El amor es un misterio que viaja a través del tiempo; y se manifiesta de maneras totalmente inesperadas.
Relato
Estefanía y Fiorella
RESCATE DE UN AMOR EN EL TIEMPO
El Reencuentro
Estefanía, una estudiante de segundo año de licenciatura en Física, tenía 19 años y era una joven muy bella, sin embargo había algo realmente extraño en ella, a través de sus años de estudio, desde que estuvo en el colegio, jamás se le había conocido alguna relación sentimental con ningún chico, si bien era cierto que siempre había mantenido buenas relaciones con sus compañeras y compañeros, tanto en el colegio como en la universidad, jamás intimaba con ningún muchacho. Las temporadas en que era más buscada por los compañeros de ambos sexos eran siempre cuando se acercaban los exámenes; pues además de que era inteligente parecía tener una especial intuición para la resolución de problemas de matemáticas. Algunos de sus compañeros decían que era una niña prodigio; pues algunas veces resolvía problemas de materias relacionadas con las matemáticas, que correspondían a niveles superiores al que ella se encontraba.
Un día por la tarde, algunas de sus compañeras y compañeros de clase llegaron a buscarla a su apartamento, con el fin de que les ayudara un poco con la preparación de sus exámenes. Después de unas cuantas horas de trabajo y de explicaciones, ayudándose con el ordenador y una calculadora programable, sus visitantes quedaron muy satisfechos por el esclarecimiento que les había dado; y se despidieron de Estefanía no sin antes darle las gracias por el tiempo que les había dedicado. Esto parecía extraño, Estefanía siempre estaba dispuesta a ayudar a sus compañeros; sin embargo, estos parecían sentir pena cuando se trataba de molestarla con sus preguntas; Estefanía parecía infundir un raro respeto, tan patente que nadie se atrevía a hacer bromas subidas de tono en su presencia.
Esa misma tarde cuando los compañeros y compañeras que habían llegado a visitarla estaban por marcharse, una de sus compañeras, Fiorella, se acercó a ella, y llevándola aparte le preguntó:
Estefanía, ¿puedo quedarme un momento más contigo cuando todos se hayan marchado? Es que quisiera decirte algo.
Sí, Fiorella, claro que puedes, incluso puedes quedarte a cenar conmigo si te parece bien.
No sé – respondió Fiorella – te contesto después.
De acuerdo, está bien.
Cuando todos los demás compañeros se hubieron marchado, el dialogo entre Estefanía e Fiorella continuó.
No sé cómo decirte esto Estefanía – comenzó diciendo Fiorella.
Bien, no sé que es lo que me quieres decir pero dímelo, sin temor, anda.
Bien, lo que ocurre es que…
Dime lo que tengas que decirme – la animó Estefanía.
Mira – continuó Fiorella – no quisiera que vayas a mal interpretar lo que te voy a decir.
Créeme que no voy a mal interpretar nada de lo que tú me digas. Pero dímelo ya, para que tus nervios se calmen, pues veo que te encuentras muy inquieta.
Bien, aquí va, nuevamente te digo que espero que no me malinterpretes. Resulta que… bueno que cuando te veo siento cierta atracción hacia ti, cierto sentimiento de ternura y… Estefanía, creo que mejor me voy, me siento como una tonta.
No – replicó Estefanía – no tienes porque irte, puedes quedarte a cenar aquí conmigo. Si te quedas tendremos tiempo para platicar de algunas cosas, pues creo que ha llegado el momento para hacerlo.
¿De qué estás hablando Estefanía? Creo que realmente me malentendiste.
No; Fiorella, no he malentendido nada de lo que has dicho. Pero no hablemos más del asunto por ahora, lo único que te pido es que te quedes a cenar con el fin de que podamos platicar un poco. Te aseguro, enfáticamente, que no tienes ni la menor idea de lo que vamos a platicar. Si quieres hablar con tus padres para decirles que vas a llegar un poco tarde a tu casa, puedes hacerlo; el teléfono está allí en esa mesita. Creo que es mejor que les avises que es posible que te quedes a dormir aquí.
