Esto pasó hace una semana. ( CON fotos)

Ésto acaba de ocurrirme hace una semana.
Fui a una comunidad a dar atención de fisioterapeuta. Llegaron varias personas, faltaban dos nada más, me ayudaba mi cuñado, me pasaba aceites toallas, agua caliente, hielos, compresas, etc.

La penúltima paciente era de unos 53 años, dijo que estaba pasando por su menopausia, estaba tratando de corregir sus dolores en espalda y piernas.

Para ganar tiempo le dije a mi cuñado que prepare las toallas para usarlas como estimulante térmico, se deben calentar con agua y se aplican en el cuerpo, mientas atendí al último señor, iba por un dolor en hombro.

Le pedí a la señora que se pusiera una bata y se acostara en la camilla.

Le expliqué el procedimiento y dijo que ya se había hecho uno parecido en la capital.

Terminé con el otro señor y mientras se acomodaba la camisa y el suéter fui con la señora de menopausia.

Me dijo que estaba con un dolor en la cadera, le apliqué gel para el dolor, mi cuñado despedía al otro señor.

Volvió conmigo, le dije que fuéramos recogiendo las cosas, la señora decía que se estaba calmando el dolor en su cadera y espalda.

Me pidió de ese gel por si le dolía otro día y no estábamos nosotros. Le expliqué que ese gel era de alto contenido de estrógenos, solamente se podía aplicar de manera controlada.

Se relajó la señora, mi cuñado terminó de levantar y acomodar todo. Le masajeaba las piernas, mi cuñado solo me veía trabajar, le expliqué el tipo de movimientos que estaba realizando.

La señora decía que se sentía mucho mejor. Le pregunté a la paciente que si me permitía enseñarle a mi cuñado la manera de dar masaje y así terminaríamos más rápido.

Ella dijo que si, le dije que él se coloque en su espalda y yo seguiría en las piernas. Masajeamos y la señora decía que era lo más rico que sentía.

Ella estaba acostada boca abajo, mi cuñado masajeaba la espalda y yo las piernas. Me dijo que sentía un nudo más arriba de las piernas. Le pregunté si era doloroso, dijo que si.

Le di más masaje entre las piernas sin saber que se estaba excitando, me dijo que entre las íngles sentía malestar, levantaba la cadera para permitirme pasar a esa zona.

Le dije que no hiciera esfuerzo, mejor se colocara boca arriba, se acomodó y masajeé su vientre, piernas y pies.

Mi cuñado masajeaba los hombros y su vientre. Ella decía que era lo que necesitaba desde hace mucho. Gemía como excitada, mi cuñado y yo nos veíamos uno a otro.

Ella dijo que si habían personas esperando. Mi cuñado dijo que ya no, ya había cerrado la puerta del consultorio. Nos dijo que tenía dolor en su tórax, cambié de lugar con mi cuñado y le di masaje en el tórax, entre los senos, vientre e íngles.

Mi cuñado aplicaba aceite en sus piernas. Ella estiró la mano derecha y rosó el sexo de mi cuñado. Él no dijo nada. Evidentemente él estaba excitado. Ella sintió la erección de él.

Era una señora esbelta, con un poco de abdomen abultado pero lo normal.
Me dijo ella que tenía un poco de sed. Mi cuñado fue por una botella de agua pero ya no había.

Dijo que iría por una botella a la tienda. Salió, al cerrar la puerta ella me dijo que estaba bien excitada, que esos estrógenos funcionaban de maravilla.

Me dijo que mi ayudante también estaba excitado, pues cuando ella movió la mano, le tocó su erección.
Me dijo que si había algún costo por algún tipo de final feliz. Le dije que era normal sentirse así cuando reciben masaje. Ella dijo que tenía mucho tiempo de no sentirse así de cachonda.

Se destapó los senos, se sacó uno de su top, me preguntó que si no me gusta, le dije que si pero era una paciente. Yo debía respetarla, ella bajó su mano para agarrarme el sexo, luego me tomó de la mano para dirigirla a su vagina, estaba empapada, muy mojada y excitada.

Me dijo que deseaba tener un hombre o dos si era posible. Quería aprovechar eso que sentía pues llevaba años sin sentirse como en ese momento.

