Mi esposo Ramiro, y yo llevamos ya varios años conociendo a nuestros, Pepe y Rosa. Tanto que desde hace tiempo compartimos, salimos los cuatro juntos, y en ocasiones, hasta procuramos que nuestras vacaciones cuadren con las de ellos. Pero ignorando que durante esas vacaciones Rosita y yo nos volveriamos mucho más intimas amigas....
Relato
Por lo que cuando Pepe y Ramiro, se pusieron de acuerdo entre los dos, para que los cuatro pasáramos un largo fin de semana, en una retirada casa de campo. Tanto Rosa, como yo estuvimos al principio no estuvimos completamente de acuerdo. Pero como ya nuestros esposos, habían realizado los arreglos con la dueña de la casa, y pagado la renta acordada, no nos quedó más remedio que ir.
El primer día, a Ramiro, y a Pepe les dio por irse a pescar en un lago cercano, desde bien temprano en la mañana, donde se la pasaron todo el día, regresado casi cuando comenzó a caer la noche. De paso los pescados que trajeron, no valían la pena ni limpiarlo para freírlo. Mientras que Rosita, y yo, nos la pasamos tendidas en unas tumbonas de madera, tomando sol, y bebiendo cerveza, al lado de una especie de laguna artificial, en cemento.
Ya al poco rato que partieron nuestros esposos, a Rosita le dio por quitarse el sostén de su traje de baño, con el cuento de agarrar buen color por todo el cuerpo. Cosa que al poco rato, como no había más nadie, yo también hice. Hasta que fui yo la que me di cuenta de que mis nalgas estaban algo pálidas, así que también me quité las bragas, para darles algo de color a mis nalgas. Entonces fue Rosita, quien me imitó.
Al poco rato mientras tomábamos el sol completamente desnudas, sentí que algo me rosaba una de mis piernas, y al levantar la cabeza, para ver. Me di cuenta de que Rosita, sentada a mi lado, era la que me estaba tocando la pierna, pasando sus dedos que subían, y bajaban a lo largo de todo mi muslo. Al darse cuenta ella de que la observaba, me dijo. Es que me siento algo aburrida, y me preguntaba si tú te sentirías igual que yo. Lo cierto es que si me sentía aburrida, pero justo en ese instante sus dedos se acercaban peligrosamente a mis nalgas, y mi coño. Yo me quedé en silencio, pero de inmediato los volvió a llevar en sentido contrario.
Yo si le dije que también me sentía muy aburrida, y se me ocurrió preguntarle que podríamos hacer para pasar el rato, aparte de nadar en la pequeña posa esa, y de tomar el sol. Rosita volvió a mover sus dedos en dirección a mis nalgas, y coño, pero más lentamente, mientras me preguntó. ¿Isa, alguna vez has tenido sexo con otra mujer? Yo de inmediato le respondí que no, y ella también me respondió que tampoco, nuevamente ella me preguntó ¿Isa, nunca has sentido curiosidad, de saber cómo se siente hacerlo con otra mujer? Yo la verdad es que le respondí que no había pensado en eso, pero de inmediato mi amiga me volvió a preguntar ¿te gustaría probar a ver cómo se siente? Yo me quedé sin saber que responder, pero en esos instantes, al observar a mi amiga, la vi como que más linda, más femenina, hasta que comencé nuevamente a sentir sus dedos, que comenzaron acariciar suavemente mi coño.
En ese instante pensé, bueno las dos estamos solas, por aquí no hay más nadie, y nuestros maridos de seguro tardaran en llegar. Yo pensaba responderle que quizás, cuando al seguir sintiendo sus dedos, que ya prácticamente los tenía introducidos dentro de mi vulva, como acariciaban sabrosamente mi clítoris. En lugar de decirle eso, dejé escapar, sin querer, un profundo gemido de placer. Que para los efectos, seguramente Rosita lo tomó como un inconfundible sí. Por lo que acercó su boca a la mía, y a pleno sol, y al aire libre, las dos recostadas sobre aquellas viejas tumbonas de madera, comenzamos a besarnos y acariciarnos intensamente. La verdad es que nunca hasta esos instantes, había pensado en llegar a tener un encuentro sexual con mi amiga. Pero como dicen la ocasión la pintan calva. Por lo que las dos, nos dejamos llevar por la curiosidad, o por lo menos eso pensé yo, en ese momento.
