Encuentros casuales

Aquel día empezó bien porque ella no disponía de vehículo para ir al trabajo y me pidió que fuera con ella
Durante el trayecto su corta falda me alegraba la vista y yo hacía por no mirar pero se me iba la vista .
Pero no , no era así . Ella estaba insinuando y era atrevida.
Para más aderezo ponía su pierna cerca de la palanca de cambios y nos rozábamos.
Cruzamos nuestras miradas con una leve sonrisa.
Al cerrar mi puerta abrí la suya para que saliera y me dió las gracias pasando un dedo por mi cara y diciendo gracias majetón.
Caminé tras ella viendo el contoneo de sus caderas y ella lo acentuó más.
Ya en la oficina nuestros puestos de trabajo no están lejos y casi nos vemos .
Ella se levantó y se puso frente a mi inclinando su cuerpo y enseñando bravamente sus hermosas tetas.
Aquello era no insinuación sino provocación en toda regla.
Te espero en el baño.
Y me levanté tras ella .
En el distribuidor donde hay dos puertas para dos personas , me dió un anticipo con un beso .
A la vuelta a casa haremos locuras majetón.
Ya no pude trabajar y hacía por mirarla .
Llegó la hora y volví a abrir la puerta y ella me enseñó ya sus bragas negras.
Su pierna y mi mano volvieron a jugar .
Me hizo parar en la parte trasera de su casa y allí me pidió silencio y complicidad.
Podemos tener algún momento de pasión si deseas .
Los dos somos casados y no deseo mayor compromiso pero tú me pones bastante y deseo sexo extramarital para experimentar sensaciones .
Hoy es el día que mantenemos relaciones fortuitas y no fortuitas al menos una vez al mes.
En un hotelito a 40 kilometros saciamos nuestro sexo .