Cuando mi madre, comenzó con el tema de que debíamos ahorrar agua, no pensé jamás que lo llevase hasta esos extremos.
Relato
Ya estaba acostumbrado a escuchar a mis padres estar discutiendo, por todo, pero sobre todo por lo desatendida que mi padre tiene a mi madre, en lo relacionado con el sexo. Ya que como se la pasa bebiendo con sus amigos, si se le aparece alguna loca que le abra las piernas, es capaz de desaparecerse por varios días de la casa. Así que cuando mi mamá comenzó con el tema de que debíamos ahorrar agua, como ya les comenté, no pensé que lo fuera a llevar hasta esos extremos.
Pero la pasada semana, en que mi madre, prácticamente salió desnuda del cuarto para recibir a mi papá, él ni atención le puso, mientras que yo, sin que ellos se dieran cuenta, no dejé de observar sus nalgas, su coño, y sus tetas. Y aunque estaba bien consciente de que era mi madre, no pude evitar el excitarme, no tan solo por andar así de desnuda, sino por la manera en que separando sus pierna, le ofrecía su coño a mi padre, quien a la hora de la verdad, le dijo. Mira Jimena, yo estoy muy cansado, anoche me quedé con la mujer de Julián mientras él se quedó dormido por lo borracho que estaba. Creo que poco faltó para que mi madre, le romperá la cabeza con el palo de la escoba. Pero como quizás se dio cuenta de que yo estaba presente, se contuvo.
Al poco rato mi viejo salió de la casa, con rumbo al bar a reunirse con sus amigos, y de seguro a llenarse la boca diciendo, que se había acostado con la mujer de su propio hermano. Yo con una mezcla de excitación, vergüenza, y hasta lastima por la situación de mi madre, me fui a dar una ducha, y cuando ya estaba a punto de abrir la ducha, para bañarme. Apareció mi mamá completamente desnuda, diciéndome. Ya te dije que hay que ahorrar agua, que nos las están cobrando bien cara. Yo no salía de mi asombro, pero ella de lo más resuelta, se metió en la tina junto conmigo. Lo cierto es que de momento fue mi madre la que al mismo tiempo que me agarró el miembro, me dijo. Hay que ver Joselito, lo mucho que has crecido. Mientras que yo por mi parte, no podía dar crédito a lo que estaba pasando. Pero cuando se agachó, y sin miramiento alguno, sin soltar mi miembro se lo llevó a la boca. Fue que yo vine reaccionando, por unos pocos momentos mi mamá se entretuvo mamado mi miembro, pero a pedido mío se puso de píe, y comenzamos abrazarnos, a besarnos, y acariciarnos. Y aunque mi mayor deseo, en esos momentos, era enterrar toda mi verga dentro de su peludo coño, por un buen rato me dediqué a chupar sus tetas, tal y como cuando era un crio. Mi madre chillaba y gemía pidiéndome que se lo metiera todo, mientras que yo aunque por breves segundos pensé en mi padre, también pensé que el responsable de todo lo que estaba sucediendo lo era él, y que mi madre, tan solo deseaba apagar el fuego que la consumía por dentro. Y con quien mejor que con su hijo, que hacerlo con un extraño.
Por lo que apenas dejé de pensar en mi padre, colocándome tras de ella, comencé a enterrar toda mi verga dentro de su lubricado y caliente coño. Mientras que yo no paraba de meter toda mi verga dentro del cuerpo de mi madre, ella movía sus caderas, al tiempo que chillaba y gemía a todo pulmón, como si le importase poco realmente que alguien la escuchase.
Yo bien me pude haber venido en cualquier momento, pero por lo visto mi mamá como que sabe mucho más que yo de eso, ya que en ciertos momentos, mientras yo le empujaba toda mi verga, ella hábilmente me agarraba los testículos, y tras yo sentir un doloroso jalón, volvíamos a comenzar. Yo dejé de pensar que se trataba de mi propia madre, para mí era la mejor puta de la ciudad, la que en esos momentos me producía tanto placer.
Esa tarde, a pedido de mi madre, me puse a mamar su peludo coño, cosa que yo ignoraba que me fuera a gustar tanto. Después de que me vine dentro de su coño, y tras habérselo mamado por un buen rato, mi madre me volvió a mamar mi miembro, y cuando nuevamente me lo puso bien duro, volvimos a tener sexo, como unos salvajes. Después de eso nos duchamos, y yo me fui a mi habitación sin decir una sola palabra. Ya en la noche sentí a mi padre regresar bien borracho, y al poco rato cuando salí por curiosidad, lo encontré roncando en la sala. En ese momento pensé, que bien merecido se lo tenía, por no atender a mi madre, como era debido. Y de inmediato regresé a mi habitación, cuando me encuentro acostada en mi cama a mi mamá, completamente desnuda, y ofreciéndome su coño, con las piernas bien abiertas….