Hice el amor en mi casa con Santa Claus

Muy buenos días, tardes, noches o cualquier momento en el que lean esta historia de pasión y morbo en la que yo placenteramente les contare como esta pasada navidad de 2009 le puse los cuernos a mi marido con uno de sus mejores amigos y para ello tuvo que disfrazarse de Santa Claus para entrar a mi casa. Espero les guste y que me escriban alguno que otro comentario u opinión aunque sean negativos.
El nombre de este caballero es Pedro, el es un señor de 42 años, mexicano, piel morena clara, ojos color negro, pelo negro un poco largo, su rostro es maduro y se deja barba. Debo decir que es un hombre un poco obeso y tiene un abdomen amplio pero eso no le impide ser todo un amante en el sexo pues es profesional, y su forma de ser es bastante bromista y le gusta usar mucho lenguaje obsceno, todo esto sin duda se debe a que no recibió nunca un educación escolar, al igual que se educo como dicen algunos en la universidad de la vida y entre la violencia de los vagos callejeros del pueblo, pero a pesar de su mala educación no es un hombre malo y mi marido lo acepta pues dice que ambos se conocen desde niños y claro nunca se imagino que le iba a poner algún día los cuernos con él. También es muy mujeriego y no se pierde ninguna oportunidad de tirarse a las mujeres que le gusta. Como ya dije no tiene carrera así que únicamente anda todo el tiempo en empleos temporales ya sea de mesero, barrendero o albañil, para el cualquier empleo es bueno y por ello no tiene un buena posición económica a diferencia de mi esposo que es profesor de educación primaria en la ciudad de Tlaxcala estado de México.
Por mi parte yo soy una mujer de 37 años, mi nombre es Verónica y soy mexicana igual, piel blanca, pelo negro natural pero lo tengo pintado con tinte castaño claro, ojos color un poco cafés obscuros y un poco grandes, rostro femenino y maquillado casi siempre y desde luego no me pude faltar el barniz de uñas rojo al igual que labial rojo. Debo decir que tengo ciertas comodidades gracias al buen empleo de mi marido al que traicione. Mi cuerpo está en perfecta forma gracias al ejercicio y una dieta sana, mi vientre es plano y gozo de una cintura sexy, al igual que tengo senos lindos aunque no muy grandes, pero si mis piernas son muy hermosas y sensuales, más sin duda alguna lo mejor de mi es mi raja vaginal, rosadita y con labios saliditos, poseo algunos pelitos puesto que no me afeito mi zona intima muy seguido. Únicamente soy ama de casa así que me la paso casi todo el día en mi casa a excepción de cuando tengo que salir a comprar y bueno ahora con su permiso ya daré comienzo a esta calienta historia de infidelidad que trata de cómo le puse los cuernos a mi marido con su mejor amigo en la noche víspera de navidad.

Como ya dije él es una migo de mi marido de años atrás pero a causa de algunas razones se tuvo que ausentar unos años de la ciudad. Pero al acercarse la navidad mi marido quiso invitar a su viejo amigo sin saber lo que pasaría. Desde el primer día que regreso a casa Pedro empezó a tratar de ligarme pues como ya dije es muy mujeriego, más yo como toda una mujer decente no le correspondí de inmediato a pesar de sus coqueterías y piropos de doble sentido que me decía. Más bien todo inicio con un descuido de mi parte pues como se quedo en casa varios días, una mañana o para ser más exactos el día 22 de diciembre de este pasado 2009 le vi la verga sin querer, como ya me había acostumbrado a que nadie más estaba en casa esa mañana entre sin tocar al baño y ¡sorpresa! Fue la que me di cuando vi a Pedro con su hermoso pene al aire y bien erecto (él se estaba bañando) de inmediato pedí disculpas y me salí despavoridamente del baño. Pero en mi mente quedo el tamaño de su verga y por más que me quería olvidar de ello no pude durante todo el día pues sin duda gozaba de una verga más grande y apetecible que la de mi marido, al igual él se notaba en su mirada llena de morbo que le había gustado que le hubiera visto la verga.
Gracias a esto ni sé porque pero en mis pensamientos inicie a meter a Pedro y la última vez que hice el amor con mi marido la noche antes de mi infidelidad me imagine que era Pedro quien me estaba penetrando. Mi deseo ya era tan enorme que no espere más y decidí seducirlo también cosa que no fue difícil pues como es muy mujeriego y yo soy una mujer deseable, en definitiva logre seducirlo hasta que me hizo el amor. Mi primer intento y sin duda la primera vez que tuvimos sexo fue esa misma noche, pues aunque fue un sexo breve lo disfrute bastante y lo mejor que fue anal. En fin era madrugada del 23 de diciembre como eso de las 3:20, mi hijo de menor estaba durmiendo y yo estaba en mi cuarto con mi marido, en ese momento me desperté pues tuve ganas de ir a la cocina por un poco de agua pues tenía mucha sed y ni pensé que ahí en ese preciso momento tendría por fin mi primer encuentro sexual con Pedro quien estaba en la habitación de al lado, de una vez en la cocina me dispuse a beber mi vaso de agua en cuando escuche que alguien se acercaba, de inmediato vi que era Pedro quien también había venido a la cocina por una lata de cerveza del refrigerador. Ambos nos miramos muy morbosamente pues él estaba únicamente con un pijama y yo con unas enaguas casi cristalinas que uso para dormir, él únicamente me saludo y abrió el refrigerador para sacar su bebida, sin embargo notaba como me miraba con ojos de deseo pues a través de mis naguas cristalinas se podían ver mis bragas negras. En ese momento note como su verga rápidamente se le paro e hizo bulto en la tela de su pijama. Ante esto no sé que me dio pero una electricidad recorrió mi cuerpo y me llene rápidamente de extremo deseo hacia él, sin temor ni vergüenza lentamente me fui acercando hacia él, nuestras miradas se cruzaron incrementando más la lujuria. Al llegar a su lado sin pensarlo puse mi mano sobre su verga e inicie a masturbarle moviéndole lentamente.
