El doctor Ridolfi no demoró nada en convocarme. Al día siguiente, en cuanto volví a casa desde el colegio, sonó mi celular. Lo saqué temblando del bolsillo del pantalón. -Ho… hola… -dije en una especie de balbuceo… y del otro lado sonó su voz: -Hola, putita… -dijo y ya no me resistí a que me diera un tratamiento en femenino…
Relato
-¿Estás solita?...
-Sí… sí, doctor, estoy… estoy solo…
-Bueno, venite para acá ya mismo que tengo un regalito para vos…
-¿Un… un regalito?
-Sí, un regalito para tu lindo culo…
-Bueno, ya… ya voy para allá… -dije y salí poco menos que volando para su casa e imaginan que ese regalito sería su verga… Pero me esperaba una sorpresa…
Cuando llegué lo primero que hizo fue ordenarme que me desnudara; él llevaba una bata de seda azul y debajo lo que parecía ser un pijama blanco. Estábamos en el living del departamento, un séptimo piso a la calle en el barrio de Caballito. El cortinado ocultaba el ventanal que daba al balcón. Había una mesa principal con varias sillas a su alrededor, un sofá grande con una mesa ratona delante y en las paredes varios cuadros. El ambiente estaba todo cubierto por una mullida alfombra color verde claro.
Me miró desnudarme y después se me acercó, me puso de espaldas a él, me rodeó la cintura con sus brazos, me besó en la nuca y en los hombros con besos lentos y húmedos y sentí que la verga se le iba poniendo dura en contacto con mis nalgas.
Repentinamente se apartó dejándome muy caliente y me dijo: -Voy a darte tu regalo, Jorgito… -y sacó de un bolsillo de su bata un llavero. Lo exhibió ante mí tomándolo por la argolla entre sus dedos pulgar e índice de la mano derecha y vi que se trataba de un llavero con la forma de una pelota de rugby, de unos tres centímetros y medio de diámetro por diez de largo.
-No entiendo, doctor, yo… yo ya tengo un llavero…-dije confundido…
-Éste no es para llevar llaves, putito, sino para que te lo metas en el culo cada vez que yo te lo ordene y lo lleves ahí por el tiempo que yo decida… A partir de ahora lo vas a llevar encima junto con un pote de vaselina que vas a comprar en la farmacia de la esquina en cuanto te vayas de acá… ¿entendido, Jorgito?
Yo miraba el llavero sin poder salir de mi asombro ante ese hombre que empezaba a mostrarse cada vez más perverso y por eso a excitarme cada vez más… Me imagine con el llavero en el culo en el colegio, viajando en colectivo, cenando con mis padres…
-¿Qué… qué está haciendo de mí, doctor? –pregunté angustiado y al mismo tiempo ardiendo de morbosa calentura
Él emitió una risita y dijo: -Yo no hago más que mostrarte lo que realmente sos, Jorgito, y que vos mantuviste escondido, por miedo, claro… Pero yo te lo muestro y ahora no tenés vuelta atrás… ¿Me equivoco, nene?... Porque si me equivoco te vestís, te vas y te olvidás de mí para siempre…
-¡No!... dije casi gritando ante la aterradora posibilidad de volver a mi falsa vida anterior…
-Bien, muy bien, putito… Entonces obediencia ciega, docilidad absoluta, sumisión total… Ésta es la regla, Jorgito… ¿Estás de acuerdo o preferís renunciar?
-No, renunciar no… Estoy… estoy de acuerdo, doctor…
-Muy bien, eso me alegra, putito, pero hay algo más, a partir de ahora ya no vas a llamarme doctor sino mi Señor, porque eso soy, nene, tu Señor, tu dueño, tu autoridad suprema…
-¿Qué… qué quiere decir eso, doctor?... pregunté inquieto… Él me cruzó la cara de una bofetada y mientras yo me llevaba una mano a la mejilla me dijo: Soy tu dueño, Jorgito, tu autoridad suprema, el dueño de toda tu personita, de tu mente, de tu cuerpo, de tus actos, de tu voluntad, de tu vida… ¿Está claro?
