Al llegar al invernadero este estaba tapado y ella me empujo dentro de la pequeña caseta de las herramientas y ahí me dice ven dame tu pene y su boca se pega a este chupando mientras trataba de decir no sé que cosa, ya era tarde, pero esa lengua se metía hasta por mis testículos chupando mi miembro
Relato
Después de esos quince días que estuve ayudando en el campo de don Aldo su mujer Estrella, me confidenció que este la tenía sin uso, viuda de sexo, decía ella. Fácilmente cayó en las garras de este hambriento de sexo y de mutuo acuerdo se convirtió en mi amante, con la condición que callara y cuando ella lo solicitara estaría a su lado apenas me lo insinuara o don Aldo solicitara ayuda en sus terrenos.
No pasa una semana y don Aldo me dice que su mujer le reclama que no tiene ayuda y que debe llevarme por unos días a colaborar con ella, este me solicita que por favor vaya a la finca y colabore con su señora.
En verdad sabía que ella no me necesitaba para labores del campo, sino para labores de apareamiento apasionamiento, licencioso y desenfrenado en su lecho conyugal. Igual esa semana fui y pensaba volver a la siguiente.
Grueso error llegue y no volví hasta un mes después, Dios Mio, que pasión tenia acumulada Estrellita, llegamos de noche y ella apenas me vio me dice que bueno que llegaste porque corre viento y las flores del invernadero están sin cubrir acompáñame y las tapamos déjame darle la cena a Aldo así el puede dormir tranquilo por si nos demoramos… al llegar al invernadero este estaba tapado y ella me empujo dentro de la pequeña caseta de las herramientas y ahí me dice ven dame tu pene y su boca se pega a este chupando mientras trataba de decir no sé que cosa, ya era tarde, pero esa lengua se metía hasta por mis testículos chupando mi miembro creo que media hora. No pudiendo mas la recosté sobre la tierra húmeda y la abrí de piernas cogiéndola las levanté para arriba sobre mis hombros y en el mete y saca acabé dentro de ella, no conforme me pidió mas y en cuatro patas recibió una nueva rociada de mi leche en su útero. Volvimos a casa y don Aldo ya estaba acostado durmiendo. Todavía no me acomodaba en esta casa y Estrella me había exprimido dos veces mis pobres testículos.
Al día siguiente apenas se fue la camioneta con don Aldo, Estrella se retiró a su dormitorio y me llamó desde este, al entrar estaba tirada sobre su cama apenas cubierta por una tela de tul desde su cintura para arriba, me acerque y subí por sus pantorrillas hasta sus muslos, me detuve un momento en sus muslos, se los besaba y lamía alternadamente, un rato una pierna, luego la otra, Estrella estaba loca de excitación, en un momento no aguanto más, me tomo del cabello, y empujo mi cara hasta su entre pierna, yo comencé a lamer sus vulva. Mientras ella apretaba cada vez mas mi rostro a su entrepierna, en un momento gimió y me apretó con sus piernas rodeando a mi cuello con sus manos, en ese momento, yo solo pensaba en hacer que ella gozara, pero tampoco me volví un loco, mi trabajo tenía que ser que mi lengua se metía por los pliegues de su vagina, apenas rozando sus labios húmedos.
La tome por sus nalgas, ella levanto su espalda un poco de la cama y estiro sus piernas, en ese momento yo le tire de su tul para poder sacarla; dejando su sexo en libertad y su cuerpo desnudo a mis ojos. En ese momento quedo a mi vista todo su sexo, sus labios, su vulva, su clítoris que era como un pequeño poroto, se notaba duro. La entrada a su vagina, estaba llena de fluidos medios lechosos, me apresté al ataque final, mi lengua se transformo en un pequeño aguijón que daba pasadas por sus labios, su clítoris, entraba en su vagina, mientras con mis manos en sus caderas la suspendía en le aire haciendo el trabajo de vaivén, ella volvió a cruzar sus piernas por mis riñones apretándome contra su vulva, yo le lamía por todas partes, mientras ella se aferraba con sus manos a las sabanas casi rompiéndolas, para hacer fuerza, sus uñas parecían enterrarse en la cama al empezar a dar bruscos movimientos pelvianos, que a ratos le era difícil respirar, sus caderas subían y bajaban, pero a una velocidad increíble, en un momento sus caderas, su cuerpo quedaron arriba y tenso, fue el momento en que con más fuerzas apretó sus muslos a mis riñones, junto con su fuerte un gran alarido, salieron todos sus líquidos que regaron las sabanas, el exterior de mi nariz, mis mejillas y por supuesto mi boca, yo bebí sus jugos como si hubieran sido el mejor de los néctares, ella soltó toda la tensión de su cuerpo, fue como si se hubiera desmayado, sus bien formadas piernas cayeron pesadamente, yo aproveche de retirar mi boca de su matriz e introduje violentamente mi miembro de un golpe hasta el fondo de su útero, gimió y se retorció, luego de enfundar y desenfundar mi pene en su vagina por largos diez minutos desesperados diez minutos arrojé en el interior de su matriz creo que litros de semen. Así pasamos los días a veces dos coitos llenos de sexualidad al día otros días tres, a fin de mes quería volver a casa de mis padres a descansar después de la abundancia de coitos.
Levaba tres días en casa descansando cuando aparezco por el local de don Aldo quien feliz me dice te tengo una noticia, no sé de donde saque fuerzas, pero tengo embarazada a Estrella, que te parece… ojala sea tuyo y no mío pienso. Mas un llamado telefónico de Estrella me confirma el futuro hijo es mío no de don Aldo.
Inicio mi año escolar y tengo poco tiempo como para ir a la cabaña del campo, Estrella se las ingenia para verme y durante este semestre igual ha estado empotrada por mi miembro a lo menos cinco veces.
Hoy salgo de vacaciones al final de año y no se imaginan donde voy a pasar el verano… Estrellita ya tuvo su bebé y lo único que desea es que la satisfagan sexualmente y no quiere cualquiera me dice… tú eres el elegido por ser responsable silencio y que como hombre me haces gozar y disfrutar hasta soñar contigo y además ya me hiciste un crío, quiero otro tu serás el padre de todos mis hijos.
Sigo estudiando, no tengo novia se aburrió de esperarme y busco reemplazante, la verdad que no me preocupo tengo a Doña Estrella sra. de don Aldo y mi amante oficial además de darme hasta el momento dos hijos que se los ha cargado a don Aldo, me busca con desesperación en la cama y espero que estemos a lo menos unos cinco años más juntos satisfaciéndonos mutuamente.