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Fantasias sexuales 1- Mi primer trio

Neofilder Relato enviado por : Neofilder el 01/10/2009. Lecturas: 6070

etiquetas relato Fantasias sexuales 1- Mi primer trio   Fantasías .
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Resumen
Mi mujer se obsesiono con la idea de tener a dos hombres para ella sola, la idea no me agradaba para nada pero termino siendo una experiencia deliciosa.
(Este es el inicio de una serie de relatos en los cuales ahondare un poco en el tema de las fantasias y del fetichismo, manejandolos mas que nada con la forma romantica y detallada con la me gusta escribir, ojala lo disfruten)



Relato
Anochece ya cuando llego a casa, la luces del auto iluminan la entrada al tiempo que lentamente el auto se detiene, permanezco aun dentro de él, terminado el cigarrillo que cuelga de mis labios echando volutas de humo que escapan por la ventanilla abierta.
Me espera una noche tormentosa y apasionada, una noche que puede ser el principio de una relación abierta y sin pundonores, o una noche que puede suponer el final de 7 años de vida afable y amorosa.
Sin ánimo y a la vez inquieto giro la cerradura, abro la puerta para encontrarme de frente con mi destino. Al centro de la sala esta mi mujer, bellísima, pocas noches luce tan especial, un fino vestido de seda color verde olivo ciñe sus agraciadas formas dejando notar que esta usando ligueros, su espalda desnuda y blanca la encuentro majestuosa, sonríe y en el brillo de su mirada deja ver que esta feliz y radiante, y como no había de estarlo, esta noche se cumplirá una de sus mayores fantasías.
Frente a ella esta “el otro” no quiero ni necesito saber su nombre, un tipo de unos 40 años, muy pulcro, se nota en su físico que dedica tiempo al gimnasio y al igual que mi mujer sonríe, tal parece que yo soy el único al que la situación no le produce placer, avanzo un par de pasos y Elena se vuelca sobre mi, me besa apasionada e intensamente.
En otras ocasiones este solo beso hubiese bastado para que mi sexo respondiera al instante pero hoy las cosas son diferentes.
Mientras Elena me besa, en mi mente rondan los recuerdos de cómo es que me hallo inmiscuido en esta situación; El sexo con Elena siempre fue el eterno clímax en mi vida, estar con ella, recorrer su cuerpo, penetrarla, besarla y amarla eran la satisfacción mas grande que yo podía tener, me era suficiente uno de sus besos para atenuar cualquier sin sabor, estar entre sus brazos hacia que mi mente olvidara todo lo pasado, presente y futuro y se llenara de placer.
Sin embargo no era lo mismo para ella, no fue suficiente cada noche pletorica de amor en que le entregue hasta el ultimo de mis esfuerzos, no fueron suficientes las gotas de sudor, no fueron suficientes los besos, ni las caricias, ni las palabras. En su mente de amante fogosa se fue formando la idea de estar con alguien mas, no pretendía engañarme, pero si quería disfrutar un contacto diferente, otra forma de besar, otras manos recorriendo su cuerpo. Al principio la idea fue rechazada, fue terrible ver como su carita tierna se escondía llorosa tras de sus manos al verse rechazada, después las noches fueron perdiendo ese toque tan especial, la convivencia diaria se vio ofuscada por el fantasma de una fantasía. Poco a poco fui cediendo, más por el deseo de recuperar a la estupenda amante que es ella, que por la firme convicción de querer hacerlo.
