En casa de Katia

. Esa tarde cuando llego Olga está acompañada de su vecina y amiga Katia una mujer bien proporcionada con bonitos senos, agradable trasero, un cuerpo sin se delgado era apetecible… casada hace cinco años con un viejo digo por su edad, ella tiene 32 y este Sr. tiene 47 años casado en segundas nupcias con ella y tienen una hija de 5 años y un bebe en gestación en su vientre… del matrimonio anterior el tiene una chica de 19 años y un varón de 15 años, ella dice que se casó con este marido por su seguridad lucrativo.

Necesitaba su bienestar económico, hoy ya lo tiene y busca alguien en quien confiar para poder tenerlo como su amigo con ventajas, es decir un amante en quien confiar, uno que sepa callar y guardar silencio suceda lo que suceda.

Cree haberlo encontrado en mí, un muchacho de 18 años, pero fiel en su silencio, a sus 32 años no puede jugarse su seguridad.

Entramos a su casa, y comienza a despojarse de su ropa para ponerse otra mas cómoda me dice con picardía, comienza a sacarse su blusa y la detengo, eso lo hago yo y con mas destreza digo, me mira y se deja desnudar a medida que su cuerpo aparece desnudo a mi vista este es acariciado y besado…, se estremece al sentirse besada por otro macho y con mas energía que su hombre…, pro no se opone.

Totalmente desnudos ambos en su cama nos acariciamos su cuerpo se sacude, tierna y empalagosa, la mimo y meto mi cabeza en su entrepiernas, su vagina está húmeda y empalagosa…

Encuentro su clítoris y juego con este, ella se revolcaba ardiente y complacida deseaba más. Le fui metiendo despacio mi pene, me detenía para besar esos ardientes labios cuando me lo pedía, para volver a meter otro pedazo y así tomándome mi tiempo logro clavárselo toda hasta dentro, me pidió que no me moviera, deseaba disfrutarlo al máximo, comenzamos a movernos, gritaba pataleaba, ponía sus manos para detenerme sobre mi pecho, logre sacarle dos gritos más. Comencé a aumentar la velocidad, ella movía la cabeza de un lado para el otro desesperada, gritaba, gemía suspiraba, mas de un año sin sexo y ahora la satisfacían cuidadosamente, puso sus piernas alrededor de mi cintura y me jalaba como para tenerme ahí todo el tiempo, de pronto dio un gemido fuerte y su cuerpo comenzó a temblar, luego se endurece luego su venida, se estremecía entregándome sus orgasmos fueron dos casi seguidos, me pedía que no me moviera pero hice todo lo contrario me moví más rápido y ella con un ronco jadeo cae abatida ante este apareamiento que le arrebató su pasión. Había sido cubierta por otro macho, no por su marido, pero que bien la habían saciado, ahora tendría a dos machos como dueños de su cuerpo.

Va al baño para su aseo me levanto y por mirarlo casi me caigo tropezando con una silla , me toma entre sus brazos, que cómoda me siento en ellos y le digo que me traslade a mi cama que me duele un pié, me llevaba entre sus fuertes brazos y yo me colgaba tomada de sus cuello y le respiraba ansiosamente en su cuello caliente de pasión, el casi desnudo solo cubierto por su pantaloncito corto me estimulaba y provocaba lo abracé contra mi desesperado ese musculoso cuerpo… hervía de pasión y calentura, me recuesta en mi cama y al separarse se me ven mis calzones y este mirándome lo ardiente y apasionada que estaba me saca mis calzones dejándome con mis muslos abiertos y mostrando mi húmeda vagina que vibraba abriéndose y cerrándose de emoción, deliraba por ser cubierta nuevamente. ¡Que haces!, susurro sin soltarlo de su cuello, siento como él se baja sus pantaloncito y se acomoda entre mis muslos, su pene clava mi entrepiernas, asustada trato de apartarlo, pero mis ansias de ser apareada liada en un enlace de conexión carnal amatoria es superior a mis fuerzas, deseo sentirme emparejada y pronto ceso en mi rechazo entregándome a este joven macho mis manos vuelven a su cuello y lo apreso contra mi busto el cual este muchacho a abierto mi camisón apartándolo manoseando mis senos, mi respiración ahora es loca y impetuosa, estaba ardiente de pasión, arrebatada por mis apetitos de ser poseída por un macho, aunque fuera un muchacho. Olvide que era una mujer casada, que madre de una niña, solo sentía que este mozuelo trataba de unirse sexualmente conmigo, olvide todo solo quería ser disfrutada por este macho.

Sentía como esa maza de carne y músculos abría mis carnes vaginales apretadas desde mas de un año sin uso, sentía que me estaban desgarrando mis paredes vaginales, era virgen después de un año despreciada por mi marido, me estaban desflorando nuevamente, me dolía, pero ese dolor me excitaba y me agradaba, que pene era ese duro, gordo, extenso y ansioso por poseerme, me sentía mujer deseada y comencé a mover mis cinturas como meses que no lo hacia apretando y soltando ese maravilloso miembro de mi muchacho que gemía feliz sobre mi cuerpo penetrándome con dureza y enérgicamente casi partiéndome en dos, estaba siendo cubierta por un adolescente, pero que adolescente, como entraba y salía de mi vagina, me estaba llevando a la cumbre de mis frenesíes carnales…, pronto gritaba y arañaba su espalda desesperada por un delicioso orgasmo que este muchacho, si este muchacho sabía excitar a las mujeres en pleno sexo, había logrado de mi cuerpo con sus maniobras vaginales, una entrega total, me estaba entregando de nuevo al macho, un nuevo marido, un delicioso y delicado amante.

No se el tiempo que estuvimos gimiendo, suspirando…, ansiaba su leche en mi matriz, solo se que cuando esta comenzó a llegar era tibia potente y en gran cantidad, parecía un grifo abierto de cómo me llenaba de sus semen y sus derrames de espermas en mis entrañas, tenía un nuevo amo y señor de mi cuerpo, lo abrazaba, besaba, acariciaba mientras este macho vaciaba sus emisiones en mi matriz luego silencio y solo se escuchaba nuestra respiración alterada por el desplante apasionado amoroso que habíamos sostenidos. Tenía mi amante ahora a cuidarlo… Pobre Olga ahora éramos dos mujeres tras este semental.