En gran parte, sino totalmente, la culpable de todo lo he sido yo. Después de que me divorcié de Genaro, el padre de mí hijo Asdrúbal, se puede decir que entré en una gran depresión por varios años, aferrándome de manera exagerada a la religión evangélica. Años en que mi hijo, prefería mil veces andar con el libertino de su padre que asistir conmigo al culto.
Relato
Durante varios años me mantuve sin acostarme con ningún hombre, hasta que apareció el Pastor Víctor, y aunque él era un hombre casado, y yo conocí a su mujer, el diablo nos tentó. Sin darme cuenta comenzamos a salir, charlábamos, paseábamos, y un día en que Víctor se lamentaba de que su mujer no aceptaba sus requerimientos amorosos, yo intenté consolarlo dándole un abrazo, pero de momento nuestros labios se unieron y aunque yo al principio pensé en decirle que no, al sentirme tan a gusto entre sus brazos, no pude negarle que continuase, así que en sus oficinas, a medida que Víctor me continuaba besando y acariciándome por todas partes, sin que yo prácticamente me diera cuenta me desvistió totalmente, continuamos besándonos hasta que entre besos y caricias, yo abrí mis piernas, y él haciéndome inmensamente feliz comenzó a penetrarme una y otra vez, mientras que yo me movía como poseída por el diablo, pidiéndole que me diera más y más.
Durante esa temporada, aunque continué asistiendo al culto, cambié mi manera de vestir, y Víctor la notó de inmediato, diciéndome que me veía mucho más joven y bella. Una tarde que salimos terminamos en un motel, en el que Víctor me ofreció una bebida alcohólica, la que yo a pesar de que nunca las había consumido me las tomé como si fuera agua.
Esa noche el Diablo se volvió a meter dentro de nosotros, y nos obligó hacer un sin número de inmundicias que de solamente pensarlas me da vergüenza. Al principio como de costumbre nos dedicamos a besarnos, pero después de un rato en el que Víctor fue despojándome de mi ropa hasta dejarme completamente desnuda, siguió besándome pero lentamente fue pasando su boca por mis senos, lo que me hizo sentir algo nuevo y diferente, después continuó bajando hasta mi vientre y por un rato su lengua estuvo jugueteando con mi ombligo, hasta que después su rostro bajó un poco más y sentí la inmensa felicidad de tener su boca y lengua entre mis piernas, chupándome desesperadamente mi clítoris, y haciendo que me sintiera loca de placer, al punto que mientras mordisqueaba sabrosamente mí clítoris, disfruté de un orgasmo como nunca antes lo había disfrutado, tan fuerte fue que sin que yo lo pudiera evitar, de mí coño salió un fuerte chorro, de mis líquidos vaginales.
Después de eso, mientras que Víctor se secaba la cara, yo extraje su miembro del pantalón, se lo agarré entre mis dedos, y tras juguetear un poco con eso, sin que él me lo pidiera me lo he llevado a la boca, dedicándome a mamárselo intensamente, al grado en que cuando se vino, no dudé ni por un segundo en tragarme todo su semen.
Esa noche Víctor y yo bebimos mucho, y hasta en cierto momento nos pusimos hacer ociosidades, dejando que después de saciarnos mutuamente, a él se le ocurrió penetrarme por mi ano, cosa que buena y sana de seguro me hubiera negado, pero no lo hice, así que dejé que Víctor después de estar introduciendo sus manos y dedos por un largo rato, sabrosamente dentro de mi coño y mi culo, me pusiera en cuatro patas, y yo dejase que lo hiciera. En esos momentos sentí como su verga se abría paso a través de mi culo, y como yo actuado nuevamente como poseída por un demonio, comencé a mover mi culo aun sin él haberme penetrado totalmente.
