Estando borracha mi esposa es violada con mi consentimiento: Mi esposa jamá se imaginó el placer que nos dió a mis amigos y a mí en una noche de copas.
Relato
Estando borracha mi esposa es violada...
ESTANDO BORRACHA MI ESPOSA ES VIOLADA CON MI CONSENTIMIENTO
Hola estimados lectores , les voy a compartir mis travesuras que he hecho con mi esposa y su hermana y ellas no se enteraron.
Comenzaré presentándonos para que se den una idea de cómo somos, mi esposa Araceli tiene 34 años es alta, 1.70 aproximadamente, tiene un bonito cuerpo, morena clara, sus piernas son largas y su culito es amplio y redondito, sus tetas no muy grandes, pero firmes y con unos pezones morenitos que se antoja morderlos, yo 38 años, complexión regular, etc., lo que importa es ella de quién narraré como la he utilizado en estado inconsciente.
Vivimos en México, una de las ciudades más grandes del mundo y que está llena de gente perversa que aprovecha cualquier tipo de situación que les pueda beneficiar, como yo; somos un matrimonio de nivel medio-alto, trabajamos en la iniciativa privada y vivimos bien, como muchas parejas al inicio de nuestra relación todo era dulzura, sexo, amor, etc, sin embargo al paso del tiempo, 10 años, no es lo mismo sobre todo en el terreno del sexo, quiere uno más, cosas diferentes que despierten tus bajas pasiones y eso me pasaba con Ara, les confesaré que soy amante del sexo anal pero ella no, lo tiene considerado como algo prohibido, como un tabú, a pesar de que le he insistido de muchas maneras, pero no cede.
En fin, entraré en materia para no aburrirlos con tanta introducción; resulta que como muchos, quisiéramos ver como se cogen a nuestra esposa, o no? sólo que pocos se animan a hacerlo.
Somos un matrimonio rodeado de amigos y que no perdemos la oportunidad cada viernes de juntarnos con algunos de ello y tomar la copa, platicar y bailar, incluso de no haber alguna vez con quien reunirnos, lo hacemos solos, eso nos divierte y nos calienta al grado de ya entonados por el alcohol hacemos muchas locuras en la cama, menos lo que me gusta, el sexo anal, en contadas ocasiones la he disfrutado pero sólo estando borracha, en su juicio jamás.
Me gusta ver película xxx de sexo anal pero a escondidas de ella, alguna vez la invité y fue tanto su escándalo que me dejó de hablar más de un mes, se le hacía sucio y repugnante, no comprende que para el hombre también los culos y sus agujeritos son motivo de excitación, o a ti no te pasa lo mismo mi querido lector?
En alguno de esos viernes del año pasado me sucedió algo que aún no lo creo, resulta que nos reunimos en mi domicilio con la hermana de mi esposa que estaba con sus dos menores hijo que ya dormían, a ella le gustaba estar con nosotros, sobre todo los viernes por que su marido trabajaba horario nocturno, dos matrimonios más y dos amigos, Pepe de 45 años que era divorciado y Jaime de 37 años y que era casado, sólo que en esa ocasión su esposa andaba de viaje; la velada trascurrió normalmente, bromas, copas, baile, a la medianoche mi esposa estaba eufórica, ella vestía un jeans azul claro con zapatilla de cintas color rosa sin medias, lo que hacía verse sus pies más blancos, se antojaban, blusa sin mangas y escotada, hacía calor por ser la época de verano del año, se veía juvenil y sexy.
El alcohol corrió en serio, botella tras botella, como a la una de la mañana los dos matrimonios decidieron retirarse por motivo de sus hijos que estaban solos en sus respectivas casas, mi esposa y su hermana Vero ya sentían los estragos del etílico, bailaban salsa ellas solas, eran un espectáculo para los que quedábamos, Ara se veía muy bien bailando con esos jeans que resaltaban su culito respingón, mi cuñada llevaba un vestido rojo arriba de las rodillas, igual con zapatillas y sin medias, , físicamente se parecía mucho a mi esposa, sólo que un poco mas bajita y con unas tetas mas grandes, su culo era también mas grande, la falda se le subía por lo mismo cuando bailaba, imaginen como se me antojaba el poder también insertarle mi verga en ese rico culito?
