Nadie sabe en dónde encontrará una oportunidad de tener una experiencia rica y caliente.
Me ocurrió hace una semana viajando de Tepic a Chiapas.
Relato
Salí de Tepic, me dirigía a tomar unas vacaciones a mi pueblo, son bastantes horas de viaje.
Conforme recorría las ciudades y hacía las diferentes paradas, fuimos quedando menos pasajeros.
Hice amistad con una chica algo rellenita, chaparrita, morena clara, de rostro agradable.
Sucedió que en Guadalajara el autobús hizo parada. Bajamos y compré cosas para ir comiendo. Ella no tenía cambio y me di cuenta. Me ofrecí a pagar y ella apenada dijo que no llevaría nada, le insistí quedando que para la próxima ella pagaría. Se sonrió y aceptó muy apenada. Volvimos al autobús.
Seguimos el camino y como bajaron algunos pasajeros ella se me acercó para agradecer el gesto en la tienda.
Seguimos y en Aguascalientes subieron otros pasajeros y bajaron más.
Junto a ella se sentó una señora algo gordita, yo venía dos asientos atrás de ellas ( le diré Liz), Liz se levantó y como que fue al baño.
Al volver la señora gordita estaba semidormida.
Liz se sentó junto a mi, me dijo que no cabían las dos en su respectivo asiento.
Comenzamos a platicar, me dijo que iba a Chiapas a visitar por unos días a su hijo, ella trabaja en la cosecha de tomates en un pueblo de Nayarit, veníamos platicando y cada vez más en confianza.
En unas horas llegamos a Querétaro, allí fue que bajamos a los sanitarios, al volver al autobús compré unas botellas de agua, Liz volvió con otras botellas de agua y unas fritutitas.
Dijo que habíamos quedado en qué ella pagaría la siguiente compra, pero le dije que no era necesario, total que le acepté unas galletitas. Seguimos platicando de cosas, yo le escuché atentamente y me platicó sobre su trabajo, cómo la dejó su pareja, la necesidad de salir a otros lugares lejanos para ganarse dinero, etc.
Le pregunté que si sufría de acosos, era común que una chica en su situación sufriera de eso, me comentó que no, me dijo que todos saben que los trabajadores de allí tienen familia y casi todos tienen que enviar dinero a su casa y no les da para tener aventuras u otros romances con nadie más.
Me comenzó a hacer preguntas sobre mi vida, le confesé que mi esposa me había dejado y nunca tuvimos hijos, me hubiera gustado tener alguien pero no fue posible.
Seguimos en la charla y luego de unas siestas y una descompostura en el autobús, bajamos a recorrer la ciudad de Acayucan Ver, tardarían en reparar el autobús al menos tres horas.
La invité a comer en un restaurante cercano, fue una comida decente después de varias horas de viaje, noté que me veía de una manera rara.
Me dijo que si esa gorda no se hubiera sentado junto a ella, no estaríamos comiendo juntos esa tarde, yo le dije que si no hubiera sido por sus billetes grandes no me hubiera ni siquiera atrevido a saludarla. Se comenzó a reír y terminamos de comer.
Nos dijo el chofer que tardaría una hora más de lo esperado, nos retiramos a conocer el centro del pueblo, le invité helado, fruta en vaso y chilito, cositas como recuerdos.
Liz me dijo que ya hasta parecíamos noviecitos, nos reímos y volvimos a la terminal donde reparaban el autobús, pues aún no quedaba la reparación.
El chofer nos dijo que cambiarían de unidad y en treinta minutos más llegarían por nosotros, bajamos nuestras maletas, esperamos y se estaba haciendo noche, llegó una representante de la línea, nos dijo que habían dos opciones, irnos colocando en otros autobuses o reembolsarnos el resto del pasaje y buscar por nuestra cuenta la manera de llegar a Chiapas.
Liz solicitó ser cambiada de autobús, yo quería quedarme y buscar por mi cuenta.
Esperé, llegó el autobús y estaba muy feito, le dije a Liz que mejor solicitará su reembolso y buscaríamos una línea mejora ya solo faltaban ocho horas para llegar a Chiapas.
Buscamos boletos pero solo había para el día siguiente, Liz me dijo que ahora, le tocaría esperar en la terminal hasta que salga el autobús, le dije que si gustaba para que no saliera muy caro, buscaría un hotel y pasar allí la noche.
Aceptó y a media calle encontramos un hotelito cómodo.
Nos instalamos, nos bañamos, busqué algún cine cercano y le dije que si quería ver una película en el cine, dijo que sí.
Salimos del cine y caminamos al hotel, pero antes pasamos a cenar algo ligero. Llegamos al hotel y Liz me dijo que estaba agradecida por ser tan atento, sola no hubiera tenido idea de qué hacer.
Se acostó en su cama y yo en la mía, seguimos platicando y después de una ducha me acosté.
Ella se metió a bañar después, dijo que hacía calor aunque ya era de noche. Vi que se había puesto una faldita, vi sus piernas torneaditas, acariciables, me hice el disimulado y platicamos.
Ella se ponía crema en las piernas y yo me mantenía viendo hacia el techo escuchándola y respondiéndole.
Me dijo que me dejaría descansar, pues ya había hablado mucho. De repente apagó la luz, sentí que no se dormía, se daba vueltas en su cama.