Sin decirle nada desate el cordón de su pijama y al fin pude tener frente a mí su hermosa verga de 19 cm y bien robusta, casi por instinto me la lleve a mi boca comenzando a mamarle, con mi lengua jugueteaba con su glande y ahí pude ver su cara de placer que estaba poniendo, así le estuve mamando lentamente como por tres minutos y luego él dio el primer paso, sin avisarme tomo mi cabeza y empujo con fuerza ocasionando que su pene entrara casi hasta mi garganta, desde ese momento inicio su locura. Me paro violentamente, subió mis naguas y bajo mis bragas hasta mis rodillas, luego me puso detrás y escupió en mis nalgas, en ese momento supe que me la iba a meter por mi culo y quise decirle que no pero ya fue tarde. Sin permitirme hablar me la metió en mi culo de un golpe, debo decir que me dolió un poco y a causa de esto medio grite pues como mi esposo no me hace mucho sexo anal no estoy acostumbrada a tener un pene entre mis nalgas. En fin al darse cuenta que me dolió se mantuvo quieto un momento con su verga entre mis nalgas, pero a los pocos segundos inicio a metérmela y sacármela a toda velocidad que me volví completamente loca de placer, al igual me daba mucho morbo de pensar que podía entrar a la cocina mi esposo o mi hijo y verme tener sexo con Pedro. La velocidad en la que me estuvo penetrando fue tan rápida que en menos de dos minutos sentí como vacio todo su semen inundándome mi culo completamente, yo ya estaba tocando el cielo de placer, el retiro su verga de mi culo se vistió y se fue a su cuarto no antes de darme un apasionado beso. Por mi parte me acomode mis bragas y enaguas para volví a mi recamara donde estaba felizmente dormido mi marido sin saber que ya le había hecho infiel con su mejor amigo Pedro, de una vez ahí en la habitación me limpie perfectamente mis nalgas y piernas del semen, al igual que me cambie de bragas de de enaguas pues sabía que cada mañana mi marido me hacía el amor y de ninguna manera debía permitir que viera mis bragas y mi culo empapados de semen.
Pero les diré que aunque ya había logrado tener sexo con Pedro no había quedado satisfecha, yo quería más placer por parte de Pedro. Esto me motivo a seguir seduciéndolo para obtener un segundo momento íntimo con él y sin duda tuvo que ser el día después de navidad o sea el 26 de diciembre en la noche. Como eran vacaciones mi marido se fue a jugar fútbol con sus amigos e invito a mi hijo que por mala suerte no quiso ir, también invito a Pedro pero él invento que tenía que salir de la ciudad por unas horas, así que mi marido ni se imagino lo que haríamos. Como mi hijo se había quedado en casa pensamos rápidamente en engañarlo y él se disfrazo de Santa Claus, antes que nada Pedro llevo unos juguetes más al niño y después de eso le dije que se durmiera pues yo tenía que hablar unas cosas con Santa, costo para que se durmiera pero al fin como eso de las 10:00 de la noche se quedo bien dormido, sin embargo para evitar accidentes cerré su puerta con llave al igual que el de la casa. Tengo que mencionar que Pedro se veía bien con su disfraz de Santa Claus y como es gordito le quedo perfectamente.
Yo estaba vestida con una blusa blanca de adornos florales, una falda azul marina a las rodillas y un abrigo gris. Tenía unas zapatillas de tacón alto negras y no use medias pues mis piernas son hermosas. Ambos nos metimos a la habitación, les diré que en ese momento sentí un poco de remordimiento pues íbamos a hacer el amor en la misma cama donde duermo con mi esposo, pero esto no impidió nada, por su parte de una vez dentro puso una cara llena de lujuria y me dijo ¡Ay mamacita desde hace años que te vengo deseando y ahora por fin vas a ser mía perra puta! Como esas me empezaron a decir un montón de groserías pero eso ocasiono que me calentara aun más. El me tomo de mi cintura y me beso en los labios tan calientemente que temblé de la excitación, mientras me besaba con su mano iba desabotonando uno a uno de los botones de mi abrigo y me lo quieto completamente. Luego de un jalón me rasgo la tela de mi blusa y quedaron mis senos a su entere vista, los cuales sin esperar los comenzó a mamar y a apachurrar como si fueran frutas. Mientras yo le masajeaba su pene el cual sentía como iba creciendo cada minuto más y más, una calentura rodeaba todo mi cuerpo y mi vagina ya estaba ansiosa de probar aquel hermoso pene que tanto anhelaba.
