Corro las cortinas luego la tomo por sus caderas y manoseo su trasero, mira para todos los lados y suspira, luego me abraza y besa..., fue su perdición, mis manos la recorren por todo su cuerpo, subiéndole su falda sacando sus calzones
Relato
Me vine a esta zona en el sur enojado con el sistema que quería encerrarme en un corralito de su trabajo, y que mi trabajo sería para aumentar sus ganancias..., no me gusto para nada ese sistema y renuncié después de dos años en los cuales me aguante por tener que ahorrar dinero y poder venir al sur a desarrollarme a mi gusto y ganando las monedas que producía por mi empuje, sin tener que rendirle cuenta a nadie y si quería explotarme me explotaba para mi ganancia y no para llenar los bolsillos de otros.
Llegue a un campo en donde miss vecinos mas cercanos estaban a lo menos un kilómetro, ellos eran unos campesinos jóvenes el de 48 años y su mujer Nora de 38, tenían tres hijos, el mayor estaba con sus abuelos por que a su edad 13 años estudiaba en la media que en el campo no existía, la otra chica de 11 años pronto partiría por estar en las finales de los estudios primarios y el último niño estaba estudiando con sus padres estos dos últimos, se iban al amanecer y no volvían hasta la tarde alrededor de las 16 horas. El padre en el campo entrando y saliendo de la parcela para ver el ganado, los frutales y las hortalizas, el viernes este estaba ausente por que se iba a la capital de la zona a vender sus productos, saliendo el jueves a media noche y volvía el viernes a media noche o más tarde.
Yo era bastante joven recién cumplí mis 19 años, y emprendía desde aquí mis tareas de prosperar con mis productos de mermeladas artesanales o frutas artesanalmente envasadas, y la miel que también producía. Con mi juventud tenía molesta, inquieta y trastornaba a mi próxima vecina Nora, cada vez que me divisaba me sonreía y se situaba en mi camino para que al pasar la saludase o la tomara en cuenta... un día llega esta a mi casa era un viernes a media mañana, la saludo y ella me pregunta si le puedo convidar con miel ya que ella estaba con tos y la necesitaba para hacerse un remedio..., me lo pide muy risueña y mimosa, sobandome mi cabellera..., no se por que se me sale..., si no deseaba otro remedio mas productivo y mas agradable, que se lo podía dar y no cobraba nada por dárselo..., me entendió el doble sentido de la frase y me dice tengo marido el me lo puede dar..., si, si le digo, pero no sabe dosificarlo para que te mejores yo si..., sonríe y me dice serías capaz de dármelo y callar una vez que me mejore..., si no soy un loro parlante le digo. Me mira e ingresa a mi cabaña, diciéndome veamos cuanto vales...
esa mujer pensé estaba mas que desesperada por una buena encamada, por una buena noche de sexo, yo estaba mas que loco por dárselo, sabia como, iba mas que preparado para aquello.
Al ingresar la tomo de su cintura y la llevo al dormitorio, oscurece la pieza me dice que pueden vernos..., cierro contraventanas y corro las cortinas luego la tomo por sus caderas y manoseo su trasero, mira para todos los lados y suspira, luego me abraza y besa..., fue su perdición, mis manos la recorren por todo su cuerpo, subiéndole su falda sacando sus calzones y por debajo de su blusa agarro sus senos, eran grandes y duros..., los besos y la llevo a mi cama mientras me desnudaba apurado y me subía sobre sus caderas enfrentando su vagina con mi pene... , hmm, gime diciéndome soy casada con cuidado y sin dejar marcas..., dos minutos después esta clavada por mi pene en su vagina hasta casi la mitad de este..., gemía, se quejaba, con cuidado ya soy tuya trátame con cariño..., mientras mi pene desesperado la clavaba y volvía a clavarla fuertemente para satisfacerla..., lo logro y en un griterío y acompañada de quejidos..., luego la tumbe ella sentada en el borde me arrodille, comencé a besar aquella vagina, unos pequeño vaginales muy apretados e hinchados en esos momentos, pero su reacción no me la esperaba solo con eso ya estaba gimiendo y suspirando y llegando a un nuevo orgasmo, cuando abrí sus piernas para hundir mi pene ya estaba muy caliente ella se había corrido a la primera, pronto retorciéndose pidiéndome no parara, quedó quieta, tras vaciarse y gozar, su vagina mojada, seguí recorriendo sus muslos mientras se reponía lentamente la acaricie y mi pene estaba ya mas que duro, pero la iba a disfrutar a absorbe a dejarla seca, pensé volví a comer su vagina cuando ella empezó a reaccionar de nuevo a ello, cuando la tuve de nuevo muy caliente me levanté la cogí con brusquedad por la cintura le di la vuelta ella resoplo gimoteo, mientras la coloque a 4 patas, hasta quedar así, lo mojado de su vagina escurría hacia su ano, pasee mi glande por su vagina arriba y abajo, estaba enloqueciéndola de placeres y orgasmos. Ella estaba fuera de si deseando la montara como a una buena yegua, se la metí lentamente escuchando como gemía como su cara se descomponía mientras le entraba mi pene, sentía como su vagina se dilataba sus paredes deslizándose dentro de él, le di un ultimo empellón hasta pegar mis huevos a su vulva la tenia toda bien dentro, me deleite viendo su cara descompuesta ladeada dando gemidos ayees sin yo aun moverme, comencé a moverme había tenido amantes