Mi nombre es Graciela, y Roberto mi hermano, es un año menor que yo. Pero a diferencia mía, él como que salió a la familia de mamá, en la que al igual que ella, todos mis tíos son grandes, y sumamente corpulentos. Mientras que yo salí a la familia de mi papá, que en su mayoría son delgados, y no muy altos. Bobby que es como le decimos en casa, aparte de que ahora es más alto que yo, práctica la lucha olímpica. Por lo que ocasionalmente le daba por ponerse a joder, quiero decir a querer agarrarme para luchar. Hasta que mi mamá se lo prohibió terminantemente, ya que en una ocasión, el muy bruto, me aplicó una llave, que me sacó todo el aire. Desde ese día, mi mamá lo amenazó con no autorizarlo a participar en competencias, por lo menos hasta que fuera mayor de edad. Yo recién y había cumplido los veinte años, cuando los viejos se fueron por siete días, a pasar sus vacaciones en un crucero por el caribe.
Relato
El mismo día en que se embarcaron, en la noche yo salí con mi novio, nos pusimos a beber, y a bailar, con la idea de que al llegar a casa, lo iba a llevar a mi cuarto, para dormir juntos. Nos encontrábamos ya de regreso a casa, besándonos ardientemente en la puerta, al punto que Francisco mi novio, aparte de estar introduciendo su lengua dentro de mi boca, metió una de sus manos, bajo mi falda, y me agarró sabrosamente por el coño, en otro momento de seguro le hubiera dicho que se detuviera, pero quizás como había estado bebiendo tanto, que lo que yo deseaba era que ambos nos fuéramos a mi cama. Justo en ese momento Francisco recibió una llamada de parte de su mamá, diciéndole a mi novio, que habían llevado a su padre al hospital de emergencia. Porque había tenido un fuerte accidente de auto. Yo lo quería acompañar, pero me dijo que lo mejor era que me quedase en casa. Que cualquier cosa, él me llamaba. Cuando entré a mi casa, al pasar por la puerta del cuarto de mi hermano, me encuentro con Bobby de espaldas a la puerta, en interiores, sentado en su cama, frente al televisor, jugando lucha libre en línea. Bobby estaba tan concentrado en el juego, que ni cuenta se dio de que yo había llegado. Por lo que seguí, sin interrumpirlo, para mi cuarto. Donde apenas entré, me quité toda ropa que cargaba puesta, para darme una tranquilizadora ducha fresca, antes de acostarme. Lamentando mucho que mi futuro suegro hubiera tenido ese accidente. Comencé a ducharme, pero a medida que el agua de la ducha fue cayéndome encima, se me antojó depilarme, por lo que mientras me enjabonaba las piernas, las axilas, y mi vulva. Me acordé de la sabrosa manera, que Francisco agarro mi coño, mientras me besaba en la puerta de la casa. Pensando en lo deseosa que yo me encontraba, en esos momentos, por acostarme con mi novio. Finalmente terminé de depilar mis piernas, mis axilas, y hasta mi coño, así como de ducharme, pensaba en ponerme mi bata de dormir, cuando sentí algo de sed, por lo que me provocó tomarme una de las cervezas, que mi viejo tiene en la nevera. Así que en lugar de ponerme la bata, rápidamente enrollé la toalla con la que me estaba secando, alrededor de mis senos, y como así llegaba hasta mis muslos. Me dirigí a la cocina, y tras abrir la nevera agarré una de las latas de cerveza, y apenas la destapé comencé a bebérmela rápidamente, en la misma cocina. Ya había terminado, de beber toda la cerveza, cuando escuché a Bobby diciéndome desde su habitación, que le hiciera el favor de llevarle una. Así que agarré dos latas de cerveza, y mientras le llevaba una a mi hermano, me fui tomando la otra, con más calma. Al llegar a su cuarto, ya él se encontraba sentado sobre la alfombra, con los controles del juego entre sus manos. Por lo que tras entregarle la cerveza, por curiosidad me senté despreocupadamente con mis rodillas separadas sobre su cama, viendo como él seguía jugando, mientras me terminaba mi cerveza. Fue cuando Bobby, tras darse un buen trago, sin dejar de verme entre las piernas, me dijo. Creo que he visto una linda gatita. Yo al escucharlo decir eso, no le comprendí, ya que ni gatos tenemos en casa. Pero de inmediato continuó, diciendo. Si es cierto he visto una linda gatita afeitada. Fue cuando me di cuenta a que se refería a mi coño. Por lo que a pesar de lo mareada que me encontraba, por haber bebido tanto, de inmediato cerré las piernas. Diciéndole que no fuera tan infantil, cosa que desde siempre, mi hermano detesta, que yo le diga. Al tiempo que de mala manera me agarró por los pies, y levantándolos rápidamente me hizo perder el equilibrio, haciendo que cayera sentada en el piso de su cuarto. Para de inmediato, volver a dedicarse a jugar, su estúpido juego de lucha libre. Lo que me hizo sentir molesta con él, y en un arranque de rabia, no sé de donde saqué las fuerza suficiente, y me le fui encima. Dándole un fuerte empujón, haciendo que cayera recostado sobre la alfombra. Pero