Sin dejar de admirar el cuerpo desnudo de mamá, me desnude. Mi fierro apuntaba a ella, una vez que me quite toda la ropa ella me pidió que me sentara en la silla del escritorio y abriera las piernas, así lo hice, en un momento mamá se arrodillo frente a mí, tomo mi fierro con una mano comenzando a chuparme la herramienta. La humedad de su boca era en ese momento la mejor sensación que había experimentado en mi vida, sus labios apretaban mi fierro mientras su garganta lanzaba ligeras arcadas por lo profundo de las mamádas. Sentía como sus labios llegaban a rosar mi pubis y mis bolas, en verdad se estaba tragando mi fierro por completo. Mi cuerpo se arqueaba debido al placer que mamá de daba con su boca. Después de un rato dejo salir mi herramienta de su garganta.
- Te gusta papi? La chupo bien? – pregunto –
- Como nadie! – exclame –
Relato
Después de aquella tarde de tormenta en la que mamá me conto como perdió su virginidad en manos de su tío, enterándome de aquella relación incestuosa, las cosas cambiaron por completo entre los dos, en ocasiones mamá entraba a mi habitación después de ducharse solo con la toalla enredada en el cuerpo, se paseaba con muy poca ropa cuando mis hermanas están en su habitación o no estaban en casa. Yo no perdía la oportunidad de sobarles los melones o las nalgas por encima de la ropa, a su vez ella me frotaba el pájaro con singular alegría mientras nadie nos veía.
El fin de semana llego, mamá nos pidió que la dejáramos descansar ese fin de semana, haciéndonos cargo del local nosotros, el sábado desayunamos juntos y después de hacerlo mis hermanas y yo partimos al negocio, dejando sola en casa a mamá, la mañana transcurrió con normalidad, a medio día mamá llego al local con la comida para los tres, ella se marchó dejándonos solos de nuevo, se notaba ansiosa y feliz.
La relación que tengo con mis hermanas siempre ha sido buen, al grado de que me cuentan algunas de sus cosas íntimas, esa tarde mientras los tres estábamos sentados detrás del mostrador Brenda dijo algo que me hizo pensar en confesarle las cosas.
- No creen que mamá debería buscarse un novio? Siempre anda sola y la verdad está bastante bien para su edad! O no? – dijo mi hermana –
Tania y yo nos miramos, incrédulos. Después los tres estallamos en un ataque de risa, poco después de que este paso, Tania respondió.
- Si we! Pero la decisión es de ella! Además tú crees que no tiene un miembro que la entretenga! Que no lo sepamos es otra cosa! – exclamo mi otra hermana –
Los tres volvimos a reír, sin parar. Las dos me miraron como diciendo que era mi turno de argumentar algo.
- Porque me ven? – dije –
- No te hagas, da tu opinión como macho alfa de la familia! – dijo Tania –
- Si we! No seas puñal! Es mamá pero a poco no está bien, todavía! – exclamo Brenda –
- La neta, la neta! Si! Hasta Saúl y Mariano, fantasean con ella! – dije sin pensar –
Las dos se miraron en completa incredulidad.
- Neta we! Tus amigotes pervertidos se quien echar a mamá! – dijeron las dos al mismo tiempo –
- Ya dije demasiado! – respondí –
- No we! Ahora nos dices! Todo! – exclamaron mis hermanas –
Les conté lo que había pasado aquella tarde mientras estaba en casa con mis dos amigos, ella reían con sorpresa y a la vez se preguntaban quien se tiraría a mamá. Las risas se opacaron cuando les conté que también se las querían coger a ellas. Las dos hicieron muecas y se olvidaron del tema.
La hora de cerrar llego, los tres regresamos a casa. Al llegar mamá no estaba, por lo que cada quien hizo cosas diferentes, Tania se puso a lavar su ropa, Brenda a sacudir su habitación y yo me puse a ver la televisión en la sala.
Como a las 8:30 p.m. mamá llego a casa, al entrar note que traía muchas bolsas de tiendas de ropa, así que pregunte.
- Ah! La señora se fue de shopping?
