Este relato es la continuidad de la pasión vivida en Viñales. Después de disfrutar de lo rico en Viñales, Cuba, mi amiga Carmen y yo nos fuimos de orgía e infidelidad mutua a Guanahacabibes, paraiso de sol y mar con unas calientes jovencitas follonas e infieles a si mismas.
Relato
Guanahacabibes, Sol y Pasión. 1ra parte.
Después de salir de la cueva, en Viñales, felices y contentos, saciados de sexo, mi amiga Carmen Aguirre y yo vimos una parejita de chicas, muy jóvenes, demasiado jóvenes, pero preciosas que nos hizo una seña al vernos conversar un rato con Camila. Las invitamos a que se acercaran y ellas se presentaron por sí mismas, yo soy Vivian y yo Martha, nos dijeron respectivamente, también nos presentamos y mientras caminábamos por la orilla del río la presentación iba ganando en profundidad.
Las chicas eran hermosas, Vivian era trigueña, de pelo color marrón oscuro con unos ojos claros de los cuales la luna sentiría envidia, sus senos eran grandes y bien formados, se podía apreciar debajo de su fina blusa de hilo blanco una cintura muy estrecha y sus caderas amplias y bien redondeadas cubiertas de un fino vello de color muy negro con unas piernas bien torneadas y aproximadamente 1,60 m de estatura. En cambio Martha era delgada, de piel blanca con unos senos medianos y una linda cintura, sus piernas parecían danzar con su cuerpo fino y delicado, su cabello color miel y ojos muy claros y hermosos, sus labios rosados como fresas invitaban a ser degustados sin demora.
Les preguntamos qué hacían por allí y nos contestaron que deseaban dar un recorrido por Viñales y pasear un poco. Le preguntamos su edad por que nos parecían muy jóvenes y lo eran en efecto, ambas rayaban los 19 años y estaban en la flor de su juventud. Les comentamos que si lo deseaban podían acompañarnos y que después de conocer el valle viajaríamos hacia Guanahacabibes, el extremo más occidental del país donde se esconde el Sol de Cuba. La idea les encantó y estuvieron de acuerdo en acompañarnos por el valle, aunque lamentaban no poder estar con nosotros en ese viaje al paraíso natural de Guanahacabibes.
Carmen, mi amiga vasca, había permanecido en silencio y muy atenta a la conversación sin embargo, notaba un extraño brillo en sus ojos al observar a las chicas que eran un dulce listo para comer, las miraba atentamente, repasaba sus curvas, sus senos, sus caderas con la mirada y las provocaba al observarlas desenfadadamente, dirigía su mirada a los senos, sus vulvas, sus culos, sin pudor alguno. Ellas rápidamente se dieron cuenta y notaba cierta intranquilidad en su comportamiento, se sentían acechadas por un depredador que sin duda alguna era mi amiga vasca.
Llegamos a un lugar hermoso rodeado de naturaleza virgen llamado “La Ermita” y debajo de un florecido framboyán aparcamos nuestro auto, tendimos una alfombra sobre la hierba y comenzamos a bajar las cosas. El lugar era solitario y estaba formado por un recodo de roca por un lado y un caudaloso y fresco río al otro, con una vista espectacular.
El auto bloqueaba la salida al camino y de pronto quedamos como en una habitación natural que nos proporcionaba una singular intimidad natural. Llevábamos una nevera con cerveza helada y Carmen enseguida les brindó a las chicas sin dejar de comérselas con la mirada. Acto seguido se comenzó a despojar de su ropa con gran tranquilidad mientras ellas se quedaban perplejas del asombro ¿qué pasa chicas, acaso no han visto nunca una mujer desnuda?, les preguntó, y ellas muy apenadas respondieron que sí, pero que era muy hermosa, esto fue un detonante para Carmen que les respondió diciéndoles que ellas también lo eran y que por qué no se desnudaban. Ellas estaban muy perturbadas y yo decidí mediar haciéndole una seña a Carmen que esperara un rato a que entraran en confianza, les volví a dar cerveza helada y ya conversábamos animadamente cuando decidí quitarme el short y el pulóver quedando solo en calzoncillos, Carmen yacía acostada boca abajo con su inmenso culo al aire mientras Vivian hacía un gran esfuerzo por prestar atención a mi conversación ya que sus ojos no se apartaban del hermoso cuerpo de Carmen. Bebían rápidamente, y ya iban por su quinta cerveza cuando de pronto la conversación tomó un giro imprevisto al voltearse Carmen y quedar exhibiendo su hermoso coño velludito a las chicas y a mí. Al notar la mirada de Vivian le preguntó ¿te gusta mi chochita?, ella se quedó perpleja ante