No permitió que mi pene perdiese la erección ni un segundo.
Relato
Yo estaba tremendamente cansado, había sido un día largo, de mucho trabajo y desde muy temprano y a la mañana siguiente, ya viernes, iba a ser igual pues debía terminar muchas cosas ya que la semana siguiente eran mis vacaciones. Mi mujer R y mi hijo J no nos esperaban a mi hijo C y a mí hasta el sábado al medio día a la hora de comer, Mi cabeza luchaba con todas sus fuerzas por conseguir ordenar a mi lengua que dijese que por qué nos dormíamos y seguíamos en la siguiente noche, que sería de viernes y también tendríamos ocasión.
Pero A tenía otros planes. A pesar de la tremenda corrida que había tenido, no permitió que mi poya perdiese su erección ni un segundo, sin dejar de acariciarla, besarla, chuparla, incluoso dándole mordisquitos si notaba que flaqueaba. Yo no me lo podía creer, nunca me había pasado nada igual, no es que no hubiese hechado más de un polvo en una misma sesión de sexo, pero siempre, después de una corrida, había tenido su momento de flacidez, pero ahora no, así que, a pesar de los esfuerzos de mi mente, lo que mi boca habló, evidentemente gobernada por mi poya, fue -ahora vamos a hacerlo a mi manera y la que te vas a enterar vas a ser tu-
Me lavanté y del rincón del armario de mi mujer saqué los dos vibradores que a lo largo de los años le he regalado y el lubricante que, de vez en cuando, usamos, y del cajón de mi mesita un anillo vibrador y desplegúe todo ese intrumental en la cama junto a mi cuñada, que exclamó
- ¡¡¡ Joder con mi hermana, cómo se lo monta la tía !!! . Pero yo no quiero usar nada de ésto, yo sólo quiero tu cuerpo.
- No te preocupes A, tu no vas a usar nada de ésto, lo voy a usar todo yo ... en ti .Lo que no tengo son preservativos, no los usamos nunca, ya sabes que tengo hecha la vasectomía
- Una pena .. no me importaría tener un hijo tuyo ... en fin ... hazme lo que quieras ... soy toda tuya...
Aparté los "instrumentos" a un lado y me tumbé con ella en la cama, con mis manos, lengua y labios recorrí todo su cuerpo, por delante y por detrás, desde la frente hasta la planta de los pies. Mientras mi boca estaba en una parte de su cuerpo, cada una de mis manos acariciaban, apretaban, pellizcaban donde en cada momento alcanzaban y, de vez en cuando, apretaba mi pene contra su cuerpo para que notase su dureza.. Ella no paraba de estremecerse y gemir intentando con sus manos y boca devolverme, cuando podía, parte del placer que le estaba dando. Y así hasta que me suplicó - ¡¡¡ Fóllame ya, Cabrón, que me voy a derretir !!!.
Sin más aviso fundí mi boca y mi lengua con las suyas en un profundo beso para callarla al mismo tiempo que, aprovechando la posición que en ese momente tenía, de un sólo golpe la clavé mi poya hasta el fondo comenzando un mete-saca en la posición del misionero. La verdad es que no costó ningún trabajo ni hizo falta ningún lublicante, había lubricantes naturales de sobra. Ella movía sus caderas al ritmo de las mías y con sus manos agarraba fuerte y apretaba mi culo como queriendo meterme más dentro de ella. Sin parar el mete-saca separé mi boca de la suya y probé una cosa que sé que a su hermana le encanta, le metí la lengua en la oreja y comprobé que había genes comunes entre ambas, su cuerpo se estremeció y se retorció como una lagartija soltando un grito que apenas pudo sofocar en gemido intenso. Aprovechando que, con el espasmo mi pija se había salido de su coño decidé pasar a la siguiente fase.
Me tumbé de espaldas y cogí el anillo vibrador para ofrecérselo. - Nunca he visto ésto, no sé cómo se usa- dijo mi cuñada. -Fíjate-, le dije, me lo coloque en la base del pene y lo puse en marcha para que ella viese cómo se hacía, pero rápidamente me lo quité para volver a dárselo diciéndole -Ahora pónmelo tu, pero con la boca-.
Sin decir nada, se puso el anillo entre los labrios y se aplicó a la tarea. La verdad es que le costó, pero a mí me vino bien pues aproveché para descansar mientras que ella, en el intento de colocarme el anillo lo que me estaba haciendo era una mamada estupenda. Pero en cuanto lo puso en marcha ya no hubo segundo de respiro, conforme me teniá, tumbado boca arriba, se clavó de un salto sobre mí iniciando una galopada frenética, los efectos de mi pene en su vagina y la vibración del anillo (algo que nunca había probado) la volvieron literalmente loca. Yo lancé mis manos sobre sus pechos, apretándolos fuertemente mientras ella se agarraba a mis hombros con un fuerza que hasta me dolía.
