Mi nombre es Alicia y después de estar, más de veinte años casada con el que era mi esposo, Julio, y padre de nuestro único hijo, que también se llama Julio. Julio mi ex, el muy desgraciado se divorció de mí. Ya que había preñado a una de sus estudiantes, de la universidad. Y se fue a vivir con ella.
Relato
Así que irremisiblemente caí en una fuerte depresión, diariamente me dedicaba a llorar, me quedaba en la casa, sin hacer más nada que ponerme a beber, y recordar al desgraciado de mi ex marido, mientras que mi hijo se hacía cargo de mi negocio. En ocasiones cuando Julio, mi hijo, regresaba me encontraba sentada en el sofá de la sala, llorando, y bebiendo.
Aunque yo me sentía abandonada por su padre, no dejaba de nombrarlo a cada rato, ya que desde los catorce años, que fue cuando mis padres me casaron con él, por haberme preñado. No había conocido a ningún otro hombre, y una de mis mayores preocupaciones, en esos momentos, era que yo pensaba que ningún otro hombre quería estar conmigo. Ya como a los tres meses de haberse dado el divorcio, en ocasiones no lloraba tanto por Julio padre, sino más bien por la falta que me hacía el acostarme con él.
Yo me encontraba tan deprimida que ni tan siquiera tenía fuerzas para darme un baño, y esa noche cuando regresó mi hijo, y me encontró recostada en el sofá, con la misma bata casera que usaba para dormir, Julio mi hijo, me regaño. Y agarrándome por el brazo, me llevó a la ducha, donde con todo y bata me metió bajo la regadera. A medida que el agua fue cayendo sobre mi cabeza y el resto de mi cuerpo, desde luego que fue mojando toda la bata, la que por el agua se fue pegando y transparentando sobre mi cuerpo.
Mi hijo no dejaba de decirme que si seguía bebiendo me iba a morir, pero en cierto momento en que yo ya me había despertado un poco, vi mientras el agua continuaba cayendo sobre mí, la manera en que mi hijo, lascivamente miraba mi cuerpo. Aunque Julio procuró disimular, no pude de dejar de darme cuenta, de que como bajo la bata no tenía puesta mi ropa íntima, tanto mis tetas, como mi vulva, él las podía ver sin mucho esfuerzo, al transparentarse por el agua la tela de mi bata, y a pesar de ser su madre, lo atraía como mujer.
En ese instante, sucedió algo dentro de mí cabeza que no pude controlar. El estar yo prácticamente desnuda frente a mi hijo Julio, y la manera en que él me miraba, me excitó bárbaramente, comencé a pensar y a imaginarme, como sería eso de que yo me acostase con Julio. Con rabia recordé, que llevaba varios meses sin sentir dentro de mi coño, la verga del hijo de la gran puta de su padre. Así que aprovechando el momento, sin verlo a los ojos, en un dos por tres dejé que mi mojada bata, se deslizase hasta el piso de la ducha, quedando completa y totalmente desnuda frente a Julio, que sorprendido no dejaba de ver todo mi cuerpo.
En ese momento mi hijo, procuró el apartar su vista de mi desnudo cuerpo, pero yo haciéndome la que no me daba cuenta, de manera inocente le pedí que me ayudase a llegar hasta mi cama. En ese instante, Julio procuró agarrar una toalla para cubrirme con ella, pero yo modestia aparte, de manera hábil le hice ver que estaba a punto de caerme. Por lo que rápidamente me agarró entre sus brazos. Momento que yo aproveché para pegar mí mojado cuerpo al de él, abrazándolo con fuerza.
Julio se notaba entre confundido y excitado, lo digo por la manera en que me estaba viendo en esos momentos. Yo haciéndome la ingenua, seguí colgada a su cuello con mis brazos, dejando que él me agarrase. Así me fue llevando hasta mi cama, preguntándome de manera preocupada si me encontraba bien. Yo no sé que me sucedió, mi idea era la de irlo seduciendo, de manera disimulada. Quiero decir sin presionarlo, pero de momento me entró un no sé qué, que sentí el fuerte impulso de besar a mi hijo en la boca.
Julio se quedó como paralizado por unos instantes, mientras que yo continuaba restregando mis temblorosos labios contra los suyos. Mi mayor preocupación en ese instante era que me rechazara, que me diera un fuerte empujón, me dejase tirada en el piso, y saliera corriendo de mi habitación. Pero contrario a eso, comencé a sentir como sus fuertes brazos rodeaban y acariciaba con sus manos, todo mi cuerpo.
Tras permanecer besándonos por un largo rato, yo sin quitar esa idea de acostarme con mi hijo, me dejé deslizar hasta el piso. Con mis manos, como en mis mejores tiempos se lo hacía a su padre, rápidamente le bajé la cremallera del pantalón, y extraje su erecto miembro completamente duro. Sin detenerme a observarlo, rápidamente lo introduje dentro de mi boca y me dediqué a mamar.
