Inés 2

Como todavía la tenía entre mis brazos le digo, una mujer como Ud. se pierda en este mundo cuando todavía tiene mucho que…me callo…, sigue me dice…, mirándome con unos ojos de expectativas excitadas, …, sigue…, separándose me toma de mis manos y ruega sigue…, eso pasó a mis 16 años la atrapé con mis brazos por la cintura, hoy tengo 19 años y sigo siendo su amante, ella ahora con sus 39 años se afirmo de mis hombros y me dice, ¿Qué decías?, sigue…, me mordí los labios y seguí…, "Ud. Inesita es una doña hembra, no debería ser ignorada, sino cortejada y galanteada, además debería tenerla carnalmente satisfecha y no así, sin macho que la monte compensando a ese hermoso cuerpo y estos senos los cuales lo único que piden es oprímanme, bésenme, acarícienme, chúpenme"… al tiempo que pellizco uno de sus pezones, brinca y se estremece, mirándome a los ojos dice, que haces…, no la suelto de su cintura y la aprieto contra mi cuerpo, con una mano y la otra oprime uno de sus pechos, … oye suéltame …, Durante unos segundos siguió forcejeando pero llegó un punto en ella dejó de luchar.... vuelvo a pellizcar su pezón y suspira…, eres muy niño, dice…, cree eso, le contaré que no soy virgen, dije…, es ¿verdad? …no mientas, no miento comente, al tiempo que la recorría su cuerpo, su boca se abrió a mi lengua y mis brazos rodearon su espalda, mientras ella se afanaba en explorar mis testículos, mi trasero, mi pene... mi mano se metió debajo de su falda hábilmente, llegando a su sexualidad, que para entonces estaba mojada, me di cuenta enseguida de que estaba excitada y mis manos tomaron sus nalgas, acaricie su sexo con una mano…Mm., estaba extasiado, mis labios besaban su cuello, sus hombros, llegaron a sus senos los succioné, los chupé… Mm. que delicia…, apretándolos. Mm., mis labios continuaban succionando, besando, mordiendo sus senos, que delicia de mujer, me permitía la libertad en mis movimientos. Gemía débilmente, diciéndome a media voz, déjame…, déjame…, no me desesperes más de lo que estoy. La tomé de sus nalgas cargándome mientras no dejaba de succiona sus pezones, la lleve al sofá la recosté boca arriba, me dejaba hacer, yo no alcanzaba a articular palabra del asombro y la excitación, tomé una de sus piernas y la subí a mi hombro, al tiempo que rompía su tanga, puse mi pene en sus manos, mientras tomaba uno de sus senos, lo apretaba mientras nos besábamos, la jale y ubique en posición de misionero, colocándola en posición idónea, la reacomodé y bajé mis ropas, fui poco a poco tratando de penetrarla con mi miembro... no fue fácil, todavía no estaba suficientemente lubricada para la tarea, pero poco a poco me encontré que engullía por completo mi miembro, este ingresaba llenando su vagina... me sentía totalmente estimulado. Comencé a moverme. En esa posición ella era una mera espectadora, pero disfrutaba de mi ritmo arrítmico, a veces la metía deprisa, a veces despacio, a veces ligero, a veces profundo... Yo contemplaba absorta donde nuestros cuerpos se fusionaban..., con cada embestida yo me apoyaba en el suelo, que rico .., mis bolas rebotaban con fuerza en sus glúteos, delicioso, oh…, que sensación tan rica sentir mi órgano genital entrar y salir de su matriz ah , jadeante ella grita espérame, y tuvo un orgasmo delicioso…., oh que caliente estaba…, deseaba ser poseída. Esa mujer cuyo marido estaba en el patio en su taller, era mía, la mamá de esas niñas que jugaban n el patio, esposa de don Claudio, disfrutaba entregándose a los deleites del sexo conmigo, la gozaba saciando sus ímpetus sexuales con mi órgano reproductor…, al tiempo que me saciaba de todos mis anhelos y comencé a vaciarme, de manera terrible, espectacular, mientras advertía mi espeso líquido rebalsándose, regándola toda su vagina, pronto paré mis movimientos y tomándola por la cintura enterré hasta el fondo mi miembro viril, me estremezco y grité de placer mientras inundaba toda su cuevita con borbotones de mi semen. Ella mientras, me regaloneaba besándome mi oreja, en verdad eres un experto me dijo, me cuestan mis orgasmos, pero tú lo lograste a la primera mojándome como nadie jamás lo había hecho..., buscado mis labios me besa con lengua. Seguimos abrazados unos minutos, luego me dice sale que tengo que continuar el orden de la casa, además de lavarme porque un mocoso mañoso me utilizó como su amante, riendo me apretó las manos, no quiero que nos pillen, te desearé otra vez, así que ándate… salí feliz me deleitaba de un sueño cumplido. Esta mujer se había entregado a mí y me dice que lo repetiríamos nuevamente. Hace casi cuatro años que somos amante ella tiene un hijo de dos años mío y otro en su vientre desarrollándose de tres meses les contaré los placenteros años que llevamos como pareja y el desgraciado de su marido apenas la tomaba en cuenta una o dos veces en el mes, mientras que yo la visitaba todas las semanas con un mínimo de seis apareamiento en el mes. Mientras su marido encerrado en su taller, al fondo del patio, ignoraba lo que acontecía en su casa y los niños felices jugando en el patio yo satisfacía a la dama y ella me satisfacía a mí, hemos formado una pareja amorosa en donde tratamos no dañarnos, mas aún tratamos de reunirnos sin que el marido se entere y ser ambos felices.

