Desde niña siempre me dijeron que nunca me quedase a solas con mi tío Alberto, ya que como era loco, uno no sabía con qué cosas podía salirle a uno. Por lo que, aun siendo adulta, siempre evitaba encontrarme con él.
Relato
Hasta que un día, en que yo me levanté tarde, después pues de haber pasado la noche con unas amigas, disfrutando de un repentino botellazo. En el que, tras ponernos a beber como si el mundo se fuera acabar, a una de mis amigas se le ocurrió, en medio de nuestra borrachera. Ver quien de nosotras, parecía más puta. La idea era pararnos en la calle, a ver a quien era la primera a la que se acercaban, a pedirle sexo. Pero con la gran borrachera que cargábamos, en lugar de dar media vuelta y dejar entendiendo a quienes se nos acercasen, en mi caso, apenas dos chicos, como de mi edad, me preguntaron cuanto cobraba. No sé si fue que los vi tan monos, y tan guapos, que montándome en su coche, les dije. Por ser ustedes dos, esta noche es gratis. Lo cierto es que, mientras íbamos en el coche, parecían un par de seminaristas, ya que ni siquiera se atrevía a verme, o decirme nada, hasta que nos detuvimos en un descampado, y fuera del coche, los tres la pasamos chipen. Al principio, los dos estuvieron algo reservados, pero apenas me quité toda la ropa, quedándome completamente desnuda ante ellos. Cuando en medio de mi gran borrachera, les dije en broma, el primero que me mame el coño, lo dejo que me dé por el culo, al tiempo que les mostraba mis nalgas desnudas a ellos. Su manera de actuar cambió de inmediato, y el más chico de ellos dos, se abalanzó sobre mi depilado coño, poniéndose a mamarlo de manera torpe, pero muy sabrosa, mientras que yo le mamaba la verga a su compañero. Con decirles, que además de que el más chico, después de que me hizo disfrutar de un tremendo orgasmo, y me dio por el culo, tal y como se lo había prometido, su compañero al que en principio comencé a mamar su verga, en un descuido mío, también me dio sabrosamente por el culo, aparte de penetrar mi coño. Bueno yo llegué no se ni a qué hora a casa, lo que sí sé es que tanto antes y después de acostarme, me di un buen baño. Ya que como cuando me desperté aún seguía bastante mareada, pensé que quizás así se me pasaría la que cargaba encima. Por lo que todavía, bajos los efectos de lo mucho que había bebido y fumado, porque los dos chicos, en una de esas que uno me estaban penetrando por el coño, y el otro por el culo a un mismo tiempo. Me invitaron a fumar, y desde luego que acepté. Pero al salir de la ducha, tras secarme me puse una ajustada camiseta semitransparente, junto con unas braguitas muy monas. Y así sin pensar en más nada me dirigía a la cocina, a ver que me habían dejado mis viejos. Cuando en la sala me encontré a mi tío Alberto. Él se me acercó como si nada, y tras darme las buenas tardes, me preguntó cómo me había ido. Yo no sé sí sería que lo vi tan tranquilo, que lo que me provocó fue seguir hablando con él. Aunque les digo, a mi tío jamás lo he visto actuando como loco. Pero en ese momento, creo que me pasé de al explicarle lo bien que la pase, con aquellos dos muchachos. Que en cierto momento mi tío, me dijo. En otras palabras, que has estado follando como una verdadera puta. A Lo que entre risas, le respondí que sí. En ese instante se me acercó, hasta estar a mi lado, diciéndome. Sabes Leticia, ya llevo varios días, sin ver, ni tocar un coño. Me dejarías, que yo viera el tuyo, y sin esperar a que yo le respondiera. Metió su enorme mano, dentro de mi braga, bajándola un poco. En ese momento continuó diciéndome. Sabes Leti, ¿lo que más me gustaría hacer? Yo algo entre asustada, y medio excitada, le respondí que no tenía idea. A lo que él apenas, terminó de decirme. Me encantaría ponerme mamar tu coñito. Colocó su boca sobre mi coño, y sin esperar a que yo le respondiera, se dedicó a mamarlo divinamente, restregando su grueso bigote contra mi clítoris. De manera tan rica, que dejé que continuase haciéndolo, hasta que me hizo disfrutar, como una loca. Ya de ahí en adelante, fui yo la que me puse a mamar su parada verga, sin que no me dijera nada. Luego me penetró divinamente, haciéndome disfrutar de nuevo de un enorme placer. Pero algo que me di cuenta sobre mi tío, que a pesar de su facha, y de lo mucho que me han dicho que es loco. No le ha contado a nadie de la familia lo sucedido, y ocasionalmente, cuando nos encontramos solos en casa, me vuelve a follar divinamente….
A partir de ese momento ya no pude ver a mi sobrino como tal, sino ya lo veía como un hombre que deseaba cogerme sin control, a cada oportunidad que mi sobrino tenia lo aprovechaba para ver mi cuerpo, esto era cuando me cambiaba, bañaba, entre muchos otros momentos que tenia para verme y lo más lascivo era que yo no hacía nada para evitar que me viera, al contrario cada vez que me bañaba dejaba la puerta abierta para que me viera y así en la ducha con la certeza que me estaba viendo yo hacía movimientos sensuales e incluso con el pretexto de lavarme mi zona intima yo me la tocaba con tanta sensualidad que sin duda sabia que él tenía su pene bien erecto desde donde estaba viéndome.
Relato erótico enviado por putita golosa el 27 de July de 2010 a las 23:14:27 - Relato porno leído 309820 veces
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narrador
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:48) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:22) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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