como fue que mi tio me violo en la finca aprobechando mi inocensia
Relato
Hola mi nombre es Rubén y tengo 22 años, la historia que les voy a contar es sobre algo que me sucedió cuando tenía 10 años.
Para comenzar a mi desde muy niño me gusto el campo por aquello del silencio, el aire puro y los animales, además de que en vacaciones de fin de año toda la familia se reunía en la finca para celebrar la novena de aguinaldos, la noche buena y unos días de descanso.
Luego de pasar unos días con toda la familia reunida en la finca de mi abuela, ella y mi tío se quedaban solos allí, por lo que siempre me invitaban a quedarme por unos días más ayudándole a mi tío con las cosechas y los animales, y siempre pasaban los días sin ninguna novedad, por lo que año tras año yo me quedaba unos días más después de que todos se iban.
Cuando cumplí diez años las cosas cambiaron muy bruscamente, ya que mi tío me había dado durante los días de la reunión familiar más dinero que en años anteriores sosteniendo que era su sobrino favorito, y hasta me dejo dormir en su misma cama todos esos días, aunque aproximadamente a las 11 0 12 de la noche antes de dormir me decía que me portara bien y que sería recompensado, pero noche tras noche después de decirme esas palabras pasaba un largo rato tocando mis nalgas y mi entrepierna con gran descaro y agarrándome el bulto por encima de la ropa, luego metía su mano entre mi ropa y tomaba mi pene y lo acariciaba suavemente hasta que se dormía, al otro día me pedía que lo callara todo y que fuera bueno con él, que solo lo hacía porque le agradaba la piel suave de mi cuerpo.
pasaron los días y la reunión familiar termino, yo como de costumbre me quede en la finca con mi abuela y él, para ayudarles como lo hacia siempre por unos días, y mi tío me pidió que siguiera durmiendo en su cama aun sabiendo que ahora habían mas camas disponibles, quería seguir disfrutando de mi "compañía" y yo inocentemente acepte.
Dos noches después de quedarnos solo los tres en la finca estaba lloviendo muy fuertemente y solo se oía el constante golpeteo de las gotas sobre el techo y mientras acariciaba mi cuerpo para dormirse, tomo mi mano derecha y la puso sobre su bulto cubierto solo por sus boxer, cuando lo toque era duro y me dijo así me pongo cuando duermes conmigo, pero yo no entendí el mensaje y solo lo mire esperando que me explicara lo antes dicho, pero el solo se levantó de la cama, se bajó el boxer y me saco la cobija, luego me desnudo y me dijo. Compara el tuyo con el mío. ¿Ves que el tuyo es blando y chiquito? Yo asentí con la cabeza aun confundido por lo que estaba pasando, el tomo el mío y lo acaricio hasta ponérmelo duro y me pregunto si me gustaba lo que sentía , yo nuevamente asentí con la cabeza. Él me dijo al instante: quiero que nos llevemos muy bien, si prometes portarte bien te daré una sorpresa. Yo acepte y él se acostó desnudo a mi lado y me dio un beso en mi pene, luego me miro, se lo metió a la boca y lo mamo por un rato; luego mientras con una mano lo sujetaba, con la otra me tocaba en mi ano y por momentos buscaba una crema que tenía en su nochero, la untaba en sus dedos y trataba de metérmelos uno por uno del más delgado al más grueso, hasta que busco en su cajón un objeto similar a un porta-cepillo que tiene una forma larga, de punta redondeada y muy pulido, el cual metió en mi ano muy lenta pero persistentemente sin parar y así estuvo por un rato. Al principio dolió un poco aunque no niego que termine disfrutando el mete y saca de aquel objeto, cuando el noto que ya no me molestaba lo que me hacía, me dijo que haría algo que yo disfrutaría aún más y me pidió que me pusiera en cuatro patas sobre la cama, algo que hice de inmediato solo por ver que podría ser mejor que aquel objeto en mi ano.
En ese momento tomo su erecto pene lo baño en la misma crema y lo puso en mi ano y de inmediato comenzó a empujar, no le costó trabajo meterlo pues estaba muy resbaladizo y ya me había dilatado; la verdad sentirlo tan a fondo fue mucho mejor que solo su dedo allí atrás; cuando él supo que no había ningún dolor y que yo lo estaba pasando bien, comenzó a meterlo como un perro a su hembra lo cual disfrute inocentemente por un buen rato, en un momento me desplome sobre la cama, víctima del cansancio, ya estando acostado y rendido quede boca abajo, él abrió mis piernas lo más que pudo, se ubicó detrás de mí y volvió a meterlo para terminar lo que había comenzado, me tomo por la cintura con la mano derecha levantándome un poco mientras se apoyaba en la cama con la mano izquierda y fue así como termino de bombearme con fuerza un rato más hasta que exploto dentro de mí.
Después de esa agitada noche se quitó de encima mío, acaricio mi ano una última ves ese día, me puso el boxer y me tapo con su cobija, me dio las buenas noches y se acostó para descansar, mi abuela nunca supo de aquello que sucedió esa larga noche, pero no fue la única ves que hubo algo entre mi tío y yo, por lo que próximamente contare más.