Lamentablemente ese mes llega a casa de don Claudio su hermana menor de 30 años quien se separa de su marido por problemas que este nunca la pudo fecundar y este se dio al trago, Lucrecia así se llamaba no soportó esa vida y solicita ayuda a su hermano por unas semanas fue nuestro calvario por no poder realizar con Inés nuestras encuentros carnales con la seguridad de su casa y tuvimos que reunirnos en una hotel para aparearnos…, pero todo tiene solución y no sé como fue y como sucedió, pero un día me encuentro en casa de Inés cuando su marido fue en busca de material y esta me recibe en bata semi desnuda acompañada por su cuñada quien vestía una diminuta negligé unos mínimos calzones, ambas amorosamente me dan la bienvenida con abrazos y besos… Inés dice mientras preparo la leche de los niños ustedes conversen en el la cama…, en verdad Lucrecia estaba exigida y acongojada por sexo, llevaba mas de dos años sin que ningún macho la manosease y menos cohabitara con ella…, en la cama se estimuló y excitó, como se refregaba contra mi cuerpo exigiéndome que me desnudara, al hacerlo sus manos se apoderaron de mi pene acariciándolo y tironeando de él, este no se hizo de rogar y pronto estuvo animado y alzado, duro, excedido de calentura por la dama, está no se hizo de rogar y lleva a este a su madriguera carnal, la cual estaba mojada y mi pene ingresa sin contratiempo en ella, como se menea la mujer, se sacudía excitada, quería y necesitaba ser poseída rápidamente la cobijo clavándola con mi miembro y ella solo gime y solloza desposeída al sentirse penetrada y sentirse deseada con pasión por el macho joven, menor que ella en 10 años, pero un potente macho.

Este la convulsionaba clavándole con desesperación su pene, ella solo gemía y destrozaba la almohada caliente al sentirse utilizada hasta casi destruir su vagina por parte de este macho.

Le saque su negligé tomada de la cintura extraje sus bragas y me desnude rápidamente con urgencia para poseerme a esta mujer, ella no se oponía la acomode a mi gusto y penetre su vagina suavemente moviéndome con tranquilidad, ella de pronto me toma por la cintura y me abraza contra su cuerpo sintiendo como mi pene la penetraba hasta el fondo de su matriz, gemía ¡ah, oh, ah! entrándole mi miembro profundamente en su matriz, como se meneaba y gemía…, tuya…, tuya, desesperada ante el apareamiento, me decía con su respiración acelerada al oído que si me gustaba que ella lo meciera y lo tuviera bien metida en su vagina... en su enajenación al sentirse clavada con tanta pasión la abandonaba en brazos de este macho años que no sentía esa sensación y pronto se alborota, levanta sus caderas desesperada al sentir la llegada del orgasmo años que no sentía esa sensación y se entrega totalmente a su nuevo profanador de su cuerpo en un bullicio de placeres y gozo… se había entregado con confusión al estar ardiente por una apareamiento a este semental desde ahora su nuevo amo carnal. No se arrepentía de ser su amante y deseaba más.

Transcurren los meses y Lucrecia hace las pases con su marido quien comienza a trabajar con su cuñado en los cueros y viven en la casa. Ahora hay dos carnudos trabajando en el taller mientras ambas esposas me deleitan con sus maravillosos coitos y apareamientos, estas mujeres mayores eran avispadas en sus astucias y trucos para engañar a sus maridos…

Mientras una me transportaba al cielo en la cama Lucrecia hacia la cama y su cuñada Inés estaba en el patio con las niñas, recogida su bata mostrándome sus hermosas piernas y la punta de su calzón me dice afírmame que me caigo, claro que la sostengo con mis manos sobre sus piernas a la altura de su culo y le refriego mis dedos en su trasero, me sonríe y se da vuelta en la cama con su bata desabrochada tres botones superiores y esto da margen a que sus senos aparezcan a mi vista, mis manos siguen a la altura de sus caderas y las meto entre sus piernas como gime esa mujer recogiendo una pierna y apresándome entre sus muslos una de mis manos la otra rápidamente se mete bajo el calzón acariciando su vulva, esta mujer no gime gruñe moviendo sus caderas en un delicioso movimiento oscilatorio, no pude contenerme mas y saque sus calzones acariciando su vulva con mi lengua y luego la inserte en su vagina en busca del clítoris, como vociferaba esta hembra, dámelo, dámelo que necesito ser poseída me decía, no la hice esperar no se como saque mi ropa y me monte sobre ella apenas alcance a acomodarme cuando me abraza oprimiéndome contra su pecho con sus brazos como se movía, si no tenía nada mas que afirmarme para no ser desmontado por sus exageradas oscilaciones de sus caderas, gemía, suspiraba, gimoteaba ansiaba ser penetrada y satisfecha por un macho. Diez minutos de zarandeo y luego entre exclamaciones de gozo y ayees de placer me entrega sus orgasmos que creo fueron dos o tres y desesperadamente me besaba diciéndome… sigue… sáciame, sáciate por favor no me lo saques que placer…, en esos instantes mi clímax llego a mi máximo placer y vacié mis chorros de semen en sus entrañas como temblaba esa mujer recibiendo mi leche rico…rico…quiero mas leche me decía, mañana debes venir a verme nuevamente deseo igual que mi cuñada llenarme de tu leche para fecundarme y darte hijos.