No, Estefanía, eso no puede ser, creo que te estás haciendo una idea equivocada de mí.
Fiorella – replicó Estefanía amablemente – creo que eres tú la que está tomando un concepto errado de mí. Pero como te dije hace un momento, dejemos esta plática por ahora; voy a ir a la cocina a preparar algo para que cenemos. Mientras tanto puedes llamar a tus padres para explicarles que vas a llegar tarde.
Estefanía se dirigió a la pequeña cocina de su apartamento mientras Fiorella aprovechaba para hablar con su madre por teléfono. Desde donde se encontraba en la cocina, escuchó cuando Fiorella le decía a su madre que probablemente se quedaría a dormir en casa de su amiga. Luego de la conversación telefónica con su madre, Fiorella se encaminó a la cocina para ayudarle a su amiga a preparar algunos alimentos.
A pesar de todo, Fiorella estaba intrigada por saber qué era lo que Estefanía quería platicar con ella. Durante la cena estuvieron platicando de temas relacionados con sus estudios y de otras cosas de menor importancia. Luego de la cena se fueron a la salita de estar del apartamento y pusieron algo de música para escuchar. Fiorella se sentía calmada, sin embargo por dentro le roía la curiosidad de saber qué era lo que quería platicar Estefanía con ella.
Estefanía – dijo Fiorella – qué es lo que quieres platicar conmigo, ya casi son las diez de la noche y todavía no me has dicho nada.
Realmente – contestó Estefanía – estaba esperando a que tú me lo preguntaras.Bien, en primer lugar quiero señalarte que, a diferencia de lo que algunos de nuestros compañeros puedan pensar de mí, por mi forma de ser bastante apartada, no estoy de ninguna manera desequilibrada mentalmente.
No, - dijo Fiorella – nunca he escuchado ningún comentario de ese tipo, aunque sí he escuchado más de algún comentario de que tú eres demasiado seria, demasiado reservada.
Bien, pero es posible que tú, por lo que voy a platicar ahora contigo, pienses que alguno de los circuitos de mi cerebro ha dejado de funcionar correctamente. Si en algún momento decides que no quieres escuchar más lo que te voy a decir, simplemente dímelo y yo voy a detenerme; y podremos continuar escuchando algo de música o podremos irnos a dormir; lo que tú quieras.
Fiorella se encontraba cada vez más intrigada, no tenía ni las mas lejana idea de lo que estaba pasando por la mente de Estefanía.
Fiorella,- dijo directamente Estefanía – ¿crees o has creído alguna vez en el destino?
No sé que decirte – respondió Fiorella. Creo que nunca me he puesto a pensar seriamente en ese tema. Pero no vayas a decirme que mi destino era sentir atracción y ternura por ti.
No, Fiorella, no te burles, lo que tengo que decirte es bastante serio y puede proporcionarte la explicación del porqué sientes alguna atracción hacia mí.
Fiorella se quedo callada, no quería volver a interrumpir a su amiga, pero por momentos pensaba que a la mejor estaba un tanto desquiciada; sin embargo, continuó escuchando con atención.
¿Crees tú – continuó Estefanía – que las personas puedan reencarnarse, es decir, que retornen a la vida?
A decir verdad, Estefanía, siempre me ha parecido que esa idea no tiene ninguna lógica.
Bien, has de saber, Fiorella que en la vida hay muchas cosas que no tienen lógica, al menos aparentemente.
La plática continuó, y además de tratar de explicarle a Fiorella los temas del destino y la reencarnación, Estefanía también le explicó que su padre trabajaba para el Banco Inter Capital (BIC), que era una institución perteneciente a la banca internacional de inversión y que tenía intereses en varios países, razón por la cual su padre y su madre pasaban buena parte del tiempo en el extranjero. Al final, Fiorella tomó bastante interés por los temas sobre los que estaba hablando Estefanía, a tal grado que el tiempo pasó volando y de pronto se dieron cuenta de que eran ya casi las dos de la madrugada.