Cuando pensé que ella ya había tenido sufiente y yo necesitaba rebajar mi tensión, hice que parara sus caderas, solté sus pechos, cogí sus manos y sin que mi pene saliese de su vagina ni parar la vibración del anillo la atraje hacia mí abrazándonos y fundiéndonos en un beso. Aproveché el momento de relax para estirar la mano y coger el lubricante que apliqué directamente sobre su orificio trasero metiéndole uno de mis dedos. Se estremeció y noté el escalofrío que le produjo la sorpresa pues no me había visto y no se lo esperaba, sólo exlamó -¡qué fresco, está frió!
- ¿Te molesta ... te duele?-, pregunté. -No, para nada ... sigue ... ¡ Sigue !
- ¿Eres virgen por aquí?-, quise saber.
- Esta noche soy virgen toda entera ... nadie nunca me ha hecho nada de lo que me estás haciendo tú.
No quise más conversación, con mi boca callé su boca metiéndole mi lengua hasta que no podía mover la suya y me dediqué con más empeño a lubricar su ano hasta que le metía dos dedos. Cuando ya no alcanzaba a meter más los dedos, decidí a pasar a la siguiente fase. Nos separamos, nos colocamos en posición 69 de forma que podía meterle más profundo mis dedos lubricándole su ano mientras ella, con la boca, paraba y me sacaba el anillo vibrador. Cuando me lo terminó de sacar, sin que ella se moviese conforme estaba en posición perrito, con el culo en pompa. me deslicé rápidamente en la cama colocándome detrás de ella y colocando la punta de mi poya en su ojete, sin más aviso ni perder un segundo, de un sólo golpe, empujé con todas mis fuerzas ... el ¡¡¡ AAHHHJJJ !!! que ella soltó supongo que fué de dolor, pero no pregunté ni paré, ella tampoco, al contrario, acompañaba mis embestidas haciendo su culo hacia atrás para que la penetrara más. Cuando el forcejeo inicial fué suavizándose, sin parar de culearla, junté su espalda con mi pecho para poder besarla en el cuello mientras con mi mano izquierda abrazaba, sobaba, apretaba y pellizcaba sus pechos y con mi mano derecha me aplicaba a tope en su coño y, sobre todo, clítoris. Ella se retorcía de placer y le faltaban manos para apretarme las mías o apretar con ellas mi culo.
No quería correrme aún, por lo que cuando noté que mi excitación empezaba a hacerse ingobernable paré en seco todas mis actividades. Sin sacarla, nos tumbamos en la cama, de lado y cogí el menos grande de los consoladores de mi mujer que metí en su coño y comencé a mover, primero despacio, sin ponerle vibración, poco a poco más deprisa y aumentando la vibraciónm mientras yo, detrás me limitaba a estar dentro, sin moverme, sintiendo a lo largo de todo mi pene las contracciónes de su ano y su vagina. Ella se retorcía y gritaba mordiendo la cabecera y clavando las uñas en las sábanas ... hasta que no pudo más y gritó -¡¡¡ Termina ya, cabrón, que me vas a matar !!!.
Pero yo ya tenía planeado el apoteosis final ... - No, termíname tu, le dije.
Me tumbé de espaldas y le dije que se colocase sobre mí en 69. Saqué el consolador de su vagina y se lo metí en el culo, donde estaba mi pene, pero era más grande y grueso que mi pene, y cogí el vibrador que faltaba, tamaño extra grande, metiéndoselo por el coño. Ella no se limitó a meterse mi pija en su boca, para mi sorpresa, se hizo con el lubricante y, sin darme opción, me metió primero uno, luego dos dedos por el culo haciéndome un metesaca que, unido al que me hacía con la boca en la pija, me llevó al éxtasis mientras yo trataba de acompasar los consoladores que metía y sacaba de sus agujeros de forma que uno entraba cuando el otro salía.
Nunca tuve un orgasmo más intenso, mientras me corría ella no paró ni un momento sus maniobras ... pero es que yo tampoco había parado, cuando me dí cuenta y paré porque no podía más, ella también paró.
Tras unos momentos de quietud, hicimos los "intrumentos" a un lado y nos abrazamos quedándonos durmiendo sin hablar
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513584 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 299819 veces
Si te ha gustado Follando con mi cuñada 3 vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Follando con mi cuñada 3.
jagredmancha
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
gatofeo
(4 de October de 2011 a las 07:50) dice:
que gozada te diste con la cuñadita cuantos quisieramos una cuñadita asi. pero estoi en lo mismo que el compañero mandanos unas fotitos del culito de la cuñadita elperico325@hotmail.com saludos... manuelromero
(4 de October de 2011 a las 02:51) dice:
mandame unas fotos de tu cuñada mi correo es checha_skooby@hotmail.com katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:47) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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