Es un placer hacer negocios con usted.... ( CON fotos)

Así lo hice, pero a la hora de la verdad, tras Peter escoger el más barato, le dije al contratista, que yo pagaría la diferencia, pero que no le dijera nada a mi esposo. Ya que yo contaba con unos ahorros, con lo que no conté, fue que poco antes de terminar la remodelación, me fui de compras con varias de mis amigas, y gaste más de lo que debía. Y aunque realmente no fue mucho, por lo que a la hora de pagar, tras pagarle antes de que me dijera algo, tuve que decirle al contratista, que le quedaría debiendo algo, pero que en par de días podía pasar a buscar el resto. Él de manera muy caballerosa acepto, pero a los pocos días que volvió para cobrar lo que le debía, lo hice pasar a la cocina, donde no me quedó más remedio que confesarle que aún no tenía el resto del dinero. No sé si sería, porque no quería que Peter, mi esposo se enterase. Pero de momento me di cuenta de la manera en que el tipo ese me miraba. Y cuando me preguntó, de qué forma pensaba pagarle. Lo único que se me ocurrió hacer, fue acercarme a él, al tiempo que dejé que la blusa que yo tenía puesta se abriera mostrando mis senos, el contratista se quedó boquiabierto con sus ojos clavados en mis tetas. Mientras que ya con mi cuerpo bien pegado al suyo, comencé a sobar por encima de la tela de su pantalón su miembro, que en cosa de segundos, sentí como se puso bien duro. Él en ningún momento, mientras comencé a quitarle su ropa, hizo esfuerzo alguno por detenerme, y cuando tras agacharme, le bajé el pantalón, y su slip. Su miembro emergió como si tuviera vida propia, por lo que lo único sensato que se me ocurrió, fue llevármelo a la boca, y ponerme a mamárselo. Al tiempo que me fui desnudando, del todo frente a él. Por un rato estuve mamando su parado, y duro miembro, hasta que él, tras sacar su verga de mi boca, me indicó que me pusiera de pie, y me apoyase sobre la isleta de la cocina. Lo que me sorprendió, en parte fue que él se agachó, tras de mí, separó mis nalgas, y comenzó a darme un beso negro. Cosa que en mi vida, ni mi esposo, ni ninguno de mis amigos íntimos había hecho. Y a medida que fui sintiendo como su lengua, exploraba mi esfínter, sus manos acariciaban intensamente mi coño. Sus dedos agarraban mi inflamado clítoris, produciéndome un gran placer. Yo chillaba, y gemía profundamente, al tiempo que restregaba mi culo, contra su cara. Hasta que él, al poco rato se puso de pie, y me penetró sabrosamente con su verga. Yo seguí moviendo mis caderas, mientras que él, una y otra vez metía y sacaba todo su miembro de mi coño. Apretándome con fuerza contra su cuerpo, hizo que los dos terminásemos tirados sobre el piso de la cocina. Por lo que mientras él se encontraba, bocarriba yo cabalgaba sobre su cuerpo, haciendo que su verga entrase hasta lo más profundo de mi coño. Yo disfruté de un tremendo orgasmo, mientras que él se vino dentro de mi caliente coño. Al levantarnos del piso, tras vestirse lo que me dijo fue. Señora ha sido un placer hacer negocios con usted, a lo que yo aún impresionada, por lo mucho que él me había hecho disfrutar, le dije. Espero que este haya sido el primer pago, de varios que pienso seguir haciéndole cada vez que venga a cobrarme. Tras él retirarse, fue que me dije a mi misma, la verdad es que te has convertido en toda una puta. Y sin prisa alguna, recogí mi ropa, y me dirigí al baño para asearme, y darme una buena ducha. Claro que a Peter, no le comenté nada de lo sucedido…..