Pepe y Jaime no despegaban los ojos de ellas, sobretodo de Ara, sus nalgas resaltaban en ese pantalón vaquero, discretamente se tallaban el bulto que ya crecía en su entrepierna, los humos del alcohol hacían bien su trabajo, yo me sentía entre celoso y caliente por eso, mi mente empezó a trabajar de cómo me gustaría ver a mi esposa clavada por otra verga, el ambiente se estaba poniendo muy cachondo, ellas con el baile sudaban más y en consecuencia les daba mas sed, otra copa y otra copa, al filo de las tres de la mañana ellas ya estaban muy tomadas, tanto que tuve que llevarlas a sus respectivas recamaras en el segundo piso, Vero entrando a la recamara de visitas cayo como fardo sobre la cama, ni tiempo de cambiarse de ropa, en ese momento solo cerré la puerta y corrí donde mi esposa, ella demasiado tambaleante trataba de cambiarse, con mucho esfuerzo y con mi ayuda logré quitarle la ropa que traía y ponerle un baby doll transparente, era mi preferido en nuestras noches de pasión, se veía muy rica, tanto que mi verga estaba ya muy tiesa y tuve ganas de cogérmela ahí mismo, pero al igual que su hermanita cayó de bruces en la cama y a roncar.
Cuando salí de la recámara la puerta estaba entreabierta y alcancé a escuchar pasos torpes y apresurados bajando la escalera por lo que supuse que mis amiguitos habían estado espiando todo lo que hice al cambiar a mi esposa, luego entonces la vieron desnuda, eso me dio mucho coraje pero mi calentura era tanta que mi mente empezó a trabajar imaginando a mi esposa en manos de ellos, me hice el desentendido y tomamos otras copas.
Veía en sus ojos, a parte de los efectos del alcohol, esa chispa de deseo y calentura, por lo que sin medir consecuencias mi platica la dirigí entorno a mi esposa, fui directo al preguntarles que si les gustaba Ara, ellos se turbaron pero decentemente me contestaron que era muy guapa y que yo era afortunado por tenerla, mi corazón casi se salía por la emoción del momento, estaba a punto de cometer una atrocidad pero no me importó, la siguiente pregunta los dejó sin habla pues les cuestioné si les gustaría cogérsela, después de toser y analizar la respuesta me contestaron que ellos eran amigos y que no harían tal cosa, que si ella no fuera mía entonces sí les hubiera gustado tenerla, eso fue para mi suficiente, ya había logrado despertarles más el morbo y yo ya estaba muy caliente, me sentía muy mareado del vino y de la emoción, fue cuando decidí correr el riesgo y me aventé diciéndoles lo siguiente:
Ustedes han sido compañeros y mis mejores amigos desde la educación primaria y quiero confesarles algo que desde hace años traigo en la cabeza, confío en su discreción?????
Ni tardos ni perezosos me dijeron que desde luego confiara en ellos, que no me defraudarían después de esa larga amistad, en fin, después de un profundo suspiro comencé diciéndoles que amaba a mi esposa y que mi vida a su lado había sido satisfactoria en todos los terrenos, pero que tenía una fantasía, ver a mi esposa haciendo el amor con otro, que nunca me he atrevido a decírselo por que estaba seguro que me mandaría al diablo y me tacharía como el mayor de los pervertidos.
