Estrene sus nalgas, la rompí todita

Jessica, una chica de diecisiete años. Atractiva, piel morena clara, ojos negros muy bonitos, cabello largo un poco rizado, labios carnosos y una mirada dulce de niña coqueta, acaba de entrar al bachillerato, es una chica dulce y amable, muy alegre. Pero eso sí, muy zorrita, por eso no me costó trabajo hacerle el amor. Jessica es la hija de mis vecinos de frente mi casa, desde hace mucho conozco a sus padres y me llevo muy bien con ellos, conozco a Jessica desde que iba al jardín de niños, debo confesar que desde esos tiempos ya la deseaba, ya que tengo un gusto muy especial por las niñas menores, pueden llamarme pedófilo si lo desean pero es la verdad. Recuerdo que en esos tiempos venían a mi casa los domingos para una parrillada, me encantaba mirarla y excitarme viéndola, desde esos tiempos pensaba que algún día tendría que ser mía, en esos tiempos estaba casado y también tengo un hijo, sólo que me divorcie hace unos años de mi esposa y se llevo a mi hijo de mi lado, ahora viven en otro estado del país pero bueno ese es otro tema que no cabe tocar ahora. En fin el tiempo fue pasando, transcurrieron los años y Jessica dejo de ser niña para convertirse en toda una atractiva señorita de actualmente diecisiete años, mi relación con esa familia desde luego continuo hasta nuestros días, me llevaba muy bien con el padre de Jessica, varias veces cenaba en su casa pues ahora vivo solo.
Por un tiempo mi deseo por Jessica se apago, hasta creí que ya no me causaba lujuria verla. Pero no fue así, el deseo volvió, hace poco menos de tres meses, durante las noches que cenaba en su casa, Jessica a manera de juego coqueteaba conmigo, me daba miradas calientes y más de una vez se acostaba boca abajo en el sofá de la sala enseñándome su culo de puta, ella jugaba mucho conmigo, aprovechaba cualquier oportunidad para mostrarme su entrepierna o cuando tenía más suerte sus ricos calzoncitos blancos. Cada día mi calentura por Jessica aumentaba a mil por segundo, yo quería saber más de su vida intima, así que contrate un investigador privado para seguirla a todas partes, fue así como me enteré que salía con varios chicos de su edad, asistía a los llamados perreos y muchas fiestas de jóvenes de hoy en día, fue así como supuse que difícilmente seria virgen pero esto me excito aun más. La primera vez que pude tocarla sucedió una noche de sábado, esa noche estaba viendo una película con su padre en la sala, ambos estamos tomando y su padre ya estaba algo pedo, al poco tiempo se quedo dormido, su madre no estaba pues había salido de compras, así que inmediatamente supe que era mi oportunidad de hacer mi primer intento con Jessica.
Cuidando de no despertar a su padre me retire de la sala rumbo a la recamara de Jessica, sin embargo no estaba ahí. Por un instante pensé que no estaba en casa pero luego me percate de que la luz del baño estaba encendida y supe que ahí estaba ella, tratando de no hacer ruido abrí la puerta, ahí estaba Jessica quitándose el maquillaje frente al espejo, ella me vio, me dijo –Hola-, yo ya dentro del baño, ella estaba prácticamente desnuda, solo con unos calzones negros y una sudadera escotada. –Qué bueno que llegas, ¿me puedes ayudar?- Me dijo sonriendo, - Claro que si Jessica, dime en que te ayudo le dije-, -Mmm me puedes ayudar a quitarme el tapón, es que se me atoro- No podía creer lo que estaba escuchando, no supe que decirle solo me quede callado. –Vamos será rápido, tu solo cierras tus ojos, me lo quitas y eso es todo sale- Me dijo convencida. En ese instante dejo caer sus calzones, se sentó en el lava manos y me ordeno que cerrara mis ojos, así con los ojos cerrados avance lentamente hacia ella, al llegar a su lado ella tomo mi mano derecha y la puso justo en su panochita, pude sentir bien el calor de su vaginita, en ese momento abrí los ojos y por fin en todo este tiempo pude verle su intimidad, totalmente depilada y con el tapón entre sus labios vaginales, lentamente se lo quite y muy despacio acaricie su zona intima por primera vez, no saben las ganas que tenia de metérsela en ese momento pero al saber que su padre estaba afuera me detenía, ambos nos miramos mientras la seguía tocando, pero cuando intente introducirle mis dedos ella me detuvo y me dijo muy pícaramente –Por hoy es todo, no querrás que mi papá nos vea- Se puso sus bragas y se retiro del baño dejándome con la verga bien parada. Luego de salir de su casa me fui directo a contratar una puta para calmar mi calentura pero ni con eso logre sacarme a esa chamaca de mi cabeza.
