Esta es la historia de cuando me faje a mi prima Liz, es güerita de pelo rizado, ojos verdes, un hermoso rostro y un precioso cuerpo a pesar de su corta edad, tiene unas piernas y unas nalgas preciosas, así como sus tetas. Esto sucedió apenas hace unos meses.
Relato
Esta es la historia de cuando me faje a mi prima Liz, ella tiene 15 años, es güerita de pelo rizado, ojos verdes, un hermoso rostro y un precioso cuerpo a pesar de su corta edad, tiene unas piernas y unas nalgas preciosas, así como sus tetas. Yo tengo 20 y esto sucedió apenas hace unos meses.
Todo sucedió unas vacaciones que fui a pasar a Tijuana donde ella vive con mi tía y mi abuelo, yo no la había visto desde que ella tenía 10 años y cual fue mi sorpresa que cuando la vuelvo a ver ya estaba convertida en toda una señorita bien formada.
Nosotros siempre nos hemos llevado bien, la ultima vez que nos vimos pues era una niña y jugamos juegos muy infantiles como a las escondidas y cosas así, pero esos juegos se convirtieron a unos mucho mejores esta ves que la vi., uno de ellos era el juego de los almohadazos después de levantarnos, el cual se convirtió en mi favorito porque tenia la oportunidad de tocar su cuerpo que estaba en plana formación, le acariciaba las tetas, las nalgas, las piernas y cuando era mi día de suerte le llegaba a tocar su sexo. La verdad a ella le gustaba tanto como a mí esas caricias que nos dábamos.
Pues un buen día ya casi de los últimos de mis vacaciones para mi mala suerte, fue cuando estábamos los dos solos a causa de que mi mama y mi tía se fueron muy temprano a los llamados “sobre ruedas” que son como unos mercados ambulantes que se usan mucho en Tijuana, pues bueno resulta que me levante como todos los días al baño, es una costumbre que tengo, ella se quedo dormida pero para cuando volví ya estaba despierta y me recibe con un almohadazo, al verla en su pijama la cual era solo una diminuta bata blanca la cual me dejaba ver por su transparencia su diminuto calzoncito blanco y sus pezones por que no traía brasiel y sus largas piernas bien formadas, y eso fue lo que mas me excitó por lo que le correspondí con otro almohadazo y comenzamos como todos los días a pelear pero esta vez estábamos solos lo cual yo aproveche de inmediato tirándola a la cama como si estuviéramos jugando y al verla tirada en la cama con la bata hasta arriba y mostrándome su diminuto calzoncito me excité mas y me le aventé encima según a agarrar una almohada pero lo que agarraba era su hermoso cuerpo casi desnudo, ya que por la inercia del juego su bata siempre la tenia arriba, y al sentir el rose de su sexo con el mío separados por tan poca ropa se me comenzó a poner tieso el fierro, y al seguir jugando y teniendo mas roces con sus nalguitas cuando la tomaba por la espalda y con su sexo cuando la abrazaba de frente me di cuenta de que sus pezones se ponían cada vez mas parados y grandes y mas se le notaban a través de la delgada ropa y supe que ella lo estaba disfrutando tanto como yo, fue entonces cuando la tire al suelo de un almohadazo y al caer boca abajo con la bata hasta la espalda dejando su hermoso culito al descubierto con su calzoncito, que me le lance encima poniéndole mi fierro en medio de sus nalguitas, ella por supuesto que lo sintió y a lo cual correspondió abriendo las piernas y se quedo quieta sin hacer nada ni oponer resistencia por que me quitara de encima, entonces comencé a darle leves caricias a su culito con mi fierro como si estuviéramos teniendo sexo, después se fueron convirtiendo de leves a fuertes y cada vez mas fuertes, para esos momentos yo ya le estaba dando de besitos en el cuello y la oreja, pero lo raro es que no decía ni una sola palabra lo cual yo correspondía quedándome callado y disfrutando el momento, después le subí mas la batita y entonces ella se levanto, yo pensé que no quería llegar mas legos y que ahí había acabado todo, pero fue cuando por fin hablo y me digo “quiero que me conviertas en toda una mujer“ y se quito la bata y se acostó en la cama, yo me quite la ropa hasta quedar en boxers y me subí encima de ella y comenzamos a besarnos de una manera muy apasionada, me baje a mamarle las tetas despacio y de una por ves disfrutándolas al máximo, continué bajándome hasta llegar a su calzoncito y le mame su sexo por encima del calzón, la tome de las caderas y la voltee para mamarle las nalguitas y le baje el calzoncito con la boca, mientras se lo bajaba le besaba sus largas piernas no quería dejar ninguna parte de su cuerpo sin sentir, entonces la voltee de frente y al verle su sexo mojadito y con pelitos me lance sobre el para mamarlo, le metí la lengua y comenzó a mojarse cada ves mas hasta que me pido que le metiera mi fierro y la complací de inmediato, pero se lo metí despacio, poco a poco, disfrutando al máximo su cuevita apretadita y virgen, mientras le quitaba su virginidad nos seguíamos besando y mamándole las chichis, después le pedí que se pusiera de perrito por que es mi posición favorita y ya que me iba a venir se la saque y me vacié en sus nalguitas, después nos vestimos cuando llegaron mi mama y mi tía todo estaba como si nada hubiera pasado, a los pocos día yo me regrese a mi casa y ya no la he visto desde entonces, pero nos mantenemos en contacto por correo y me mando un correo diciéndome que se muere de ganas de repetir esa experiencia que fue lo máximo para ella, y pues pronto me darán vacaciones y volveré a ir a verla, mas delante espero darles mas noticias mías.