calientes y deseosas pero mi vecina era distinto gritaba se dejaba hacer cuando quisiera haciéndola gemir mas le daba algún azotito en el culo mientras la apareaba la excitaba aun mas, se volvió a correr, no dejaba yo de ver su sexo como estaba de mojada mi pene, para finalmente parar, le saque mi pene aprovecho a para tirarse hacia delante, le di la vuelta tire de ella de nuevo me arrodille como estaba su entrepiernas, todo estaba mojadísimo hasta sus muslos fui a lamerla pero ella dio grititos de dolor por estar demasiado reciente. Comencé a besar sus tetas sus pezones termine besándola en la boca su respiración ya estaba más estabilizada, termine encima de ella, ya sabia desde el principio estaba desesperada, no podía dejarla embarazada, me acoplé a ella encima, volví a sulfurarla de sus antojos carnales como me meneaba su trasero parecía una mujer desesperada, ardiente, gozadora apasionada y carnalmente, fogosa por tener al macho saciando sus ansias carnales, llevándola a un cataclismo carnal en sus excitaciones, arrebatos y frenesíes sensuales, sus sacudidas y sus estremecimientos eran escandalosos, como se meneaba, me apareaba desesperadamente con todas mis fuerzas, mis caderas eran agitadas lujuriosamente, ella estaba loca de placer, gemía y gritaba, me acariciaba, besaba, estaba activadísima, de pronto Nora se calmo y abrazándome exploto en un orgasmo espectacular, al hacerla correr yo tras esos apretones de sus brazos y de su vagina a mi pene me corrí dentro de sus entrañas vaciando mis leches y semen en su interior. Cuanto placer quedándonos abrazados sobre la cama. Pasados unos minutos ella me dice ahora cada una a su casa y disimulemos para no ser pillados...Nada de eso hoy duermo contigo y de madrugada nos trasladamos para que no sospechen de nosotros. Imagínense la noche que pasé con esta hembra....
Pas una semana sin saber de Nora el viernes en la mañana llega a mi casa acompañada de Flor otra vecina de 38 años, su marido acompañaba al de Nora en el viaje a vender ambos sus productos, Flor tenía tres hijos en esa mañana en el colegio ellos tenían 13, 11 y 8 años..., Flor era una mujer adorable su exuberante cuerpazo, era de admirar, es alta, pelo largo castaño, tetas enormes y un culazo tremendo que dan ganas de tocarlo nada más verlo, mis manos lo pellizcaron a la pasada, ella solo sonrió.
Recorrió mi lengua el borde de su capullo de orejas, rodeándolo una y otra vez. Nora levantó los ojos cruzándolos con los míos. Es tuya me dice está desesperada su marido es de vaciamiento precoz y esta ya no lo soporta y desea ser saciada. Miré a Flor. ¡Me encantaba la cara de viciosa que mostraba!, si me dice Nora me dice que eres de los mejores, ¡por favor sáciame!, tenemos tres horas y debo volver a recibir mis hijos apurémosno... y entra en mi dormitorio...
Decidí incorporarla a la cama y paralelamente aprisionaba las nalgas de la mujer, lo que hice con tal vehemencia que parecía que la hembra se partiría en dos, literalmente la estaba descuartizando; con los ojos cerrados y alzando la vista hacia el techo, atraje las nalgas de la mujer y el pene alcanzaba lo más recóndito de la intimidad femenina, la que a su vez sentía como su cabeza apenas rozaba la cama y con las manos trataba de dar estabilidad a su cuerpo, sintiendo como la penetración le daba un gozo de proporciones inimaginables, un poco de dolor mezclado con un cosquilleo placentero le anunciaba un cercano acto de clausura, la sangre se calentaba al compás de las embestidas, gemía y sollozaba desesperada, al fin tenía un macho que soportaba la presión y la duración de sus emociones carnales. Llegaba ella por fin a un orgasmo y el macho que copulaba con ella soportaba hasta hacerla tener este asombroso y fastuoso orgasmo. Su primer gran orgasmo.
Mi instinto animal salió a flote y colocando las rodillas en la cama, tomé de las piernas a la hembra y la alcé a la altura de mi vientre para perforar con todas mis fuerzas a esa mujer que me brindaba su intimidad, la sensación fue lo mejor del momento; Flor sentía que sus entrañas eran invadidas por el mástil y no quería que el intruso se le escapara, por lo que apretó las piernas para aprisionar al miembro y contrajo su interior vaginal y el masaje que me brindaba era un placer indescriptible.
El chapoteo que se escuchaba con cardíaco ritmo, aumentaba la sensación de placer; los cuerpos se tensaban y las piernas temblaban, la fuerza con que yo apretaba las nalgas de la mujer, hizo que el tronco de la hembra se incorporara y la ayudé con una mano en la espalda, al momento que las piernas femeninas abrazaban mi cintura y nuestras bocas se fundían en un húmedo beso, las tetas comprimían su volumen en mi pecho y se producía la inevitable descarga de semen. Una corriente eléctrica recorría ambos cuerpos y el efecto me obligó a doblar las piernas y caer agotado en la cama mientras la hembra caía sentada en mis piernas, sin soltar al prisionero mástil, completamente envainado en su vagina. Cuanto placer, finalmente ambos descansamos de este asombroso apareamiento.
Nos levantamos, Flor le dice a Nora vamosnos no nos vayan a espiar que deseo volver otro día a sentirme nuevamente totalmente satisfecha.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513555 veces