Lo cierto es que como nunca lo había hecho con otra mujer, me sentía extraña, y a la vez sumamente excitada. Y pienso que mi amiga se debería sentir igual que yo. Ya que tanto ella como yo, no dejábamos de besarnos, y acariciarnos por todas partes. En medio de nuestro desenfreno, Rosa colocó su rostro sobre mi coño, y comenzó a pasarme su lengua por todas partes, y yo al poco rato, tras cambiar de posición hice lo mismo con el coño de ella. Pero no conformes con eso, tras volver a besarnos, y acariciarnos. Ambas separamos nuestras piernas, y comenzamos a restregar nuestros coños, mutuamente, los labios de su vagina rozaban contra los míos, y en ocasiones sentía que su clítoris, y el mío chocaban y se restregaban, una y otra vez. Hasta que ella al igual que yo disfrutamos de unos órganos como nunca antes lo había disfrutado.
Bueno las dos quedamos exhaustas, pero sumamente satisfechas. Con razón había escuchado, que solamente una mujer sabe como satisfacer plenamente a otra. Así nos la pasamos el resto del día, bebiendo cerveza, y sin tan siquiera detenernos para comer algo. Por lo que ya cuando comenzó a caer la tarde, tras meternos en la posa, al salir nos dimos cuenta de que nuestros esposos regresaban. Por lo que rápidamente, nos pusimos los trajes de baños. Como les dije lo que trajeron no valía la pena ni limpiarlos para freírlos. Por lo que con la excusa de que nos habíamos pasado el día tomando sol, convencimos a nuestros maridos de que nos llevasen al pueblo a cenar.
Bueno ahora Rosita y yo somos mucho más intimas, se pueden imaginar la razón…
Ese viernes fue el mejor de todos, porque desde entonces nunca me separo de mi amiga Lorena Con la que mas de una vez, y desde entonces nos hemos enloquecido de placer juntas!!!!
Relato erótico enviado por Anonymous el 07 de February de 2009 a las 22:46:05 - Relato porno leído 304524 veces
Mi nombre es Antonia, pero mis amigas me llaman tan solo Ant, cuando llegué a casa de Valeria mi amiga, me encontraba llorosa, triste y bien deprimida ya que me novio, momentos antes, sin más ni más, me dijo que terminaba conmigo, y que no lo buscase más. No me dio razones, y simplemente se montó en su motora y se marchó. Dejándome toda confundida y sin saber qué hacer, fue que me di cuenta que me encontraba cerca de la casa de Valeria, y me llegué hasta su casa, buscando consuelo, pero al tocar la puerta, salió su madre la señora Estela, únicamente cubierta con una pequeña toalla de baño alrededor de su cuerpo, pero nada más al verme, sonriendo me dijo, que Valeria había salido con su padre y regresaba a la noche. Fue cuando sintiéndome más sola y abandonada, estallé en llanto, Estela al verme en esas condiciones, de inmediato me hizo entrar a su casa.
Relato erótico enviado por Narrador el 24 de October de 2009 a las 11:09:24 - Relato porno leído 127158 veces
Acariciándonos nuestras piernas hasta que ya estábamos lo suficiente calientes nos quitamos nuestros calzones y comenzamos a mamarnos nuestras vaginas y a besarnos.
Relato erótico enviado por Anonymous el 22 de July de 2009 a las 23:49:21 - Relato porno leído 110299 veces
NO SOY LESBIANA PERO TENGO UNA AMIGA HERMOSA QUE ME TENTO.
Relato erótico enviado por veronika72 el 12 de April de 2012 a las 00:00:04 - Relato porno leído 109371 veces
Si te ha gustado Entre amigas muy intimas… ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Entre amigas muy intimas… ( CON fotos).
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:34) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Entre amigas muy intimas… ( CON fotos).
Vota el relato el relato "Entre amigas muy intimas… ( CON fotos)" o agrégalo a tus favoritos