Mamá sonrió, me miro y respondió.
- Aja! Y ni te quejes que te va a gustar lo que compre! – al tiempo en que suba las escaleras –
En todo el trayecto, mis ojos la siguieron concentrándose en su culito, pasaron unos minutos en lo que escuche a mamá hablar con mis hermanas en el piso de arriba de la casa, después volvió a bajar y entro a la cocina.
- Que vamos a cenar, papi? Que se les antoja? – pregunto mamá –
Sin pensar mis palabras respondí.
- Tu! – girando para ver a mamá –
Ella se mostró complacida, adoptando una pose sexy.
- Ya vas a empezar de caliente! – murmuro para los dos –
En ese momento mis hermanas bajaron para cenar, los cuatro platicamos de lo que había pasado en el día en el local, de pronto Brenda exclamo.
- Mamá! No tienes novio? – dijo sin la menor preocupación –
Todos nos miramos sorprendidos ya que la conversación se centraba en otras cosas y la pregunta de mi hermana estaba un poco lejos del tema.
- Porque la pregunta? Nena?... – respondió mamá mirando a mi hermana –
- Solo lo digo porque estas muy guapa aun, ma! Y no se me hace justo que papa si tenga a alguien y tu estés sola! – afirmo mi hermana –
- Pues novio no! Pero hay alguien con el que me siento bien! – respondió mamá calmada –
Por la calma de su respuesta pensé que en verdad había alguien más en su vida y que yo solo era la diversión, la aventura.
- Pero no le voy a decir aun quien es! Eso las sorprendería mucho y hasta llegaría a ser un problema! – dijo mamá en tono bromista –
Los cuatro nos sorprendimos con su aseveración, y comenzamos a preguntarnos a quien se refería, después me dedico una mirada tierna y lo entendí todo, hablaba de mí. Mis hermanas comenzaron a soltar nombres de la bajara sin tener éxito en averiguar de quien se trataba. Después de cenar, mis hermanas se fueron a su habitación, mamá subió a la suya y yo me quede abajo viendo tele.
Pocos minutos después su voz al final de la escalera dijo.
- Vic! puedes ayudarme!
Me levante del sofá y subí las escaleras, no vi a mamá al final de las mismas, por lo que me asome en la habitación de mis hermanas y dije.
- Y mamá? – dije parándome en la puerta –
- En su recamara! – respondió Brenda –
Di la vuelta para ir a la habitación de mamá, cuando mi hermana me pidió que cerrara su puerta, lo hice y camine unos pasos hasta la puerta de mamá, su habitación es la más grande y la ultima de la casa, con su propio baño y vestidor.
- Que paso ma!? – pregunte parándome en la puerta –
- Pasa y cierra la puerta! – respondió asomando la cabeza desde el vestidor –
Eso me puso nervioso, mamá no quería que mis hermanas se enteraran de nuestras cosas sexuales, pero a la vez el morbo de lo que pudiera pasar me consumía por dentro. Me tranquilice y comencé a pensar que se trataba de un foco fundido o alguna reparación de momento.
Camine hasta la entrada del vestidor, lo que vi me dejo sin habla, mamá estaba frente al espejo con un disfraz de colegiala, el cual consistía en una falda a cuadros de tablas una blusa blanca atada por encima del ombligo, debajo un top negro, sin brasier, medias sin liguero negras y sin zapatos.
- Qué tal?... como se me ve?... te gusta? – pregunto mamá –
En ese momento no supe que decirle, tartamudeando respondí.
- Biiieenn!! Ma!! – dije –
- Jaja! Si ya vi que si te gusto!!! Jajaja! – exclamo riendo -
Mis ojos no daban crédito a lo que veían, sus melones debajo de ese top, lucían inmensos. Sus piernas torneadas hacían la vista más que deliciosa debajo de esa falta cortita. La admire por unos momentos más hasta que al agacharse para tomar algo de las bolsas, note que no traía ropa interior, por primera vez pude ver su sexo en vivo y a todo color, su raja es rosadita, con labios gruesos y uno que otro vellito muy pequeño, su asterisco por igual y muy pequeño. Unos segundos después flexiono las rodillas limitando la vista de su sexo, sin saberlo me había regalado la mejor imagen de la noche. Comencé a frotarme el fierro por encima de la ropa, no aguantando mas, me acerqué hasta donde estaba, abrazándola de las tetas.
