Estar en la universidad es una cosa de… enfermos

En aquella oportunidad tenía 6 meses de relación con Sheyla, una compañera de la universidad. Los 2 primeros meses fue de desenfreno total, tuvimos sexo en su casa y la mía con extrema lujuria. Como es de entender nos cuidábamos pues no quería embarazarla y ése ritmo lo tuvimos por unos meses más. Luego de empezar a trabajar se redujo más que nada a los fines de semana.
En una oportunidad estábamos en la universidad, eran las 10 de la noche y teníamos una exposición grupal, Sheyla lucía muy guapa, con una falda blanca y una blusa ceñida negra, destacando su silueta contorneada, con unas buenas nalgas y unas tetas deliciosas. Teníamos que esperar hasta el final pues nos tocó por sorteo exponer al último. Cuando acabó nuestro turno la gente empezó a abandonar la universidad y ella, cansada de los zapatos con taco, me dijo que la espere porque quería cambiárselos por otros que llevaba en su cartera. Fue al baño y yo me quedé al lado revisando mi celular. Mientras la esperaba me di cuenta que seríamos los últimos en salir de la universidad. Entonces una especie de posesión cayó sobre mí. Sin dudarlo entré al baño de mujeres y encontré a Sheyla inclinada colocándose los zapatos. Me coloqué detrás de ella rozando mi verga en su culo. Ella se levantó en el acto y me reconoció. Estás loco!! nos pueden ver, me dijo. Sin hacerle el menor caso empecé a estrujarle los senos y besarle el cuello, mientras le decía al oído que ya se habían ido todos. Luego de unos segundos de roce intenso le levanté la falda y levanté una pierna sobre el lavadero. Ella podía verse en el espejo. Me agaché y le empecé a meter mi lengua en el culo. Alternando entre su vagina y su ano. La sentí tensa mientras hacía eso, entonces me levanté, bajé mi cierre y se la metí entera por la vagina. Empujé con toda la fuerza que pude y ella aguantaba todas mis embestidas con desesperados MMMMMMHHH. Hasta que al cabo de unos minutos, y sintiendo que me venía, se la saqué y desfogué todo mi semen en su enorme culo. Que hasta ese entonces lo tenía cerradito, y que, en unos días después desfloré con furia.
Salimos muy contentos del baño y cual sería nuestra sorpresa que encontramos frente a frente al profesor del curso que expusimos. Nos miró un tanto avergonzado y solo nos dijo que ya era tarde y teníamos que ir a casa. Salimos súper sonrojados pero luego nos reímos de lo que pasó y prometimos que de ahí en adelante haríamos más locuras en otros lugares.