fiesta en la U

FIESTA EN LA U
Al terminar el semestre hubo una fiesta universitaria, con mucho goce, rumba, alcohol y drogas. Mónica y Ceci, sabían que allí se encontrarían pero no se programaron para hacerlo, llegaron cada una por su lado, se mantuvieron separadas, se encontraron hacia el final del festejo, Ceci le preguntó a Mónica, te diviertes?
No.
Qué has hecho?
Nada, me besé con Federico, y con Steven, les acaricié las pijas, los calenté, pero nada más.
Por qué?
Por ti, solo pienso en tí
Has bebido?
Nada solo una cerveza y he metido tres chupones de marihuana, pero nada más, me la he pasado bailando y tomando soda. Y tú?
Casi que lo mismo, pero no entiendo eso de que les acariciaste las pijas.
En medio del baile como se les para, yo me hago la loca y les arrimo mi cuerpo.
Y ellos que dicen?
Se ponen felices y me lo piden, pero ya les dije que no, que otra vez será
Ceci le contó: Yo estaba con la profe Gabriela, casi no me suelta, hablándome de sexo todo el tiempo, quería que se la mamara, le dije que no, me dijo que quería chupar mi cuca, le dije que bueno, pero me le escabullí, por fin.
Entonces no hicieron nada?
No, nada, estoy completa para ti
Qué rico.
Sí. Ahora fíjate Mónica, cómo se van organizando para irse a culiar.
Observaron y cada vez quedaban menos parejas, era un lugar de citas de amor abiertas, en ese momento las chicas ya estaban dispuestas para lo que viniera. Uno de los asistentes, con una chica de la mano, las vio, se les acercó todavía con la mano de la chica, y les preguntó sonriente:
Desprogramadas?
No, repuso Mónica.
Sí repuso Ceci
Ah, ya entiendo chao.
Qué fue lo que entendió? preguntó Mónica
Muy inocente. Mejor tú y yo escapémonos.
Nos vamos a culiar?
No, nada de eso, solamente vamos.
Se tomaron de la mano, no se despidieron y llegaron al carro de Mónica. Ceci había llegado en taxi.
Se besaron, se acariciaron las cucas, Ceci le dijo a Mónica: Claro que sí vamos a culiar, claro, por eso no hice ningún programa, claro, si tú quieres
Para eso estoy.
Lo que pasa es que ese nombrecito de culiar no debe ser para nosotras, lo que vamos a hacer es amarnos, así de sencillo.
Mónica la besó otra vez y dijo, vamos a mi apartamento.
No, Mónica te voy a llevar a un sitio de ataque, en la séptima.
Es pequeño, glamoroso, allí me han llevado clientes y allá me ofrecieron estancia gratis cuando yo quisiera, vamos.
Era todo un encanto de amor, un grandioso diseño arquitectónico, paredes embebidas en mármol, piso brillante, el techo una combinación de estilo sado masoquista. Esculturas y obras clásicas de erotismo: la maja desnuda, la maja desnuda mamándolo; la venus del Milo, La venus del Milo ofreciendo culo.
Entraron a su apartamento y todo era una invitación al amor. Se besaron tiernamente, eres muy linda Mónica.
Solo para ti, Ceci
Ceci seleccionó un botón y comenzó una melodía para su propia inspiración.
Invitó a Mónica, le dijo haz lo mismo que yo.
Empezó un baile cadencioso, Mónica la siguió, era como una sesión de aeróbicos, por lo que no tuvo dificultad para coger el ritmo y los movimientos sutiles, luego se fue apurando el compás, todo se transformó en rock cada vez más salvaje, así, moni, así, la invitaba Ceci, lo haces muy bien.
Luego, sin dejar de bailar, Ceci se quitó las zapatos, unos tacones altísimos, Mónica la secundó y fue entendiendo de que se trataba todo. Con giros gimnásticos, se quitaron las medias y se besaron con maestría.
Otro ritmo musical, se quitaron el vestido, lo arrojaron al piso, volvieron a besarse, la música seguía con nuevos ritmos
Se besaron, Mónica tomó ahora la iniciativa, le dio una vuelta rítmica a Ceci, la besó, la abrió de piernas y simuló una chupada.
Magnífico dijo Ceci, esto se debe repetir y devolvió el sonido.
La escena la hizo suya Ceci pero con salvajismo.
Retornaron a la rutina de Ceci, le hizo un giro a Mónica y le quitó el cierre del brasier, rápidamente se hizo quitar el de ella, luego se miraron, se besaron Ceci volvió a retornar la música y acompasadamente, dieron libertad a los brasier para que cayeran, entonces saltaron esas cuatro tetas al aire, bamboleándose pidiendo candela.
Mónica pidió un pequeño receso, se sentaron, bebieron cerveza, se besaron, se rozaron las tetas, Ceci dijo: que linda eres Mónica, me vuelves loca.