Recuerdo perfectamente la noche que le dije que si, se puso eufórica, esa noche tuvimos un sexo salvaje, ardiente, casi mágico, y si este es el precio que debo pagar para tener así sus caricias, lo he aceptado.
Elena separa sus labios de los míos, se aparta para permitirme el paso, y mi mano que se posaba en su mejilla, desciende por su cuello y hasta sus hombros antes de abandonar su cuerpo, hay un coñac servido en la mesa de centro, Elena lo levanta y me lo ofrece antes de sentarse a mi lado, bebo un sorbo y cortésmente saludo al que será nuestro compañero de cama esta noche ya que mas allá de los sentimientos encontrados somos dos caballeros, dos caballeros y una dama que han llegado a un acuerdo mutuo de entregarse a una noche de pasión. Termino mi bebida y Elena presurosa se levanta para llenar de nuevo el vaso, camina coquetamente hacia la cantina y el otro no aparta la vista de sus nalgas. Todo el cuerpo de Elena es una constante provocación, pero ese contoneo al caminar ha hecho que le lluevan piropos de todo tipo en la calle, me atrevo a afirmar que el mismísimo demonio lleva clavada su mirada eternamente en ese par de glúteos. Elena vuelve y el tipo le entrega su vaso también vacío para que lo llene, el solo hecho de pensar que “el otro” tenga los mismos privilegios que yo, me hace arder de celos pero me contengo, con la mirada autorizo a Elena para que sirva la bebida.
La tensión es mucha, extraigo de mi saco los cigarrillos y enciendo uno, le ofrezco uno al tipo pero lo rechaza, Elena nos mira a los dos nerviosa, temerosa tal vez de que me arrepienta.
El otro vuelve la mirada cuando se encuentra con la mía, carraspea, suspira hondo llenándose de valor para hablar.
- Antes que nada, Sr. Limain, debo felicitarlo por la mujer tan hermosa y tan inteligente que tiene.
No respondo pues mi mente esta absorta en mil pensamientos, ninguno de ellos coherente, y el comentario del tipo este me deja un poco fuera de base.
Después de unos segundos eternos en los cuales tomo compostura y me tranquilizo lo mas que puedo, le digo.
- Espero que Elena, le haya aclarado ciertos puntos que previamente habíamos acordado.
- En efecto, Sr. Limain, ella ya me ha explicado las condiciones y las he aceptado a cabalidad.
De cualquier forma considero mi deber aclararle los puntos mas importantes:
- Esta, - le digo recalcando cada silaba - puede ser la única ocasión en que esto suceda, al salir de aquí usted olvidara todo lo relacionado con esta noche, no quiero que por ningún motivo intente ponerse en contacto con mi esposa, salvo que nosotros le llamemos y lo mas importante, fuera de aquí usted no nos conoce, nunca nos hemos visto.
El tipo asiente con la cabeza y puedo percibir en su mirada sinceridad, considero que no es necesario aplazar mas el trance y los apremio a entrar a la recamara, el tipo toma a Elena de la mano y se encaminan al lecho de amor, los sigo con la vista aun incrédulo de que esta realidad se vaya a consumar, la puerta se cierra a sus espaldas y la contemplo fijamente descargado contra ella toda furia de que mi mirada es capaz. Como autómata llego hasta la cantina, me siento y sujeto con fuerza la botella de coñac sirviéndome un vaso lleno, lo apuro de dos tragos e inmediatamente lo lleno de nuevo. A pesar de la bebida mi garganta esta seca, introduzco un nuevo cigarro en mi boca, nervioso lo enciendo y aspiro intensamente esperando que la nicotina pueda relajarme.