En los siguientes días conseguí su número y le envié varios mensajes diciéndole lo cuanto la deseaba y que anhelaba que se volviera a repetir algo entre nosotros, por varios días no me contesto pero al paso de casi tres semanas me contesto solo con un ok y me dijo que pasara por ella a su escuela. Ese jueves estaba nervioso y excitado de solo pensar que podría ser que al fin ese día se cumpliera mi deseo de hacerle el amor. Pase con mi auto a su escuela por ella, eran más de las 4:30 de la tarde. Jessica esta hermosa esa tarde, vestía su uniforme de colegiala, una blusa blanca escotada, una falda gris corta, calcetas blancas y olía muy rico su perfume. Ella se subió a mi auto, nos fuimos a un departamento que tenia rentado especialmente para eso, cuando contrataba alguna que otra puta ahí me las llevaba. Al entrar ambos estamos nerviosos y no nos decíamos una palabra pero en nuestras miradas había deseo, ella se sentó en el sofá, yo mientras abrí una botella de vodka y ambos comenzamos a tomar un poco, lentamente me acerque a ella y comencé a besarla en sus ricos labios, ella al momento dirigió sus manos hacia el cierre de mi pantalón, lo bajo y me saco mi pene, yo me puse de pie frente a ella, Jessica masajeaba mi pene como toda una profesional, me lo jalaba y lo chupaba bien rico, se lo introducía hasta la garganta como queriéndose devorar mis testículos, nunca imagine que tuviera tanta experiencia pero era maravilloso, tuve que hacer milagros para no correrme en ese instante. –Espera, ¿tienes protección?- Me dijo, a lo que le respondí sacando de mi cartera un condón sabor fresa. Ella misma me lo puso y aun con el condón puesto continúo mamándomela por unos minutos más. Jessica se puso de pie, remango su falda escolar totalmente y dejo caer sus calzones blancos hasta sus pies, se puso en pose de perrito en el sofá dándome total libertad de hacerla mía, -¿Oye, eres virgen?- le pregunte, ella muy serena me contesto –Claro que no, tu tranquilo- No espere más tome mi verga y lentamente inicie a penetrarla vaginalmente, a cada centímetro que se la metía ella suspiraba de placer, la verdad es que para tener diecisiete años Jessica ya tenía la vagina bien elástica, no quiero pensar cuantos penes ya han entrado ahí antes que el mío. Poco a poco fui aumentando la velocidad hasta que al paso de unos minutos ya se la estaba metiendo a toda velocidad, tanto que se escuchaba como chocaban mis testículos en sus nalgas. Pero me detuve y ahí vino lo bueno, retire mi pene de su vagina y lo intente meter en su culo pero ella dio un grito diciéndome que ahí no, de inmediato supe que aun tenía el culo virgen, mi calentura fue tanta que me volví algo violento y no me importo que no quisiera, a toda gana le di una embestida y se la metí toda, ella grito como loca y contrajo sus nalgas, pero ya se la tenía metido, por unos segundos me quede dentro su culo y luego retire mi pene viendo como había ralladuras de sangre en el condón, introduje mis dedos entre sus nalgas y note como estaba sangrando un poco, pero no me importo, la volví a penetrar analmente aunque procure ir despacio, ella se volteo y pude ver un par de lagrimillas que caían de sus tiernos ojos, sin duda por el dolor pero ella seguía excitada.
Yo me senté en el sofá, Jessica separo sus labios vaginales y ella misma se introdujo mi pene de nuevo en su vagina, ella subía y bajaba encima mi pene. Estamos haciendo el amor al máximo, ese será un bello momento que nunca olvidare pues estrene su virginidad anal. Al terminar ambos bien cansados y ella con el culo desvirgado, yo mismo la lleve hasta su casa cuidando que no nos vieran llegar juntos, ahora solo espero el momento en que Jessica vuelva hacer mi puta y lo será pronto.