En vacaciones mi primo me hizo su primita III

A la mañana siguiente, mi primo salió con sus amigos y yo me quedé con mi prima. Laura me dijo entonces:
-Vení a mi cuarto.
Ya en su cuarto me indicó que me inclinara en la puerta que separaba los cuartos y que pusiera la oreja en el agujerito de la llave.. Luego entró a la habitación nuestra y empezó a gemir.

-Ahh...aia...ahhh.

También empezó a agitar una pequeña botella con agua y se escuchaba un ruidito particular.

Finalmente dijo en voz muy baja:

-Sos una perra...

-Soy una nena...

Cuando volvió, me hizo mirar también a través de agujero de la llave. Se veía poco, pero se veía.

-Bueno, primo: Quiero saber qué hacen vos y mi hermano por las noches. Contestame con la verdad que no te va a pasar nada, me dijo seriamente.

Yo me quedé sin palabras un rato. El silencio era peor que un grito. Ella permanecía con sus brazos cruzados frente a mi esperando respuesta.

Con voz muy baja respondí:

-Nos hacemos la paja...

-¡No!, dijo, se dice nos "masturbamos", pero no es eso lo que hacen en la misma cama. Anoche pusieron el colchón en el piso para no hacer ruido, pero me dieron una mejor visión. ¿Uno de ustedes es la nena y el otro el macho o los dos son las dos cosas? ¡Contestame ya o hago un escándalo contando todo a mis padres!

Temblando de pies a cabeza, mirando para abajo, le contesté:

-Yo hago de "nena", pero no le cuentes a nadie, por favor. No lo haré más. Te lo juro.

-Bueno, bueno...me imaginaba... O sea que vos sos la nena. Pero no tienen porqué dejar de hacerlo. Yo seré tu cómplice. ¿ Lo harán esta noche de nuevo?

-No lo sé. Cuando le cuente esta conversación, seguro que no querrá hacerlo más.

-Es que no le vas a contar. Al contrario, esta noche le vas a dar una gran sorpresa. Lo vas a esperar en tu cama, vestida de mujercita. Yo te voy a producir. Te voy a dejar hecha una nena preciosa. Y cuando él te llame a su cama, prendés la luz del velador para que te vea bien y para poder verlos yo también. Yo le voy a decir que saldré a dar una vuelta con mis amigas y te esperaré en mi habitación. Te preparo y me quedo para ver todo. ¿Estás de acuerdo?

-Me da miedo y me da vergüenza- Contesté

-Pero no tenés miedo ni vergüenza para dejarte coger por mi hermano, nena ¿Cómo es eso?

Me quedé en silencio. No le podía sostener la mirada. Me dio un escalofrío.

El resto del día lo pasé preocupado y con miedo, pero también con cierta ansiedad.

A la noche mientras veíamos tele después de cenar, mi prima dijo que la luz de afuera no andaba justo cuando ella salía a dar una vuelta. No estando mi tío, Francisco debió ir a cambiarla. Laura me llevó rápido a su habitación. Me hizo poner unas bombachitas con dibujitos de cuando era chica. Cuando me vio la pija me prometió que alguna vez jugaríamos "juntas". Las bombachitas me ajustaban, marcándome bien el culo. Luego un vestido mini de ella que a mi me llegaba a las rodillas. Con un cinto lo abollonó y me quedó cortito como mini falda. Me pintó los labios y los ojos, me puso rubor y me dio un par de zapatos de niña, con tiritas al costado y sin tacos. Me miré al espejo y me dio un escalofrío en todo el cuerpo porque parecía una nena.

-Estás bonita, me dijo, ahora andá y metete así en la cama. Cuidado con el maquillaje.

Luego de cerciorarnos de que nadie nos veía, me fui corriendo a mi cama.
-Goza mucho mi putita, me dijo a modo de despedida.

Yo estaba hirviendo, ansiosa de que llegara Francisco y me llamara...

Francisco llegó, cerró con llave, sin prender la luz acomodó el colchón en el piso. Esperó un rato tratando de escuchar algún ruido, pero no se escuchaba nada.

Al ratito, susurró:

-Venga primita, que estoy caliente..

Entonces prendí el velador, que estaba medio tapado con papel de regalo rojo preparado por Laura.

-¿Qué hacés? ¡apagá la luz! Boluda.

-Esperá que te presento a alguien. Y tu hermana no está. Los tíos ya están arriba. No hay peligro, contesté tranquila.

Me destapé, me paré y me acerqué coqueta hasta mi primo que estaba atónito, parado , desnudo, sobre el colchón.

-Pero estás vestida....de nena...sos preciosa...¿cómo hiciste?

Se le paró la pija en un segundo. Yo me acerqué al velador y le pregunté:

-¿Apago entonces la luz?

-Noo, te quiero ver bien, da una vuelta.