La fantasía de Elena era que la encontrara con otro y que al hacerlo, me sumara a su entrega de amor, así que espero el tiempo suficiente para que ellos dos estén ya entregados al acto sexual, un par de cigarrillos y 3 copas mas atenúan la espera, apago el cigarrillo y una paz increíble se apodera de mi, apuro el contenido de mi copa y me encamino hacia la recamara, leves quejidos de placer llegan hasta mis oídos y me imagino al “otro” cabalgando a mi amada, apresuro el paso y abro la puerta despacio.
En la cama Elena se encuentra semidesnuda, conserva las medias, el liguero, el sostén y los zapatos de tacón, en una de sus manos sujeta su tanga. Esta acostada en la orilla de la cama, con las piernas colgando y en medio de ellas el tipo arrodillado, como si de una diosa se tratara y con devoción le come el conejo. La cara de Elena es un poema al placer, los ojos cerrados, la boca semiabierta, la respiración intensa, la frente aperlada de sudor. Me quedo inmóvil viendo como este tipo, sostiene las piernas de Elena a la altura de sus hombros y succiona con maestría el hinchado clítoris, haciendo que el vientre de Elena suba y baje conmocionado. Elena entreabre los ojos y me mira, sonríe, con la misma mano con que sujeta la tanga me llama haciendo a su dedo índice girar y enroscarse como serpiente. Al llegar a su lado el tipo detiene la intensa comida de coño y toma el lugar de espectador, Elena se pone de rodillas en la cama y se abraza a mi cuerpo, sube su cara por mi pecho y cuello hasta llegar a mis labios, su lengua se abre paso entre ellos y dentro de mi boca busca encenderme, no es necesario mucho esfuerzo ya que al ver al otro comiéndole la almeja, mi sexo salto dentro de mis pantalones y adquirió súbitamente una dureza poco antes vista, la mano de Elena se encuentra con esta rigidez y la acaricia, la sujeta. Su lengua siguen profundizando en mi boca intentando llegar hasta mi garganta, sus manos se apartan de mi glande y con desesperación me despojan de corbata, saco y camisa, sus uñas surcan mi pecho y espalda y su boca se prende a mi pecho, lame mis pezones, desabrocha en cinto y el pantalón, baja su boca para meter en ella mi pene y de esta manera levanta su colita y la deja totalmente expuesta.
El tipo no resiste la tentación y alarga su mano hasta sus nalgas, busca con la mirada mi aprobación y al obtenerla empieza a pasar su mano por toda su cola, sus dedos se pierden entre las nalgas penetrando la húmeda conchita. Rápidamente encuentra el ritmo de su excitación y con ambas manos prodiga caricias a su cola, a sus piernas y a su vagina. Elena chupa mi pene con deleite, juega con su lengua en la punta y recorre toda su extensión hasta mis bolas las cuales besa y acaricia haciéndome estremecer, la tomo por la nuca, no para llevar el ritmo de la felación sino para demostrarle de algún modo lo mucho que estoy disfrutando. El “otro” suspende las caricias, se aparta un poco y se soba el paquete por encima del pantalón, extrae lentamente su cinto y lo deja caer, con parsimonia va despojándose de el resto de la ropa hasta quedar su cuerpo solo cubierto con un atrevido y ajustado boxer, sube a la cama y se pega al cuerpo de Elena quien recibe gustosa la intromisión, pega su pelvis a su cola y se recarga sobre su espalda, en la posición en que estoy tomo la cabeza de Elena y la presiono hacia atrás empujando todo su cuerpo contra el de él, es entendible que estoy accediendo a que el tipo la penetre y de inmediato mente la mano en su entrepierna sacando una verga considerable de tamaño sin llegar a la exageración. La pone sobre las nalgas de Elena y repega de nuevo su cuerpo al de ella, con delicadeza la desliza hasta su conchita y sin mas preámbulo la deja ir, Elena esta súper mojada y recibe esta visita con un quejido de placer.
El tipo tiene experiencia, entra y sale despacio sin dejar de pasar sus manos por su colita, Elena, como gatita repega su cuerpo contra los nuestros, disfruta de esa verga extraña en su interior y disfruta de la mía que se desliza en su hambrienta boca. El tipo detrás de ella ha logrado con sus embates que Elena se encuentre a punto del orgasmo lo que ocasiona que profundice el sexo oral sobre mi glande hasta hacerme delirar, las embestidas del tipo adquieren fuerza y velocidad hasta que estallamos los tres en un potente orgasmo lleno de bufidos, quejidos y sonidos guturales de placer impronunciables. Con la boca llena de semen levanta su cuerpo irguiéndose mientras el otro tipo sigue penetrándola, el tipo la toma por la cintura y embiste sin misericordia mientras yo pellizco sus pezones haciendo mas intenso el orgasmo de Elena hasta que se deja caer exhausta.
Me encamino de nuevo a la cantina, lleno el vaso y bebo un poco despacio, llega también el tipo aquel y con la mayor confianza toma un vaso y se sirve un trago, antes de llevárselo a la boca lo levanta hacia mi invitándome a un brindis y chocamos nuestras copas en señal de complicidad. Elena aparece en la puerta de la recamara, con el cabello revuelto, la vagina desnuda y la mirada excitada.
- No me van a decir que esto fue todo – nos espeta.
- De ninguna manera – se adelanta a responder el otro – esto apenas empieza.

