Eso fue lo que le dije a mi marido, una vez que comenzó a excusarse, por haberse venido más rápido que inmediatamente. Hernán y yo llevamos viviendo juntos desde hace un par de semanas. Pero hay ocasiones que el pobre como que se pone extremadamente ansioso y no ha terminado de penetrarme con su verga, cuando ya se ha venido irremisiblemente, como si fuera un primerizo.
Relato
Lo cierto es que para mí, la situación pasó de ser algo incomoda a muy molesta. Ya que la estúpida actitud de Hernán, lejos de hacerme sentir bien, me incomodaba muchísimo. Ya que sentía como que me decía que yo era la responsable de su pobre aguante, que lo excitaba tanto y tanto que no podía controlarse. Y aunque tratamos por medio de varias maneras de que Hernán no se viniera de manera tan rápida, todo lo que experimentábamos definitivamente no funcionaba.
Por lo que nuestra relación comenzó a decaer, al grado que un día saliendo del trabajo me encontré con Luis un ex novio mío. Me invitó unas copas, y antes de que terminase de caer la noche, ya nos encontrábamos entrando a un motel, recordando los viejos tiempos. Luis siempre fue bien impulsivo, y apenas entramos a la habitación, me empujó sobre la cama, me arrancó las pantis, y separó mis piernas. De inmediato se dedicó a mamar deliciosamente todo mi coño, mordisqueando de manera única con sus dientes, mi ya inflamado clítoris, arrancándome profundos gemidos de satisfacción. Al tiempo que yo con fuerza lo sujetaba por las orejas y restregaba lujuriosamente su rostro contra mi coño.
Ese fue el inicio de esa larga y loca noche, entre Luis y yo. A medida que él me continuó mamando el coño, lamiéndolo, chupándolo, y mordisqueando, yo prácticamente como pude, me fui arrancando toda mi ropa, hasta quedar completamente desnuda, entre sus brazos. Por lo que cuando comenzamos en serio a tener sexo, fue uno salvaje y sin control alguno. Me sentía de lo más feliz sintiendo y viendo como la verga de mi ex novio, entraba y salía ya fuera de mi coño, de mi culo o de mi misma boca. Al tiempo que él no dejaba de decirme una y otra vez, y de diferentes formas y maneras, lo buena y sabrosa que estaba.
A medida que continuamos Luis y yo teniendo un salvaje sexo de distintas y diferentes maneras y formas, no les niego que ocasionalmente pensaba en el pobre pendejo de Hernán. Al grado que en cierto momento al salir del baño después de asearme. Vi a Luis recostado en la cama, manipulando su mustio aparato, cuando se me ocurrió soltarle uno de los piropos que mi supervisor me dice en la oficina, los días en que decido ponerme una corta y bien ajustada faldita blanca, que prácticamente permite ver mis nalgas a través de la fina tela.
Así que mirando fijamente la verga de Luis a medida que me acercaba a él, con la intención de ponerme a mamar su verga, le dije como si tuviera rabia, o un fuerte enfado. Que porquería, por lo que el sinvergüenza de Luis se me quedo viendo, extrañado por mis palabras, sin entender porque lo insultaba de esa manera. Cuando yo ya montando mis rodillas en la cama, continué diciéndole. La que me espera cuando regrese a casa, con mi marido. Y acto seguido me dediqué a mamar como una salvaje su verga, hasta que nuevamente estuvo lo suficientemente dura para volverme a penetrar, pero por el culo.
De más está decirles, que Luis casi se muere de la risa al escucharme decir eso. Al salir del motel, ambos quedamos en vernos en otra ocasión nuevamente. Al regresar a casa, encontré al pobre Hernán, esperándome en la sala, bebiéndose un trago. Y apenas me preguntó donde me encontraba, sin más ni más le dije. Acostándome con un verdadero hombre. Hernán se quedó boquiabierto, sin decir una sola palabra, pero viéndome de manera tal, que no hizo falta que me siguiera preguntando, yo voluntariamente comencé por decirle que me había encontrado con Luis, persona que él conocía. Ya que cuando nos conocimos Hernán y yo, Luis era mi pareja.