Se levantó al baño, volvió a su cama, me llamó y le dije que si tampoco podía dormir. Dijo que no, seguimos la plática y yo por el calor me mantuve destapado, ella solo se cubría con la sábana, pero aún así se sentía calor.
Prendimos el aire acondicionado, pero hacia mucho ruido, al enfriarse la habitación lo apagó.
Me dijo que si estaba pensando lo mismo que ella, le dije que si, ella emocionada me dijo: Ah si? Y en qué piensas?
Le dije que pensaba que hacía calor.
Se comenzó a reír, en eso ví su pierna asomarse, me dijo que andaba algo nerviosa, le pregunté por qué?
Dijo que si les dijera en su casa que estuvo en un hotel con un amigo recién conocido, no le iban a creer. Le dije que a mí sí me creerían, ella sorprendida dijo que si sería capaz de contarles en mi casa eso, le dije que si, pues no era nada malo, sería malo si hiciéramos cosas malas, eso si no se cuenta.
Se reía y me dijo que eso estaba pensando, le pregunté qué era lo que pensaba, me dijo que eso, de hacer cosas no malas pero si ricas.
Yo emocionado saia a qué se refería.
Le dije, de verdad quieres hacer cosas ricas ahora?
Dijo que si.
Le dije que si quería hacer fresas con crema, son muy ricas. Se empezó a reír más, luego le sugerí hacer papas a la francesa, se reía y reía.
Ya más calmada dijo que era muy ocurrente, le dije que esas cosas eran ricas, me dijo que ella se refería a cosas de hombres y mujeres, a otras cosas. Le dije que seria rico también. Se quedó callada unos instantes, luego me preguntó si tenía ganas de que se quite la sábana de encima, pues hacía calor.
Le dije que yo me la quitaría también por el calor, me destapé y quedé con el dorso descubierto.
Ella se retiró la sábana de encima, levantó una rodilla y entre la oscuridad noté que se acariciaba su sexo.
Me dijo que si era tímido o qué?
Le dije que era respetuoso, luego me dijo que necesitaba a alguien menos respetuoso. Le dije que yo también. En eso se levantó de su cama, se pasó a mi cama y nos besamos.
De inmediato la abracé y la acaricié en la espalda, me dijo que no aguantaba más, me quería sentir todo. Me abrazó fuerte, sentí sus senos generosos en mi pecho, gemía muy cachonda, le puse mi mano en la cadera y seguimos besándonos, luego ella puso su pierna sobre mi cintura y allí fue que comencé a tocar sus senos sobre su camisón.
Le besé el cuello, me dijo bajito al oído que me la cogiera ya, le dije que si de verdad, no tenía globito, me dijo que estaba operada. Me dediqué a la excitarla más, gemía en celo de verdad, recargó su sexo sobre mi pierna, me agarró el pene y dijo que se lo metiera.
Yo ya le chupaba los senos, el cuello, bajé a su vientre besándolo, me decía que era muy rico. Besé su entrepierna, entré a su clítoris y allí se contorsionaba de forma cachonda, me dijo que se venía muy rico.
Seguí estimulando su clítoris con mi lengua, se movía sintiéndome y me dijo que nadie le había hecho así.
Me levanté y su camisón estaba amontonado en su vientre. Le puse mi glande en su vagina y ella me jaló para penetrarla hasta adentro.
Comenzamos a coger, sus senos se movían delicioso, separaba sus piernas y luego me abrazaba con sus piernas, cogía muy rico.
Me veía y dijo que se lo hacía sabroso, se vino otra vez. Me apretaba y me inclinaba a besarla y chuparle los senos. Dijo que tenía mucho de no coger, estaba hambrienta de verga, me dijo que si ya le había echado mi lechita, le dije que todavía no.
Se levantó y se colocó de a perrito, sus nalguitas se sentían carnositas. La penetré y cogimos otro rato así. Sentía su mano como tocaba mi pene al entrar y salir, ella gemía y respiraba rápido.
Me dijo que se venía otra vez, dió un suspiro ahogado, profundo, en verdad lo gozaba, su mano presionaba mis bolas, me dijo que si le echaba mi semen adentro, me moví más rápido y eyaculé dentro de ella. Gemía, dijo que sentía mi chorro de semen, le dije que si, estaba bien sabrosa, me dijo que yo también.
Nos dejamos caer en la cama y nos quedamos dormidos.
Amaneció, estábamos abrazados, el frío ligero nos hizo cubrir con la sábana. Ella me abrazaba, me dijo que le había gustado mucho mi verga. Me levanté y me metí a bañar.
Nos arreglamos, fuimos a desayunar y a la hora indicada continuamos con nuestro viaje.
Fue una rica aventura con esa morenita chaparrita muy cachonda. Nos quedamos de ver al regreso.
Seguramente nos veremos y les platico lo que suceda.
mi cuñada y mi hermano se fueron a vivir a casa de mis padres porke mi hermano trabajaba fuera de la ciudad un dia mi novia vino a mi casa por unos dias cual yo a probexe de tener sexo ...
Relato erótico enviado por Anonymous el 04 de January de 2007 a las 21:18:40 - Relato porno leído 106678 veces