Sin embargo, Estefanía no había podido abarcar el punto con el cual pensaba que Fiorella comprendería el porqué de sus sentimientos de ternura hacia ella. De manera que lo último que le contó a Fiorella fue que desde pequeña descubrió que tenía un don, que era el de poder hacer que las personas pudieran recordar sus vidas pasadas a través de regresiones; esto que a muchos psiquiatras y psicólogos les costaba lograrlo, ella lo traía como un don especial. Sin embargo, esa gracia traía consigo un pero, era que ella podía recordar, a veces sin proponérselo, retazos de sus vidas pasadas, principalmente su vida en la edad media.
De manera que cuando terminaron la plática, Fiorella estaba convencida de que lo que Estefanía quería, era que ella pudiera buscar en su pasado, la razón por la cual tenía aquellos inexplicables sentimientos de ternura hacia ella, hacia Estefanía.
A las tres de la mañana ambas amigas se fueron a dormir, bastante cansadas por el desvelo y la plática. Entraron al dormitorio y Estefanía le prestó a Fiorella una ligera camiseta de algodón para que se la usara para dormir. Ambas se acostaron en la cama de Estefanía únicamente con bragas y la blusita de algodón.
A la mañana siguiente, sin proponérselo, Fiorella amaneció abrazando a Estefanía, cuando se despertó trató de apartarse rápidamente, pero Estefanía se había despertado antes, sólo que había tenido el cuidado de no moverse violentamente para que su amiga no se despertara.
Estefanía – dijo Fiorella – discúlpame es que yo…
No tienes que decirme nada, no tienes porqué disculparte. Vamos, comamos algo antes de irnos a la universidad, y si quieres tomar un baño antes puedes hacerlo.
Fiorella tomó la palabra de Estefanía y se dio un rápido duchazo, cuando salió, su amiga se encontraba desayunando y decidió ir a acompañarla. Después Estefanía se dio también un rápido baño; y un poco antes de las nueve de la mañana ambas chicas iban de camino a sus clases en la universidad.
Cuando terminaron su jornada de clases, cada una se fue a su casa, y las cosas que habían platicado el día anterior por la noche, parecieron olvidarse.
Regresiones
Después de un par de semanas en los que Estefanía y Fiorella no tuvieron, prácticamente, contacto, un día las dos chicas se encontraron a la salida de la universidad.
¿Sabes? – Le dijo Fiorella a Estefanía – durante estos días en los que casi no hemos tenido contacto he estado echándote bastante de menos, el sentimiento de ternura hacia ti ha aumentado, y no entiendo porqué; pues antes de conocerte aquí en la universidad nunca te había visto.
Y qué has pensado hacer sobre eso – agregó Estefanía.
Pues no sé, he pensado en lo que tú me dijiste sobre ese don que tienes para que la gente pueda recordar vidas pasadas, pero no sé, ¿sabes? siento un poco de temor, pienso que pudiera ocurrirme algo desagradable.
Mira, para que podamos hacer una sesión de regresión, tienes que estar realmente decidida y confiar en que no te va a pasar nada, tienes que estar tranquila. Si te decides a probarlo me avisas, que yo con mucho gusto puedo ayudarte.
Sí, lo sé, crees que pudiéramos hacerlo el próximo fin de semana.
Claro que sí, Fiorella, voy a prepárame con todo lo necesario. Creo que podríamos hacerlo el sábado por la noche, es un buen momento porque todo está tranquilo. Y no te preocupes, que todo va a salir bien.
Estefanía no tenía miedo del proceso, no era la primera vez que lo llevaba a cavo, pero sí tenía temor de lo que Fiorella vería en el pasado. Pues iba a tratar de regresarla al año 1240.