Se quitó la sábana y subió la pierna, me dijo que le acaricie su sexo. Separó las piernas y le metí mano bajo su pantaleta.

Se sentían sus abultados bellos y muy mojada. Me tocó el sexo y ya lo tenía erecto. Le dije que si quería la visitaría en su casa pero dijo que no, lo deseaba allí mismo.

Le dije que regresaría mi cuñado en cualquier momento, dijo que tenía para los dos. Me dijo que él ya estaba excitado. Lo sintió varias veces que él se recargaba en la camilla. Le dió unos toquecitos con sus dedos y no decía nada mi cuñado.

En eso sonó la puerta, me dijo ella que deseaba ser cogida entre los dos.
Me tocó el sexo, le dije que debía convencerlo a él para que no fuera a acusarme con la hermana.

Me jaló, me dió sus senos, se los besé y fui a abrir la puerta.
Mi cuñado trajo agua, yo salí al baño, me di una lavadita para el momento.

Les di un poco de tiempo, en el baño me retiré el calzón, me lavé, salí en silencio, me acerqué al consultorio y ella le decía que estaba caliente, se escuchaba como si se besaran.

Entré y él le chupaba los senos a ella, me vieron y ella me dijo que si me unía a la terapia.

Me acerqué, ella me besó y él seguía entretenido en sus senos grandes. Ella me dijo que deseaba algo que mamar, metió su mano bajo mi pantalón, sacó mi pene, lo acarició, le dije a mi cuñado que no siempre ocurren estas cosas, así que para atender a la paciente hay que estar higiénicamente listos.

Se fue al baño a lavarse, la señora me besaba, me ofrecía sus senos, le acaricié el sexo, ella decía que estaba deseosa de ser cogida ya.

Regresó mi cuñado y ella me estaba dando su calzón, lo puse en la silla, me dijo que le diera palo, mi cuñado se puso al lado de ella, le empezó a mamar la verga a él, yo me fui a su vagina y le di unos besitos, ella dijo que ya le diera duro.

Le succionaba el pene a mi cuñado. Ella se retiró el brasier, él la acariciaba, veía cómo me la empecé a coger. Me dijo ella que era muy sabroso volver a sentir hombre en su panocha.

Mi cuñado jadeaba, estaba excitado, luego cambiamos de lugar, él se la cogía y ella me chupaba el pene. Se la cogía rápido, la camilla rechinaba rico, ella dijo que quería de a perrito.

Se levantó, acomodó a mi cuñado en la silla, él se sentó y ella se sentó sobre él, le di mi pene me lo chupaba rico.

Le acariciábamos los senos mientras ella subía y bajaba sobre él metiéndose el pene. Luego dijo que se venía, llegó su orgasmo, él seguía cogiéndosela y le chupé los senos.

Seguían y dijo ella que era muy sabroso revivir recuerdos. Pero nunca había estado con dos hombres al mismo tiempo.

Me dijo que deseaba sentirnos al mismo tiempo. Tiró la sábana de la camilla al piso, le dijo a mi cuñado que se acueste, ella se abrió de piernas y se sentó sobre él, me dijo que su chiquitín era todo mío.

Me puse atrás de ella, le lubriqué el anito, le puse mi pene y despacito se lo fui metiendo. Ella gemía muy rico, excitada, emocionada por lo que le hacíamos.

Sentí cómo le entraba y salía el pene de él, yo se lo hacía despacio. Sus senos reposaban sobre él, se los chupaba rico.

Así fue que mi cuñado eyaculó dentro de ella. Se le acabó la pila. Su pene se fue poniendo blandito.

Ella se levantó y me dio su vagina de a perrito. Me la cogí otro rato. Ella gemía y se tomaba el agua.

Luego me acosté en el piso, se me subió dándome la espalda, yo veía cómo subía y bajaba su cadera. Mi pene salía y entraba en su cuevita.

logró su otro orgasmo y eyaculé en su cuevita. El semen le escurría. Ella dijo que fue muy rico ser cogida por ambos. Mi cuñado se fue a lavar al baño.