la pregunta y de su boca salió un si apagado, Martha no dejaba de apreciar la belleza de los pezones de Carmen y aquello iba ganando en calor. ¿Por qué no se desnudan? Les pregunté y ellas no sabían que responder -vamos que no les de pena- estamos solos en el fin del mundo. Al ver su indecisión, Carmen se irguió y avanzó hacia Vivian que estaba sentada en la alfombra y se sentó frente a ella, metió sus manos por dentro del cabello de Vivian y acarició suavemente su cuello mientras acercaba sus labios a los oídos de ella y le susurraba con mucha paciencia, acariciaba sus hombros con suavidad y sus manos descendían suavemente acariciando el fino hilo de la blusa de Vivian. Con infinita delicadeza Carmen comenzó a desabotonar la blusa mientras tomaba una de las manos de Vivian y la ponía sobre sus tetas, ella se estremeció al sentir el calor de aquella juvenil piel en la suya, más madura y experimentada, Vivian, suavemente, apretaba las tetas de Carmen, y esta terminaba de despojarla de su blusa y sostén. Le hice una seña a Martha y se acercó mientras le pedía que se volteara, lo hizo y entreabrí sus piernas acariciando con suavidad sus muslos, subiendo hacia sus nalgas y tocando su piel con mis manos, se dejaba hacer. Carmen había desnudado completamente a Vivian y se encontraba ahora enfrascada en un largo beso con ella mientras yo podía apreciar el hermoso culo de Vivian, su chochita depiladita, sus labios vaginales gruesos y jugosos. Comencé a desnudar a Martha mientras dirigía sus manos a mi pinga que ya no cabía en el calzoncillo, ella la tomó con delicadeza y cierto temor, se notaba su inexperiencia y con una de mis manos la tomé por el cuello mientras le hacía bajar su cabeza hasta que sentí sus labios rosaditos topar con mi glande, entreabrió su boca y comenzó a chuparme la pinga con mucha lentitud, le pedí que la abriera más y entonces le introduje mi barra de carne en su boca hasta el fondo, dio un respingo pero la sujetaba fuertemente por su cabello y entonces comenzó una mamada espléndida mientras delante de mi Carmen se comía el chocho de Vivian, la había colocado con las piernas en las 10 y 10 y sus manos entreabrían la vulva de Vivian mientras su lengua erecta parecía un pingo entrando y saliendo de aquella hermosa vagina, Vivian se contraía y se mordía los labios mientras Carmen masajeaba sus tetas y apretaba sus pezones, Martha se comía mi pinga con frenesí, sentí que me iba a deslechar y saque mi pingo de su boca no sin antes comprobar que mis líquidos seminales ya afloraban por mi glande hinchado de sangre, entonces intercambiamos de pareja.
Carmen tomó a Martha y la acostó con las piernas bien abiertas mientras se colocaba sobre ella en un perfecto 69 y le comía su chochita ya muy húmeda por la excitación de la mamada que acababa de darme, en cambio yo acerque a Vivian hacia mí y tomé sus labios que tenían el acido sabor de los jugos vaginales de Carmen que se la dio a comer por un buen rato, saboreaba su lengua y la mía la penetraba por su boca, descendía mis manos por su espalda, sentía el fino toque de su piel y el olor a rosas de su cabello, masajeaba sus nalgas y rozaba su ano con mis dedos, le pedí que me la mamara antes de cogerla y vi como sus labios se metían mi pinga en la boca, sus manos masajeaban mis cojones y mi perineo hasta que de nuevo parecía un mástil mi pinga, le pedí que se acostara boca abajo y así lo hizo, ante mis ojos estaba su hermoso culo y su espalda donde su pelo descendía como las aguas del río por su cauce, entreabrí sus muslos y pasé mi pinga por su mojada entrepierna, la sentía caliente y le pedí que metiera sus manitos por debajo de su cuerpo y comenzara a masturbarse, así lo hizo y eso la obligó a empinar sus nalgas y abrir sus piernas, pasé mi glande por su raja y sentí el volcán de su entrepierna, la acerqué lentamente y empecé a penetrarla ohhhhhhhhh que delicia de vagina apretadita e hirviente diosssssss que ricoooooooo, así la fui cogiendo hasta que todos mis cojones estuvieron dentro de ella y comenzamos un rico mete y saca que me hacia afirmarme sobre sus caderas y penetrarla con más fuerza, uno de mis dedos se humedeció con mi saliva y fue rápidamente a parar a su culito rico, lo comencé a dilatar mientras le metí mi pinga por el chocho, ella gemía ahhhhhhhhhhhhhhh asíiiiiiiiiiiii cógeme coñooooooooooo dame por la crica asiiiiiii papiiiiiiiiiiiiiii que ricoooooooooooooooooo hasta que de