Di media vuelta y al quedar de espaldas, levanté un poquito el culo y luego me agaché sin doblar las rodillas para que viera mis bombachas. Al estar yo vestida, Francisco se cubrió instintivamente con la sábana. Se acercó y me abrazó por detrás. Me di vuelta y lo abracé por el cuello. Y tirando de la sábana le pregunto:

-Qué es esa cosa dura que me pincha la panza? Cuando le saqué sábana y quedó desnudo de nuevo, le agarré la pija diciendo:

-Ah, era esto....qué linda herramienta...

Se volvió loco. Me abrazó fuerte, me levantó la falda y me apretó las nalgas, mientras por delante me empujaba con su pene erecto. Me besaba el cuello, las orejas y finalmente me dio un beso en la boca. Sus manos seguían haciendo travesuras por todas partes y yo levanté una pierna poniéndola sobre la de él. Me tomó la pierna y me la acarició hasta la nalga, mientras yo no reprimía mis gemidos. Me sentó sobre la cama y me empezó a meter mano en las piernas, bajo la falda, que bastante levantada, dejaba ver mi bombachita de nena. La otra mano me tocaba las tetitas, mientras me chuponeaba el cuello. Me empezó a sacar el vestido. Se arrodilló y me besó las piernas centímetro a centímetro. Entonces me puso de rodillas, aún con la bombacha puesta y me puso a mamar. El estar vestida, la charla con Laura y la desesperación de Francisco, me habían desatado. Estaba hecha una verdadera puta. Chupé con tanto entusiasmo que Francisco se vino en mi boca. Me tiró sobre la cama, se colocó a mi lado y me empezó a besar y acariciar. Yo le agarré la pija y se la empecé a pajear. Pronto estuvo parada de nuevo. Empezó con sus besos y chupones, me acariciaba las nalgas, me colocó boca abajo y sacándome la bombachita, me lubricó impaciente. Me ordenó abrirme de piernas y me empezó a penetrar, con ímpetu. Me hizo doler un poco, pero el placer era tanto que sólo gemía de gusto. Me puso boca arriba, me volvió a penetrar. Me decía al oído que era una nenita muy puta. Que era su mujercita . Yo le contestaba que sí que era suya , que era una nena, que me gustaba ser cogida.

Pronto volvió a llenarme de leche. De nuevo me masturbé como las chicas, mientras él me chupaba las tetitas. Me dijo al oído que me vistiera así todas las noches. Que yo sería su novia.

Quedamos abrazados un largo rato. Me besó en la boca, como se besa a las novias. Apagamos la luz y se fue a lavar. Cuando volvió, fui yo al baño. Casi conmigo entró Laura. Me dijo que se había masturbado viéndonos y se lavó en el bidé. Yo también. Estábamos desnudas las dos. Total éramos dos chicas. Me sacó el maquillaje y prometió conseguirme otra ropa para la noche siguiente. Sos muy putita prima, te vestiré más puta que hoy. Nos dimos las buenas noches y nos fuimos a dormir, satisfechas y cansadas.

Al día siguiente mi prima me buscó cuando estaba solo y me dio un beso. ¡Estuviste genial, nena! me dijo. Yo la hice callar, mirando para todos lados porque tenía miedo que alguien la escuchara decirme "nena", aunque me gustó ese trato.

-¡No seas tontita!, me dijo, nadie nos ve. Éste es nuestro secreto.

-Ya te conseguí ropa para esta noche. Un camizoncito muy cortito celeste, bombachitas negras y sandalias. Es muy bonito, tiene un adorno de encaje en el escote tipo bote y breteles anchos. Se saca por la cabeza, porque es bien acampanado. Pero esta noche tenes que actuar como mujer no solo para coger sino también para convencerlo de que te lleve a pescar a la isla. Ahí podrás estar todo el día vestida. Claro que solos no los dejarán ir . Pero con una hermana mayor quizás si...

-Pero es que si vas vos, él no va a querer estar conmigo, le contesté con asombro.

-No, pero es que van estar solos...o más o menos. Como es posible que tampoco me dejen a mi sola acompañarlos, he pensado que nos lleve mi tío Gaspar. Entonces seremos dos parejas: Ustedes dos, mi tío y yo.
Él tiene una casita prefabricada de madera en la isla. Es para dormir cuando va a pescar. Tiene dos habitaciones chiquitas y un baño pequeño, pero equipado. Con mi tío tenemos relaciones cuando podemos en ese lugar. Yo falto al cole y cruzamos a la isla. Es un secreto, porque sería un escándalo que se entere la familia. Él llevaría las de perder porque siendo más grande, se coge a una pendeja como yo. Por eso hay que hacerlo muy bien para que nadie sospeche, ni de ustedes, ni de nosotros.

-Lo primero es convencerlo de que pasen un día entero como novios en la isla. Lo segundo contarle cómo se puede hacer...y lo más difícil será contarle que tío Gaspar me coge. Si lo toma a mal, no podrá contarlo porque entonces yo contaría que él te está cogiendo a vos...y se perdería de estar con su nueva "nena".