Por supuesto que como siempre, los amigos creen saberlo todo me dieron miles de consejos, siempre manteniendo la chispa del deseo en sus miradas, ya que se habían cansado de todas sus sabias palabras, les dije que ya había probado de todo, pero que no funcionaba, a quemarropa les solté mi deseo de que esa noche quería compartirla con ellos, que si aceptaban participar en mi fantasía, casi se desmayan con mi confesión, les pregunté su opinión, ellos con falsos prejuicios me dijeron que eso no podía ser, nuestra amistad, etc, etc., tajante comenté que si no deseaban entonces olvidaran el asunto, por supuesto que cambió su actitud y dijeron que sólo lo harían por mí, que me estimaban mucho, bla bla bla, no se hagan pendejos – les dije -, creen que no me dí cuenta que me espiaron cuando la estaba cambiando en mi recamara??, sólo intercambiaron miradas apenados, imaginen come estaba yo de caliente al imaginar a mi esposa disfrutada por otros mmmmmmmmmmm, ya saben lo que es capaz de hacer el alcohol
Ansiosos cuestionaban que como le haríamos para lograr mi objetivo a lo que yo les comenté que cuando ella tomaba de esa manera, se perdía casi hasta la inconsciencia, que podría pasar un tren encima de ella y que no despertaría, que esa era nuestra oportunidad, entonces me levanté del sofá y les dije que me siguieran, nos asomamos en la recámara en silencio y lo que vimos casi nos hace venirnos, estaba ella acostada bocabajo, con las piernas semiabiertas y su baby doll casi a la cintura, su calzoncito metido entre sus nalguitas, guauuuuuuuuuu, seguramente tenía calor.
Antes de hacer nada corrí a mi buró y saqué mi cámara digital, no me podía perder ese momento tan cachondo y lleno de lujuria.
Yo estaba muy nervioso, mi corazón latía como loco, tomé algunas fotos, ellos con los ojos cuadrados y el bulto de su pantalón muy grande, babeaban con ese espectacular cuadro que tenían enfrente, entre incrédulos, sorprendidos, calientes y alcoholizados, quizá imaginaban que sólo era una ilusión producto de la borrachera, pero no, era una realidad y provocada por mi deseo de cumplir mi fantasía de compartir las ricuras de mi esposa, admira su foto para que tú, lector de todorelatos, al igual que nosotros, se te pare la pija y puedas masturbarte a gusto.
Les pedía que me no comieran ansias, que no quería lo echáramos a perder, me acerqué a ella y me senté a su lado, quería estar completamente seguro que dormía profundamente antes de que Pepe y Jaime entraran, ellos sólo veían tras la puerta, comencé acariciándole las nalgas para ver su reacción y nada, incluso su respiración era pesada, en ocasiones roncaba, acerqué mi rostro a su entrepierna y pude percibir su aroma de mujer, no pude más y saqué mi verga que ya dolía de estar prisionera y comencé a pajearme, seguí olfateando entre sus nalgas y ese aroma suave que tú ya sabes me tenía como loco, ella ni se inmutaba, entonces se me ocurrió algo, como saber si deberás no sentía nada, hice a un lado su calzoncito y comencé a toca ese agujerito que tantas fantasía me traía a la mente, sabía que eso no le gustaba y en situación normal me hubiera hasta golpeado, me ensalivé mi dedo medio y comencé a meterlo despacio, lento, sentía su calor en mi mano, poco a poco llegó hasta el fondo, y nada, ella incluso la sentí demasiado relajada, flojita, su respiración aún muy pesada, eso me convenció de que no estaba fingiendo, entonces llamé a mis amigos y les dije, ahora es cuando, nomás con cuidado y no me la lastimen, yo la amo y por ahora es suya, ellos ya tenía al igual que yo, la verga de fuera, al verlos me asusté un poco, la de PP era más grande que la mía, como de 23 cms de largo y ancha y prieta, Jaime la tenía más blanca y delgada, pero igual de larga, ambas estaban muy erectas por la excitación y por lo que veían venir.
