Empecé a acariciarle sus pechos, primero cogiéndolos suavemente y apretándolos con la misma suavidad, eran enormes, no podía abarcar uno entero con una sola de mis delicadas manos pero seguía masajeándolos por sectores, cada vez me estaba excitando más y más, su cuerpo respondía poniendo sus pezones duros, haciéndole sentir un intenso placer al mínimo roce con ellos. Llevé mi mano a mi vagina...
Relato
Dos años estuve en esa central eléctrica llegando a ser su máxima autoridad y cultivando la amistad y sexualidad de mi secretaria personal Ernestina una mujer de 40 años casada con tres hijos, 12, 8 y 3 años…, sus conflictos, pasiones y enlaces amorosos la tenían al borde de su enajenación.
Ernestina es una adorable hembra su exuberante cuerpazo, es alta, pelo largo castaño, tetas enormes y un culazo tremendo que dan ganas de tocarlo nada más verlo por desgracia mal comprendida y saciada por su marido llevándola a un cataclismo carnal en sus excitaciones, arrebatos y frenesíes sensuales. Mi marido solía viajar bastante por trabajo y pasaba mucho tiempo sola quizás mas del que me gustaba, yo intentaba mantenerme lo mas ocupada posible, iba al gimnasio, a comprar, incluso le dije a la camarera que teníamos en casa, que no viniera algunos días para encargarme yo misma del mantenimiento del hogar. Me dice menos mal que apareciste tú en mi vida…, hoy soy otra mujer gracias a que tu bien comprendes y satisfaces mis sensualidades. ¡Ah! mis hijos también te lo agradecen ya no soy tan exagerada y no los reto por cualquier cosa.
Me llamo Leo soy ingeniero jefe de esta central, a mis 21 años he logrado mi éxito personal en el trabajo aunque no mi seguridad, sobre todo en lo monetario y menos en lo amoroso.
Ernestina justaba de llegar temprano a mi casa oficina, antes de que los demás empleados llegaran, a lo menos media hora, y como aprovechaba ella esa media hora para sulfurarme
Se quitaba su abrigo dejando cuerpo totalmente semi desnudo frente al espejo del vestidor, con sus vestidos apretados a este, con sus 40 años se cuidaba bastante tenía el pelo rubio, largo y liso en ese momento aún húmedo por la ducha que se había dado en casa, unos pechos grandes, eran una talla 100 copa D, terminaban en unos pezones medianos algo erectos por la sensación de contacto con la tela y ligeramente se notaban el par de juego con las areolas que daban una nota de color a su tirando a blusa. Se gira para que observara sus nalgas, eran redondeadas ligeramente grandes pero con buena forma, como un corazón invertido, con una ligerísima acumulación de celulitis que a todas las mujeres las trae de cabeza justamente al final, en ese "pliegue" cutáneo infernal del glúteo pero para sus 40, seguía siendo bastante apetecible pensé yo emitiendo una pequeña risilla de satisfacción.
La desnudaba de sus vestimentas y aprovechaba de observar su depilado el pubis que con mucho cuidado había dejado una franja de pelo corto, no le gustaba la sensación de ir completamente depilada, le daba un aspecto infantil, como de niña pequeña, ella era toda una mujer. El pelo del pubis era mas oscuro tirando a negro o castaño oscuro, se dibujaba una línea de unos dos dedos de grosor que recorría todo mi monte de Venus como un pequeñísimo erizo, sus labios mayores estaban rasurados y solamente quedaba algo de esa franja peluda al inicio del capuchón de su clítoris. Esa visión de su vulva con el depilado corto pero dejando ver que era una mujer hecha y derecha, apetecible, desesperada por sentirse acoplada por un apareamiento, le gustaba y parecía de lo más sensual esperándome que la dominara clavándole mi miembro en su vagina para poder descargarse de sus desesperados deseos carnales…
Cuando sentía como mi pene ensanchaba su vagina desgarrando sus paredes en un inicial coito gritaba y vociferaba excitada entregándome su cuerpo feliz al apareamiento sin reservas ni oposición ninguna, gustaba de sentirse mi mujer y deseaba ardientemente ser cubierta por mi cuerpo y mi miembro. Como gozaba gustaba de tener este pene de un adolescente, dura como una piedra que la penetrara en su cuerpo, ver su cuerpo desnudo y emanar de ella sus jugos preseminal muerto de excitación al pensar que podría introducir su miembro entre sus piernas me excitaba.
