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El vestido rojo-1ºparte-La captura

Relato enviado por : Anonymous el 28/05/2013. Lecturas: 4733

etiquetas relato El vestido rojo-1ºparte-La captura   No consentido .
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Resumen
Aquella chica de la disco debía ser suya... a toda costa...


Relato
Las luces de la disco titilaban sicodelicamente sin parar, en la pista, Camila y sus amigas Mónica y Carla se movían frenéticamente al compás de la música.
Camila su cabeza de un lado a otro, sus cabellos color trigo eran como una lluvia dorada que bañaba el rojo vestido.
Bajo el deleite de la música, movía ritmicamente su cuerpo, lo que atraía un sinfín de miradas... lo que no era para menos pues si había algo que se podía destacar de Camila sin conocerla era su hermosura.
No era alta, un metro con setenta aproximadamente, pero con un cuerpo muy desarrollado para sus dieciocho años recién cumplidos, unas largas piernas con unos muslos grandes y fuertes, un trasero redondeado, una cinturita de avispa, y unos senos de alrededor de noventa y ocho centímetros que parecían querer escaparse de aquel vestido escotado con cada movimiento de ella.
Todo eso coronado por esa carita angelical, una boca carnosa, cachetona y ojos verde mar...
Lo dicho, una preciosura...
Entre medio de tanta gente, sobre la barra del bar pudo distinguir a un hombre que la observaba fíjamente, sus amigas lo notaron también y comenzaron a bromear sobre el, lo que provocó la sonrisa de Camila.
Después de un para de canciones decidieron ir a refrescarse al toilette pues hacía mucho calor, cuando pasaron cerca de la barra, el hombre que la había mirado antes y sobre el que habían dicho sus amigas ciertas barbaridades le cortó el paso...
-Eh, espera linda-le dijo.
La chica apenas si le prestó atención, prosiguió su camino un poco avergonzada, pero su nuevo admirador no desistió, se le planto delante y la miró...
-Déjame invitarte un trago por favor, sólo eso...
Camila abrió su boca para decir que no, pero lo cierto es que el calor le había dado sed, así que no vio nada de malo en aceptar...
Se pidió un daikiri y mientras lo esperaba reparó en la persona que le invitó el trago, era un hombre alto y robusto, con un rostro rudo, rondaría alrededor de los treinta años, aunque podía tener mucho menos.
-Gracias por aceptar-agradeció el desconocido
-A ti por invitarme-respondió ella con una amplia sonrisa
-Soy Carlos-se presentó
-Camila-dijo ella, mientras bebía su trago a sorbos
Comenzaron a charlar, los temas fueron amplios, de la disco, la música, la vestimenta, etc, lo cierto es que el tipo era muy simpático y el tiempo se les pasó volando.
Sus amigas pasaron a buscarla pues ya se iban, pero Carlos le pidió que se quedase, ya más tarde el la llevaría hasta su casa en coche, Camila dudó, pero ante la insistencia del individuo decidió aceptar, sus amigas se despidieron de mala gana y enfilaron hacia la entrada.
Los tragos y las charlas siguieron, copa tras copa, hasta que la bella fémina comenzó a sentirse mal...
-Estas bien?-le preguntó Carlos
-S-sí, un poco mareada nada más, ya se me pasará...
-Quieres que nos vayamos?-insistió el hombre
-No-dijo ella, moviendo negativamente la cabeza-sólo necesito un poco de aire, vamos a la pista.
Se dirigieron a la pista de baile y comenzaron a bailar, pero las luces intermitentes y el calor hicieron mella en la débil resistencia en que se encontraba la chica en esos momentos y las naúseas la acosaron...
-M-me llevas a casa?
-Por supuesto...
Se dirigieron a la salida, no sin antes pasar por el abrigo de ella, Camila apenas si podía mantenerse en pie, por lo que Carlos debió abrazarla para ayudarla a desplazarse, la chica notó como el hombre colocaba su mano sobre sus caderas y la apretaba contra sí. Pero se encontraba demasiado mareada como para protestar.