El primero en acercarse fue Jaime, comenzó haciendo lo mismo que yo hice, acercar su rostro a su entrepierna y percibir su aroma de mujer, luego inició una serie de lamidas de entre sus muslos, hasta las puntas de sus pies, seguro tenía presente la imagen de sus pies desnudos en esas sandalias color de rosa, chupaba dedo por dedo metiendo su lengua entre ellos, después subiendo nuevamente se detuvo chupando en la parte trasera de sus rodillas hasta volver a sus ricas nalgas,
Se notaba que Jaime era un experto, pues lentamente pasaba su lengua por todo su culito hasta acercarse a esa rajita que oculta un rico tesoro, volvió a sacar su tanga de entre sus nalgas y la hizo a un lado, con suavidad las abrió y poco a poco lameteaba entre ellas, bajaba hasta su vagina mordiendo sus labios, trataba de introducir su lengua, así fue subiendo hasta encontrar su hoyito prietito, donde tardó buen rato puntenado con su lengua, Pepe y yo nos pajeabamos ya con desesperación al ver todo eso hasta que tuvimos un orgasmo riquísimo, no aguantamos tanta excitación, Jaime, por fin después de haberla lubricado con su boca, se sentó a horcadas en ella y apuntó su tranca en su húmeda vagina y suavemente la fue introduciendo, nos angustiaba que fuera a despertar pero ella dormía como un tronco, empezó follándola despacio y fue acelerando su ritmo, mi verga de nuevo estaba como un tronco, aún no podía creer que estaban cogiéndose a mi esposa.
Después de media hora de estar limando Jaime decidió cambiar de destino, su culito, como les dije él tenía una verga larga pero delgada, era precisamente lo que se necesitaba para iniciar con el ataque anal, su ojetito ya había sido estimulado por su lengua, sin contar la propia lubricación que ya tenía por la cogida en su conchita, apuntó y comenzó a presionar, yo veía el rostro de mi esposa para ver su reacción, en su inconciencia debió sentir algo extraño por que hacía gestos de dolor, como si estuviera soñando, Jaime logró introducir la cabeza de su pene y muy despacio fue introduciéndolo hasta llegar a tope, por atrás observábamos como chocaban sus bolas con la concha de mi mujer, estuvo sin moverse por espacio de 10 minutos hasta que fue acostumbrándose su ojete a la nueva invasión, suavecito inició el mete y saca, yo creo que estaba aguantándose porque en menos de 5 minutos, notamos como terminó dentro de ella.
Ni tardo ni perezoso PP tomó su lugar e hizo lo mismo que Jaime, inició en la vagina de mi esposa y después pasó a su anito, el cual gracias a la verga de Jaime, estaba listo para recibir una verga más grande, la de PP, como era mas ancha tuvo que hacer un poco de esfuerzo para introducir la cabeza del tamaño de un durazno, sólo fue el principio porque con el semen que ya tenía le sirvió de lubricación y fondo, ella nada más pujaba en sus sueños, Pepe duró más tiempo limando, hasta que por fin tuvo una copiosa venida inundando los intestinos de Ara, por supuesto que después yo hice lo mismo, era mi sueño, cogérme a mi esposa por el culo y si era en esas condiciones de sexo no consentido mejor, a mi ya no me costó tanto trabajo, mis amigos se había encargado de abrirla lo suficiente, mi orgasmo fue increíble, abundante y largo, sentía que me iba al cielo, por fin había hecho realidad mis sueños.
Mis amigos bajaron a la sala mientras yo limpiaba amoroso a mi esposa, con toallitas húmedas lavé sus ricas partes que nos dieron tanta satisfacción, acomodé su calzoncito y la tapé para que continuara dormida plácidamente, gracias amor – le dije cariñoso - y le di un beso.
Me reuní con mis compañeros de parranda y entre otras copas les pedí su discreción con la promesa de poder repetirlo en otra ocasión, ellos felices me dijeron que les había yo demostrado ser el mejor de los amigos.
Al día siguiente Ara despertó con una terrible cruda y con el estómago suelto, estaba yo seguro que nunca se imaginaría el placer que nos había dado la noche anterior.
En otra ocasión les contaré lo que pasó con la metiche de mi cuñadita.
...Hermanito, ya no sigas. No sabes lo que haces”.-Me decía llorando Astrid.
Yo, cegado me dije a mí mismo que si ya había llegado hasta ahí, no podía irme sin meterle el polvo...
Relato erótico enviado por charly_bo el 11 de June de 2012 a las 00:00:02 - Relato porno leído 247259 veces
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raul4002
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:12) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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