Eulalia una vecina insatisfecha.

Cuando mi padre me mando a dejar unos paquetes a casa de doña Eulalia no me gusto nada el mandato, esta señora tiene muy mal genio y cuando iba de compras a nuestro negocio si no la atendía rápidamente me miraba con unos ojos de guerra que mejor me callaba.

Al llegar a casa de ella me encontré con su marido un hombre amanerado por no decir afeminado que iba saliendo con su hijo, otro maricón, no entendía como estos dos eran casados si le gustaban los hombres jóvenes, una vez don Gregorio el papá se me insinúo y lo corte de golpe diciéndole “los maricones no son de mi agrado, mas creo que los odios”. Pero sabía que iban a la cancha del deportivo a buscar jóvenes y entre más rústico e incorrectos más le agradaban.

Aproveché de ingresar sin golpear al salir estos engañosos hombres y entré hasta la cocina allí estaba doña Eulalia sentada en un piso con su falda a medio recoger y sus manos entre sus piernas ingresando una por debajo de la falda mientras en su cara se reflejaba un deleite y su boca se abría saliendo la punta de su lengua entre sus labios.

Sorprendido a mis 16 años con el comportamiento de una mujer de 36 o 37 años, me acerque y la toque al tiempo que la hablaba, alcancé a decir hola… cuando esta mujer rugió un aagghh…. Dios que placer…., me miró con unos ojos casi desorbitados y de repente, se levantó, se bajó las bragas, y levantando un poco más la falda negra que llevaba, me empujó contra una banca sentándose de nuevo a horcajadas sobre mí, rozando contra mi pene su empapado coño. Acaricié con mis manos aquel regalo que me ofrecía, era la primera vez que tenía entre mis dedos una vulva madura con una emponzoñada mata de pelos, solo había acariciado vulvas de niñas sin vellos vaginales, esparciendo su flujo sexual, y tras esa operación, como pude alce mis caderas bajándome mis pantalones y ropas interiores atacando su clítoris con mis dedos llevándola al borde del orgasmo, y fue al borde de la mesa por lo que me hizo parar y me dijo “quiero gozar con tu miembro dentro de mi, quiero sentirla hasta el fondo mientras me retuerzo de placer” y guiando con sus manos se introdujo de un golpe toda mi grueso miembro que por la acción se había elevado a su máxima expresión y estaba dura como fierro. Tuve que contenerme mucho para no vaciar mi leche a la primera , y para distraer un poco la atención de mi pene le quité el sujetador, quedando ante mi dos de las mejores senos con dos sublevados pezones los mejores que he visto y veré en mi vida, pechos grandes, blancas y blandas, pero en su sitio, sin efecto gravitatorio alguno, y sin silicona, y coronadas por dos pequeños pero duros y oscuros pezones, que me esforcé en besar, morder, lamer...Entonces comenzó ella un movimiento de caderas mágico a lo que yo respondí amasando su culo con mis manos sin dejar de devorar sus pechos, ella de vez en cuando me besaba mis labios y me miraba a los ojos. Gemía profundo, sin exageraciones pero sin parar, y mirándome fijamente a los ojos me dijo “ya… ya me llegan mis orgasmos… oh son dos… las veces…que llegan, oh, ah, ya es hora de que inundes mi coño con tu zumo de vida, y no te preocupes, si me embarazas, oh préñame...
Mi inexperiencia no me había dejado ver que había tenido dos orgasmos, su flujo resbalaba por mi gruesa verga, pasando por mis huevos, y bajando hasta su culo mojando la mesa donde la tenia empotrada hasta con mis testículos tratando de ingresar en ella, estaba en una nube, yo solo quería vaciarme en ella, llenarla de mi semen, pero no quería que acabara aquello, era delicioso, poseer a esa mujer casada, madura, y de esplendidas caderas. Pero ella quería sentir mi semen ya, y así fue. Comenzó a moverse con un frenesí que no había mostrado hasta aquel momento, y fue imposible detener mi corrida, así que por fin me dejé llevar, uno, dos, tres, cuatro, no se cuantos chorros salieron de mi aquella tarde, pero parecía que el corazón se me iba a salir por ahí, sentía el pulso en mi pene, y Eulalia gritaba fuerte que era delicioso lo que le había dado hasta entonces y soltó un abundante chorro de flujo al tiempo que contraía y abría los músculos de su empapada y caliente vagina. Nos acariciamos, nos besamos largo rato, yo dentro de ella aún, y recordé que aún tenía impuesta hora de llegada al negocio por mi padre, y ya iba con retraso, mi padre me retaría. Así que muy a mi pesar me vestí, nos despedimos con un profundo beso, diciéndome ella “cuando quieras, repetimos, pero recuerda, esto es sólo sexo, y no se te ocurra contárselo a nadie”.
Al día siguiente cuando fue de compras me ofrecí a llevarle sus bolsas a casa y partimos, al llegar a casa dejé las bolsas agarré a mi Eulalia arrogándola sobre unos sillones y enrolle sus vestidos sobre su cintura, saque sus calzones al tiempo que bajaba mis ropas y ahí mismo la poseí, como gritaba y vibraba esa hembra, “cinco años sin sexo y ahora lo encuentro en este chico, decía… oh, eres un niño, pero como me haces gozar”. Obteniendo gemidos de pasión y movimientos de su pelvis que casi me desmontan de su cuerpo.