Elena fija en mi su mirada y antes de responder nada la tomo en mis brazos y la beso con deseo, Elena toma mi copa y apura su contenido, después toma la copa del otro y procede igual. Elena queda entre ambos y la presionamos con nuestros cuerpos a lo que ella responde con un suspiro intenso, se gira hacia mi y nuestros labios se buscan desesperados, suspendo el beso para llenar mi boca de licor directamente de la botella y la arrebata de mi mano para llevarla a sus labios y bebe con ímpetu dejando que el liquido baje por su garganta hasta su vientre, el otro tipo la imita y bebe directamente de la botella, giro a Elena hasta quedar de espaldas a mi, se besa apasionadamente con el otro mientras mis manos tomandola por la cintura, atraen su colita hacia mi pelvis, mueve sus caderas en círculos y mi pene, nuevamente en plan de ataque presiona sus nalgas, lo libero y lo apoyo contra su culo, Elena da un pequeño respingo al sentir la presión sobre su recto pero de inmediato se abandona a las caricias, el otro tiene uno de sus pecho en la boca y la empuja hacia atrás, mi verga se adentra en su estrecho agujero hasta que Elena queda completamente sentada sobre mi, el otro tipo le levanta las piernas y se coloca en medio para casi enseguida penetrarla por la vagina, nos acomodamos lo mejor que podemos en el diminuto banco de la cantina hasta acoplarnos y sincronizarnos en el acto sexual. Con mis manos abarco completamente los pechos de Elena y los aprieto con fuerza, el otro tipo por su parte hace lo mismo con sus nalgas y también la levanta y la deja caer con brusquedad sobre mi enhiesto falo. Elena es presa de su pasión y se retuerce de placer, gime, grita, bufa, manotea el aire y se muerde los labios, anegándose del placer largamente esperado. La posición termina por cansarnos y nos dirigimos de nuevo a la cama, Elena llega de rodillas y nos espera ansiosa, nos acomodamos frente a ella quien ya espera con la boca abierta esas dos vergas que la han llevado a las puertas del paraíso, las toma con delicadeza y las besa, aspira su aroma y las mete en su boca, ya la uno, ya la otra, succiona con fuerza, con su lengua hace presión alrededor del glande y recorre ambos falos desde la base hasta la punta. 10 minutos de manjar masculino dejan a su boca satisfecha y se deja caer en la cama, nos acostamos uno a cada lado de ella y la acariciamos a discreción unos dedos entran en su vagina y una boca muerde sus pezones, otra mano se pasea sobre su pierna y un caliente pene presiona su pelvis, su boca se apodera de mis labios y se gira para quedar sobre mi, separa sus piernas y entierra mi glande en sus profundidades, me cabalga como amazona, arquea todo su cuerpo hacia a adelante y hacia atrás sin soltar la verga del otro tipo en una especie de masturbación, mis dedos pellizcan sus pezones detonando en Elena un nuevo orgasmo que la deja sin aliento y se deja caer sobre mi pecho, el otro tipo no desperdicia la oportunidad y posicionándose detrás de ella apunta su pene a su ano y lo empuja inmisericorde hasta el fondo, Elena poco puede hacer ante esta nueva arremetida y dudo que quisiera hacer algo para impedirlo, el tipo mete y saca su verga del cuerpo de Elena y la siento rozar mi propio miembro a través de las paredes de vagina, imito al tipo me muevo dentro de Elena quien no reacciona, tal vez demasiado exhausta. De repente empieza a moverse ella, marcándonos a ambos el ritmo de esta nueva cogida, en pocos segundos estamos de nuevo