Fantasias eroticas de ayer y hoy 2

-¿Pero, que es esto?- exclamo Alejandra de 16 años, estudiante de bachillerato, al mirar lo corta que le quedaba su falda y lo ajustado de su blusa -¿Don Aurelio, está seguro que este es mi nuevo uniforme de la escuela?
-¡Oh, es muy atrevido!- exclamo el pequeño Atletl, hermano menor de Alejandra, sentado en el mullido sillón de la sucia bodega en la que se encontraban.
-¡Por supuesto Alecita, ya verás lo bien que lucirá tu trasero!- dijo Don Aurelio de 57 años, conserje de la escuela en la estudiaba Alejandra, relamiéndose los labios -¿Qué te parece? ¿Cómodo, no?- agrego, frotándose las manos -Lo remodele pensando en ti... y aun no has visto lo mejor... ahora, sonríe Alecita- agrego, al tiempo que encendía su cámara de video.
-Oiga, ¿Qué le pasa? ¿Está loco o qué?- exclamo Alejandra, tratando de cubrirse su cuerpo con las manos -No tome mis tetas.
-Ten Atletl, fílmanos a Alecita y a mi- dijo Don Aurelio, extendiendo la cámara a Atletl.
-Pero, es que... yo la verdad... bueno, yo no...- balbuceo temeroso Atletl.
-¿Qué te pasa escuincle, que no me escuchaste? ¡Fílmanos!- exclamo furioso Don Aurelio, al momento que le entregaba la cámara de video.
-¡Esta bien, está bien!- contesto Atletl, al tiempo que la tomaba.
-Muy bien. Ahora, vamos a jugar un jueguito tú y yo. Aunque es un poco pesadito- dijo Don Aurelio, al tiempo que comenzaba a desnudar a Alejandra, y la sentaba sobre el mullido sillón.
-¡Ahh!- exclamo sorprendida Alejandra -¿Se puede saber que pretende?
-¡Pero qué lindo chocho tienes! Esta rosadito y muy pequeño- exclamo excitado Don Aurelio, al quitarle su calzón y separarle las piernas -Esta lindo, lindo. Mira que suave es... mmmmmm- agrego, al tiempo que le introducía uno de sus gordos y mugrosos dedos.
-¡Ya basta Don Aurelio! ¡No más!- exclamo Alejandra, al tiempo que cubría con sus manos su sexo y cerraba sus piernas -Lo que está haciendo está mal... somos amigos. No debemos hacer esto.
-Los amigos juegan, y yo solo juego un poco- dijo Don Aurelio, al tiempo que comenzaba a desnudarse -¿Sabes?... me gustas mucho. Quisiera enseñarte algunas cositas. Al principio duelen, pero después se sienten bien.
-¿Qué hace?- exclamo sorprendida Alejandra -¡Ya fue suficiente Don Aurelio!
-Ja, ja, ja, tranquila- dijo Don Aurelio, al tiempo que se frotaba su grandísimo paquete -Aun te falta ver un regalito.
-¿Qué es eso?- exclamo sorprendida Alejandra, al ver a Don Aurelio despojarse de su calzón -¡No puede ser!
-¿Uh?- exclamo el pequeño Atletl sorprendido -Cielos, ¿Pero que trata de hacer?
-¿Qué te parece, esta grande, no? Y es solo para ti- dijo Don Aurelio, al tiempo que tomaba entre sus manos, su larga y gruesa verga -Bien Atletl, haz una toma espectacular. Hazle un zoom al trasero de tu hermana.
-¡Esta bien, Don Aurelio!- contesto Atletl apenado.
-¿Mmm?- exclamo sorprendida Alejandra, al ver como Don Aurelio le frotaba su gruesa verga por sus labios vaginales.
-¿Qué te parece? ¿Se siente bien, no?- dijo Don Aurelio excitado.
-Pues, al menos se ve muy bien- exclamo Atletl también un poco excitado, por lo que estaba viendo a través de la video cámara.
-Bien Alecita, te va a doler un poco, ¿Ok?- dijo Don Aurelio, al tiempo que acercaba la punta de su verga, a la vagina virgen de Alejandra, y comenzó a presionar -¡Pero qué apretado esta, que bien!- exclamo excitado -¡¡¡Qué estrecha eres!!! ¡¡Hummmmmm, ábrete más amor, déjale lugarcito a este viejo lujurioso!!- y de un solo empujón, Don Aurelio le metió su enorme verga hasta el fondo -¡¡Muévete, muévete, enciérrame en tu cuevita!!- se la metió completa, desvirgándola y dejándola sin aliento. Alejandra sentía un gran dolor -¡¡¡Ahora sí!!! ¡¡¡A gozar chiquita!!! ¡¡¡Goza!!!- y así, Alejandra pudo sentir, como Don Aurelio gozaba cuando los músculos de su vagina lo retenían dentro de ella. Alejandra sentía como sus caderas golpeaban las de ella adentro y afuera, adentro y afuera. Los movimientos de él, empujando dentro de ella -Me encantan como gimen las muchachitas en su primera vez. Me vuelven loco sus quegiditos- exclamo excitado Don Aurelio, al tiempo que sus manos no dejaban de estrujar los suculentos pechos de Alejandra, y pellizcar sus endurecidos pezones.
-¡Ah! ¡Ahhh! ¡Ah!- exclamaba Alejandra.