- Vic! ah! Papi! Noo!! Aquí no! Y menos cuando tus hermanas están en su habitación! – exclamó mamá –
Pero no hacía mucho por zafarse del abrazo, mis manos amasaban sus enormes melones, mientras que la colita de mamá buscaba con desesperación mi fierro duro. Tuve que flexionar un poco las rodillas para que ella pudiera sentir mi pájaro en su colita.
- Papi! No! Por favor ya pararle! – comenzó a gemir mamá –
- Le paro? Mm? – dije susurrando en su oído –
- No! Bueno si! Ah! – decía mamá –
Una de mis manos bajo hasta su pubis, mis dedos se abrieron paso hasta su clítoris, rosándolo ligeramente.
- Uhh! Ya! Por favor Vic! Nos van a oír tus hermanas! Ya papi! – gemía y decía mamá –
Mientras su culito se restregaba en mi fierro por demás duro y listo. De pronto mamá logro girar quedando de frente a mí, intente besarla pero lo que conseguí fue tremenda cachetada.
- Te dije que ya! – dijo en tono serio –
Me tome la mejilla por el dolor, mirándola con ojos de dolor y enojo, me aparte de ella y Salí de su habitación, esa noche no podía dormir pensando en porque me había hecho eso, si lo estábamos pasando tan bien. A la mañana siguiente me levante temprano, Salí a correr llevándome al perro conmigo, regrese a casa, mis hermanas se alistaban para salir de día de campo con sus amigas, mamá estaba en la cocina, pase sin siquiera saludarla, me duche me vestí, volví a salir con mis amigos, la mañana entera y parte de la tarde la pase con ellos, al regresar a casa, note que ni mis hermanas, ni mamá estaban en casa.
Me senté en la sala a mirar televisión, me prepare una botana y me tendí en el sofá. Serían las 5:00 p.m. cuando la puerta de la cochera se abrió indicándome que mamá había llegado a casa. Apague el televisor, tome el plato de botana y subí a mi habitación. Mamá no subió las escaleras, poco tiempo después escuché el ruido del televisor en la planta baja, sin más remedio y presa de la sed, tuve que bajar hacerle frente, la verdad no tenía intenciones de hacerlo, pero me moría de sed.
- Ah! Estabas aquí? – dijo mamá al verme bajar las escaleras –
No respondí nada, entrene a la cocina, mamá me seguía con la mirada en toso lo que hacía, tome un jugo del refrigerador, abandonando la cocina. Mamá me vio desaparecer en las escaleras, sin decir una palabra.
Me sentí mal por no responder o decirle algo, pero la verdad me sentía molesto y apenado. Tal vez mis sentimientos hacia ella habían pasado el límite permitido. Por lo cual debí ser escarmentado. En fin entre a mi habitación, tendiéndome sobre la cama, unos minutos después el golpeteo en la puerta de mi habitación advertía que mamá quería charlar o volver a golpearme.
- Si? – dije enérgico –
- Puedo entrar? Papi! Necesito hablar contigo! – exclamo mamá –
- Ok, está abierto! – dije serio –
Mamá abrió la puerta de mi habitación, cerro la misma tras de sí; quedándose de pie a poco metros de donde me encontraba.
- Solo quería disculparme por lo de anoche! Sé que no debí pegarte, pero… nada solo lo siento! – dijo mamá saliendo de mi habitación –
Me quede en silencio tratando de averiguar mentalmente lo que significo ese pero… después de unos minutos de sano pensamiento, me puse frente a la computadora intentando no pensar en lo sucedido. Pasaron cerca de 30 minutos cuando la puerta de mi habitación volvió a abrirse y cerrarse, por la pantalla de la computadora pude ver a mamá parada detrás de mí.