El sábado llegó, y Fiorella se reunió con Estefanía en la casa de esta última para llevar a cavo le sesión de regresión. Cuando Estefanía pensó que era el momento adecuado para hacer la sesión le dijo a Fiorella:
Fiorella, ¿te sientes tranquila?
Sí, creo que sí.
Bien, quiero que vengas acá conmigo y te recuestes en este diván, relájate.
Estefanía, ¿para qué son esas cosas que tienes allí en esa silla?
Esos aparatitos me van a servir para monitorear tu presión sanguínea y los latidos de tu corazón. Pero no te preocupes, no es la primera vez que hago esto; y quienes me enseñaron a utilizar esos aparatitos fueron unos médicos amigos de mis padres. De manera que relájate porque vas a dar un paseo.
Estefanía comenzó con un ritual mas o menos estándar, con el fin de lograr hipnotizar a Fiorella, después de un corto momento ésta última cayó en trance; y Estefanía empezó la tarea de hacerla retroceder en el tiempo, poco a poco, hasta llevarla al año 1240, le especificó un día, un mes determinado y comenzó a tomar forma un dialogo.
(Silencio acompañado de una respiración tranquila)
Fiorella, ¿te sientes bien?
Sí… bastante bien.
¿Puedes decirme qué ven tus ojos?
Veo… algo como una ventana, estoy cerca de ella.
Fiorella, ¿Qué hay al otro lado de la ventana?
Un… un paisaje muy lindo, hay unas montañas al fondo, abajo veo muchos árboles, veo… el cielo azul… hay algunas nubes… está haciendo brisa.
¿Te gusta el lugar?
Sí… es bonito.
¿Estas en una habitación?
Sí…
¿Cómo es?
Grande… muy grande… un poco oscura.
¿Hay más gente contigo?
No…estoy esperando a alguien.
¿A quién esperas?
A… (silencio)
Fiorella, estate tranquila, vamos a regresar un poco.
Estefanía comenzó a guiar con su voz a Fiorella para que fuera a 1242, en un mes y día específico.
Fiorella, ¿donde te encuentras ahora?
Estoy en un jardín… es campo abierto… hay muchas flores silvestres muy bellas.
¿Estás con alguien?
Sí, estoy contigo.
Fiorella, ¿estás con alguien en ese campo lleno de flores?
Sí, estoy contigo.
Fiorella, ¿Cómo sabes que soy yo?
Lo sé.
¿Qué estamos haciendo?
Estamos acostadas en el campo… yo apoyo mi cabeza sobre tu vientre… estamos tomadas de la mano.
¿Hay alguien más?
Sí, allá… un poco alejado.
Fiorella, ¿Quién más está allí?
Un hombre…
¿Quién es ese hombre?
No lo sé… Sí, sí… lo conocemos, es André de Villiers duque de Trujillo.
¿Qué hace allí?
Es el caballero que siempre manda tu padre para… que nos cuide.
¿Un caballero? ¿Cómo está vestido?
Sí…lleva… un manto con una cruz roja… tiene la cabeza cubierta con un camisote.
Fiorella, ¿Qué es un camisote?
La malla de metal que cubre su cabeza. Estefanía, qué haces…
Fiorella, ¿qué es lo que estoy haciendo?
Me besas en mi boca.
¿Te agrada?
Sí, mucho, siento mucha ternura por ti.
Nuevamente Estefanía conduce a Fiorella a través del tiempo, a una fecha posterior, siempre en 1242.
Fiorella, ¿Dónde estás ahora?
En la cama
¿Estás sola?
No, estoy contigo…
¿Por qué estoy contigo?
Nos acariciamos, estamos desnudas.
Fiorella, relátame lo que estamos haciendo.