Se colocaron los sujetadores y regresaron a la pista repitiendo esa escena y continuaron, empezó una música que dijo Ceci es oriental, se trata de un baile árabe, ahora se hace esta escena gimnástica, la hizo con mucha soltura, a Mónica le resultó imposible repetirla, pero el caso es que se termina con los calzones abajo, luego viene un ritmo afrodisiaco, es una salsa mezclada con pasodobles y otros revueltos musicales en que se ofrecen los cuerpos, las tetas, la cuca y el culo.
Está muy buena, dijo Mónica, descansemos y volvamos a hacerla.
Nos vestimos?
Sí repuso Mónica y se vistió, pero con la ropa de Ceci,
A Ceci le quedaba muy fácil colocarse las prendas de Mónica, a Mónica le quedaba todo muy ajustado el Brasier no se lo pudo cerrar todo, pero no importó quedaron muy hermosas de todas formas.
Se observaron, se rieron, se admiraron, se besaron con ternura, se sentaron, bebieron más cerveza, luego Ceci puso la música. Ya Mónica pareció una experta, Ceci casi no tuvo que dirigirla, la escena del brasier resultó perfecta, la de los calzones, fue rápida y un poco descomunal, antes de terminar Ceci se abalanzó sobre Mónica, se tumbaron, rodaron por el tapete, se besaron profundamente, intercambiando las lenguas, en las pausas se sonreían, luego muy sutil, Mónica le metió un dedo en la cuca mojada de Ceci, se chupó ese dedo y dijo: que rico saben las cucas negras, mamá.
Nunca habías estado con una negra? preguntó Ceci.
Tan linda y salvaje? no.
Y de las otras?
Tampoco.
Se volvieron a revolcar, Ceci tomo para sí el coño maravilloso de Mónica y se lo chupó cadenciosamente, dándole deleite volcánico, Mónica se corría a ese mismo ritmo, luego Mónica la levantó, le dijo eres una perra salvaje.
Eso me dicen todos.
Eres el paraíso de lujuria
También me lo dicen.
Una negra descomunal, sentenció Mónica
También lo escucho seguido.
Me haces tocar el cielo con maestría angelical
Ceci quiso hablar pero Mónica la besó para que no repitiera lo mismo
Luego se calmaron, Ceci miró fijamente a Mónica y le dijo: eso solo me lo dices tú.
No sé, dijo una de ellas, he tenido muchas experiencias, coincido contigo en que soy una zorra, estoy dispuesta al sexo en cualquier momento, pero lo que me pasa contigo es diferente.
La otra repuso eso, exactamente eso, te iba yo a decir.
O sea que estamos de acuerdo
Esta atracción de desde ya hace varios días, de desde cuando nos conocimos, esa pasión volcánica que por fin esta noche dejamos escapar, también tú has sentido lo mismo
Lo mismo, creo que estamos enamoradas, creo que trascendemos todos los límites del amor.
Sí; lo que yo siento es que contigo estoy en una dimensión más allá de lo normal, encontrando mi complemento ideal
Eso es amor “con todos los juguetes”
Te propongo finalmente dijo una de ellas que seamos felices
Te refieres a felices tú y yo?
Por supuesto.
Encantada.
Encantada de verdad?
Encantada como te tengo, encantada como me tienes.
No tenemos que proponernos nada. Tú y yo ya somos todo.
Mónica se puso a besar el sexo ardiente de su chica, Ceci se corría a cada embestida, Mónica apuraba el ritmo y se dedicó al clítoris sensacional, la hizo estremecer, la hizo pedir más y más, fue un orgasmo salvaje. Luego Ceci dio el mismo tratamiento a Mónica
Se relajaron, se dijeron cuanto se amaban.
Lo nuestro apenas está empezando. Dijo Mónica
Y ya nos amamos tanto, repuso Ceci.
Somos un café con leche, listo para la lujuria, comentó Mónica
Que linda eres, apuntó Ceci.
Se metieron a la ducha era un plato grande con agujeros que enviaban chorros a presión, dando verdadero masaje. Se volvieron a besar, ya con menos lujuria y más amor; se enjabonaron por todas partes, se bañaron con sus cuerpos pegados, acaso separadas solamente por el jabón; se secaron, por idea de ambas se fueron a bailar, ya había amanecido, entonces pidieron desayuno, el botones entró con los desayunos, las encontró desnudas, Ceci le preguntó, cómo nos vez?
Quedé fulminado, fue su respuesta.
Desayunaron, bebieron un coctel, se regresaron a su baile. Música pop.
Otra vez se tiraron al piso, tenían renovadas las ganas, entonces Mónica dijo, metámonos al Yacusi, se ve muy atractivo.
En el yacusi, se volvieron a correr, fue una sesión de casi una hora, entrepiernándose, rozándose con los clítoris de las dos, gritando como en una competencia de histeria, así tan acompasadas, tan emparejadas estaban que se corrieron a un mismo tiempo, se puede decir que fue un solo orgasmo sobrenatural.