- Sigues enojado? – pregunto –
No hubo respuesta de parte mía.
- Ya Vic! no quiero que estés enojado conmigo! – dijo en tono de berrinche –
- No lo estoy! – por fin respondí –
- Solo me siento confundido! No sé si en verdad quieres esto no solo me tomas por un niño caliente y tonto! – dije serio –
La expresión del rostro de mamá a través del reflejo de la pantalla, era de asombro. Salió de mi habitación dejando la puerta abierta, al levantarme para cerrar, creyendo que mamá se había molestado por mi comentario, la vi regresar muy aprisa. Detuvo la puerta con una mano mientras que con la otra me empujo dentro de mi habitación, entro cerrando la puerta con seguro.
- Muy bien papi! Sé que estás enojado, confundido y todo lo demás! Pero sé cómo hacer que todo eso desaparezca de tu cabeza! – exclamo mamá mientras desabrochaba su blusa –
Me quede de pie frente a ella sin poder decir nada, solo miraba como su blusa se abría, comencé a pensar que solo se la abriría para dejarme ver sus melones, como era una costumbre hasta ese momento. Pero, no fue así, se despojó no solo de la blusa sino de toda su ropa, quedando completamente desnuda.
- Que haces ma? – pregunte incrédulo –
- Hago lo que quiero hacer! – respondió de inmediato –
- Quítate la tuya! – exclamo después –
Sin dejar de admirar el cuerpo desnudo de mamá, me desnude. Mi fierro apuntaba a ella, una vez que me quite toda la ropa ella me pidió que me sentara en la silla del escritorio y abriera las piernas, así lo hice, en un momento mamá se arrodillo frente a mí, tomo mi fierro con una mano comenzando a chuparme la herramienta. La humedad de su boca era en ese momento la mejor sensación que había experimentado en mi vida, sus labios apretaban mi fierro mientras su garganta lanzaba ligeras arcadas por lo profundo de las mamádas. Sentía como sus labios llegaban a rosar mi pubis y mis bolas, en verdad se estaba tragando mi fierro por completo. Mi cuerpo se arqueaba debido al placer que mamá de daba con su boca. Después de un rato dejo salir mi herramienta de su garganta.
- Te gusta papi? La chupo bien? – pregunto –
- Como nadie! – exclame –
Su boca se volvió a engullir mi pájaro con cada chupada la sensación de eyacular aumentaba, debo decir que mamá es una experta mamadora de pene, su mano me masajeaba las pelotas, mientras que con la mano libre acariciaba mi pecho. Aquella escena era verdaderamente excitante y llena de morbo, ninguno de los dos recordaba a mis hermanas. Solo nos concentrábamos en el placer que sentíamos y el que estaba por venir.
- Mami! Que rico la chupas! Ah! Mamita! Tu boca es la mejor! – dije entre gemidos –
Mamá detuvo su boca por unos segundos y sacando mi fierro lubricado de dentro de ella dijo.
- Me gusta que te guste! Papi! Yo ya estoy empapada! – dijo mientras su mano que estaba en mi pecho iba hasta su vagina –
Me mostro la mano húmeda después de haber tocado su pubis, eso me pareció más excitante.
- Quiero cogerte ma! – exclame –
Sus ojos llenos de placer, mientras su boca seguía ocupándose de mi fierro, parpadearon como respuesta. Saco de nuevo mi herramienta de su boca exclamando.
- Quieres? Mmm! Ya veremos cómo te portas!
Al tiempo que su boca dejaba caer saliva en medio de sus tetas, colocado mi fierro entre ellas y usándolas como herramienta para masturbar mí pene. Mis manos la tomaron por los hombros de momento, para después unirlas a sus manos haciendo más presión sobre mi palpitante miembro.
- Ma! Uh! Ma! Que rico! No pares por favor! - gemía mientras mamá seguía subiendo y bajando con sus tetas sobre mi pene –
- Te gustan las chichis de mami? Eh? Te gustan más que su boca? Uhm? – decía gimiendo mamá mientras besaba mi glande cuando salía de entre sus melones –
- Aja! Me gustas toda! Completa! Ah! Sigue ma! Uh! – gemía respondiendo –
Debido a la presión sobre mi fierro, la sensación de eyacular comenzó a ser más fuerte, mamá al notarlo me apretó las pelotas, con lo que dolor provocado por el hecho, hizo que la sensación de venirme se disipara por completo.