Así fueron varios de nuestros salvajes encuentros, hasta que un día cuando me dirigía a mi trabajo, me detuve a comprar una revista de moda, y vi en la primera plana de varios de los diarios de mayor circulación, una gran foto de Víctor, en la que se veía con unas esposas puestas en sus manos y rodeado de policías, saliendo del templo que él administraba. En los titulares decía que había sido arrestado, por un sinfín de delitos de tipo sexual, contra hombres, mujeres y niñas. Yo no lo podía creer.
Desde luego que dejé de asistir al templo, nuevamente comencé a sentirme sumamente infeliz, y me sumí en otra depresión, pero en lugar de ir donde un psiquiatra, comencé a beber, ya que me había dado cuenta de que cuando bebía me sentía mucho mejor. Al principio lo hacía sola en casa, sin que mi hijo en esos momentos de quince años no se diera cuenta.
Pero a los pocos meses comencé a salir a beber fuera de casa, y así fue como en una de esas salidas, estando bien borracha en una barra que ni idea tenía de donde se encontraba, varios hombres abusaron de mí. Todo comenzó cuando después de estar bebiendo se me acabó el dinero, ya estaba a punto de marcharme para mi casa, cuando un tipo me ofreció un trago, y nos pusimos a charlar, en medio de la charla se acercó otro, y comenzó a molestarme, diciéndome que yo no me atrevía a bailar sobre una de las mesas, y lo hice, aunque el mesero nos llamó la atención, después de que me continuaron invitando más tragos, el mismo tipo diciendo que yo no tenía un buen cuerpo, cuando me molesté por lo que me estaba diciendo, me retó a que me quitase la ropa para ver si él o yo teníamos razón.
Yo estúpidamente me quite el vestido quedándome en panti y sostén, después no supe que pasó con mi ropa, hasta que el tipo que comenzó a beber conmigo me propuso que tuviéramos sexo, a cambio de otro trago. Yo la verdad es que ni me acuerdo que le dije, lo que si se es que terminé siendo violada por varios hombres a la vez, que me obligaron hacer de todo. Al día siguiente desperté en un hospital, y lo único que se me ocurrió decir fue que camino a casa después de haber salido del cine, me habían asaltado entre cuatro hombres, y al ver que no tenía mucho dinero, me obligaron a que me metiera en un viejo auto, donde a medida que me fueron quitándome la ropa, a punta de pistola me obligaron a beber y hacer cosas que no quería recordar que hice. Después de eso, dije que no me acordaba de más nada.
Después de que regresé a casa, continué bebiendo por varios años, aunque ocasionalmente alguno de los con que salía a beber y yo teníamos sexo, siempre procuraba que mi hijo no me viera en esas condiciones. Pero después de que él cumplió los 18 deje de tener tanto cuidado, y a cada rato él me encontraba llegando borracha a casa. Cuando no era que me encontraba vomitando desnuda en el baño, y me ayudaba a llegar a mí cama.
Una noche que me quedé en casa porque el tipo con quien salía a beber, me dejó plantada, llegó mi hijo con varios de sus amigos celebrando su graduación, yo ya me había tomado varios tragos, y cuando mi hijo llegó con sus amigos, les abrí una botella de ron y ya estaba por marcharme a mi habitación cuando Asdrúbal, mi hijo me pidió que los acompañase.
Al principio los chicos, estaban algo incomodos con mi presencia, pero después de un buen rato que les preparé algo de comer, además de que les estuve sirviendo, y contando chistes, las cosas cambiaron.
Para empezar mí propio hijo, me dijo. Mamá por qué no vas y te cambias de ropa y te pones algo más llamativo. Lo cierto es que andaba con una bata casera, y sin peinar, así que haciéndole caso a mi hijo me fui a cambiar. Asdrúbal me acompaño a mi habitación y hasta escogió el vestido que me iba a poner. Uno un poco atrevido y revelador, estando de pie frente a mí, me dijo. Arréglate bien quiero que mis amigo se impresionen bastante contigo. Sus palabras las tomé como una especie de cumplido, pero de inmediato me dijo. Anda quítate la bata para que pongas esto. Yo sin ponerme a pensar que estaba frente a mi hijo, me quité la bata, quedando en panti y sostén, como en infinidad de veces me ha visto así y hasta completamente desnuda, en ese momento, no le presté atención a su manera de mirarme.
