Le fui metiendo despacio mi pene, la afirmaba de sus caderas subiéndola y bajándola pronto toma el ritmo, me detenía para besar esos ardientes labios cuando me lo pedía, para volver a meter otro pedazo y así tomándome mi tiempo logro clavárselo toda hasta dentro
Relato
En verdad no entiendo al ser humano, voy de viaje en un bus semi vacío, de 45 asientos no vamos más de veinticinco pasajeros, por lo que quedaban varios asientos vacíos por lo que me acomodé en un par lo más retirados en la parte trasera del bus.
Tres corrida de asientos adelante un matrimonio de unos 60 años o mas él y ella no mas de 40 años, la mujer lo llenaba de zalamerías y besos, él seco indiferente, de repente se gira dándole la espalda a su mujer y pronto está dormido, el viaje duraría mas menos 10 horas para llegar al norte y el bus con pésimo aire acondicionado se estaba acalorando en el día y al anochecer se enfría, la hembra se levanta mirando donde acomodarse y todos los pasajeros dormían excepto yo y ella, como había bajado bastante la temperatura del bus me abrigue con una frazada, ella se acerca y me dice si había otra frazada, le digo en bromas si deseas acomódate a mi lado compartimos la frazada y tu me das las caricias que tu marido a despreciado…, se sonríe y me dice siempre es igual y me deja excitada y ardiente sin acompañarme en mis estremecimientos carnales, imagínate como estoy…, acomódate a mi lado y conversemos le digo, se instala envolviéndose en la frazada a mi lado, vestía una delgada bata y su cuerpo se apreciaba en sus formas dentro de esta, al instalarse se desabotona unos botones de la parte baja de su bata , para estar mas cómoda me dice mostrándome unas deliciosa piernas…, las miro y levanto la frazada para admirarlas mejor, ella me susurra ¿te gustan?, mi marido ni las mira menos las toca…, permíteme le digo y acaricio a estas columnas maravillosas…, oye que haces, me dice , estoy excitada y ardiente y tu me manoseas estando mas adelante mi marido…, no saco mi mano y le digo en sus oídos…, no soy necio como tu marido la carne excitada y ardiente hay que consolarla no dejarla…, me mira sonríe y abriendo un poco sus piernas me permite acariciarlas, me vas a excitar mas de lo que estoy me dice, ardo de deseos carnales y tu me manoseas…, si deseas le susurro te los apaciguo… me mira ¿y como lo harías? dice, comenzamos a acariciarnos y a arrullarnos uno al otro cinco minutos después y esta hembra tiene su respiración alterada, mi mano sobre su vagina, besándome ardientemente los labios… déjame me dice o despertaremos al bus con nuestro entusiasmo…, mejor sácate los calzones y te apago ese fuego carnal apasionado le digo, se saca los calzones, y como lo harás me dice sin que se enteren, recuerda que mi marido esta allí a delante durmiendo…, acomodo el asiento lo mejor posible y la monto sobre mi a lo jinete, sin calzones su vagina húmeda y mi pene tieso y duro se encuentran y estaba tan excitada y mojada su vagina que entra en ella sin inconveniente y con un ronco gemido de la mujer.
Le fui metiendo despacio mi pene, la afirmaba de sus caderas subiéndola y bajándola pronto toma el ritmo, me detenía para besar esos ardientes labios cuando me lo pedía, para volver a meter otro pedazo y así tomándome mi tiempo logro clavárselo toda hasta dentro, me pidió que no me moviera, la disfrutaba al máximo, comenzamos a movernos, gemía desesperada por no poder gritar de placer, ponía sus manos para detenerme sobre mi pecho, logre sacarle dos orgasmos más. Comencé a aumentar la velocidad, ella movía la cabeza de un lado para el otro desesperada, gemía, suspiraba, estaba sin sexo y ahora la satisfacían cuidadosamente, puso sus piernas encuclilla al lado de mi cintura y me jalaba como para tenerme ahí todo el tiempo, de pronto dio un grito fuerte y su cuerpo comenzó a temblar y soltaba su venida, me pedía que no me moviera pero hice todo lo contrario me moví más rápido jalándola de su cintura y ella con un ronco jadeo cae abatida ante este coito que le arrebató su pasión. Había sido cubierta por otro macho, no por su marido, pero que bien la habían saciado, ahora tendría a dos machos como dueños de su cuerpo y deseaba más de este joven semental.
Seguía teniéndola metida dentro de ella, al sacar mi verga de su deliciosa vagina fue como quitar un tapón, hasta que mi pene salió, ella evacua el semen que había regado su matriz.
Continuamos el viaje y ella para aparentar ante su marido se cambia de asiento y al amanecer llegamos a un pueblo anterior al de mi bajada y ellos se salen del bus, ella me dirige su última mirada con una gran sonrisa en sus labios.
Pasan más de diez meses ante que vuelva a encontrarme con ella, llevaba una beba en brazos , pero eso lo cuento pronto.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513555 veces