- Creo que ya estas lito! Para mami! – exclamo dejando mi pene salir de entre sus melones –
Se puso en pie de nuevo, miro hacia todos lados, la cama, el escritorio, la silla donde estaba sentado, la alfombra, para después decir.
- Donde quieres hacerlo papi?
La mire deseoso respondiendo.
- Donde quieras! Ma!
Giro para tomar algo del bolsillo de su pantalón, al voltear de nuevo vi que se trataba de un condón.
- Ponte esto, no queremos un bebe a estas alturas, verdad? – exclamo –
Por fin mi sueño se hacía realidad. Me coloque es preservativo lo más rápido que pude. Por qué mamá se acercaba de prisa hasta donde estaba.
Apenas tuve tiempo de terminar de colocarme el preservativo, cuando mamá subió una pierna por encima de mi herramienta, comenzando a sentarse en la misma, dejo sus melones frente a mi boca, por lo cual mi mano tomo de inmediato uno buscando chupar su pezón, la mano de mamá apunto mi pájaro hacia su agujero y con suavidad se lo clavo de a poco.
- Oh! Uhm! Vic! dios! Que ricura! Estas grande papi! Uhm! – dijo entre gemidos –
Sentí como mi fierro iba abriéndose paso dentro de mamá. Al tener por completo clavado mi pájaro en la vagina, mamá se quedó inmóvil por un momento, mi boca chupaba sus pezones alterándolos para dicha tarea. Mamá se sujetó de mis hombros, comenzando a subir y bajar sobre mi fierro, el calor de su sexo era indescriptible, los fluidos femeninos y la lubricación del condón hacían fáciles las penetraciones, las tetas de mamá saltaban despacio.
- Agárrame de las nalgas, papi! – gemía mamá –
La tome de las nalgas, mientras ella subía y bajaba encima de mi pájaro. Sus nalgas son suaves como dos duraznos, pero tiene una peculiaridad, siempre las tiene muy frías, quien sabe por qué. Mi lengua seguía lamiendo sus pezones y melones, los cuales se movían al ritmo de los sentones.
- Oh! Vic! mi vida que rico pájaro! No sé cómo no me lo comí antes! Ah! – decían entre gemidos mamá –
Poco a poco la velocidad y profundidad de los sentones aumentaba, mi fierro se doblaba en ocasiones producto de la velocidad con que mamá se lo devoraba, mi madre lazo la cabeza y arqueo la espalda debido al placer que sentía. Minutos después lo sentones cesaron, para dar paso a movimientos de cadera hacia el frente y atrás, lo que provocaba que mi fierro se doblara dentro de la vagina de mamá.
- Maa!! Así! Que rico te meneas! Uh! Coges como diosa! – decía entre gemidos de placer –
Mamá siguió moviéndose encima de mí por unos minutos más, hasta que se detuvo por completo.
- Quieres cambiar? Súbete en mí, papito! – exclamo mamá –
Se levantó de encima de mí, recostándose sobre la cama. Abrió las piernas mientras las sostenía con sus manos por detrás de la corvas de las rodillas.
- Ven Vic! méteme ese pajarote en la pepa! – pidió ronroneando mamá –
Me levante y me acerque hasta donde ella estaba, tomando mi pájaro con la mano lo apunte hacia su agujero, con gran morbo vi como mi fierro se hundía dentro de mamá.
- Oh! Papito! Así papi! Cógeme rico! – exclamaba mamá –
Después de que se la deje ir toda, tome a mamá por los melones. Comenzando a moverme despacio, mamá gemía con cada penetración que le propinaba, mi fierro se clavaba hasta el fondo del sexo de mamá, el cual estaba empapado y caliente, hasta ese momento pude ver su clítoris hinchado por la excitación del momento.