Llegaron al estacionamiento y en la tercera fila de coches Carlos señaló un Fiat rojo aparcado.
-Aquel es-dijo
Cuando estaban a punto de subir, la mareada joven trastabilló y se habría ido al suelo de no ser por la oportuna ayuda de Carlos, que la atrapó en el aire y la mantuvo firme...
Demasiado firme...
Aprovechando también la ocasión, el muchacho puso su cuerpo contra el de la chica, de forma que los poderosos senos de ella se aplastaron contra el pecho de él y la mano de éste bajó hacia la nalga izquierda de ella, apretándola...
Camila se separó bruscamente y la situación pareció despabilarla, por lo que entró al coche rápidamente y se ajustó el cinturón.
-Llévame a casa, por favor-dijo secamente
Con una sonrisa en los labios, Carlos entró en el coche y puso las llaves de contacto.
-De qué te ríes?-preguntó ella, molesta.
-De nada-sentenció él y puso en marcha el coche
El vehículo comenzó a andar y el movimiento de éste sobre el pavimento, sumado al ronroneo del motor comenzaron a hacer sentir sueño a Camila, que notaba como sus párpados se le cerraban a pesar del poderoso esfuerzo que ésta hacía por mantenerlos abiertos, pero los efectos de las bebidas tomadas seguían en la sangre de ella y cayó en los brazos de Morfeo.
Carlos aprovechó para contemplar a la muchacha, parecía un ángel dormido, sus ojos recorrieron el generoso escote que permitía ver la línea de los senos, que subían y bajaban con la pesada respiración de ella.
Sus ojos siguieron bajando y contemplo las hermosas piernas de ella, casi al descubierto completamente pus la parte baja del vestido quedó muy arriba al sentarse, no resistió la tentación y decidió a poner una mano en aquellas piernas de modelo, no cabía duda que la chica hacía ejercicio.
Cuando los dedos estuvieron a punto de posarse en ella, un bocinazo le hizo volver la mirada hacia la ruta, y a punto estuvo de impactar con un camión que venía en sentido contrario, así que decidió prestar más atención a la conducción y desistió a la idea de tocar esas piernas de locura.
Camila abrió los ojos lentamente, la cabeza le giraba, todo daba vueltas y vueltas, cuando consiguió fijar su vista, tardó varios minutos en comprender lo que veía.
No era su casa...
No era su casa y tampoco reconocía dónde estaba...
No era su casa y tampoco reconocía dónde estaba y algo le impedía moverse...
Estaba atada.
Desesperada, intentó en vano zafarse, sus brazos le dolían y los observó estaban amarrados por una soga que apenas si la mantenía en pie, con los brazos al cielo.
-No lograras soltarte, sé hacer nudos muy fuerte-se escuchó una voz a su derecha
No pudo distinguir quién le hablaba, pero reconoció su voz, era Carlos, a quién había conocido en el baile.
-C-Carlos... ayúdame, qué sucede?
-No pude llevarte a tu casa porque te dormiste y no me diste la dirección, y estabas tan borracha que no podías mantenerte en pie, así que te amarré para ayudarte.
El cerebro de Camila tardó en asimilar toda la información, intentó nuevamente ubicar a Carlos, pero seguía sin poder ver bien, además, unos fogonazos de luz blanca la cegaban aún mas...
Comenzó a retorcerse hacia los lados para soltarse, y con la brusquedad del movimiento la parte superior del vestido se bajó un poco, dejando ver dos esferas carnosas que se encontraban aprisionadas por un sujetador negro.
Carlos se acercó y Camila aliviada creyó que había decidido soltarla finalmente,
pero éste se paró frente a ella y observó el principio de esos hermosos senos que subían y bajaban por la respiración.
De un solo tirón bajó el vestido hasta la cintura, dejando a la indefensa chica sólo con el sostén negro cubriéndola, ésta gritó desesperadamente y Carlos le puso una navaja en su garganta....