Estoy acostada, tú estás junto a mí sentada en la cama. Me acaricias los pechos, te inclinas para besarme en los labios. Mi lengua juguetea con la tuya. Tu mano derecha se desliza por mi cuerpo hacia abajo hasta tocar mi parte sexual más íntima (jadeos y respiración entrecortada). Te pido que me acaricies todo mi cuerpo. "Estefanía, te amo, quédate siempre conmigo"… "Estefanía,… yo voy a seguirte siempre, eres la persona más dulce que he conocido en mi vida"… "¿Qué haces… Estefanía? No, no… no puedo más… (Respiración agitada)
Fiorella, ¿Qué es lo que hago?
Pasas tu legua varias veces por mi intimidad.
¿Qué fue lo que sentiste?
Me has hecho explotar de placer. "Estefanía,… déjame que te acaricie, déjame entregarte el mismo placer que tú me diste,… si, así, junto a mí, quiero sentir tu cuerpo desnudo con el mío sí… qué placer más inmenso, sí, así, quiero besar tu espalda, tus nalgas tus piernas… amor mío, no sé que más hacerte para que sientas el placer y la felicidad que yo siento. Sí, estás disfrutando, sé que estás disfrutando. Ven mi dulce amor mío, ahora déjame abrazarte, déjame juntar mis pechos con los tuyos para que nos entreguemos al sueño así juntas, sabiéndonos protegidas la una en la otra (Jadeos leves, respiración normalizándose).
Estefanía se tomó su tiempo para hacer que Fiorella volviera poco a poco a nuestra época. Luego, cuando despertó, Estefanía no pudo resistir el impulso de abrazarla y besarla.
Fiorella, Fiorella, ¿Te sientes bien? le decía Estefanía mientras acariciaba tiernamente su rostro.
Creo que sí, aunque siento una sensación un poco rara, pero agradable, me siento ligera, un poco cansada pero ligera.
Estefanía ayudó a Fiorella a levantarse del diván, y la llevó hasta la cama de la única recámara del apartamento, le quitó los zapatos, la arropó, y luego le ayudó a acostarse. Cuando Fiorella ya estuvo acostada, Estefanía le dio un beso en los labios, sin que hubiera ninguna señal de protesta por parte de su amiga. Luego se retiró diciéndole:
Fiorella, procura dormirte, yo voy ahora a guardar las cosas que utilicé en la sesión y a rebobinar la cinta de la grabadora. Regreso en un momento para hacerte compañía.
Gracias Estefanía, voy a esperarte hasta que vengas a hacerme compañía.
Estefanía salió de la habitación con el fin de poner en su lugar lo que había utilizado en la sesión de regresión, luego pasó a la cocina a ordenar algunas cosas y se fue a la recamara, cuando entró vio que Fiorella parecía dormir placidamente. Entró al baño, cepilló sus dientes, se quitó la blusa y la falda, quedándose un momento únicamente en bragas; se puso una ligera camiseta de algodón, de las que utilizaba para dormir. Se dirigió a la cama, encendió la lámpara de su mesita de noche y se introdujo entre la colcha y las sábanas, se acercó a Fiorella y le dio un beso en la mejilla, quién le correspondió con una leve pero dulce sonrisa y, cuando se disponía a leer, Fiorella acercó su cuerpo junto al suyo.
Dime, -dijo Fiorella - sacaste algo en claro sobre mí en la sesión.
Mejor dime tú qué piensas ahora, qué sientes.
Es extraño, pero ahora después de la sesión, siento en mí mas vivo el deseo de estar contigo; y también una ternura y un cariño inmensos hacia ti.
Y qué conclusión sacas tú de eso – continuó diciendo Estefanía.
No sé, si es cierto lo que tú dices acerca de que ya hemos vivido antes, pienso que quizás en una vida anterior éramos algo así como amantes. Estefanía, antes de la sesión no hubiera tenido el valor para decir la palabra que acabo de decir.