- Dame fuerte amor! me gusta que me cojan fuerte la pepa! – exclamo mamá –
En un momento la dureza y fuerza de las penetraciones aumento, el clásico sonido de mi vientre estrellándose con la vagina, muslos y mis huevos rebotando en sus nalgas, comenzó a escucharse en la habitación. Mamá gemía por momentos, mientras que por otros ahogaba los mismos en su garganta, gruñía y se agitaba como un gusano a punto de ser masacrado.
- Ah! Vic! así! Cógeme fuerte ah! No pares! Ah! Me encanta tu verga! Métemela toda! La quiero toda! Uh! Uh! – gemía y decía mamá –
- Ah! Ma! Que rica estas! Uh! Te gusta la verga? Um? Te gusta la verga joven? – preguntaba a mamá morbosamente –
- Ah sí! Me encanta tu verga joven y rica! Dámela toda! Ah! Uhmm! Así, así cógete a mami rico! Uhmm! Ah! Ahh! – respondió a mi pregunta –
Para ese momento sus melones no podían ser contenidos por mis pequeñas manos, se agitaban como gelatinas a medio cuajar. Las manos de mamá tomaron mis pectorales, jugando un poco con mis tetillas, en verdad los estábamos disfrutando, yo por el morbo de la fantasía que era cogerme a mi madre y ella por el prolongado tiempo que había pasado sin una herramienta masculina dentro de su sexo.
- Oh! Uh! Papi! Si! Si! Que sabroso! Um! Me hacía tanta falta una verga dura dentro de mi pepa! Uh! Sigue! – dijo mamá –
Nos habíamos olvidado por completo del mundo que existía aun fuera de esa habitación, entregándonos a nuestros deseos carnales por completo. Mamá seguía pidiendo que la penetrara, hasta que alcanzo su primer orgasmo, su cuerpo se estremeció por completo sus pezones se endurecieron y levantaron como dos pivotes de balón, su cadera se levantó arqueando su espalda, un largo y un suave gemido salió de boca.
- Uuuuhhhhhhhhhmmmmm!!! Amor! uuuuuuuuuhhhhhmmmmm!!! – gimió mamá –
Poniendo su mano sobre mi pubis, detuvo las penetraciones. Para disfrutar del orgasmo alcanzado. Por unos segundos los dos permanecimos inmóviles yo jadeante y ella temblorosa como un animal asustado, después de los cuales y haciendo alarde de su gran flexibilidad extrajo mi pene hasta el borde de mi glande, girando hasta colocarse en posición de perrito, embarrando las tetas sobre el edredón por completo y estirando los brazos sobre la cama.
- Dale papi! Dale verga a mami! Uh sí! Quiero más de esa verga rica! Me encanta tenerla dentro de mí! – exclamo mamá –
Tomándola de las caderas la penetre hasta el fondo, ya sin mayor petición o indicación de su parte la volví a bombear duro y muy fuerte, sus suaves nalgas se movían poco debido a la dureza de las mismas, los que si se balanceaban como péndulos era sus melones, por momentos estrellándose en su cara.
- Así te gusta, mamá?... Te gusta así?... uh! Que rica estas! No mames! Que rica estas! – dije lleno de morbo –
- Ah! No me gusta! Mm! Me encanta! Sigue papi! – respondió –
- Te hacía falta una verga, ma! Uh! Pero ya no te hará falta nunca! Estas dispuesta a lo que sea?... uhm? – pregunte –
- Aja! Lo que sea! Papi! Dame verga ya! – exclamo imperativa –
La seguí bombeando de manera brutal, sin darle tregua por varios minutos, mis manos la tomaban por las caderas, para después tratar de controlar esos melones que se agitaban como locos. De momento lo inesperado.
- Pégame en las nalgas papi! Apriétame las tetas duro! Ah! Ah! Ah! Ah! Dame verga! Uh! Ah! – exclamo mamá perdida ya en el deseo –
Hasta ese momento a la única que había nalgueado era a una compañera de la universidad, con malos resultados obtenidos. Le di una nalgada suave, mientras que le apretaba una teta despacio, la verdad es que hasta ese momento y sin importar que le estuviera metiendo la reata a mi madre, le tenía un poco de respeto.
