Cuando mi padre me ordenó que mis vacaciones las pasaría en casa de abuela, me dio una rabia tremenda, ya que yo ya tenía un plan perfecto, el encontrarme con mi prima, en la casa de playa de mis tíos. Pero como la viejecita necesitaba que alguien se quedase con ella, me jodí.
Relato
Ya que ni derecho al pataleo tenía, a menos que no quisiera quedarme sin mi auto, que para mi desgracia me lo paga mi padre. Así que no tuve más remedio que aguantar, y como dicen morir callado. Razón por la cual, a regaña dientes me fui a la casa de mi abuela.
Cuando llegué ella se sorprendió al verme, ya que al parecer no me esperaba. Y como de costumbre, mi padre no se comunicó con ella para decirle que yo iba. Pero bueno desde llegué, mi abuela se sorprendió por lo mucho que yo había crecido, la verdad es que llevaba más de tres años que no nos veíamos.
Así que después de un corto saludo, me preguntó si yo deseaba acompañarla a tomarse una copita de vino, yo la verdad es que prefiero las birras, pero a falta de pan, ya saben…Así que mi abuela bajó al sótano de su casa y de su cava, trajo una botella de yo no sé qué año.
Tras descorcharla, se apuró a servirme una copa, para mí y otra para ella, y con el cuento de hacer un pequeño brindis, por lo que se me acercó bastante. Y así seguimos bebe que bebe, la verdad es que mi abuela a cada rato la pillaba observándome de manera algo rara, aunque no le puse mucha atención, hasta que me preguntó si yo ya tenía mujer, y cuando le dije que no, ella sonriendo me preguntó de frente, y como le haces, te la pasas haciéndote la paja, o te follas a alguna de las putitas de mis nietas.
Yo la verdad es que me sentí muy confundido por sus preguntas, y por aquello de que no me fuera a decir pajero, le bueno en ocasiones me las entiendo con una de ellas. Pero no creas que te voy a decir con quien.
Mi abuela sonrió, y sin que yo me lo esperase, me ha plantado un tremendo beso en mi boca, al tiempo que de manera descarada, me agarró la verga por encima de la tela del pantalón. Yo me quedé como congelado, no esperaba que me mi abuela me fuera a salir con eso.
Y aunque por unos instantes procuré separar su mano de encima de mi miembro, ella como que se dio cuenta de mis intenciones y me lo agarró con muchas más ganas.
En cosa de segundos, mi abuela ya tenía mi verga dentro de su boca, y yo sin saber qué hacer. Por un largo rato se dedicó a ir chupando, lamiendo, y besando toda mi verga, de una manera única, y por primera vez en mi vida sentía algo tan rico como eso. Por lo que la idea de sacar mi verga de su boca, desapareció casi de inmediato.
En cosa de fracciones de segundos, ambos nos quitamos la ropa, y de la manera más puta que ustedes se puedan imaginar, mi abuela comenzó a restregar su coño, y su culo contra mi verga. Yo estaba que ya poco me importaba que se tratase de mi propia abuela, la que me estuviera haciendo eso, por lo que sin demora alguna dirigí mi parada verga directo a su depilado coño. y fui sintiendo como a medida que ella movía sus caderas, mi verga entraba más y más dentro de su vulva.
Por una parte no podía creer que yo me estuviese clavando a mi propia abuela, y por la otra lo rico que ella se movía, y mamaba mi verga cada vez que se le presentaba la oportunidad. Mientras estuve acompañándola en su casa, hubo días en que ni tan siquiera me llegué a levantar de la cama. La condenada vieja esa, a cada rato deseaba estar follando conmigo. es más cuando llegué a su casa me acuerdo que días antes me había pesado, y cuando regresé a mi casa, me volví a pesar, y no podía creer que casi en una semana yo hubiera perdido cerca de ocho kilos de peso.
Ya que como les dije, mi abuela como que no puede vivir sin una verga dentro de su coño, o por lo menos eso me pareció a mí, mientras estuve quedándome en su casa. Claro que de esto no hablé con mi viejo, porque de seguro, es capaz de matarme, por ser yo quien se clavase a la puta de su madre…