Luego se encogió frente a mí y muy lentamente me iba subiendo la tela de mi falda, centímetro a centímetro me iba subiendo mi falda deslizándola por mis piernas hasta que logro subírmela hasta mi cintura. Ahí yo de inmediato me baje mis bragas y me las retire totalmente, después me senté en la cama y abrí completamente mis piernas dándole una vista entera de mi raja vaginal ya bien mojada por mis flujos vaginales. En ese momento me dijo ¡Chinga pero deliciosa vagina tienes perra puta! Yo le conteste ¡Si y ahora va a ser toda tuya papito! Y con mis dedos lo invite a comerme el coño, él me acostó y de inmediato me inicio a comer el coño. Al sólo el contacto de su lengua con mis labios vaginales y mi clítoris, todo mi cuerpo se estremeció de placer y no pude evitar empezar e gritar como loca del inmenso placer pues yo sentía que estaba en el cielo o en el paraíso, me viene en varios orgasmos y Pedro se bebió hasta la última gota de mis flujos vaginales que manaban como miel de mi raja, más tarde comenzó a meterme sus dedos, primero unos hasta que al final me estaba metiendo tres dedos en mi raja vaginal. Esto me puso como loca aun más, tanto que después de unos minutos más ya no soporte y le grite ¡Ya papi hazme el amor por favor! ¡Métemela hasta el fondo! Pedro se paro e inicio a quitarse su disfraz de Santa Claus, luego se bajo su pantalón y por último su bóxer que cubría su estomago amplio. Ahí por fin quedo totalmente al descubierto su hermosa verga y bien robusta, luego saco un preservativo y se lo iba a poner, más yo queriendo tocar de nuevo su pene me ofrecí a ponérselo, antes de ponerle le di unos besos en su glande y se lo puse completamente. Más yo ni sabía que no iba a servir pues se salió por la velocidad de penetración, pero bueno en ese momento se lo puse.

Y de una vez con el condón puesto me volvió a acostar en la cama y separo completamente mis piernas, como es gordito no pudo subirse encima de mí así que en posición de pie se dispuso a hacerme el amor. Coloco su pene en la entrada de mi vagina y primeramente me lo estuvo frotando en toda mi zona vaginal hasta que lentamente me la inicio a metérmela. Yo de nuevo enloquecí de tanto indescriptible placer que sentía pues a cada centímetro que entraba esa deliciosa verga en mi raja vaginal yo lo disfrutaba como no se imaginan y mis gritos eran tan fuertes que por un momento temí que mi hijo en la habitación de al lado los escuchara y se despertara pero esto no me importo. Al fin de unos segundos más toda su verga estaba totalmente dentro mi vagina, yo me sentía como una verdadera PUTA haciendo el amor con otro hombre que no era mi marido. El al principio me la metía y sacaba lentamente pero al paso de minutos su velocidad fue aumentando hasta que el mete y saca de su pene en mi vagina era muy veloz, al mismo momento que me penetraba, me chupaba mis senos, mi cuello y todo mi cuerpo entero, sin duda me estaba haciendo el amor al máximo y notablemente era que su obesidad no era obstáculo para no ser todo un amante perfecto. Pues les confesare que ni siquiera mi marido me había hecho el amor como él y no tenía tanta potencia y resistencia como Pedro.
Aproximadamente en total ya llevábamos como una hora y no se cansaba, seguía a la misma velocidad de penetración. Sin embargo él confiado que tenia condón puesto no se previno y al paso de otra media hora claramente sentí como se tenso y algo caliente entro en mi vagina. Al momento que retiro su pene de mi vagina el semen escurrió en las sabanas y ahí me di cuenta que el maldito preservativo se salió por la velocidad de penetración. Debo decir que si me preocupe un poco pero como existen muchos métodos anticonceptivos no hice más lio. Pedro no espero más se vistió y no sé por qué pero se fue sin despedirse de mí. Ya de una vez sin Pedro corrí al baño a practicarme un lavado vaginal y me tome las pastillas después. A la mañana siguiente cuando regreso mi marido ni siquiera sospecho lo que habíamos hecho yo y su mejor amigo Pedro. Nuestro hijo únicamente le conto a mi marido que había venido un Santa Claus a casa y desde luego le dije que lo había contratado yo para que le trajera otros juguetes extras al niño.
Y casi llegando año nuevo mi marido recibió una llamada de Pedro para decirle que de nuevo de iba por un largo tiempo de la ciudad por motivos de trabajo según él. Pero yo sabía que en el fondo se sintió culpable por haberme hecho el amor y haber traicionado a su mejor amigo y por ello no se atrevía a verle la cara de nuevo. A mí no me importo pues aunque se fue por lo menos logre tener sexo con él.