EN UNA CANTINA

Mi relato empieza asi: Trabajo como secretaria en una firma de abogados, siempre me gusta vestirme con mini faldas, pantalones bien ajustados o vestidos que se ajusten a mi cuerpo, soy una mujer de 25 años de edad, uso talla 34C, tengo un trasero respingón y bien definida mi cintura y cadera marcada, Esa mañana me presente a trabajar como siempre, llevaba un vestidito ocuro pegado corto, cargaba una pititanga que había comprado el día anterior, pero no me percate que era muy diminuta, la compre porque es muy sexy, el diseño trae aberturas por toda la parte que recubre toda la parte de vagina y el hilo es muy delgado, el cual se me marcaba muy bien debajo del vestido. Me sentia un poco incomoda porque apretaba mi clítoris, ya que habían momentos en los que se me metía entre mis labios vaginales. El día pasó muy tranquilo al salir del trabajo, decidí ir al un pequeño mall que esta cerca de mi oficina a conseguirme otra pititanga y decidi irme caminando, cada vez que daba un paso sentía como esa diminuta pititanga se me metía un poco más y empezo a provocar que me mojará porque rozaba y apretaba mi clitorías, llegue al mall y empeze a buscar alguna tienda donde comprarme lo que necesitaba, iba caminando cuando de repente me alcanzó el hombre que trabaja en mi oficina como mensajero y que hace la limpieza, yo había escuchado decir de otros compañeros, que el es un hombre bastante morboso y que siempre se consigue chicas lindas, lo cual no lo podía creer ya que es un hombre bastante feo con cara de depravado sexual, al darme alcance me tomo del brazo y me pregunto que buscaba, a lo cual yo no quise darle detalle de lo que buscaba, solamente me limite a decirle solo ando viendo vitrinas pero que ya me iba, porque no encontre nada que me gustara, pero yo me sentia muy incomoda porque mi vagina estaba muy humeda y me sentía agitada ya no podía seguir caminando ese pititanga me estaba torturando mucho.

El noto que me miraba extraña y me dijo: Cosita la veo muy mal, la invito a que nos tomemos una cervezita para que pueda refrescarse, conozco un lugar cerca de aquí, espero que le guste ya que no puedo invitarla a un lugar mas elegante, por mi mente pasaron muchas cosas feas pero acepte porque necesitaba refrescarme y entrar a un baño a acomodarme la pititanga, salimos del Mall y caminamos hasta llegar al lugar, era una Cantina a la que me había invitado, entramos el lugar era de muy mala muerte, se miraba asqueroso, en un momento me rehúse pero me dijo: no me desprecié, solo será una cerveza y yo la acompañare hasta tomar su taxi, no me quedó de otra mas que aceptar, entramos al lugar, había unos diez tipos tomando cerveza cuando entre todos se quedaron con la boca abierta mirandome y empezaron a silbarme y decirme alguna que otra patanada, yo puse cara de enojada y mi compañero les dijo: por favor no la molesten ellla viene conmigo y saludo a los estaban en la cantina, nos sentamos y el fue a la barra a pedir dos cervezas, yo vi como mi compañero se le acercó al oído al cantinero y le dijo algo, el hombre también tenía muy mal aspecto, era un hombre barrigón, con apariencia que no se había rasurado en una semana, bastante calvo, cargaba una camiseta que se miraba bastante sucia, en fin de muy mala apariencia y noté que se sonrió conmigo, yo me hice a la desentendida cuando regreso mi compañero con las dos cervezas le pregunte donde estaba el sanitario y el me llevó, poso su mano al rededor de mi cintura yo no hice nada por quitarle la mano, sentía como mi vagina estaba agarrando fuego y me excito mucho ver como esos hombres me miraban hambrientos, entré al sanitario saque la pititanga de mis labios que la estaban devorando y note lo humeda que estaba, regrese con mi compañero a sentarme a tomarme la cerveza y empezamos a hablar, no se que le pusieron a mi bebida, pero de repente sentí como un fuego empezo a recorrer mi cuerpo, me ardían mis pechos y terminaba en mi vagina, mi compañero me pregunto: Te sientes bien mami? Y yo le dije: No lo sé, talvez estoy cansada. Y se corrio para mi lado quedando yo arrinconada, empezó a tocarme mi cabello y me dijo al oído: Ese tanga que cargas puesto hoy me ha traído loco todo el día, me muero por morderte esas tetotas. Se que te gusto que te trajera a este lugar, todos te ven el culo y las tetas y cuando entraste aqui caminaste muy provocadora, queres que te rompan el culo. Yo no podía decirle nada, esas palabras me calentaban mucho.

