Frente a la casa de mi abuela vivía un chico 4 años mayor que yo del que estaba enamorada desde niña. Éramos como de la familia y no resultaba nada extraño que mis hermanos y yo pasáramos horas jugando con los suyos en su casa.
Un día de verano fui a su casa a devolverle unos discos de música. Él estaba solo y únicamente vestía un pantalón de futbol (yo solo llevaba puesto un bikini de dos piezas y juro que no fui con intención de excitarle). Verle semidesnudo hizo que mi chochete se mojara y mis pezoncitos se erizaran delatando mi calentura. Tomás sonrió y me acarició un pezón por encima de la tela, me besó mientras me desabrochaba el sujetador, se sentó e hizo que me sentase sobre él. Comenzó a besar y chuparme las tetitas como jamás lo habían hecho mientras mi coñete notaba cómo su rabo crecía más y más. Con las manos acaricié aquel enorme falo y lo saqué al aire colocándolo justo en la zona de mi raja. Gocé como una perra mientras frotaba mi chochito cubierto por la tela del bikini hasta que tuve le primer orgasmo de mi vida.
Me abracé a él y me lamió los lóbulos de las orejas mientras sus manos me acariciaban las nalgas. Me pidió que me pusiera de pie y me bajó la braga del bikini. Desnuda frente a él le confesé que era virgen y me contestó que si no quería hacerlo lo entendería.
Le contesté quitándole los pantalones y abriendo las piernas para volver a sentarme sobre él. Apunté su capullo en la entrada de mi cueva y fui bajando despacio mientras volvía a comerme las tetitas con dulzura. Despacio fui clavándome hasta que noté un dolor dentro de mí, me dejé caer y se rompió mi virgo. Noté el trozo gordo de carne dentro de mis entrañas y empezó a moverse. Yo me volvía loca y comencé a cabalgar sobre él. Creo que volví a correrme varias veces antes de que me cogiera la cintura y me alzase para salir de mi interior y soltar su leche sobre mi vientre.
Nos abrazamos y le besé con fuerza. Me puse de pie, fui a lavarme y al volver me pidió que me vistiera pues su madre estaba a punto de volver a casa. Yo me puse a llorar, quejándome de que me había follado y no querría volver saber nada de mí. Él me tranquilizó con un amoroso beso, asegurándome que lo volveríamos a repetir.
Ya os contaré más. Deciros que estuvimos como dos años follando como locos.
...“¡Ahora méteme tu pájaro, méteme de una vez maldito!”.
Me levanté, acomodé mi erección en su vulva y se lo hundí todo.
En parte por lo tragos y la excitación, no mencioné usar un condón. Fui imprudente, lo acepto. Pero de todos modos fue un rico coito, se notaba que Gloria estaba tiempo sin un pene en su vagina. Estaba nomás apretita.
Le hice terminar una vez más de frente y me dijo.
-“¡Ahora tírame como a perra. Yo seré tu perra y tú serás mi perro!”...
Relato erótico enviado por charly_bo el 15 de April de 2012 a las 00:58:06 - Relato porno leído 40920 veces
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Relato erótico enviado por gustavo8000 el 23 de December de 2012 a las 00:01:24 - Relato porno leído 40433 veces