Dos días después regreso al oasis de mi casa, pero he aquí mi problema necesito de ese juvenil semental. ¿que hago?
Relato
No se que hacer por lo que vi y por lo que hice, pero creo que contándolo a lo mejor logro saber que hacer. Le narrare los acontecimientos:
Visito a mi amiga y cuñada Florencia viuda con su hijo de 17 años que lo cuida como su sagrado amuleto, este chico casi no tiene amigos por que su madre se lo impide, amigas según la mamá son unas golfas perdidas. Llego a su casa y para este chico es una felicidad recibirme por que pocas veces ve caras nuevas… Pase unos días felices en unión de ellos hasta que una noche muy lluviosa, con truenos y relámpagos nos despertamos asustados o al menos sorprendido por los sonidos del cielo… Florencia envuelta en un chal que poco la cubría mostraba su cuerpo y contaré que se mantenía muy bien, llamaba la atención de cualquier macho y así semi desnuda calentaba a todos los machos que la vieran, su hijo Ricardo casi desnudo solo cubierto por un pantaloncito chico en sus partes púdicas, el muchacho era digno de admirar por su cuerpo bien mantenido, delgado pero atlético, asistía a un gimnasio del barrio… y yo con el apuro con una camisola de dormir que era transparente y casi no cubría mas allá de mi trasero.
Ambas mujeres al reflejos de los relámpagos estos traspasaban nuestras vestimentas desnudándonos frente a los ojos del macho, Ricardo hijo.
Este miraba en un rayo el cuerpo de su madre y al otro mi cuerpo maravillándose y entusiasmándose, con nuestros cuerpos. Se le notaba un bulto en su pantaloncito.
Dos rayos después veo a Ricardo abrazado a su madre, pero no por susto, la sujetaba por detrás, sus manos la apretaban hacia su cuerpo y su cadera pegada al culote de su madre acomodando su bulto formado en su pantaloncito entre las nalgas de su madre.
Nada dije, dos truenos más y al próximo relámpago lo tengo cogiéndome a mí de mi cintura y enterrándome entre mis muslos su paquete fuertemente asido por sus brazos que me apegaban a su cuerpo susurrándome al oído…, que lindo cuerpo tienes Matilde, eres una diosa… Nada dije y nada hice lo que él considero como un permiso para manosearme. Sobó mis senos, mis aureolas de los pezones se dilataron y encumbraron excitados ante el manoseo de un macho, mi cuello fue besado y lamido por sus labios y lengua…, mas fuerte fui apretada contra su cuerpo sintiendo como me clavaba ese miembro en mi inicio de mi vagina apenas cubierta por una telita de gasa que era mi minúsculo calzón de dormir, la madre solo miraba y sonreía, estaba feliz por que su hijo me manoseaba…
Me sentí apoyada contra una mesita a orillas de la ventana donde mirábamos los relámpagos mientras me quedaba sin mi calzón que estaba en el suelo…, y sentía una pelota de tenis tratando de acomodarse en mi vagina, era el glande de Ricardo tratando de entrar en mi cuerpo…, que cabezota de glande era inmenso me imagine como sería tenerlo en mi vientre y mi vagina se mojó solo de pensarlo, pero su miembro tendría que ser inmenso pensé…, en eso escucho murmurarme en mi oído a mi amiga Florencia madre de Ricardo diciéndome, abre te bien de piernas que tiene un pene de mulo por lo grande…, pero te aseguro que nunca has gozado como vas a gozar ahora… , sorprendida la miro y quiero reclamar, pero no puedo un intenso dolor me llega de mi vagina esa pelota a ingresado a mi s entrañas, … ¡que dolor, pero a la vez que placer!..., mi vagina se mojaba tratando de suavizar la entrada de ese miembro, si era el pene de un animal no de un adolescente como era Ricardo… ¡ah… que placer…, oh… que dolor!
Ahora estaba doblada sobre esa mesa, sentía que me partía mi pobre vagina, me la metió toda, y se movía de adentro hacia afuera como loco, a la cuarta vez ya lo sentía rico, cada envestida que me hacia me movía toda, sentía mi vagina abrirse cada vez mas, era su pene que se estaba hinchando, se sentía rico, pero me asustaba por que se estaba haciéndose muy grande, más que el pene de mi esposo, este era el macho que me había desvirgado y que me lo había metido tantas veces, ahora un adolescente se lo dejaba chico, de repente sentí como una cuchilla que se metía entre mis piernas, que dolor y que rico a la vez, sentía como me abría parecía una botella ancha de una forma que jamás pensé que se pudiera abrirse mi vagina, se sentía abierta al máximo. Yo me tapaba la boca y solo hacia mm, mm ay… ay , de dolor, placer…, sentía miedo de que me destrozara su pene, este se atoro en mis pliegues vaginales, no entraba mas ni salía, me dolía, no quería apretar porque sabía que me dolería., pero sentí un orgasmo y por eso involuntariamente me apreté y abrí vaciando mis líquidos lo que permitieron a este inmenso pene lubricarse y nuevamente entrar y salir de mi pobre casi destruida vagina y sentir como vaciaba sus fluidos, era una manguera regando mi matriz con su semen, adolorida recibía esos torrentes de semen y ese pene empezó a disminuir su tamaño y por último se retiró de mi vagina nuevo orgasmo por mi parte y caí casi desmayada, sentía como me acariciaba, besaba,, pero yo estaba mas muerta que viva. Si ese semental era de dimensiones terrible, la mamá me decía al acariciarme…, en verdad es grande y delicioso, veras que ahora me toca a mí, este no descansa siempre quiere más…
Descansaba aún sobre la mesita cuando escuchaba a mi amiga quejarse y gemir adolorida miro hacia donde salían los quejidos y sobre el sofá estaba Florencia penetrada con sus piernas abiertas al aire y meneándolas con desesperación, su hijo la tenía agarrada de sus muslos la atraía hacia su cuerpo cuando la penetraba y esta se arqueaba desesperada cuando este la soltaba, Florencia se quejaba y lograba respirar, su cuerpo estaba extenuado y era un monigote en brazos de su hijo quien se satisfacía a sus antojos con el cuerpo de su madre quien era solo gemidos y gritos en sus brazos. Pero tenía una cara de felicidad que pocas mujeres tienen cuando se aparean. Gozaba de los maltratos y fogosidades de su hijo. Era su hembra, su mujer, su esclava.
Una semana estuve en esa casa algunas noches Ricardo me visitaba y me dejaba molida en la cama de tanto aparearse conmigo, en el día quien era poseída con autorización o sin ella era su madre, la cual quedaba desmembrada en la cama.
Que me aconsejas Matilde me dice la madre, soy viuda para la gente, pero tengo el mejor de los machos en casa, el problema que es demasiado joven y le gusta todos los días y a veces hasta dos veces en el día, mientras que yo con unas tres veces en la semana quedo dichosa, ahora que estas tú me he aliviado por que te respete y tu también lo calmas… te aconsejo le dije búscate una que te ayude a descargarlo, si es posible que se case así serán dos contra uno… si me dice buscaré ayuda en mis vecinas hay una que su marido es marino mercante y anda por afuera meses y ell le ella de menos por que me dice como puedes soportar ser viuda sin lo mejor de los machos, la pobre no sabe el macho que hay en casa.
Dos días después regreso al oasis de mi casa, pero he aquí mi problema necesito de ese juvenil semental. ¿que hago?
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513555 veces