Me besó ella, me dijo que fue el mejor palo de su vida. Pero quería más. Deseaba que se lo hiciéramos en una cama cómoda y con más tiempo.

Quedé de ir al siguiente día a su casa pero dijo que no, porque allí estaría su hija. Mejor en un lugar fuera de su pueblo. Quedamos en llamarnos.

Al otro día le llamé, me dijo que no estaba su hija, pero no sabía si tardaría o no.

Más tarde me llamó ella, dijo que su comadre deseaba un servicio igual. Me dijo que fuéramos los dos. De igual manera ella tenía años sin marido, es viuda.

Pues le tuve que llamar a mi cuñado. Rápido llegó, fuimos a la casa de la comadre.

Era una casa grande y bonita, nos sirvieron refresco, galletas, quesito y nos dieron whisky, ya entradas en ambiente, se sentó en medio de nosotros la pacientita.

Dijo: Mira comadre, tengo dos (nos tocaba el sexo a ambos), ¿quieres uno?

La comadre dijo que quería a los dos como ella. Pues ven y descubre tu vicio perrita. Así le dijo.

La comadre se acercó a mi, me tocó el sexo, me besó, me dijo que le gustaba mucho. Sentí su lengua buscando la mía. Jadeaba muy excitada, Ellos también se besaban y poco a poco nos fuimos quitando la ropa.

La comadre dijo que quería hacerlo en su cama nueva, nos llevó a su cuarto. Entramos y ella se dejó caer sobre su cama. Ellos se pusieron al otro lado de la cama.

La comadre se retiró el brasier, sus senos eran duritos, sus pezones claritos, chupables, ella gemía al acariciárselos.

La pacientita ya le mamaba el pene a mi cuñado. La comadre me acostó y me chupó la verga.

Nos vimos uno y otro, ellas se calentaban mucho. La comadre dijo que ya estaba lista. Se subió en mí. La penetré y la pacientita se puso en cuatro para ver cómo me cogía a su comadre.

La paciente le tocaba las nalgas a ella, me tocaba el pene y luego le acarició los senos.

Mi cuñado se la cogía rápido, la lubricación sonaba. La comadre me ponía los senos en la cara. Se los chupaba y la pacientita también se los comenzó a mamar.

Nos besábamos entre los tres mientras mi cuñado seguía dándole de a perrito.
La comadre logró su orgasmo, se dejó caer sobre mi. Desmayada, cansada, la pacientita le dijo que apenas iban empezando.

La comadre se acostó junto a mi, la pacientita se me subió y mi cuñado ahora se colocó atrás de la pacientita.

La penetré, mi cuñado le introdujo el pene por el anito. La comadre no podía creerlo. Dijo que también quería así.

Nos la cogimos un rato, la pacientita logró su orgasmo. Mientras la comadre nos acariciaba la espalda, nalgas, pecho, nos besaba y tocaba nuestros penes.

La comadre cambió lugar con la pacientita y le dimos verga. Fue muy rico ese rato con ellas.
Eyaculamos dentro de la comadre, se llevó nuestro semen en el culo y panocha.

Nos besábamos y nos acariciaban. No querían que nos fuéramos. Comimos juntos. Nos bañamos y de repente la comadre me daba unas chupadas en el pene cuando no nos veían.

Yo le metía mano bajo la faldita, era nalgoncita, gordibuena, de senos grandes. La pacientita era un poco más delgada, también me daba frotaditas en el pene cuando estábamos solos en la cocina o el pasillo.

La comadre hizo una ensalada de verduritas con queso y atún. Habían galletas saladas.

Llegó la tarde y la comadre nos pidió que nos quedemos. Pero debíamos irnos a la capital del estado.

La pacientita dijo que si nos quedábamos ella se quedaría también en la casa de la comadre. Fue fácil la decisión, así descansaremos y estaríamos listos para el viaje.

La pacientita dijo que tenía años de no sentirse ganosa como antes. La comadre dijo lo mismo. No querían que termine eso.

Decidimos quedarnos otro día. Ellas nos abrazaron, nos besaron y prepararon la cena. Después de cenar jugamos dominó de prenda.
La pacientita hizo pareja conmigo, cada mano perdida era quitarse una prenda cada uno.

