se veía de mi entrepierna, dejándose llevar por un lento vaivén con ambos agujeros penetrados e invadidos sin piedad, con sus respectivos pitos clavándose en ellos a buen ritmo, al mismo tiempo.

Aún habiendo acabado de semejante manera estaba que ardía por más y sólo de verlos disfrutar penetrándome de a tres me ponía loca de gusto. Desde mi orgasmo no paré de disfrutar en tal medida, hasta que Demian propuso cambiar lugares con Mikel.

- Demian: Déjame probar su concha.

- Mikel: Espera un poco.

- Yo: No hay problema chicos, compártanme.

- Mikel: Tu turno. Cógela bien, se lo merece.

- Yo: Vení conmigo Demian, entra en mi concha.

Cada uno se movió hasta penetrar el agujero el que había gozado el otro hasta entonces, tanto en mi cara como en mi entrepierna, mientras Zyon seguía bombeándome en el culo. Ya llevábamos un rato así; Demian me cogía la concha con gran placer, dándome mucho a mi también como su otro amigo dándomela por el culo, hasta que él también quiso cambiar de posición, pero para algo diferente.

Me incorporé y volví a sentarme sobre el tremendo miembro de Zyon, que estaba duro como una piedra y ardiendo de tanto entrar y salir de mi culo, pero esta vez lo hice quedando frente a él. Fui bajando lentamente las caderas hasta sentarme por completo sobre su pito, sintiendo la cabeza entrar en mi conchita suavemente hasta el fondo, y una vez penetrada puse mis piernas pegadas a su cuerpo y me incliné hacia delante, para que disfrutara de mis tetas mientras su terrible cipote se hacía las delicias dentro de mi babosa feminidad.

Loca de placer me agarré como pude del respaldo de la cama, pero enseguida Zyon paró de bombear y me separó las nalgas con sus manos, señal de que alguno de los chicos me la iba a dar por el culo también, y así fue. Sin demoras sentí otro pito enorme entrar en mi maltratado agujero y colarse no sin cierto esfuerzo dentro de él, hasta encontrarse las cabezas de ambos dentro de mi cuerpo.

Una vez que me tuvieron empalada por ambos lados Zyon soltó mis nalgas para agarrarme fuertemente de las tetas y seguir chupándolas, al tiempo que él y Demian empezaban con su ritmo enloquecedor dentro de mis cavidades. Mientras yo gozaba a lo grande con los ojos cerrados siendo doblemente atravesada por ellos y ellos se estremecían al disfrutar de mi cuerpo, Mikel me pasaba el pito por la cara y yo buscaba su cabezota colorada a tientas, hasta que la encontré y enseguida empecé a mamarla.

En el ardor del coito la euforia hizo que Zyon sacara involuntariamente la pija de mi concha, oportunidad que aprovechamos para parar un segundo, pero enseguida lo sentí fregarse la verga en mi culo, buscando el agujero y penetrándolo nuevamente, mientras sus brazos me acercaban el torso al suyo hasta quedar completamente juntos, mis tetas aplastadas contra él. Con un brazo me rodeaba la cintura y con el otro la nuca, manteniéndome bien sujeta para lo que ya venía. El había dejado de moverse y por la posición era imposible que alguien me la metiera por la concha, por lo que me imaginé de lo que sería objeto...

No tenía escapatoria alguna y estaba aprisionada entre los poderosos brazos de Zyon, que junto conmigo esperaba a Demian ubicarse detrás de mí. Tenía el pulso aceleradísimo, el corazón me latía muy rápido y gemía de nervios por lo que me iban a hacer, hasta que al final sucedió.

-Zyon: Tienes un culo divino ¿sabes? Y ahora lo vamos a disfrutar

como nunca porque vamos a desfondártelo. Muerde la sábana.

-Yo: Creo que así estaré bien.

-Zyon: Hazme caso, lo necesitarás. Vamos perra, muerde la sábana y

sepárate las nalgas de nuevo, que esto te va a gustar. ¿Lista?

-Yo: Yo... estoy... li...lista. Hagámoslo ya...

-Zyon: Buena niña. Demian, cógela.

Y sin esperar más, penetrada en el ano por Zyon y mordiendo la sábana como él sugirió, Demian apoyaba la cabezota de su verga entre mi esfínter medio dilatado y el tronco de la pija de Zyon, que quieta y dura como una estaca me mantenía el culo tirante y lleno.

Demian presionaba por entrar como si su vida dependiera de ello, y mi dolorido ano, tras ir cediendo cuanto podía a pesar de Zyon, no tardo en hacerme sentir terribles puntadas. Parecía mentira, pero podía sentir como un segundo pito iba abriéndose paso lentamente a mi interior, empujando con la cabeza para ir venciendo cada vez más la poca resistencia de mi ano pero encontrándose más estrecho a cada segundo por querer penetrar en un lugar ya ocupado.

Empecé a calmar mis gritos de dolor en la sábana que mordía y me aferraba a la almohada con los dedos y uñas clavadas en un intento de mitigarlo mientras Zyon le decía a Demian que siguiera adelante.