Asdrúbal una vez que me ayudo a ha subirme el vestido, me hizo notar que ese sostén no se usaba con ese vestido, ya que los tiros quedaban por fuera sobre mis hombros, y el traje no los cubría, ya que era un escote. Nuevamente sin ponerle atención a que mi hijo estaba presente, medio me bajé el vestido, y en un dos por tres, me quite el sostén, dejando mis paradas tetas al aire y ante la vista de mi hijo, que no le quitaba los ojos de encima. Al tiempo que me dirigía al ropero, para buscar en una de las gavetas, un sostén de acorde al vestido. Fue cuando mi hijo, me dijo. Mamá a ti no te hace falta sostén alguno, arréglate el vestido y mira que te queda tremendo, sin que te pongas sostén.
Al tiempo que dijo eso, me ayudaba a subirme el vestido, y aunque sentí que sus manos agarraron mis senos mientras me los acomodaba en la copa del vestido, no le di importancia tanta importancia al tiempo que demoró haciéndolo. Y una vez que yo pensaba que estaba lista, mientras me pasaba yo misma el cepillo, y Asdrúbal me buscaba los zapatos adecuados, él se dio cuenta de que la liga de mis pantis se notaban y así me lo dijo, yo viéndome en el espejo noté que él estaba en lo cierto, claramente se podía notar alrededor de mis caderas la marca de la liga de mis pantaletas, y sin que él me dijera nada, simplemente me las quité, al fin y al cabo no pensé que alguno de los chicos notase que yo andaba sin pantis.
Una vez que me puse los zapatos de tacón alto, salimos de mi dormitorio. Al regresar a la reunión, fue mi mismo hijo quien les hizo notar a sus compañeros, lo linda que yo me veía, y casi de inmediato un coro, de unas ocho voces, comenzaron a repetir sus palabras, y a uno que otro se le escapó decir que yo estaba bien buena y bien rica. Casi de inmediato, algunos de los compañeros de mi hijo me rodearon, mientras que el mismo Asdrúbal me sirvió un fuerte trago. Yo continué bebiendo y charlando con varios de los chicos, cuando Asdrúbal decidió poner la música para bailar.
Fue una locura, casi todos los muchachos deseaban bailar conmigo, por lo que siendo la única mujer en mi casa, les prometí a los ocho incluyendo a mi hijo, que bailaría con todos, pero en su momento. Apenas comencé a bailar con uno de ellos, el resto nos hizo un círculo, y a medida que bailaba sus comentarios me hacían sentir de lo mejor. A lo que no le preste mucha importancia por lo menos al principio, era la manera en que esos chicos se pegaban a mi cuerpo. La manera en que me tocaban, y sobre todo, la manera en que los ocho me miraban.
Después de haber bailado con todos o por lo menos con la mayoría, fue que me comencé a dar cuenta de todas esas cosas, al principio me sentí ligeramente incomoda, pero al escuchar un comentario de mi hijo y de sus compañeros, sobre las hermosas nalgas y tetas que aún yo tenía. Me hicieron sentir por las nubes, pero lo que me dejó algo confundida, fueron algunos comentarios de varios de los chicos, como por ejemplo. En la cama debe ser toda una zorra. Mientras que otro de los chico dijo, algo sin relación a lo que él otro terminaba de manifestar, al decir. La única manera de que se vea mucho mejor, de como se ve ahora, es que se quite el vestido.