Empecé a acariciarle sus pechos, primero cogiéndolos suavemente y apretándolos con la misma suavidad, eran enormes, no podía abarcar uno entero con una sola de mis delicadas manos pero seguía masajeándolos por sectores, cada vez me estaba excitando más y más, su cuerpo respondía poniendo sus pezones duros, haciéndole sentir un intenso placer al mínimo roce con ellos. Llevé mi mano a mi vagina y le introduje el dedo índice muy suavemente con mucha dulzura, como si fuera el pene duro, lo saque al mismo ritmo y empecé a acariciar su pezón con él, la humedad del dedo hacia que se deslizara perfectamente haciendo círculos alrededor de su areola y poniéndolo aun mas duro si cabe, el cual frotaba con movimientos circulares, ascendentes y descendentes. Tenía que lubricar mi dedo continuamente para que la sensación fuera más placentera y mi saliva era un perfecto lubricante capaz de llevarme al cielo con aquella sensación a esta apasionada mujer. Me introduje con mi pene en su vagina comenzando así a realizar un movimiento rítmico introduciéndolos y sacándolos primero suavemente y cada vez un poquito mas rápido. Dentro de esa sintonía rítmica sacaba mi pene por completo y empapados en sus jugos, el mejor lubricante posible, acariciaba de nuevo con mi pene su clítoris en círculos esta vez aplicando más presión que antes y con dos arremetidas más esta gemía y se movía su cadera hacia delante y hacia atrás como poseída por el placer oh, ah exclamaba y por fin el éxtasis se derramó dentro de ella, una fuerza sobrecogedora inundó todo su cuerpo haciéndole llegar a lo más alto. El pene que tenia dentro de su vagina es mojado por lo líquidos que escurrían como parte del flujo que emanaba a borbotones debido al éxtasis por Ernestina logrado estuvo temblando unos 10 segundos en esa postura con todo al aire literalmente y mis dos manos engarriadas, fue algo indescriptible como este macho me satisfacía sé que vendrían una tras otra sus duras estocadas hasta disfrutar de mi cuerpo, este cuerpo que mi marido no quería… el macho me inundaba con sus fluidos de leche tibia, comenzaba a emitir pequeños sonidos provocados por el placer de este divino apareamiento.
Si su jefe y amante la sabía saciar y muy pronto la preñaría ya que ella no se cuidaba y deseaba otro bebé y si era de este joven semental más delicioso que su marido sabía tratarla por meses así, lograría este premio. Han pasado meses y Ernestina tiene abultado su vientre de un fecundado bebé en este útero. Ahora tendría que seguir a su jefe que había sido trasladado a una usina mayor y de más responsabilidad, este deseaba que ella continuara sirviéndola como su secretaría y por supuesto en la cama. Su marido como más pasaba fuera de casa que en ella le daba igual donde se fuera a vivir el llegaría a su casa.
El Sr. Araneda es un importante empresario, 50 años, casado, adinerado y muy califa.
Kendra tiene 19 años y es su primer día de prostituta en un lujoso club.
¿Qué pasará cuando Kendra encuentre que su primer cliente es este exigente hombre? El cual sin duda buscará la manera de tenerla de esclava solo para él.
Relato erótico enviado por casadocaliente7 el 25 de July de 2014 a las 00:01:11 - Relato porno leído 360845 veces
Hola, soy Yuli, tengo 26 años, viuda con un hijo de 8 años. Mido 1.68 y peso 60 kgs. Tengo un trasero excelente y firme, piernas torneadas,
reconozco que tengo un busto pequeño pero también muy firme…..
Relato erótico enviado por Anonymous el 07 de February de 2009 a las 23:16:12 - Relato porno leído 61835 veces