Mientras ambos dejábamos escapar de nuestros sexos los flujos que emanaban desde las profundidades de su útero y de mis cojones. Oh que feliz era, tenía una hembra madura para satisfacer mis ansias sexuales y era feliz inundándole su vagina con mi leche. Ese mes cada día me acerque a su casa a satisfacerme en su sexo y ella comenzó a enseñarme a como realizar los coitos mas largos para mayor satisfacción de ella, me guiaba, me aconsejaba y me estrujaba contra ella cruzando sus brazos y sus piernas por detrás de mi cuerpo mientras me besaba y le inundaba su útero con mis espermios y leche. Siempre debes venir en la mañana, me dice en la tarde esta Pamela que es la falsa esposa de mi hijo, este se casó con ella para aparentar hace dos años, aprovechando que ésta estaba embarazada y necesitaba un padre para ese niño. Los hombres de esta casa como te has dado cuenta son homosexuales.
Como estaba de vacaciones no tenía inconveniente de asistir en las mañana, pero este próximo mes volvemos a clases y tendría que venir por las tarde le dije…, Veremos como nos arreglamos con Pamela… Un día nos descuidamos y cuando estábamos en lo mejor con nuestro emocionado coito en el dormitorio de Eulalia, escuchamos un oh, perdón…, y al mirar Pamela nos miraba sombrada, para luego casi corriendo se retira…hay que hacer algo dice mi madura amante, o esta va hablar sígueme así desnudo dice, jalándome de una mano hacia el dormitorio de Pamela, al ingresar la encontramos que se estaba sacando su traje de trabajo de la empresa y desnuda solo cubierta por una combinación de sus ropas interiores, Eulalia me empuja hacia ella diciéndome hazla tuya, disfrútala, deléitate con su pulcro cuerpo, poséele su vagina y compénsate en su vientre embutiéndole tu agresivo pene y comprímele en tu útero tu leche. Que me ordenaron me eché contra ese cuerpo semi desnudo que veía y con ansiosos deseos me apodere tratando de clavarle mi pene. Se resistió…, oye , que haces…, Eulalia…, había sacado sus calzones y mi lengua jugaba entre los pliegues de su vagina bien arreglada y asistida, comenzó a patalear desesperada al contacto de mi lengua con su clítoris, no…, por favor no…, estoy en mis días crítico..., por favor, noo… cambié mi pene por mi lengua y como estaba mojada por los deseos de ser investida para disfrutar de un coito, mi miembro suavemente se introdujo en su vientre, cada milímetro que ingresaba mi pene en esa nueva vagina de una mujer madura de 28 años, me llenaba de gozos concibiendo que mi miembro adquiriera tamaño grandioso en la gruta sagrada de esta mujer consiguiendo gritos de apasionamiento y aullidos de martirio al abrirla después de tanto tiempo sin uso, luego ella inició unos movimientos sus cintura que la llevaron a gemir chillando de deleite al llegar sus orgasmos y en su desesperación me toma de mis muslos oprimiéndome contra su cuerpo imposibilitándome cualquier movimiento, pero su vagina se dilataba y contraía al tiempo que succionaba desencajándome mis testículos brotando de estos mi leche rebosándole su matriz de semen…. Dios se vació dentro de mí…, me preñó…, voy a ser madre nuevamente, oh, ah, decía mirando a Eulalia quien sonreía al ver a su yerna apareada por el pene de su amante.
Desde es día Pamela no se oponía a que ingresara a su dormitorio cuando llegaba del trabajo a cambiarse de ropa, tampoco se oponía cuando la recorría con mis manos llevándola a la cama donde, su nuevo macho y recio semental… comienzaba a sobar sus senos que se veían paraditos en la blusa, sabes me dice creo que soy ninfomanía además me caliento pronto con tus caricias…, besos sus senos y esta se saca la blusa dejándome descubiertos sus pechos, parecía bebe hambriento chutándole sus senos…, pronto esta gemía en mi cama , me vas a tener que satisfacerme porque me estoy desesperado, en la oficina hay dos que me persiguen y me atracan donde pueden, pero yo soy tuya y no me entregaré a otros hombres …, no soy … puta…, ah….como me desesperas…, dice y tomándome mi pene lo acaricia y apretándolo lo leva a su sexo no sé con que rapidez bajo sus calzones la cosa que casi sin darme cuenta llevó mi miembro a su vagina y agarrándome por los cachetes de mi culo se lo clavó en ella, no tuve casi ni que moverme ella hizo todo el trabajo sola, y cuando comenzó a boquear solicitándome dámelo , dámelo…, ahora lléname con tu leche…, tómame de mi cintura… muévete así me dice y sollozando llega a sus orgasmos mientras yo lo clavaba y soltaba mis flujos sementales en el interior de su vagina …, que placer, llegábamos sollozar de gusto. Luego nos relajamos y nos dormíamos agotados. Después de una media hora con deseos de querer despertábamos y solicitaba más apareamientos, mas coitos, ella me dice… oye, si esto es para hacer niñitos…, pero me toco mi miembro y al sentirlo duro no digo nada y solo abrió sus piernas y me permitió penetrarla y comenzó a enseñarme a como saciarla como hembra en celo, solo quiero ser tuya no quiero a otros hombres dentro de mi porque me acostumbraré y no quiero ser puta…, solo tú, me decía, chupame los senos, muérdeme mis pezones, acaríciame mi clítoris, suave, ahora mas profundo, etc., fue una arrebatadora y jubilosa enseñanza llegando ambos a una maravillosa cópula entre gritos y gemidos de placer. Luego nos vestimos y me dice no sé cuantos hijos me vas a procrear, ya llevo uno a dentro, pronto serán mas, por que si creo que voy querer más y yo voy a seguir ensartada por tu pene por muchos meses o años, me dice sonriendo.

Al llegar a la cocina su suegra Eulalia la reprime, déjame algo para mí…. No me lo seques también necesito a este semental, te contaré que fui a control y me dicen que estoy embarazada, imagínate quien es el padre.