Don Aurelio tomó sus piernas y las subió a su cuello, dejando un nivel de apertura increíble en la muchachita y siguió empujando. Siguió hurgando en su interior. Alejandra apretaba sus puños, tratando de resistir ante cada empujón, mientras que Don Aurelio, seguían empujando las caderas de su tesorito hacia su pelvis, para metérselo más y más.
-¡Ja, ja, ja, ja! Te entra todo- exclamo excitado Don Aurelio -Se ve que te encanta.
-¡¡¡Diantres, pero que espectáculo!!!- exclamo excitado también el pequeño Atletl.
-¡¡¡Hummmmm, encontré a mi putita privada!!! ¡¡Eres la mejor mi nena, la que más me gusta!! ¡¡La virgencita más putita de toda la escuela!!!
Las manos de Don Aurelio manoseaban sus suculentos pechos. Su verga, era tragada casi en su totalidad, por la vagina recién desvirgada de Alejandra. Don Aurelio solo gemía y apretaba sus suculentos senos descontroladamente.
-¡¡¡¡Que pepita hermosa tienes, preciosa!!!! ¡¡¡Coges como la más putita de todas las de la escuela!!!
Don Aurelio siguió cogiéndosela por un rato más, hasta que sintió que se corría.
-Estoy a punto de correrme, así que lista- exclamo excitado Don Aurelio -¡Ahhh! ¡Pero qué rico se siente! ¡Jamás había experimentado algo así!
A Alejandra no le dio tiempo ni de reaccionar. Don Aurelio empezó a soltar chorros y chorros de mocos, los cuales le fueron a parar en lo más profundo de su vagina.
-¡Ahh!- gimió Alejandra, al sentir los chorros de mocos entrar en su vagina recién desvirgada.
Sin sacársela, Don Aurelio se recostó a un lado de la muchachita. Ambos empapados en sudor, balbuceando le dijo:
-Nena preciosa, mi reina, mi muñequita... que chocho tan rico, que patas, que tetas tan sabrosas- alternado sus besos en su boca, cuello y senos.
Alejandra estaba exhausta. Levantándose lentamente, Don Aurelio le dijo, esbozando una sonrisa:
-¡Ahora, te toca por el culo Alecita! Ya vi que eres bien putita y no quiero que se lo vallas a entregar a alguien más, antes que a mí. ¿¿¿¿No te gustaría probar mi verga en tu agujerito????
-E-e-e-está bien, pero cójame despacito, por favor- dijo Alejandra, un poco excitada.
-Ok, no te preocupes preciosa. ¡Ponte a cuatro patitas, como la perrita que eres! ¡Enséñame tu culito!
Don Aurelio aguardaba con su verga inflamada, a que su nena le dejara las nalgas a punto, para cogerla a gusto. Puesta en cuatro, Alejandra lo hizo obedientemente y le dijo:
-¿Le gusta mi culito?
-Sí, tienes culito de princesa- y escupiéndose un dedo, Don Aurelio se lo introdujo dentro de su culito. Esto hizo que Alejandra diera un respingo tal en la cama, que quedo casi acostada, teniendo en primer plano la mano de Don Aurelio dentro de su agujerito, al tiempo para caer nuevamente ante cada empujón que le daba con su dedo.
-¡¡¡¡¡¡Ay, Dios!!!!!!! ¿¿¿Rico, verdad??? Este caminito esta virgencito todavía. ¡¡¡¡Hummmmm, que delicia!!!!- le abrió sus firmes, macizas y paraditas nalgas con sus manos -Ábrete bien, que voy por atrás.
Don Aurelio mojó bien su verga con los jugos que despedía de su vagina. Alejandra esperaba, ante la promesa de la entrada en su enorme verga en su pequeño agujerito. Don Aurelio comenzó a presionar entre sus nalgas, lentamente, tratando de que el agujero cediera y pudiera entrar a fondo.
-¡¡Ábrete chiquita, ábrete para papi!! ¡¡Déjame metértelo!!- y Don Aurelio empujó un poco más.
Allá fue, entero, abriéndose camino a la fuerza. Alejandra sintió, que todo su interior se desgarraba de dolor. Entró la verga de Don Aurelio en toda su dimensión. Y comenzó a moverse. Entrando y saliendo, entrando y saliendo.
-¡¡¡Qué manera de gozarte, preciosa!!!- decía Don Aurelio, suspirando cada vez más.
-¡Ah! ¡Ahhh! ¡Siga más duro, por favor!- fue lo único que Alejandra pudo decirle.
Don Aurelio le daba toda su verga completa por atrás, hasta terminar dentro de ella. Más tarde...
-Bien. Ahora quiero que me explique ¿Por qué lo hizo?- dijo Alejandra, al tiempo que se ponía su ropa.
-Ja, ja, ja, ja, muy fácil- contesto Don Aurelio, al tiempo que se vestía también -Te he grabado desde que eras niña en mil formas, y ya solo faltaba un video de nosotros dos cogiendo.
-Con que eso era lo que quería...- exclamo Alejandra, al tiempo que se acomodaba su cabello -pero aun así no me convence...
-Bueno, creo que esta historia ha llegado a su fin, ¡Que lastima!- dijo el pequeño Atletl, al tiempo que apagaba la video cámara.


Fin.