nuevo sentí una brasa de candela en mi interior, la saqué de su chocha y puse mi cabeza de la pinga en su culito, presioné un poco y sentí su uhhhhhhmmmmmm de dolor, apretó sus nalgas y tuve que usar mis manos para separarlas nuevamente, está vez presioné fuerte y penetró mi gorda cabeza en su culo ayyyyyyyyyyyyy espera, suaveeeee ayayay ayyyyyy me decía mientras yo iba deslizando mi tubo de carne en su culo ardiente hasta que la tuve completamente ensartada por detrás y entonces metí mis manos por debajo de su cintura alzándola un poco más y empecé una masturbada que le hacía arrancar gemidos y gritos de placer asíiiiiiiiiiiii pajeameeeeeeee, asiiiiiii puto cabronnnnnnnn así y metía y sacaba mi pinga con fuerza de su culo hasta que de pronto brotó un chorro de leche ardiente que bañaba sus tripas interiores y se estremecía y temblaba debajo de mi con unos espasmos incontrolados, sentí su vagina chorreando leche y mis dedos empapados de su semen vaginal, poco a poco fue dejando de rugir y se iba calmando mientras el sudor brotaba de sus poros bañando sus nalgas con una fina película que le daba un brillo a su hermoso color de piel, la saqué de su culo y se la di a mamar mientras ella me lamia cada centímetro de pinga y de cojones endureciéndomela de nuevo, así estaba tendido en la alfombra cuando observé a Carmen y a Martha retorcerse una contra la otra mientras Martha penetraba fuertemente a Carmen con un consolador por el culo, aquella escena parecía de película, observaba el hermoso culo de mi amiga al aire y aquella chica rubia dándole por detrás sin parar, con cierta fiereza la penetraba hasta el fondo y Carmen gritaba como loca que le diera por el culo, mi hermosa Vivian ante tantos gritos se acercó a ella y se colocó por debajo poniendo su húmedo crico en la boca de Carmen que de inmediato desencadeno su furia anal con aquel coñito lleno de semen, lo mamaba con furia, mordía los labios vaginales de Vivian y esta gritaba como loca de placer mientras Martha le clavaba el culo y le masturbaba el chocho al mismo tiempo. Me acerqué a Martha por detrás y mientras cogía a Carmen le abrí sus nalgas deliciosas, no tan grandes pero si con un ojete de culo rosadito y bien depilado que era una delicia, lo ensalivé y se lo penetré sin piedad, se arqueó del dolor, gemía y resoplaba como una leona en celo, mi pingo era bien gordo y su culito sufría, hasta el fondo la metí y se retorcía la muy puta y se desquitaba con el crico de Carmen así estuvimos un buen rato hasta que Carmen explotó en un orgasmo descomunal y Vivian moría debajo de ella, ambas cayeron una sobre la otra sin parar de besarse y morderse los pezones mientras Martha aún sentía mi pingo dentro de su culo, se la saqué y coloqué el consolador en su vagina mientras lo puse a vibrar y así la masturbé unos minutos hasta que sentí como se contraía de placer y jadeaba sin parar, sus fluidos brotaron por su entrepierna, se había orinado de tanto placer y mis manos se llenaban de su orine, le di de mamar mis dedos y los chupó como poseída hasta que dejó bien limpia su criquita. Los tres estábamos extenuados y ahora nos besábamos y acariciábamos recordando cuanto placer nos habíamos dado tan solo hacia unos minutos. Nos vestimos y con un hambre atroz decidimos ir a almorzar en un restaurant campestre muy cercano al lugar. Allí concertamos nuestra próxima cita al regreso nuestro de Guanahacabibes y nos preguntaron si podían invitar a un amigo muy querido de ellas a lo cual contestamos que si, quedamos de esa manera, y nos despedimos con unos ardientes besos de aquellas calientes jovencitas.
Regresamos a nuestro hotel, descansamos plácidamente después de una reparadora ducha y dormimos como bebes esa noche. Al amanecer recogimos nuestras pertenencias y partimos hacia Guanahacabibes. Nos hospedaríamos en el Centro Internacional de Buceo “María la Gorda”, en el extremo más occidental de Cuba.
Esta será otra historia donde les contaré nuestras aventuras en la península donde se esconde el Sol de Cuba.
Agradezco su interés en leer mis relatos y también estaré atento a sus opiniones y comentarios.
Un beso.
Cubanofelixx@gmail.com
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513560 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 299797 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:51) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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