sincronizados sexualmente, los penes de los dos mantienen una feroz lucha dentro del cuerpo de Elena y la mantiene al borde del orgasmo durante varios minutos, con mis manos enredadas a su cabello la mantengo junto a mi cara y no ceso de besarla mordiendo a veces sus labios, el otro tipo apoyado en sus hombros da fuertes y profundas estocadas en el ano de Elena que pocas veces a recibido tanta fustigación, el clímax se acerca a velocidad vertiginosa, mi respiración es jadeante, la mirada se me nubla, Elena ha dejado de moverse victima del cansancio y se encuentra absorta en sentir a plenitud cada roce, cada caricia, cada penetración. El tipo detrás de ella acelera sus embates gastando en ello las ultimas fuerzas y gritando como poseído, resisto mi venida lo mas que puedo, siento la verga del tipo aquel henchirse en el recto de Elena y palpitar, al tiempo que ella sucumbe al orgasmo y contrae su vagina y su culito desencadenando el orgasmo mas fantástico de mi vida.
Veo lágrimas en el rostro de mi amada, lagrimas de felicidad, lagrimas de satisfacción y agradezco al destino por darme a tan estupenda mujer como compañera. El otro sale del cuerpo de Elena y a pesar del cansancio se ve en sus ojos que ha disfrutado enormemente, camina tambaleante y toma su ropa saliendo de la habitación, Elena sigue sobre mi cuerpo y con delicadeza la deposito sobre la cama donde se queda dormida, me pongo mis pantalones y voy a la cantina. Ahí esta el tipo completamente vestido y disfrutando de una ultima copa de coñac, al verme acercándome me sirve una copa a mi también, no puedo dejar de mirarle con gratitud pues a pesar de mi inicial negativa me ha ayudado a proporcionarle a mi amada el placer mas exquisito de su vida.
- Fue algo sensacional – dice con la sonrisa a flor de labios
- En verdad que lo fue – repito – habrá que repetirlo alguna vez.
- Cuando quieras – me dice tuteándome – ya saben donde localizarme.
- Gracias – le digo y sostengo la última letra en mis labios incitándole a que me diga su nombre.
- Oscar – dice – y apura el contenido de su copa antes de estrechar mi mano extendida.

Se aleja despacio y mientras finalizo mi copa puedo ver a través del cristal su figura atravesando la puerta para perderse en la noche.

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Comentarios enviados para este relato
jessyalcantar (28 de April de 2010 a las 06:42) dice: jessy. simple sencillo pero muy bueno felicidades ygracias por tu relato

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:35) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

negro717171 (16 de August de 2013 a las 00:37) dice: Muy cachondo tu relato............bueno

coronelwinston (1 de October de 2009 a las 17:27) dice: Y lamentablemente sigo sin poder votar. Aunque las cinco estrellas son tuyas.

coronelwinston (1 de October de 2009 a las 17:25) dice: Sin lugar a dudas los relatos que contienen escenas donde aparecen tres son mis preferidos. Valiente, descriptivo, morboso, excitable.....adjetivos que quedan cortos para calificar este excelente relato, ya que es una fantasía de uso muy común últimamente. En cualquier caso vaya mi felicitación por delante, pues has conseguido agitarme mientras lo leía. Y eso, amigo mío, lo consiguen muy pocos relatos. Un abrazo.

Wero (1 de October de 2009 a las 06:25) dice: estubo muy interesante tu relato los feliciti a tu esposa y a ti por esa confianza que se tienen


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