Siempre me la quise follar... esto fue como mi sueño hecho realidad
Relato
Era un día de semana por la mañana. Yo vivo en casa de mis tíos por cuestiones de estudio, y como salgo de vacaciones antes que los demás en la casa, siempre hay unos días que me quedo solo en casa por las mañanas. Esa mañana me desperté como en todas las mañana y salí a desayunar. En la casa solo estaba mi tía, con la cual he fantaseado desde que me vine a vivir a esta casa. Llegué a la cocina y noté que traía una ropa que a mi gusto es sexy. Es un conjunto de shortcito y blusita pegada. Supuse que no traía bra porque se le notaban los pezones. Yo me excité y mi verga se puso dura. Pero hice como que no lo notaba y me senté a desayunar, pero en cada oportunidad que tenía le veía los pezones que los tenía duros, y ella tiene unos muy buenos senos, los tiene duros y firmes. Después de desayunar me levanté a lavar mi plato y ella notó mi erección pues me fije que se me quedó viendo la entrepierna. No le quise dar importancia y seguí. En ese momento ella me preguntó ¿quieres algo de postre?, yo le contesté que no, pero ella insistió “Tengo un postre de frutas que te puede gustar, ¿Qué dices de un poco de papaya y melones?”, no supe que decir y me quedé callado en el lugar donde estaba, pero entonces ella se acercó a mi y me comenzó a tocar el cuerpo. Me bajó el pantalón y me comenzó a acariciar la verga, que en este momento yo ya la tenía a cien. Me volteé y la comencé a besar y le quité la blusa, efectivamente ella no traía bra, lo que me facilitó las cosas, le mamé las tetas y le mordía los pezones, a ella le gustaba pues gemía un poco. Ella me terminó de desnudar y yo le quité el shortcito y vi que traía una tanga de hilo dental que me excitó todavía más. Me agaché y comencé a comerle la concha que por cierto ya la tenía bien mojadita, después ella se levantó y me dijo “es mi turno”, y comenzó a hacerme una paja y se metía mi verga en su boca poco a poco hasta que se la tragó toda. Después de estar así yo ya necesitaba metérsela, entonces le dije “ya tía, te la quiero meter”, ella me dijo que teníamos que usar condón, y me dijo que subiéramos a su cuarto. Estando en el cuarto ella sacó de un cajón unos condones y un pomito con lubricante, ella me puso el condón y me dijo “antes de metérmela ponme lubricante para que sea más fácil”, yo le dije que sí, le puse un poco e inmediatamente después comencé a follarla, primero fue suave, pero poco a poco le fui dando más y más duro hasta que ella comenzó a gemir del placer. Antes de venirme le saqué la verga de la vagina, me quité el condón y le puse la verga en frente de su cara. Ella comenzó a jalarme la verga hasta que me vine en su cara. Lo que le cayó en la boca se lo tragó, y lo que no, se lo quitó de la cara y se lo embarró en las tetas. Después me mamó la verga hasta dejármela seca. Ella me dijo que yo me veía cansado y que debía darme un baño, yo le dije que sí y ella me dijo “báñate aquí conmigo, yo necesito lavarme los senos”, asentí y nos metimos los dos a la regadera. En la regadera sólo hicimos lo que debíamos, bañarnos. Al salir mi verga se comenzó a endurecer y se la arrimé en las nalgas, pero ella me dijo que no podíamos hacerlo otra vez porque debía ir por los niños a la escuela, pero que en la tarde me daría un premio. Yo le acaricié la concha y me fui. En la tarde los niños se fueron de la casa a las actividades de la tarde, mi tía los iba a pasar a dejar y de ahí regresaría a la casa. Me pidió que la acompañara y yo accedí sin ningún problema porque no tenía nada que hacer. De regreso en la casa, al entrar, yo me saqué la verga y ella se me quedó viendo, entonces ella se levantó la falda y vi que no tenía puesta tanga, eso me excitó aun más y ella notó en mi verga la erección. Entonces saqué de la bolsa de mi pantalón un condón y me lo puse sobre la verga, ella abrió las piernas sobre el sofá y yo me dirigí a fornicarla. Esta vez le di duro desde un principio y ella casi gritaba mientras me la cogía, antes de terminar volví a quitarme el condón, pero ella me dijo que ahora no me podía venir sobre ella, pero que en su boca sí, entonces le metí la verga en la boca y ella se tragó todo mi semen, me la chupó y terminamos. Desde ese día de enorme sexo, ella y yo cogemos los días que los niños no están en casa y debo decir que es el mejor sexo que he tenido en mi vida.
A partir de ese momento ya no pude ver a mi sobrino como tal, sino ya lo veía como un hombre que deseaba cogerme sin control, a cada oportunidad que mi sobrino tenia lo aprovechaba para ver mi cuerpo, esto era cuando me cambiaba, bañaba, entre muchos otros momentos que tenia para verme y lo más lascivo era que yo no hacía nada para evitar que me viera, al contrario cada vez que me bañaba dejaba la puerta abierta para que me viera y así en la ducha con la certeza que me estaba viendo yo hacía movimientos sensuales e incluso con el pretexto de lavarme mi zona intima yo me la tocaba con tanta sensualidad que sin duda sabia que él tenía su pene bien erecto desde donde estaba viéndome.
Relato erótico enviado por putita golosa el 27 de July de 2010 a las 23:14:27 - Relato porno leído 309961 veces
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Por eso dedica 30 segundos a valorar Follando a mi tía.
rewop
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:09) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:45) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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