Sus palabras en medio de todo me sonaron como a una especie de piropo, en ese instante Asdrúbal en lugar de molestarse con su compañero, se me acercó y me dijo, es cierto mamá, la única manera de que te veas mejor de lo que te vez ahora mismo, es que te quites el vestido, para que ellos vean lo regia que estas. De inmediato el coro de voces no se hizo esperar, diciéndome. Que se lo quite, que se lo quite. Yo en medio de todo estaba algo confundida, y ruborizada. Pero como una obediente esclava, me comencé a soltar el broche de la espalda y de inmediato todos ellos guardaron silencio. Sus ardientes miradas, me decían claramente, lo que todos, incluso mi propio hijo deseaba. Yo en medio de mi gran confusión y tras darme otro trago, procedí a dejar que el vestido se me deslizara hasta el piso. Quedando del todo desnuda, ante mi hijo y sus compañeros.
Realmente por breves segundos me sentí algo avergonzada, pero de inmediato todos rompieron en halagos a mi cuerpo, diciendo cosas como. Que hermosas tetas tiene la mamá de Asdrúbal, que culo más lindo, miren tiene el coño depilado como el de mi hermana. Y cosas así. Pero al mismo tiempo comencé a sentir sus caricias y roces por todo mi cuerpo, excitándome tremendamente. Hasta que parado frente a mí, estaba mi hijo, quien al igual que sus compañeros pero con mayor confianza y seguridad, me agarró las tetas y manteniéndolas entre sus manos me condujo al sofá de la sala, en donde me recostó.
Yo quise negarme y salir corriendo, pero mis piernas no me respondían, no podía creer que mi propio hijo me estuviera haciendo eso, y frente a todos sus amigos. Algo dentro de mí me decía que no lo permitiera, pero en ese instante, el diablo nuevamente se apoderó de mí, comencé a sentirme sumamente deseada por todos ellos, en particular por Asdrúbal, que definitivamente era quien daba las órdenes. En la mirada de todos ellos se reflejaba el deseo que sentían por mi cuerpo, la misma mirada que había visto en mi hijo, y no le presté atención, cuando me cambié la ropa frente a él.
Asdrúbal separó mis piernas, y agarrando por el pelo, a uno de los chicos que le acompañaban, dirigió la cara de este sobre mi depilado coño. Simplemente le dijo, ponte a mamar, y su compañero ciegamente le obedeció, sentí su respiración sobre mi coño, y a los pocos segundos, su lengua que tímidamente comenzó a pasarla sobre mi vulva. No sé quién precisamente, pero uno de ellos me dio otro trago, que me lo tomé de inmediato, ya nada más de pensar en lo que ese jovencito trataba de hacer, me excité tremendamente, así que coloqué mis manos sobre su cabeza, y comencé a presionarla contra todo mi coño, restregando su boca y nariz contra mi clítoris.
En cosa de unos momentos mientras ese pobre chico me mamaba el coño, otro par de ellos, comenzó por lamer y mordisquearme mis tetas y pezones, divinamente. A esa altura de los hechos, ya no tenía control alguno sobre mí. Simplemente dejé que me hicieran lo que les diera la gana, sin oponer la más mínima resistencia.
Terminaba de disfrutar de ese morboso orgasmo, sabiéndome que era observada por todos los presentes, cuando Asdrúbal apareció nuevamente frente a mí, sin nada de ropa, y con su miembro erecto y apuntando directo a mi coño. En cosa de segundos, retiró al chico que me había estado mamando mi coño, y comenzó a colocarse entre mis piernas, sentí como toda su dura verga comenzó a deslizarse dentro de mí. A pesar de la borrachera que yo cargaba, el sentir como mi hijo me penetraba y frente a todos esos chicos, me excitó tremendamente, así que comencé a mover mis caderas como una desesperada, al tiempo que lo abracé y pegué más a mi cuerpo.