Les ganamos la primer mano, la comadre se quitó el brasier bajo la blusa y mi cuñado la camisa.

La siguiente perdimos, la pacientita se quitó la blusa y yo la camisa.

De allí ellos perdían y perdían hasta que pusimos castigos.
La comadre me dio unas chupaditas de pene y le metía el dedo en el anito.

Ya ni terminamos. Seguimos a coger.
Todo porque la comadre dijo que la pacientita no ganaba nada, me levanté y le besé el cuello a la pacientita. Ella se estremecía y se excitó. Mi cuñado hizo lo mismo a la comadre. Me bajé y le separé las piernas a la pacientita. Le chupé el clítoris un buen rato. Mi cuñado le hizo lo mismo a la comadre.

De allí pasamos a coger. Cada uno a su pareja. Mi cuñado a la comadre y nosotros frente a ellos.

Duramos un buen rato. La sala olía a sexo, ellas gemían disfrutándolo mucho. La comadre le daba hasta el culito. Yo solo me limité a la vagina de la pacientita.

En cada orgasmo me succionaba la pacientita. Logró tres orgasmos. Ya no quería verga, yo seguía cogiéndomela, mi cuñado seguía con la comadre.

Estaban de misionero, la comadre gemía y gemía moviendo la cadera arriba y abajo.

La pacientita dijo que ya había quedado. Le dije que si ya no deseaba seguir cogiendo, la comadre le dijo que no se raje. Primero de calienta madres y ahora ya no quiere.

La pacientita me dijo que si le había yo echado mi lechita, le dije que todavía no. Me dijo que me lo chupaba para ordeñarme.

Me acosté sobre la alfombra, la pacientita me lo chupaba y la jalé para hacer un 69. Le chupaba hasta el anito. Ella gemía rico.

La comadre decia que nos veíamos cachondos. Ella abrazó a mi cuñado, se besaban mientras cogían de Misionero.

Noté que salía un poquitín de sangre de su vagina. Le di sus chupaditas. La recorrí para penetrarla ella encima de mi y viendo hacia mis pies. Pero ya no quería la pacientita, decía que le dolía un poco. Me siguió chupando el pene.

Mi cuñado eyaculó, la comadre seguía caliente y gemía. Me dijo que quería las dos vergas.

Me levanté y me acerqué a ellos. La pacientita dijo que le diéramos duro. La comadre se acomodó sobre mi cuñado y le di por el culito. Sentí cómo si fuera aspiradora, me succionaba rico el pene con el anito.

Eyaculé en su anito, mi cuñado quedó cansado, La pacientita se acostó en el sillón, la comadre logró su cuarto orgasmo.

Tomamos agua, ellas ni se preocupaban por vestirse o taparse. Les acaricié los senos a ambas. La comadre nos dijo que ahora nos cogiéramos entre nosotros.

Por supuesto que no lo hicimos. Nos bañamos, nos fuimos a dormir.

El viernes temprano fuimos por los boletos de autobús. Sorpresa! No había lugar, todo lleno.

Nos tuvimos que quedar otro día más. No cogimos al día siguiente pero si nos sabroseábamos a cada rato.

Me encontraba con la pacientita y me abrasaba, nos besábamos y metía mano bajo mi pantalón. Luego me encontraba con la comadre y pasaba lo mismo.

Mi cuñado les tocaba las nalgas y les arrimaba el camarón donde fuera. Ellas se reían y sabíamos lo que ocurría.

La pacientita me dijo que sintió un dolorcito parecido al que tuvo en su primer experiencia sexual, le comenté que tuvo un sangradito ligero.

Hoy a medio día me llamó y me dijo que había ido al doctor, le dijeron que presentaba restos de himen, o sea que su marido nunca le rompió el himen completamente, enviudó y así quedó.

El doctor le dijo que la felicitaba por su reinicio de actividad intima. Le dió un compuesto para irritación vaginal y listo.

La invité a visitarme, vendrá la próxima semana a mi casa. Me gustaría llevarla a comer rico y celebrar su virginidad perdida.

Les contaré lo que pase. Saludos.