Había entrado al baño del colegio, estábamos en la hora de descanso, estaba abriendo la puerta cuando unas manos me sujetaron de la cintura y me empujaron hacia adentro, cerraron la puerta y pusieron el pasador.
Era Susy, mi compañera de clase, se había metido al baño conmigo. Sujetó mi cabeza por el cuello, sentí como sus dedos se enredaron en mi cabello, sus enormes ojos verdes me estaban mirando pícaramente, me empujó hacia ella para darme un beso, y cuando estábamos a punto de dárnoslo, ella amagó y tiró su cabeza hacia atrás, sus labios sonrieron mientras veía los míos, yo puse mi mano en su espalda, a la altura de las caderas y la sujeté fuerte; ella se acercó nuevamente y comenzó a darme un beso; se sentía delicioso, sus labios eran suaves y carnosos, podía sentir el sabor a fresa de su labial, era dulce. Me gustaba la forma en que me sujetaba por el cuello, fuerte, apasionadamente, seguíamos besándonos, era encantadora la forma en que me daba pequeños mordiscos en los labios mientras empujaba mi cabeza contra la de ella, mirándome fijamente a los ojos.
Sentí su mano cerca de la rodilla, la empezó a subir por mi pierna hasta que llegó a mis tangas, yo tiré mi cuerpo un poco hacia atrás, pero ella me siguió con su mano y me acarició por encima de mi ropa interior. A mí toda la situación me tenía en shock, no me lo había imaginado, su entrada fue tan inesperada, que no me dejó espacio para reaccionar, me sentí invadida, poseída por el encanto de la súbita entrada de Susy y sus deliciosas caricias. Ella continuó acariciando mi coñito por encima de mis tangas, sentía la presión de sus dedos sobre mí, eso, sumado a esos deliciosos besos que no paraba de darme, terminaron por hacerme caer entre sus brazos olvidando por completo el echo de que nos encontrábamos en el baño.
Tomó mi pierna por el muslo y puso mi pié encima del retrete, ella se puso de rodillas en el suelo, con una mano me levantó la falda, y con la otra me corrió las tanguitas hacia un lado, no me había dado cuenta de lo mojada que estaba hasta que ella puso sus dedos sobre mi coño y pude sentir lo fácil que se movían por él, empapados con mi jugo. Metió su cabeza entre mis piernas y sentí su lengua en mi coñito, empezó a pasarla de abajo hacia arriba y a veces se concentraba sólo en mi clítoris, hacía que su lengua girara alrededor de él, lo chupaba, volvía a excitarlo con su lengua; yo me tuve que morder los labios para no empezar a gemir, puse las manos contra la pared y abrí las piernas lo más que pude para que ella me pudiera chupar el coño como quisiera; su reacción fue poner su mano sobre mi nalga y la empezó a apretar, a empujarme contra ella, miré hacia abajo pero lo único que pude ver fue mi falda encima de su cabeza, no podía ver nada pero lo estaba sintiendo todo, estaba nadando en un mar de placer proveniente de su boca, era demasiado fuerte lo que estaba sintiendo, la verdad es que me estaba costando mucho trabajo mantenerme callada mientras podía sentir las maravillas que Susy hacía con su lengua. No tardó mucho en hacerme venir, era tanto el placer que me estaba haciendo tener que rápidamente empecé a sentir como mi cuerpo iba a estallar de la emoción, sentí una súbita embestida de placer, y los pequeños espasmos en mi cuerpo le indicaron a ella lo que estaba pasando, me estaba viniendo.
Ella, se paró del suelo, se lamió los labios con la lengua, puso sus dedos sobre mi clítoris y lo acarició suavemente; me miró un instante a los ojos y me dio un beso, luego se llevó los dedos a la boca, quitó el pasador de la puerta y salió, así, sin decirme nada pero dejando mi cuerpo extasiado de placer.
Ese viernes fue el mejor de todos, porque desde entonces nunca me separo de mi amiga Lorena Con la que mas de una vez, y desde entonces nos hemos enloquecido de placer juntas!!!!
Relato erótico enviado por Anonymous el 07 de February de 2009 a las 22:46:05 - Relato porno leído 304559 veces
Mi nombre es Antonia, pero mis amigas me llaman tan solo Ant, cuando llegué a casa de Valeria mi amiga, me encontraba llorosa, triste y bien deprimida ya que me novio, momentos antes, sin más ni más, me dijo que terminaba conmigo, y que no lo buscase más. No me dio razones, y simplemente se montó en su motora y se marchó. Dejándome toda confundida y sin saber qué hacer, fue que me di cuenta que me encontraba cerca de la casa de Valeria, y me llegué hasta su casa, buscando consuelo, pero al tocar la puerta, salió su madre la señora Estela, únicamente cubierta con una pequeña toalla de baño alrededor de su cuerpo, pero nada más al verme, sonriendo me dijo, que Valeria había salido con su padre y regresaba a la noche. Fue cuando sintiéndome más sola y abandonada, estallé en llanto, Estela al verme en esas condiciones, de inmediato me hizo entrar a su casa.
Relato erótico enviado por Narrador el 24 de October de 2009 a las 11:09:24 - Relato porno leído 127179 veces
Acariciándonos nuestras piernas hasta que ya estábamos lo suficiente calientes nos quitamos nuestros calzones y comenzamos a mamarnos nuestras vaginas y a besarnos.
Relato erótico enviado por Anonymous el 22 de July de 2009 a las 23:49:21 - Relato porno leído 110305 veces