-Sí… Sí, … sí, mi Señor, pero me asusta un poco…- dije sintiéndome muy raro, confundido, con miedo y también más caliente que nunca…
-Muy bien, tomá el llavero, ponelo en la mochila y en cuanto te vayas comprás la vaselina en la farmacia de la esquina… Y ya sabés, putito, el celular siempre prendido…
Guardé el llavero en la mochila y él entonces me ordenó que me pusiera en cuatro patas: -Como un perrito, porque eso sos, un perrito… -dijo…
Me sentía humillado, con miedo y muy caliente, todo al mismo tiempo mientras me ponía en cuatro patas y él reía…
Pensé que hacía sólo un par de días yo era un chico común y corriente, muy tímido, introvertido, sin amigos, apenas dos compañeros de escuela con los que a veces íbamos al cine y a comer pizza, y ahora era un gay, un putito, como él me llamaba, un perrito sumiso que en cuatro patas y con la cabeza gacha, clamaba en silencio por la verga de ese hombre perverso que se había adueñado de mí…
Lo vi quitarse la bata y después el pijama y el bóxer, para exhibirse ante mí con esa verga ya casi totalmente erecta… Chasqueó los dedos y me dijo: -Vamos, perrito, acá, vení con tu Señor…
Y fui hasta él desplazándome con las manos y las rodillas, ansioso de comerme esa verga…
Cuando estuve ante él me dijo: -Hacé que se ponga bien dura, perrito, ponete de rodillas y usá las patitas…
Obedecí sintiendo que mis mejillas ardían. Agarré la verga con una mano y los huevos con la otra y estuve a punto de caer por un fuerte estremecimiento que me sacudió entero…
Tengo que admitir que le hice una muy buena mamada… Empecé lamiéndole esos huevos hinchados, seguramente llenos de semen, y después de sentir temblar y gemir a Mi Señor me dediqué a la verga, que estaba deliciosamente dura… Pasé mi lengua una y otra vez por toda su extensión y cuando llegaba al glande, que palpitaba, lo metía en mi boca para degustar su sabor durante un rato… Después volvía a los huevos y subía otra vez hasta la cima para finalmente chupar y chupar con la verga bien metida en mi boca… Y por último, el goce total con esos varios chorros de semen espeso y abundante que tragué mientras sentía los estremecimientos y el jadeo de MI Señor que me tenía tomado del pelo y repetía, sofocado: -Tragá, Jorgito… ¡Tragá todo!... ¡Todo!…
(continuará)
Entramos al cuarto y empezó todo, él me tomó por detrás y empezó a tocar mis nalgas y me susurraba cosas al oído: ¡eres una puta q aprenderá de mí!, ¡eres mi perra! Y yo se lo confirmaba le dije q seria su perra, el me volteo y quedamos frente a frente, y acercó su boca a la mía, pero mas q besarme su lengua paseaba por mi boca.
Relato erótico enviado por Putitacachonda el 29 de December de 2009 a las 23:34:17 - Relato porno leído 140702 veces
Aventuras en Paris
Jesús y Pablo marcharon a Paris para poder vender el video. Dejaron a sus tres amigos en una casa que habían alquilado en un pueblo muy pequeño en Huesca. Los dos habían quedado con Pierre, un ejecutivo muy interesado en esta clase de material.
Relato erótico enviado por mena55 el 24 de August de 2008 a las 13:55:00 - Relato porno leído 114292 veces
Si te ha gustado Fui iniciado por un médico (4) ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Fui iniciado por un médico (4) ( CON fotos).
señoreduardo
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:37) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Fui iniciado por un médico (4) ( CON fotos).
Vota el relato el relato "Fui iniciado por un médico (4) ( CON fotos)" o agrégalo a tus favoritos