-Silencio-dijo el hombre-si no quieres que te lastime con esto no vuelva a gritar
-Por favor!-sollozaba Camila y los ojos se le llenaron de lágrimas
-Dije que callada-y con la punta del arma blanca apenas pinchó el blanco cuello de la joven
Camila se mantuvo en silencio, tan sólo se oía su llanto, todo el cuerpo le temblaba, tampoco gritó cuando el hombre se puso tras de ella y con ayuda de su navaja cortó el sostén, dejando los opulentos senos libres del sujetador que los aprisionaba.
-Por favor!-rogó ella, ya segura de lo que se avecinaba, la cabeza se le había despejado y por fin pudo entender que eran aquellos flashes luminosos de antes, era una cámara fotográfica, el muy desgraciado no sólo le estaba haciendo pasar un mal rato, sino que además estaba tomando fotos de ella.
-Shhhh!-susurró el-si gritas te rajo el cuello...
Mientras con una mano amenazaba a la chica, la otra hábilmente manoseaba los senos de la joven, los pezones se le habían puesto duros por el frío y Carlos los apretó con fuerza, causándole dolor.
-Vas a ser mía esta noche-le susurró al oído, y su lengua comenzó a recorrer el blanco cuello de cisne...
La indefensa muchacha lloraba y apretaba su boca para no gritar, cuando Carlo se paro delante e intentó besarla corrió a un lado su cara, pero una mano firme le hizo enderezarla y la lengua recorrió sus labios, para continuar por su cuello y bajar hasta sus pechos...
-Noooo, noooo, por favor!-suplicaba, pero sin hacerle caso el hombre continuó lamiendo sus senos, chupándolos, sobándolos...
Cuando se aburrió de ello, arrancó la otra parte del vestido y la dejó tan solo con el bikini negro, el cual también arrancó de un tirón, dejando visible el hermoso sexo de la chica, cubierto por una fina capa de hilo dorado.
Comenzó a patalear desesperada, ya no le importaba lo que su captor podría hacerle por gritar, la iba a violar y ella ya no razonaba,pero Carlos no la lastimó, al menos no con la navaja, la rodeó, le abrió las piernas, las elevó hacia atrás y la penetró...
Lo hizo de un solo empellón, Camila sintió como si la desgarraran por dentro y gritó...
-Sí!-gritó Carlos triunfante-ahora si grita, cuanto más lo hagas mejor, más placer me da! grita!
El movimiento de adelante hacia atrás cada vez más acelerado hacía bambolear los pechos de Camila incontroladamente,su cara estaba bañada en llanto, colorada de tanto gritar, mientras aquel individuo la violaba sin compasión y sus manos recorrían todo su indefenso cuerpo..
Los minutos parecían no pasar mientras el hombre bombeaba furiosamente dentro de ella, hasta que sintió como el cuerpo de éste se tensaba y sintió y un liquido viscoso dentro de su vagina que comenzó a chorrearle entre las piernas...
Camila creyó que todo había terminado, el hombre se había descargado dentro de ella pero no le importaba, sólo quería que la soltara e irse de ese lugar...
Se equivocó...
Carlos tomó los rubios y lacios cabellos y los tironeo, mientras su pene buscaba ansiosamente el orificio anal de la muchacha...
-Noooooooo!-gritó horrorizada ella-Por Dios no!
-Oh si-dijo el, mientras babeaba sobre sus hombros-te voy a romper el culo...
-No! Por favor! Haré lo que quieras!-suplicó
-Lo que quiera?-preguntó Carlos interesado
-Sí! Lo que quieras pero no me hagas eso por favor!
Se alejó un poco de ella y tomó la navaja, cortó entonces la soga y cayó de rodillas...
-Chúpamela...-dijo sin más
Los ojos de Camila le contemplaron horrorizada...
-Qué esperas? o me la chupas o te rompo toda tu hermosa colita...
La chica observó el miembro del hombre, que aún chorreaba esperma, una mueca de asco se dibujó en su rostro...
Carlos rió, sabiendo que ahora la tenía a su merced...


CONTINUARÁ


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:21) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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