no contenta con eso, como él quedó recostado sobre la alfombra boca arriba, le salté encima. Sentándome con mis piernas abiertas casi sobre su garganta, por lo que mi recién depilado coño, le quedó por completo sobre su cara. Mi intención no era esa, simplemente lo quería dominar, pero Bobby en lugar de quitarme de encima de él fácilmente, se quedó de lo más tranquilo, cuando de momento comencé a sentir que comenzó a pasar su lengua por sobre la piel de mi vulva, yo me quedé como paralizada, ya que no me esperaba que algo así fuera a suceder. La corta toalla que carga alrededor de mi cuerpo, en algún momento, cuando me senté sobre su pecho, se debió haber desprendido. Por lo que quedé totalmente desnuda, con mi coño abierto sobre la cara de mi hermano. Bobby por su parte, además de ponerse a pasar su lengua por sobre los labios de mi vagina, también se dedicó a chuparla. Yo estaba a punto de ponerme de pie, cuando sentí sus grandes manos sobre mi cintura, presionando mi cuerpo contra su rostro, el que no dejaba de restregar con fuerza, contra mí abierto coño. En cosa de breves segundos, la intención que yo tenía de ponerme de pie desapareció del todo, y en su lugar lo que me provocó fue seguir sintiendo como mi hermano seguía chupando los labios de mi vulva, y mi clítoris. Por lo que yo comencé amover mis caderas restregando todo mi coño con fuerza sobre su cara. Hasta que de momento di un vistazo hacia atrás fijándome en su verga, la que fácilmente se asomaba bien parada por fuera de sus interiores. Yo no sé si fue la rica mamada de coño que me estaba dando, o lo súper excitada, que mi novio me había dejado, pero en cosa de breves momentos, disfruté de un morboso e intenso orgasmo. Tan fuerte fue que caí casi desvanecida a su lado, y cuando vi que Bobby, se quitó los interiores, supe cuál era su intención. Realmente no me importó que él fuera mi propio hermano, lo que deseaba en esos instantes era que me penetrase con su parada verga, por lo que separando mis piernas, al tiempo que sonriendo me le quedé viendo su verga, sin ofrecerle resistencia alguna. Quizás por lo húmeda y lubricada que Bobby me la había dejado toda mi vulva, mientras me la estuvo mamando, su verga se deslizó por completo suavemente dentro de mi caliente y deseoso coño. Yo de inmediato comencé a mover mis caderas, restregando mi cuerpo con fuerza contra el suyo, y sin control alguno comenzamos a besarnos intensamente, al tiempo que él no dejó de sacar, y meter toda su sabrosa verga una, y otra vez, dentro de mi depilado coño. No sabía en esos momentos, si el que quien me estuviera penetrando de manera tan rica, fuera mi hermano menor, hizo que yo lo disfrutase intensamente, al punto que no dejaba de pedirle, que me diera más, y más duro, ya que deseaba sentir toda su tremenda verga dentro de mí. Así los dos estuvimos tirados sobre la alfombra de su habitación, por un buen rato, hasta que tanto él como yo alcanzamos el clímax. Por un rato ambos permanecimos abrazados, pero al separarnos, quizás por encontrarme en las condiciones en que estaba, lo que me provocó fue seguir, pero al ver su miembro ya adormilado, de la misma manera en que lo hago cuando estoy con mi novio, sin decirle nada a Bobby, me dediqué a mamar su verga, la que en cosa de pocos minutos, volvió a tonificarse nuevamente. Y de la misma manera que también hago cuando me encuentro a solas con mi novio, nada más me bastó darle la espalda, y presentar mis nalgas, para que mi hermano menor sin perder tiempo, me comenzara a dar por el culo divinamente. Bueno después de ese primer encuentro con Bobby, él y yo ocasionalmente mantenemos relaciones, tal y como lo hacen los hermanos con privilegios. Claro que sin que ni mi novio, ni nuestros padres se enteren.....
A partir de ese momento ya no pude ver a mi sobrino como tal, sino ya lo veía como un hombre que deseaba cogerme sin control, a cada oportunidad que mi sobrino tenia lo aprovechaba para ver mi cuerpo, esto era cuando me cambiaba, bañaba, entre muchos otros momentos que tenia para verme y lo más lascivo era que yo no hacía nada para evitar que me viera, al contrario cada vez que me bañaba dejaba la puerta abierta para que me viera y así en la ducha con la certeza que me estaba viendo yo hacía movimientos sensuales e incluso con el pretexto de lavarme mi zona intima yo me la tocaba con tanta sensualidad que sin duda sabia que él tenía su pene bien erecto desde donde estaba viéndome.
Relato erótico enviado por putita golosa el 27 de July de 2010 a las 23:14:27 - Relato porno leído 310684 veces
Si te ha gustado Hermanos con privilegios.... vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Hermanos con privilegios.....
Narrador
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:57) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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