- Mas fuerte! Cabrón!! Mas fuerte! – grito mamá –
Con ese grito, todo el respeto que en ese momento existía de mí hacia ella, quedo olvidado.
- Plaff! Ahhh! Así! Otra! – exclamo ya gritando de placer –
Le propine tremenda nalgada, seguida de un apretón de teta fenomenal, sus gritos comenzaron a ser más sonoros, teniendo su segundo orgasmo, en esta ocasión no me detuve para nada, aunque si baje la intensidad de la embestidas. Mamá apretó las nalgas en un claro síntoma de placer, lo que hizo que ahorcara mi miembro dentro de las mismas.
- Plaf! Plaf! Ahhh! Ahhh! ahhhh! –gritaba mamá con cada nalgada que le daba –
Sus nalgas ya enrojecidas por mis continuos embates a las mismas, se miraban excitantes, lo mismo que sus tetas, me atreví a más y le jale un pezón, mamá se estremeció y grito.
- Uyyy!!! Cabrón! Aaahhh que ricooo!! Así papi! – vuelta una loca de placer –
Una idea loca me llego de golpe a la cabeza, mamá seria sado?... en fin. Seguí dándole su merecido, por lapsos lento y en otros con todo lo que me quedaba.
- Papito! Papito! Ya termina! Tus hermanas… ah! Están por llegar! – dijo mamá –
Hasta ese momento me di cuenta en donde estábamos, mamá tenía razón, mis hermanas de un momento a otro llegarían a casa, pero no tenía ganas de eyacular aun. Por lo que me concentre en dicha tarea. Seguí dándole nalgadas y apretándole las tetas de forma brutal, hasta que mi verga no aguantó más y exclame.
- Me vengo ma!
Mamá se retiró rápido de aquella posición, girando para quedar de frente a mí.
- Dámelo es las tetas amor! dámelo ya! – exclamo sentándose en la orilla de la cama –
Usando su mano derecha me arranco el condón, con apenas tiempo suficiente para que mi semen saltara hasta sus enrojecidos melones.
- Ahhhhh!!! Esta calientito! Ahhh! Asi papi! Ahhh! – exclamaba mamá mientras chorros de semen caían en sus tetas –
Un chorro de semen salto hasta su cara, pero mamá no dijo nada. Yo me estremecía con cada chorro que lanzaba, mientras me masturbaba con fuerza para hacer salir todo mi semen. Un vez que termine de expulsar mi cargamento de crema sobre mi madre, ella tomo mi pepe y lo limpio por completo con la lengua.
- Sabe rico! Papi! Que buen amante me resultaste! Te voy a enseñar más cosas! Y con el tiempo serás un semental, amor! – dijo mamá mientras lamia mi miembro –
Mientras mamá seguía lamiendo mi pene, el cual se mantenía con una semi erección, la puerta de la entrada se escuchó cerrándose, la voz de Tania mie hermana grito.
- Quien vive?....
Mamá se levantó de la cama soltó mi pene, tomo su ropa y salió aprisa hasta su habitación, con las nalgas rojas y las tetas totalmente cubiertas de mi semen. Yo me puse un pants y una camiseta, me dio acomode la cama, sentándome frente a la computadora.
Mis hermanas subieron pocos minutos después, me saludaron y preguntaron por mamá, ella salió de su habitación con un pants blanco, el cabello mojado y una gran sonrisa en la cara. Mis hermanas la miraron extrañadas, pero no hicieron pregunta alguna. Esa noche todos cenamos como de costumbre y nos fuimos a dormir sin el mayor sobresalto.
Lo que vendría después será motivo de más relatos…
Continuara!...
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783591 veces
Si te ha gustado Familia Incestuosa. Capitulo III: La soledad de mamá, al fin se la metí. ( CON vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Familia Incestuosa. Capitulo III: La soledad de mamá, al fin se la metí. ( CON .
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:27) dice:
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