Estoy cogiendo con mi tio ignacio

Mi relato es acerca de cómo le quité las ganas a mi tio padrino, él es muy guapo, desde que era una niñita siempre me gustó, creo que mi primera masturbación la hice pensando en él. El es primo de mi padre, de buena presencia y fue mi amor platonico desde que tengo memoria.

El hecho es que mi tio Ignacio, mi gran amor, se casó y me puse muy triste, pase varios días llorando a escondidas, ya que en algún momento tenía esperanzas de crecer y decirle que lo he amado siempre. Pero quizo el destino que yo después de dos años de casado y establecido en una ciudad cerca de mis padres, pasara un tiempo con él. Resulta que su esposa estaba embarazada y tenía problemas de aborto, asi que estuvo en tratamiento varias semanas, yo llegué en mis vacaciones para ayudar en la casa a mi tío Ignacio, mientras estuve en su casa yo nuevamente volví a sacar mi amor por él, y creo que se dio cuenta; una química nos invadió a los dos, pasabamos buenos ratos hablando o simplemente juntos.

Ese fin de semana, la familia de la esposa llegó de visitas a verlos, y el padre de ella la convenció de que se fuera a pasar unos días a su casa paterna, ella aceptó y le dijo a mi tío que como yo estaba allí para ayudarlo, se iba sin pena. Para mi fue la gloria, quería pasar unos días a solas con él, aunque trabajaba de día y llegaba a la casa por la tarde.

No tardamos mucho en irnos a la cama. Al segundo día que se fue Julieta (asi se llama su mujer), no se como, pero nos enredamos en un rico beso en la cama, yo le puse mi mano sobre su bulto, él estaba excitadísimo, tenía su pene bien parado, eran dos o tres meses que no tenía sexo por lo la complicación de su esposa. El me vió a la cara y me dijo que si yo estaba segura de hacerlo, yo le respondí sacándole su pija del pantalón y metiendola en mi boca. Yo soy delgada, tez morena clara, piernas largas y pequeños senos, pero soy muy bonita de cara y mi trasero aunque pequeño es resaltadito.

Debo decir que cuando le saqué la pija a mi tío Ignacio, me quedé sorpendida de su grueso y largo, era del grueso de la muñeca de mi mano y era el doble de largo que la de mi novio. Mientras se la mamé mi tío me tocaba mi cuquita, estaba casi depiladita, ya que así le gustaba a mi novio. Mi tío gemía mientras yo le daba unos tremendos chupones en su pene, luego me pidió que nos pusieramos en la posición que se conoce como 69, su lengua se metió entre toda mi vulvita y me lamió todo lo que encontró, no tarde en chorrearme allí en su boca. Luego él se colocó encima de mi y me la metió toda, me cogío como desesperado, creí que no me cabría su gran manguera, por lo gruesa que era, parecía que su pija quería partirme en dos, pero mi cuquita utilizó toda su flexibilidad y se comió toda su pija, me dió duros bombeos, yo gemía como desesperada gozando cada momento, al poco rato el se vino, sacó su verga y me echó varios chorros de semen sobre mi vientre y torso.

El tío se disculpó por venirse tan rápido, yo le dije que no se preocupara por eso, que teníamos toda la noche para volverlo a hacer. Luego nos metimos en un besuqueada magnifica, el me mamó los senos varias veces hasta que me los pusó bien rojitos, luego me chupó la cuquita y el culito, yo también hice lo mio con su pija, y hasta que se puso dura dejé de comermela. Luego me subí sobre él y le cabalgue su pija bien rico, me hizo venir dos veces allí sentada sobre su miembro. Después me cogió al estilo perruno, bombeandome duro su gran pija dura, me sentí en el cielo, al fin tenía como había soñado a mi tío Ignacio, asi hubiera querido tenerlo desde hace varios años, y al fin se me estaba dando. Aunque que él ya estuviera casado.

Ese fin de semana cogimos como tres veces más, de casi dos horas por cada una. Fueron una sesiones de sexo increíbles, en una de ellas se me olvidaba, le pedí que me la clavara con mi hoyito chiquito (mi novio había sido el primero), y aunque con mucho trabajo, utilizando aceite de bebe, por fin me la clavó completa. El cogerme por el culito lo puso como loco, sentí que era una nueva experiencia para él, me imagino que Julieta no le daba por allí.

Para mi suerte, la tía Julieta avisó que se quedaría más días en la casa de sus padres, eso fue música para los oídos de ambos, ya que seguimos follando duro toda la semana, al tío le encantaba cogerme por el culito y por la vagina. Fue increíble. Lo hicimos en distintos lugares, el su automóvil, en el motel, en su casa, en un callejón, en un bus urbano, fue de locura. Lo peor de todo es que yo sigo más enamorada de él, y puedo ver que también empieza a enamorarse de mi. El tiene 27 y yo 18. He podido escribir esto en su computadora personal, porque él se fue de emergencia hoy a lado de su esposa que tuvo otra complicación y la internaron en un hospital en la ciudad donde viven los padres de su mujer. Mañana regresa y ya quiero sentirlo adentro de mi.