Esa noche, de nuevo vestido de nena con el camizoncito que apenas me tapaba la bombacha, sandalias y un poquito de maquillaje, esperé a Francisco, que me hizo prender la luz del velador para apagar la grande.

Mientras él acomodaba el colchón, yo me senté en la cama, para que me vea.

-¡Qué lindas piernas que tenés! Nunca me había dado cuenta. Sos una nena muy linda.

Se sentó a mi lado, me abrazó, me besó en la boca y con su mano libre me acarició las piernas, luego las nalgas. Me besó el cuello, me empezó a tocar la tetas. Me tiró al colchón y levantando el camisón me agarró con sus dos manos las nalgas. Me besaba, me decía que me había vuelto muy puta. Estaba arriba mío y su pija ya estaba parada. Yo me refregaba contra él para sentirla mejor, moviendo mi cadera y gimiendo. Entonces se desvistió y me empezó a besar y chuponear desde el cuello para abajo. Mi camisón era ahora una bufanda porque me lo levantó hasta el cuello sin sacármelo. Entonces le dije:
- Esperá un poquito...quiero decirte algo. Por supuesto que siguió con sus chupones, con sus manos recorriendo mi culo y mis piernas. Pero yo como pude me aparté y le repetí:
- Esperá. Si alguna vez digo no, es no. Tratame como a una mujercita.

-¿Qué pasa? ¿ Te hice doler? ¿Estás enojada?-dijo asustado.

-No....todavía...pero vos me hiciste mujercita...y me gusta...y quiero pasar un día como nena, vestida y desvestida con vos....en la isla.

-No. Es imposible. Sería lindo, pero a mí no me dejan...hay que cruzar en lancha, no me dejan ni en pedo. Olvidate.

-Es que no iríamos solos...Nos puede llevar el tío Gaspar.

-Pero no, él cuando va es para pescar, se quedaría todo el tiempo con nosotros y no podríamos hacer nada más que pescar con él.

-Es verdad, a menos que él fuera con su novia.

-Si va con una mina a pescar a la isla no nos querrá llevar. No, imposible.

-Es que él no iría con la intención de pescar sino de coger...podríamos ir un día, dormir allá y volver al otro día.

-¿Pero él ya sabe algo de nosotros? No le habrás contado porque te mato. ¿ Y quien es la novia? ¿La conocés?.

-No, no sabe nada, pero lo va a tener que saber. Él se acuesta con Laura.

-¡Hijo de puta!

-Shhh, dije. ¿ Qué te importa quien coge con tu hermana? Coger es lindo con quien sea. Y además Laura me está vistiendo de nena para vos porque nos vio por la cerradura de su puerta.

-¿ Querés seguir jugando a que soy tu nena ahora? Decime que sí, que vamos a la isla y seguimos. Si no, no me dejo más con vos...

-Que turra que sos. Estas aprendiendo a ser mujer como la turra de mi hermana.

Me abrazó de nuevo, me sacó el camisón, se paró y me hizo poner de rodillas. Yo sabía qué tenía que hacer y lo hice con devoción. Se la mamé, le lamí por fuera, le chupé los huevos, se la chupé con fuerza, apretándola en mi boca. Hasta que acabó en mi garganta, haciéndome tragar su leche. Después, acostados, me empezó a toquetear de nuevo y me dijo al oído:

- Me está gustando la idea de estar todo el día y toda una noche con mi nena. Te voy a coger hasta que te salga leche por los poros.
-Humm....si...qué lindo....decía yo mientras lo pajeaba para que se le pare de nuevo. Cuando estuvo de nuevo al palo, me dijo :

-Ponete.

Eso significaba que me ponga boca abajo con las piernas abiertas. Me estaba educando bien. Yo obediente me "puse". Me sacó la bombacha. Me puso crema en mi cuevita y me cogió con ganas, con alegría. Me decía que era una putita divina, una nena de él.

-Si soy tuya y de nadie más....así cógeme así...dámela toda...

Me dio vuelta y me hizo poner de perrita.

-Perra puta- ¿Cómo te gusta!.

-Si soy tu perra....me gusta mucho...

Después me puso boca arriba, con la almohada debajo.

-Abrí bien las piernas, como las chicas putas...

Yo obedecía gimiendo y pidiendo más. Me la puso de nuevo...bombeando y bombeando ...Hasta que empecé a sentir como su pija se agrandaba adentro mío, mientras aceleraba el ritmo. Sentía como llenaba las paredes de mi culo y agitándose cada vez más, respirando en mi oreja empujó con fuerza hacia adentro y empezó a acabar. Al tocarme empecé a acabar también

-Aia...ahhh...ayyy.

Me había hecho gozar y ahora no estaba segura de sentir el placer en mi pija o en el fondo de mi cuevita. Solo sabía que era su mujer...y que pronto pasaríamos un día entero juntos. Y que había prometido que me iba a coger hasta que me salga leche por los poros...