Gallina vieja da buen caldo… ( CON fotos)

Cuando se lo dije, Mariano pareció contrariarse un poco. Y de inmediato me comentó, de seguro esa fue idea de mi madre, mire que le dije que no lo hiciera. Pero bueno ahora me toca esperar todo el día, y quizás parte de la noche en la puerta de casa, ya que no tengo llave. Yo que después de que mis vecinos pasaron me volví a meter a la cama, recién y me había levantado, y cargaba únicamente mi bata de casa puesta encima, sin más nada abajo. Como que de momento me dio algo de lastima, dejar que el pobre Mariano se quedase todo el día bajo el sol, así que sin pensarlo mucho lo invité a entrar. Diciéndole que se sintiera como en su propia casa, que sus padres, seguramente demorarían mucho tiempo en llegar.

Ya dentro le ofrecí algo para desayunar, y que si deseaba darse un buen baño para refrescarse, que no le diera vergüenza, al fin y al cabo con el calor que hacía, lo mejor del mundo era darse una buena ducha, y más en su caso que había venido caminando desde la estación de autobuses, en el pueblo. Mariano aceptó de buena gana mi oferta, y decidió darse una refrescante ducha. Y les juro que hasta esos momentos, por mi mente no había pasado la menor idea de acostarme con él.

Pero cuando comenzó a desnudarse, en la habitación de huéspedes que tengo, dejó la puerta entre abierta, por lo que al momento en que pasé lo vi completamente desnudo. Yo jamás había ligado a un hombre, pero eso de ver a ese chico, tan joven y tan bien repartido, me dejó la boca hecha agua, por no decir que mi coño.

Yo procuré que él no se diera cuenta, así que me retiré de la puerta, pero con la única idea de acostarme con él. Así que cuando pasó de la habitación al baño, yo esperé que se duchase, y al salir lo esperé sentada en mi habitación, con mis piernas bien abiertas, al igual que mi bata, dejando que se me viera todo. Cuando Mariano pasó frente a mi puerta y vio como yo estaba, se detuvo en seco. Yo sonriendo le dije que si me podía hacer el favor de hablar un momento conmigo. Y aunque de seguro soy como unos veintitantos años mayor que él. De la manera, más caballerosa que pudo se paró en la puerta de mi dormitorio. Clavando sus ojos en mí.

Yo sonreí y le pregunte si tenía novia, y creo que me dijo que sí, pero que ella no lo entendía. A todas estas, yo realice lentamente un ligero cruce de piernas, y sus ojos no perdieron ni un solo detalle de mi coño. El cual me lo había depilado, mientras él se daba la ducha. Fue cuando cambiando el tema le pregunté si veía algo que le interesara, y a medida que se me fue acercando, y dejando caer su toalla me respondió que sí. Yo de manera picara le pregunté qué era lo que le interesaba, y me dijo. Bueno María la que me interesa es usted ahora, tanto que deseo acostarme contigo ya mismo.

No se pero al escuchar aquellas palabras, y ver su erecto miembro frente a mi cara, no lo dudé ni por un segundo, así que dejando caer mi bata, se lo agarré, y suavemente lo fui conduciendo hasta mi cama. En la que sin perder un solo instante me dediqué a mamar su parada verga. Hasta que él mismo Mariano la dirigió directo a mi coño.

Sería el tiempo que había estado sin acostarme con un hombre, pero la verdad es que lo disfruté al máximo, tanto que en relativamente poco tiempo disfruté de un tremendo orgasmo, al tiempo que el chico se venía dentro de mi coño. Eso no me importó mucho realmente. Ya que apenas pude volví a meterme en la boca su verga, y tras chupársela intensamente por varios minutos, la volvió a tener dura y bien lista para metérmela nuevamente.

Yo no podía creer la vitalidad que tenía aquel jovencito, y lo mucho que me estaba haciendo feliz, al darme tanto placer. Yo por mi parte a medida que sentía como su pedazo de carne entraba y salía de mi lubricado coño, no dejaba de mover mis caderas, una y otra vez. Deseando que eso no terminase nunca.

Así pasamos gran parte del día, luego tal y como nos encontrábamos almorzamos, y después de una siesta reparadora, volví a mamar su verga, para de esa manera continuar follando, por lo menos hasta que sentimos el auto de sus padres pasando frente a mi casa. Una cosa de las que siempre se quejaba mi vecina, era lo poco que su hijo la visitaba, pero desde esa fecha, no hay fin de semana que Mariano no lo pase con sus padres, por lo menos un rato….