Yo estaba muy dolorida y al ver eso Demian sacó lo poco que había podido meterme para escupirme en el ano con grandes gotas de saliva, que Zyon se encargo de lubricar bombeándome un poco y esparciéndolas alrededor. Cuando hubo terminado Demian intentó de nuevo, pero esta vez lo sentía entrar un poco más de prisa, igual presionando mi ano hasta el dolor con tal de entrarme.

Entre gemidos, puntadas y gritos de dolor sofocados mi pobre ano cedió ante el implacable paso del pito de Demian, que lenta pero firmemente se iba alojando en mi culo junto a la tranca de Zyon. Justo al terminar de entrar, sentí como un tirón; un desgarro, y en ese momento la pija de Demian entró velozmente hasta el fondo de mi culo, provocándome una rotura dolorosa que me hizo levantar la cabeza en lágrimas, pero con una sonrisa cómplice.

Empezaba a caer un fino hilito de sangre, pero mi dolor los excitó sobremanera, haciéndoles bombearme al mismo tiempo o de a uno por vez, masacrándome el ano con sus tremendas vergas erectas. Sin piedad estuvieron dándomela los dos, entre gemidos de dolor y gritos de placer, hasta que con el culo roto y todo pude acostumbrarme a esas dos magníficas trancas dentro de él y tanto el dolor como la sangre se fueron para dar paso a un exquisito placer.

Me gozaron así durante un buen rato, con ambas pijas moviéndose en mi culo y los labios de Zyon en mis pezones, hasta que Mikel tomó el lugar de Demian, que habiéndome roto el culo por primera vez lo había dejado deformemente abierto para su amigo.

Su pito entró y lo gocé como la puerca que soy, recibiéndolos de a dos nuevamente por diez minutos hasta que Mikel se sintió a punto de acabar, pero prefería reservarse para dentro de unos minutos.

Un tanto cansado, se quitó de detrás de mí para dar paso nuevamente al autor de mi desgarro, pero no pudo ni ubicarse a mis espaldas, ya que Zyon me había volcado en la cama luego de sacarme la pija del culo a toda prisa. Ahora me encontraba boca arriba en el medio de la cama, con el culo realmente roto y junto a Mikel y Zyon, que me pasaban sus vergas por la cara para que se las chupe despacito y así mantenérselas calientes hasta que Demian esté igual, para darse los tres el último gusto.

Sólo faltaba Demian. Visiblemente excitado me tomó desesperadamente de las piernas y arrastrándome hacia él hasta dejarme con la cola al borde de la cama, me obligó a abrirme de piernas. Agarrándome de los tobillos me las separó hasta dejar mi feminidad por completo a merced de su pito hambriento, que la penetró íntegramente frente a la mirada de los chicos, que se tocaban al ver la escena. Empezó a cogerme la concha frenética y velozmente, y a los pocos minutos la sacó tan rápido como me la había metido. Supe desde el comienzo de que se trataba aquella maniobra, por lo que al ver a Demian tocarse como los demás después de haberme cogido me dejé caer de rodillas en el suelo, con la boca abierta y la lengua afuera, levantándome las tetas con las manos en actitud de ofrecimiento. Se me acercaron, dejando sus trancas a escasos centímetros de mi cara mientras se masturbaban, hasta que Demian no pudo más y fue el primero en hacer estallar su pito frente a mi cara, manchándola con grandes gotas de leche caliente que llegaron a caer desde mi pelo y mejillas hasta mis tetas. Se descargó en mí hasta no quedarse con nada, gritando como loco por el intenso orgasmo que había tenido. Tal imagen hizo que Mikel también llegara a un orgasmo increíble, con el que terminó largándome cortos pero ardientes chorros de semen por toda la cara y los últimos en las tetas, que manchadas por la leche de Demian recibían las gotas que caían por cantidades de mi barbilla y de mi cara en general.

El último fue mi amigo Zyon, que ubicado directamente frente a mí no dudó en meterme la verga en la boca para que se la chupe hasta el final. Apenas me la comí alcancé a mamarla unos segundos, logrando que Zyon se fuera en esperma dentro de mi boca, dejándome gran parte de su semen en la lengua para degustar, y su último pero no menos abundante chorro en la cara y parte de las tetas.

Así, arrodillada frente a ellos con la cara y los senos cubiertos de rico y caliente esperma, me deleitaba juntando con los dedos las gotas mas gruesas de semen de aquellas partes de mi cuerpo, para dejarlas sobre mi lengua y tragarlas con todo mi estilo, mientras ellos juntaban algunas más con la cabeza de sus pitos y me lo metían en la boca para no hacerme desperdiciar ni una gota del precioso fluido masculino.

Terminamos aquella fantástica tarde mamando sus pitos todavía sensibles un poco más y luego disponiendo de turnos para una posterior ducha, ya estábamos por demás transpirados y en mi caso particular estaba llena de semen por todo el cuerpo, hasta en las medias habían caído algunas gotas.

Finalmente, ya limpios, cada uno se retiró a su habitación excepto yo, que al no tener asignada ninguna acepté el gentil ofrecimiento de Zyon de pasar la noche con él, pero lo que sucedió entre nosotros en las horas venideras es otra historia.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 19:36) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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