Te entiendo, pero ahora descansa, duerme un poco; según como te sientas mañana Domingo, podremos escuchar la conversación que quedó grabada en la cinta magnética.
Fiorella juntó más su cuerpo al de Estefanía, rodeó con sus manos el brazo derecho de ella y se fue quedando dormida, ahora sentía una gran confianza con su amiga, como si la hubiese conocido desde siempre.
A la mañana siguiente, mientras desayunaban, Estefanía comenzó a contarle a Fiorella que, desde que la había visto por primera vez en la universidad, se había dado cuenta de que ella había sido su compañera en la vida anterior; pero que no podía decírselo por temor de lo que pudiera creer.
Yo sabía que teníamos que reanudar y terminar lo que habíamos dejado inconcluso – dijo Estefanía – pero no podía apresurar las cosas, tenía que esperar a que tú de alguna manera me reconocieras o al menos te acercaras a mí. Lo cual, como puedes darte cuenta, ya ha ocurrido. Tenemos que cumplir nuestra misión en esta vida y, por lo que puede verse, parte de esa misión es que permanezcamos juntas, tenemos que terminar lo que comenzamos en el pasado.
Estefanía, - dijo Fiorella – ¿sabes por ventura lo qué nos ocurrió al final a nosotras en nuestra vida anterior?
No Fiorella, y creo que es mejor no investigarlo.
Pero tú, en esos recuerdos involuntarios que has tenido algunas veces, ¿no has revivido algún recuerdo que te diera alguna idea de la razón por la cual nuestro cariño se terminó? Me gustaría saber qué es que eso ocurrió.
Afortunadamente para mí, Fiorella, desde aquel día en que tú me pediste quedarte un momento más aquí en mi apartamento para platicar conmigo, ya no he tenido más recuerdos de ese tipo. Créeme, no es agradable recordar o volver a experimentar ciertos sucesos de nuestras vidas pasadas.
Estefanía, te quiero pedir un favor, hazme una sesión de regresión, la última. Quiero saber porqué no pudimos terminar lo que comenzamos.
No Fiorella, te aseguro que no es conveniente, créeme.
Por favor Estefanía, sé que puedo confiar en ti, y también sé que el conocer lo que nos pasó nos pude ser de gran ayuda. No me digas que no, por favor.
Fiorella continuó insistiendo hasta que logró convencer a su amiga de que le concediera una última sesión de regresión. Al final quedaron de acuerdo en que esa última sesión sería el siguiente sábado.
Durante los días anteriores a la sesión a ambas chicas se les veía siempre juntas, en la universidad y por la calle cuando iban de camino a sus casas.
El sábado todo estaba ya arreglado, Fiorella avisó que se iría a dormir donde su amiga; y Estefanía, por su parte, tenía listo todo lo que podría necesitar, incluidos algunos tranquilizantes por cualquier situación imprevista que pudiera ocurrir durante la sesión. Sabía que esta sesión podría resultar peligrosa, sobre todo para Fiorella.
Cuando llegó la hora, al igual que en la sesión anterior, Fiorella se recostó en el diván, esta vez estaba realmente tranquila, cooperó totalmente para que su amiga pudiera hipnotizarla con menos esfuerzo.
La sesión comenzó. Estefanía llevó lentamente a Fiorella hasta 1243, que era el año en que ella estaba segura la muerte las había separado. Sabía que aquella experiencia podría ser sumamente dolorosa para Fiorella y también para ella.
Fiorella, ¿te sientes bien?
Sí… pero siento temor de que algo malo pueda ocurrir.
¿Dónde estás?
No sé, parece una bóveda grande… sí… estoy en una capilla.
¿Estás sola?
No,… estoy contigo… estamos sentadas en una banca de madera.
¿Hay alguien más en la capilla?
Sí…
¿Quién?
El caballero de Villiers.
¿Qué está haciendo?
Reza, está hincado sólo con una rodilla… cerca del altar grande… está preocupado.