Paso seguido recuerdo que el me besaba mi cuello y me acariciaba una teta y con la otra tocaba parte de mi trasero y me trataba de halar mi tanga para arriba yo estaba extaciada, me bajo la parte de arriba de mi vestidito y me teta quedo a la vista de todos que ya se acercaban a nuestra mesa y empezó a chuparmela, yo abrí mis piernas y se subio mi vestido el metio una de sus manos entre mis piernas y empezo a buscar mi clítoris mientras la otra de sus manos se restregaba por todo mi trasero, yo movíia mi cuerpo, el termino de bajarme mi vestido y mi dos pechos salieron quedando liberados a lo que recuerdo que escuche que los demas hombres presentes exclamaron con admiración: Mirá que par de melones me termino sacando mi vestido y su boca no dejaba de chuparme, morderme y jalarme mis pezones yo solo gemía, al ver mi tanga dijo: Mami que tanguita más delicioso que traes y me lo subio más para que se perdiera entre mi vagina, acto seguido senti que un hombre se animó a sentarse a nuestro lado y su boca se aferró a mi otra teta, yo miraba que todos los hombres estaban a nuestro al rededor, dandole porras a sus amigos, mi compañero hizo a un lado el tanga y empezo a meterme un dedo hasta meterme cuatro dedos para masturbarmey yo me movía más, el me decía mami estas bien mojadita, queres que te reviente, yo buscaba su pene, el lo sacó de su pantalon y lo vi, era descomunal empeze a pajearlo y con mi otra mano buscaba el pene del otro hombre, este era bastante grueso y un poco largo, nos levantamos y me acostaron a una mesa, me quitaron mi tanga y el cantinero empezo a chuparme mi vagina con sus dedos me halaba mi clítoris yo sentí como come corría pero el no paraba de darme sexo oral, yo me retorcía y gemía, el primero en meterme la verga fue mi compañero sentí como esa tranca entraba en mi y empezaba a moverse otros se dedicaban a tocarme y chuparme las tetas yo chupaba la verga de un desconocido, mi compañero saco su verga de mi concha y me la empezo a meter en mi culito yo grite de dolor y uno de los hombres me tapo la boca, otros me agarraron mis piernas y me las abrieron mas, senti como varias manos tocaban y jugaban con mi concha y la abrian como buscando un tesoro perdido mi compañero termino inundandome mi culito levantaron mi cuerpo alguien se acosto en la mesa y me clavo su pija en mi culo sin ninguna piedad yo cabalga y oía como gritaban: Cojete a esa puta! Y mi compañero decía: Ya vieron la putita de lujo que les traje, le gusta que le metan las pijas otro hombre me metio su pija en mi choncha y comenzo a azotarme mis piernas y jalarme las tetas, me taparon la boca con un pañuelo ya me dolía mi cuerpo, pero mi concha seguia pidiendo mas pijas me corría una y otra vez, diez hombres pasaron por mi concha, culo y chuparon mis tetas me dejaron acostada sobre la mesa con las piernas abiertas y derramaron cerveza sobre mi concha y mi compañero me dijo: Ojala que te haya refrescado.

Ahora sigo trabajando en el mismo lugar, mi compañero tambien y me tiene amezada que si le hago algún desprecio le enseñara las fotos de como me cojieron varios hombres en una cantina. Yo por supuesto no pienso hacerle ningún desprecio porque me encanta como me cojio.