Julio no dejaba de observarme, a medida que yo continué chupa que chupa, y lame que lame toda su verga, descaradamente y sin vergüenza alguna, fui introduciendo mis dedos dentro de mi vulva. Mi intención era el llegar a acostarme con él, sin importarme que fuera mi hijo. Es más la morbosa situación me excitaba aun mucho más. Ya que Julio en lugar de rechazar mis avances, continuó dejando que yo mamase su verga, y observando ávidamente como yo misma me autosatisfacía introduciéndome los dedos dentro de mi coño, apretando como una loca, mi clítoris frente a él.
De momento Julio, extrajo su erecta verga de mi boca, y levantándome del piso de mi dormitorio, me colocó rápidamente sobre mi cama, para de inmediato comenzar a quitarse toda su ropa, mientras que yo separaba mis piernas sin dejar de acariciar provocativamente mi coño frente a los ojos de mi hijo.
Julio lentamente se fue colocando sobre mi cuerpo, y a medida que lo fue haciendo comencé a sentir como su verga me iba penetrando divinamente. Tenía varios meses que no sentía nada igual, desde que el mal parido de mi ex esposo me abandonó por aquella perra. El miembro de Julio se fue abriendo paso sabrosamente deslizándose dentro de mi lubricado coño. En esos momentos a mí se me salieron varias lágrimas, no por dolor ni vergüenza, sino de alegría al sentir nuevamente el placer de estar acostada con un hombre.
Sin dejar de mover mis caderas las restregaba contra el cuerpo de mi hijo, mientras que él sin detenerse continuaba enterrándomela divinamente. Yo estaba de lo más concentrada en el placer que sentía, cuando mi hijo comenzó a decirme lo mucho que me amaba, que desde hacía mucho tiempo soñaba y deseaba acostarse conmigo, y que cuando su padre y yo aun vivíamos juntos, él se escurría hasta la puerta de nuestra habitación para vernos teniendo sexo.
Yo por mi parte no dejé de decirle lo mucho que me estaba gustando que él me hiciera eso, y hasta se me salió decirle que si quería darme por el culito, no dudase en pedírmelo. Cosa que de inmediato hizo, tal cual lo hacía el desgraciado de su padre. Así que a medida que mi hijo Julio, continuaba enterrándome toda su verga, yo me moría de la alegría, el sentir sus brazos rodeando y apretándome con fuerza animal contra su cuerpo, para mí era todo lo único que deseaba en esos momentos.
Así que a medida que mi hijo continuaba clavándome su verga una y otra vez, por mi apretado culito, al mismo tiempo que una de sus gruesas manos la enterró dentro de mi coño. Yo disfruté como nunca antes de un sin número de gloriosos orgasmos. Sentí como mi vagina se colmó de su leche, y como sus labios continuaban chupando mis senos. Hasta que ambos quedamos sabrosamente satisfechos y agotados.
Al levantarme de la cama para ir al baño asearme, Julio, sin rodeo me dijo. Bueno mamá, y ahora que hacemos. De inmediato me recordó que él tenía su novia, y que deseaba irse a vivir con ella, pero antes de que eso suceda, que te parece sin que nadie se entere continuamos siendo marido y mujer. Yo pensaba hacerme la dormida, la borracha, o quién sabe qué, pero mi intención era seguir actuando como si nada hubiera sucedido, pero ante la manera tan descarada en que Julio me lo dijo, no me quedó más remedio que con una sonrisa aceptar lo que me había dicho.
Pasaron varias semanas y casi a diario mi hijo y yo manteníamos sexo salvaje, yo por mi parte regresé atender mi negocio, volví a ponerme en forma haciendo ejercicio todas las mañanas, en fin he vuelto a vivir.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783538 veces
Si te ha gustado Gracias a mi hijo he vuelto a vivir… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Gracias a mi hijo he vuelto a vivir….
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
incestor111
(26 de September de 2013 a las 04:16) dice:
Es una relato muy excitante y candente. Mi madre y yo tambien disfrutamos nuestra vida sexual ampliamente, me gustaria estar en contacto contigo para intercambiar relatos,experiencias, etc., mi mail es ulises1_maxs arroba yahoo.com.mx Saludos candentes y ricos momentos. delicius
(22 de August de 2013 a las 09:24) dice:
eres toda una hembra preciosa que quiero llenar de leche tu vagina y culo katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:59) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF zak
(14 de July de 2013 a las 17:01) dice:
muy rico relato y ahora que se valla tu hijo buscame podemos tener rico sexo zagitariounam arroba hotmail punto com
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