¿Qué hacemos nosotras?
Estamos sentadas… también estamos preocupadas… Sé que va a ocurrir algo malo.
¿Cómo es que sabes eso?
No lo sé… tú estas… preocupada también.
¿Sabes en que país estamos?
Languedoc… cerca de… Carcassonna.
¿Cómo sabes tú eso?
Tú me lo has dicho muchas veces.
Fiorella, voy a hacer que te adelantes algunos días.
En realidad, Estefanía la hizo que se adelantara más de un mes; y reanudó las preguntas.
¿Dónde estás?
Estamos en un jardín con bastantes flores en el pasto… es el jardín al que nos gusta venir todos los días… pero ahora no podemos…
¿Qué es lo que no podemos, Fiorella?
Tu padre no quiere que vengamos al jardín… está fuera del castillo… es peligroso.
¿Está allí el caballero de Villiers?
Sí…
¿Qué hace?
Intranquilo… tiene su mano derecha en la empuñadura de la espada… vuelve la vista hacia el horizonte… constantemente.
Fiorella, ¿te sientes bien?
Sí,… inquieta,… tú también estás preocupada, no podemos… jugar.
¿Qué ves ahora?
¡¡Cuidado!! (Respiración agitada)
¿Qué pasa?
¡¡ Cuidado Señor de Villiers!! (Respiración agitada)
Dime ¿qué está ocurriendo?
Estefanía, van a matar al señor de Villiers,… son muchos.
Fiorella, ¿qué le ocurre al caballero de Villiers?
Nos grita.
¿Qué nos grita? Fiorella.
Que… que… que corramos hacia el castillo, que nos… protejamos. (respiración bastante agitada y aumento del ritmo cardíaco).
¿Qué pasa?
Rápido, Estefanía, dame la mano… corramos… al castillo… apurate vienen detrás de nosotras… corre Estefanía… corre… dame la mano… por aquí… estamos atrapadas…
Fiorella, ¿porqué estamos atrapadas?
Nos han rodeado… nos gritan…
¿Qué nos gritan? Fiorella
Gritan,… Gritan… ¡¡muerte a la herejes!!… Oh noooo, nooooo… (Respiración agitada, aumento del ritmo cardíaco, leve aumento de la presión sanguínea).
¿Qué ocurre?
Han muerto al señor de Villiers… le han atravesado… la espalda…Estefanía… Estefanía… ya no pedemos huir… vienen sobre nosotras… auxiliooo, ayúdennos… las espadas Estefanía… las espadas… nooooo… (Respiración trabajosa, ritmo cardíaco muy alterado, la presión sanguínea aumenta considerablemente)
Fiorella, escúchame, por favor Fiorella, escúchame… voy a salvarte, por favor ponme atención, voy a salvarte.
¿Qué? ¿Cómo?
Haz lo que te diga. Mira hacia el cielo, Hazlo ahora, mira hacia el cielo por favor, hay un número, míralo es 1242. Fiorella vas a regresar conmigo a 1242 vamos a jugar a nuestro jardín.
Costó un poco que la mente de Fiorella respondiera a las indicaciones de su amiga; pero al fin y con gran tacto por parte de Estefanía, lo logró. Estefanía estaba ahora bastante preocupada por el rumbo que estaban tomando las cosas y optó por finalizar la sesión.
Cuando despertó Fiorella, estaba sudando bastante y mostraba señales de angustia, Estefanía tomó unos pañuelos desechables para enjugarle el sudor que cubría su rostro, al mismo tiempo que le platicaba.
Fiorella, Fiorellita, mi niña linda, no me pidas que volvamos a tener otra sesión de estas, no quiero verte sufrir nuevamente. Me preocupaste mucho, por un momento tuve temor de que te pasara algo grave – dijo Estefanía al mismo tiempo que besaba el rostro de Fiorella.
