Empresa de aseo y Cyntia

He tratado de que nadie se entere, pero mi hija Cintia una hermosa morena de 22 años casada, en verdad mal casada el marido un borrachito, pero es el padre de su hijo de dos años se entera por mis caras de felicidad y lo placenteras de mis orgías, me regaña, le digo que quieres que sea una amargada como eres tu, al ser mal saciada por tu padre en años o verme feliz como ahora que soy una mujer plenamente disfrutada… me mira y me dice yo… hace mas de ocho meses que no se de sexo… Aprovecha le digo disfruta ahora tu juventud… búscate un joven apuesto, atractivo, que satisfaga plenamente tus anhelos gozadores.

Nunca pensé que ella se fijaría en mi Leo. Este ahora casi vive en mi casa sabe que si no esta una de sus mujeres esta la otra y sus pasiones son calmadas.

Sucedió que un día Leo ve la puerta entrejunta de mi casa y piensa que estoy en casa ingresa, y ¡oh…, sorpresa!

Estaba Cintia quien estaba solo cubierta con sus ropas interiores mini tanga, corpiño y medias abrochadas al liguero pues recién se desnudaba para ingresar a una ducha, la puerta había quedado mal cerrada, Leo sorprendido, pero no intimidado observa el bello cuerpo de mi hija y cuando esta lo ve y trata de cubrirse pasando cerca de él a buscar su bata este la atrapa entre sus brazos y… suéltame dice Cintia…, eso nunca le contesta eres una maravilla como mujer y tienes un cuerpo igual al de tu madre, pero mas exuberante y joven , no manoseado …

Leo la miraba codiciosamente, en su mirada ardía el deseo de poseerla, Cintia leyó esa mirada… recordó como gemía y se satisfacía su madre en la cama con este macho y como en ella al escucharlo se erizaban y alborotaban sus hormonas ardientes y excitadas, pensando que ella llevaba casi un año sin sexo mas se inquietaban, deseaba a este macho, pero este macho era de su madre…, siente como este muchacho ataca apretando sus senos, sus pezones se marcan duros y estimulados, el indebido encanto y satisfacción que su cuerpo exaltaba en esos momentos la pierde y no se opone a las diestras caricias del macho, siente su corpiño caer y sus pezones son lamidos y chupados, esos labios recorren su dorso, nuca cuello finalmente la besan, mientras las manos de Leo acariciaban su cuerpo seduciéndola con su habilidad y maestría, su boca deseosa se abría y recibía la lengua de el varón jugando con su lengua, es tomada en brazos y trasladada a su cama, no se opone, con sus dientes el goloso macho la despoja de su mínima braga, su boca acaricia su bien cuidado vello vaginal, se introduce en su vulva aquí ella se revuelca y gime alborotada sintiendo como su clítoris como una rama crecía y salía al encuentro de esta siendo lamida por la lengua masculina, Cintia plenamente entregada solo gemía y resoplaba, jadeante ante el ataque a su sexo este reacciona emitiendo su líquido vaginal inundando su entrepierna y encharcando su vagina, como se meneaba ansiosa de ser copulada por este semental, pero este proseguía con sus destrezas activándola carnalmente hasta que desesperada grita… poséeme…, quiero ser tuya…, tomando al macho lo dispone entre sus piernas sintiendo como a crecido ese pene en tamaño y grosor con un glande deformado por las venas y músculos activados de sentirse cobijado entre sus carnes vaginales las que comienza lentamente a penetrar… gritaba alborotada Cintia… si…, tuya…, soy tu esclava… sintiendo como ese pene la llenaba y dilataba su vagina hasta casi destrozarla, meses sin ser penetrada le jugaban en contra le dolía, pero ese dolor le agradaba y la complacía… Meneaba desordenadamente su pelvis, el macho comienza poco a poco a menearse con ella imponiéndole un ritmo, ella lo acepta y ambos emparejados se deleitan con este delicioso y anhelado unión carnal, este apareamiento la lleva a las alturas de un esplendoroso y satisfactoria sosiego carnal entregándose a los movimientos de entrada y salida del macho, siente en su cuerpo como sus alborotadas hormonas comienzan a desarrollar sus orgasmos sabe que por las embriagadas delicias del placer que siente, este no será uno sino varios orgasmos seguidos… varios minutos después de este embriagador placer siente como su cuerpo entre estremecimientos y gemidos entrega su primer orgasmo, no alcanza a recuperar su respiración cuando llega el segundo, gritando y revolcándose de placer y gozo con este macho metiendo y sacando su pene en plena faena de acoplamiento.

Cintia estaba entregada a este arrebatador coito, gemía, sollozaba y se afligía dignamente poseída por este macho, que si sabía tratar a las mujeres desesperadas por una entrega carnal… meses sin este placer, pero ahora era recompensada. Siente como el macho vierte en sus entrañas sus ríos de semen caliente y esto la lleva a su tercer y casi continuado orgasmo relajándola y entregándose sin limitaciones a este su amo y nuevo dueño de su cuerpo… en la locura del macho al empotrarle sus fluidos Cintia gime adolorida y lo abraza para tranquilizarlo, diciéndole si soy tuya…, eres mi amo, mi dueño… soy tu mujer… tranquilízate.