En mi propia casa…

Al principio era algo así como que me despertaba con la sensación o la idea, de que alguien había estado en mi cama, tocando y acariciando mi coño. Pero cuando trataba de recordar, no lograba nada en claro. Pero eso solo me sucedía cuando bebía mucho, así que procuré no emborracharme, y esa idea o sensación desapareció. Pero apenas volvía a llegar borracha a casa, casi cayéndome, tras escuchar la cantaleta que me dieron mi mamá y mi papá, cuando me desperté al día siguiente, horrorizada me di cuenta de que definitivamente algún hombre había estado conmigo en la cama, ya que encontré una gran cantidad de semen que salía de mi coño, y que se había regado sobre mi sabana. Como no me acordaba de que me hubiera acostado con ningún hombre, supuse que quien fuera había entrado a mi habitación y se había aprovechado de mí. No les dije nada a mis padres, pero sospeché de inmediato de mi hermano mayor.

Por varias semanas no volví a salir de noche, y mucho menos a beber. Pero cuando volví a salir con mis amigas, procuré a pesar de lo bebida que me encontraba, quedarme despierta, para ver quién era el que se había estado acostando conmigo. A pesar de que me quedé despierta gran parte de la madrugada, finalmente comencé a dormirme, y si noté que de momento, alguien comenzaba a separar mis piernas, y aunque yo traté inútilmente de oponerme, comencé a sentir que esa persona tras quitarme las pantis, se dedicó a mamar mi coño. A pesar de lo borracha que me encontraba, y que apenas podía darme cuenta de lo que sucedía a mi alrededor, cuando él comenzó a chupar mi clítoris, la sensación de placer fue tal, que realmente poco me importó de quien se trataba, ya que deseaba intensamente que continuase mamando mi coño, y de ser posible que me penetrase.

Sus manos acariciaban divinamente mis senos, sin que debido a lo oscuro de mi habitación no le pudiera ver su rostro. En medio de mi gran borrachera, disfruté de un tremendo orgasmo, y casi de inmediato sentí que su caliente miembro, penetraba mi coño. Mientras que yo con las pocas fuerzas que tenía comencé a mover mi cuerpo buscando sentir más y más dentro de mí esa verga.

Al día siguiente al finalmente despertarme a eso del medio día, como de costumbre mis padres me volvieron a llamar la atención, pero la verdad que no me importó mucho. Lo que deseaba descubrir quién era el que se había acostado conmigo la noche anterior. A mi papá lo descarte casi de inmediato, por sus achaques de la próstata, apenas y puede cumplir con mi mamá, algo que se lo he escuchado decir tanto a ella como a él. Por lo que solo me quedaban mi hermano mayor, que de un tiempo a esta fecha ha comenzado a verme de manera muy diferente, y el menor, al que descarté de inmediato, por lo tímido que es.

Nuevamente por par de semanas no volví a emborracharme, pero cuando lo hice, llegué a casa de madrugada, y apenas entré en mi habitación, caí como un tronco sobre mi cama. Quizás ya estaba durmiendo la borrachera que había agarrado esa noche, cuando lo que me despertó fue un fuerte dolor en mi culo, y casi de inmediato me di cuenta de que quien fuera me lo tenía bien metido entre mis nalgas, al tiempo que con una de sus manos, hábilmente me la estaba introduciendo casi por completo dentro de mi coño. Entre una cosa y otra, el placer que sentí, nuevamente venció la curiosidad de saber de quién se trataba. Esos dedos estaban haciendo un sinfín de delicias dentro de mi coño, mientras que el fuerte dolor fue desapareciendo, y en su lugar comencé a sentir un gran placer por el hecho de que me estuviesen dando por el culo de manera tan salvaje.

Yo después de volver a sentir como me penetraba, una y otra vez, y de que a pesar de mi borrachera, disfruté de un tremendo orgasmo. Por lo borracha que estaba ni tan siquiera podía darme cuenta de quién era, y al poco rato me volví a quedar sin sentido. Cuando desperté ya cerca del medio día, mi mayor deseo era saber quien se estaba acostando conmigo. No por quejarme, ni denunciarlo, sino por proponerle a quien fuera de mis dos hermanos que se acostase conmigo sin que yo estuviese borracha. Para también gozar un poco más.

Así que tras darme un baño, envuelta en mi toalla, me dirigía a la habitación de mi hermano mayor, aprovechando que nuestros padres estaban en el trabajo, cuando vi que mi hermano menor, salía de su cuarto. Y cuando le pregunté por nuestro hermano mayor, me dijo. El no ha llegado a casa desde hace dos días, esta con su novia en la playa. Y continuó caminando.

Yo me quedé sorprendida, no podía creer que mi hermanito menor, fuera quien se estuviera acostando conmigo. Así que me le paré de frente, y en medio de la sala, dejé que la toalla se deslizase hasta el piso, nada más de ver la cara que puso supe que había sido él quien aprovechándose de mis borracheras, hasta me había dado por el culo. Yo no le dije nada, simplemente me arrodillé frente a él, y sin que Junior, que es como le llamamos, se moviera, extraje su miembro del pantalón y sin demora lo introduje dentro de mi boca, con la que me dediqué a chuparle su verga, como una loca. Hasta el momento en que él mismo la extrajo completamente erecta. De inmediato, viéndolo, con una cara de puta deseosa de que se lo metieran, me recosté sobre el sofá de la sala abrí mis piernas de par en par y Junior volvió a penetrarme divinamente. A diferencia de las muchas ocasiones anteriores, disfruté hasta más y no poder de lo que mi hermanito menor y yo estábamos haciendo.

Yo he dejado las borracheras, pero eso no ha impedido que durante algunas noches, mi hermanito menor y yo tengamos nuestros encuentros ya sean en su cama o en la mía. Desde luego sin que nuestros padres se enteren.