Yo tampoco quiero otra sesión, tuve un feo sueño, soñé que mataban a alguien y que luego nos querían hacer daño a nosotras. Era tan real, y sentí mucho miedo de perderte; créeme que no quiero perderte ahora que nos hemos encontrado.
No Fiorella, no fue un sueño, fue realmente un recuerdo del pasado; de nuestro pasado lejano. Pero no, no habrán mas sesiones aunque me supliques. Y… tengo el fuerte presentimiento que esta vez nadie ni nada podrá separarnos.
Estefanía guardó las cosas que había utilizado en la sesión que recién había pasado, y después se dirigió a la cocina a preparar unos emparedados para ella y su amiga.
Cuando se fueron a la cama, Fiorella ya no tenía ninguna duda de que amaba a Estefanía y de que ella era la pareja que le había sido destinada desde el principio de los tiempos; buscó instintivamente la protección de Estefanía y se abrazó a ella. Estefanía comprendió que Fiorella necesitaba mucho cariño en aquel momento, pues se sentía bastante asustada, y comenzó a acariciarle su cabello, luego tomó el rostro de su amiga entre las manos y la besó tiernamente en los labios; se libraron de la poca ropa con la cual estaban acostadas, y continuaron prodigándose dulces y tiernas caricias en distintas partes de sus tentadores cuerpos hasta que cada una, en su respectivo momento alcanzó el climax, al final ambas se quedaron dormidas abrazándose. Al siguiente día, domingo, después de levantarse, juntas se introdujeron en el baño y, bajo la ducha, continuaron la sesión de caricias y otras demostraciones de amor, que habían comenzado la noche anterior. Fiorella y Estefanía habían rescato su amor a través del tiempo; y estaban dispuestas a obsequiarse todas las demostraciones de amor que les habían sido arrebatadas.
Epílogo
Ese día domingo, cuando ambas chicas dormían profundamente, ya muy entrada la noche, en la calle, frente al apartamento de Estefanía, un auto de color oscuro se detenía, su conductor era un hombre ya maduro bastante recio; era Andrés de Villafranca, un agente especial de seguridad particular, a quien el padre de Estefanía contrataba para que, sin ser visto por ella, cuidara de su hija cada vez que él y su esposa tenían que permanecer algún tiempo fuera del país.
Ese viernes fue el mejor de todos, porque desde entonces nunca me separo de mi amiga Lorena Con la que mas de una vez, y desde entonces nos hemos enloquecido de placer juntas!!!!
Relato erótico enviado por Anonymous el 07 de February de 2009 a las 22:46:05 - Relato porno leído 304553 veces
Mi nombre es Antonia, pero mis amigas me llaman tan solo Ant, cuando llegué a casa de Valeria mi amiga, me encontraba llorosa, triste y bien deprimida ya que me novio, momentos antes, sin más ni más, me dijo que terminaba conmigo, y que no lo buscase más. No me dio razones, y simplemente se montó en su motora y se marchó. Dejándome toda confundida y sin saber qué hacer, fue que me di cuenta que me encontraba cerca de la casa de Valeria, y me llegué hasta su casa, buscando consuelo, pero al tocar la puerta, salió su madre la señora Estela, únicamente cubierta con una pequeña toalla de baño alrededor de su cuerpo, pero nada más al verme, sonriendo me dijo, que Valeria había salido con su padre y regresaba a la noche. Fue cuando sintiéndome más sola y abandonada, estallé en llanto, Estela al verme en esas condiciones, de inmediato me hizo entrar a su casa.
Relato erótico enviado por Narrador el 24 de October de 2009 a las 11:09:24 - Relato porno leído 127175 veces
Acariciándonos nuestras piernas hasta que ya estábamos lo suficiente calientes nos quitamos nuestros calzones y comenzamos a mamarnos nuestras vaginas y a besarnos.
Relato erótico enviado por Anonymous el 22 de July de 2009 a las 23:49:21 - Relato porno leído 110305 veces