Como ya les mencioné, no hizo falta que Hernán me preguntase nada, sus ojos me decían todo, deseaba saber intensamente, qué había pasado esa noche entre Luis y yo. Yo no sé qué fue lo que me llevó a decirle a Hernán todo lo que hicimos Luis y yo, aun a riesgo de mi propia seguridad personal. Quizás fueron los muchos tragos que me tomé, o por lo feliz que me encontraba, la cosa es que continué contando con lujo de detalles todo lo sucedido. Lo raro fue que a medida que le iba diciendo a mi marido como le había puesto los cuernos con mi ex novio, Hernán lejos de mostrarse molesto, o humillado. Me di cuenta de que estaba sumamente excitado.
Al grado que a medida que yo seguí hablando, Hernán se me acercó, y de manera algo brusca me comenzó a desnudar. Obligándome a que me tirase al piso de la sala, una vez que me arrancó toda la ropa. Separó mis piernas y como un desesperado loco, se dedicó a mamar mi coño. Quizás no de la misma forma o manera en que Luis lo hizo, pero la excitación que me produjo fue tal, que al poco rato de sentir su lengua, labios y dientes, restregándolos contra mi coño, disfruté de un mojado y profundo orgasmo.
Yo no podía creer lo que estaba sucediendo, ya que apenas quedé completamente exhausta, tirada sobre el piso de la sala, Hernán se desnudó completamente. Saltando de inmediato sobre mí, y penetrándome de manera salvaje y sin consideración alguna. Al tiempo que yo continuaba contándole todo lo que Luis esa noche había hecho conmigo, como yo le había mamado su verga en varias ocasiones, y como sabrosamente me había dado hasta por el culo. Hasta le conté lo del chiste de que porquería tengo en casa, cosa que lejos de molestarlo, ofenderlo, o incomodarlo, le causó muchísima gracia. Por su parte Hernán era como si le hubieran hecho un trasplante de verga, o algo así. Ya que sin cansancio, y sin venirse como un verdadero pendejo, continuó dándome verga hasta que los dos quedamos rendidos tirados en el medio de la sala.
Al despertarme vi a Hernán completamente dormido a mi lado, y en su rostro marcada una gran cara de satisfacción, como hacía muchísimo tiempo que no se la veía. Fue cuando me recordé, que cuando comenzamos a salir, yo aun me estaba acostando con Luis, y Hernán lo sabía. Así que después de que preparé el desayuno a eso de las diez de la mañana, desperté a mi marido, quien no hizo referencia alguna a nada de lo sucedido. Por eso cada vez que me doy cuenta de que Hernán se pone algo ansioso, y apenas me lo mete se viene. Yo decido ponerme en contacto con alguno de mis ex novios, o en su defecto, salgo con el supervisor de mi oficina….
Mi Madre, a sus 42 años, es una hembra que está rebuena. Mi Padre, un pobre idiota. Así que una noche decidí darle marcha a ella con mis amigos, mientras mi padre miraba..........
Relato erótico enviado por domo54 el 12 de December de 2008 a las 11:35:56 - Relato porno leído 312204 veces
Era un día normal, común y corriente, yo regresaba de la prepa, yo soy un chavo moreno, alto, con buen cuerpo, bien dotado y muy atrevido, no tengo novia y ese día fue uno de los mejores en mi vida
Relato erótico enviado por Anonymous el 29 de August de 2008 a las 13:06:42 - Relato porno leído 212264 veces
Mi nombre es Alicia, y hasta no hace mucho mi familia, y yo desde luego vivíamos en un retirado pueblo, en el que apenas y nos enterábamos de las noticias, ya que ni tan siquiera llegaba la señal de la Tele. Por lo que cuando nos mudamos a la ciudad, lo que más me impresionó fue el baile del perreo
Relato erótico enviado por Narrador el 04 de June de 2012 a las 23:00:35 - Relato porno leído 149875 veces
Si te ha gustado Ese es tú problema, que piensas mucho… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Ese es tú problema, que piensas mucho….
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:17) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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