A partir de ese instante todo se volvió una locura, algunos chicos aun me mamaban las tetas de manera salvaje, otro acercó su verga a mi cara, y con la misma excitación que tenía me dediqué a mamársela, mientras mi hijo, continuaba metiendo y sacando su dura verga de mi coño. Asdrúbal se vino, pero eso no evitó que apenas él sacase su verga, otro ocupase su lugar, con la misma intensidad y fuerza que mi hijo. Durante el resto de la noche, solo supe que me clavaron un sin número de vergas por todas las parte de mi cuerpo, mi culo me lo dejaron bien abierto, adolorido, pero tremendamente satisfecha.
Al despertarme al siguiente día, me encontré tendida en el sofá, con manchones de semen por todo mi cuerpo, hedionda a sudor y sexo, pero increíblemente satisfecha, por lo que mi hijo y sus compañeros me habían hecho. A pesar del dolor de cabeza que tenía y de lo adolorido de mi culo, prácticamente a gatas llegué hasta el baño y con toda mi calma, comencé a darme una ducha caliente. A medida que iba recordando todo lo que me había sucedido la noche anterior.
Ya a eso de las tres de la tarde, cuando me vine despertando definitivamente. Me levanté, para por lo menos tomarme una taza de café, enrollada en mi cobija, llegué a la cocina y tras calentar un poco de café, mientras me lo tomaba poco a poco, me quedé pensando en todo lo ocurrido. Por una parte me sentí sumamente avergonzada por haber disfrutado de todo lo que me hicieron en particular Asdrúbal. Pero por otro lado, el nada más pensar en lo ocurrido, me excitó tremendamente. Al punto que con mis propios dedos comencé a autosatisfacerme acariciando mi coño una y otra vez hasta que sentí la puerta de la calle abrirse y posteriormente cerrarse.
Definitivamente era mi hijo que al parecer después de lo sucedido había salido de casa. Sin saber cómo actuar en ese momento, enrollada en mi cobija, me dirigí a la sala, la que estaba en completo desorden, con infinidad de vasos y botellas bacías de cerveza, regadas por todas partes. Mi lindo vestido estaba tirado en el piso, todo arrugado y manchado. Fue cuando levanté mi cara y vi que Asdrúbal me observaba, al tiempo que se agarraba su instrumento por encima del pantalón. No tuvo que decirme nada, su sola mirada me lo decía todo, por lo que dejé caer mi cobija, y al acercarme a él, me agaché, y con mis manos extraje su verga del pantalón, para de inmediato dedicarme a mamársela, al tiempo que con una de mis manos yo continué toqueteando mi coño.
Hoy en día he dejado de beber, por lo menos como lo hacía antes, Asdrúbal se cambió a mi dormitorio, y mantenemos relaciones cada vez que a él se le antoja. Y aunque en ocasiones siento un montón de remordimientos, no dejo de disfrutar de todas las pocas vergüenza que me hace mi hijo y sus amigos.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783538 veces
Si te ha gustado Hasta con mi hijo y sus amigos… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Hasta con mi hijo y sus amigos….
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
beautycamilita
(7 de September de 2011 a las 05:02) dice:
Los evangelicos son todos unos tontos, la persona comete los errores y que te excuses en el diablo es una estupidez y un aprovechamiento hacia la religion , que igual es un asco galletos
(22 de August de 2011 a las 23:53) dice:
en esto no deverias de meter las religiones mas bien es que eres una señora muy caliente que te gusta mucho que te cojan por todas partes y que disfrutas mucho haber que dia me invitas para darte una muy buena cojida con mi verga como katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:59) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF caracas
(14 de August de 2011 a las 23:02) dice:
eres una puta y le echas la culpa al diablo, evangelicos de mierda olmeca09
(14 de August de 2011 a las 20:23) dice:
hola preciosa, me gustarai contactarte y palticar, entiendo por lo que pasas y me gsutarai cocnerte mas, saludos desde mexico, cobntactane mi correo es maejtab@hotmail.com
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