Al sentarse mueve sus faldas diciendo están muy mojadas, sácatelas y te cubres con la manta digo sin que en mi voz se notara la satisfacción de verle desnudas sus piernas y ver su trasero que se me antojaba delgado… primero se saca la falda y después rescata la manta mostrándome sus piernas y su trasero era bien proporcionado, disimuladamente toco su trasero, ella Jimena una mujer de unos 30 o 40 años, me dice oye están mis hijas aquí atrás… dormidas le digo no se enteran de nada…, eres igual a Juanchi mi compadre y amigo de mi marido, cuando puede toca mi cuerpo…toca, me desea, pero es amigo de mi marido y eso es peligroso, te imaginas que se entere mi marido.
Relato
Como llueve si parece un diluvio…, de pronto se atraviesa cruzando la calle una mujer con su bebé en brazos y una hija agarrada de sus polleras. Las miro y me da pena esa niña y el bebé, inconcientemente me ofrezco a llevarla a su casa…, la madre me mira asustada y dice vivo lejos mejor me voy en autobús…, sube le digo te llevo igual, al subir la veo mejor es una débil mujer, vestía una deteriorada y ajada falda, le quedaba un poco ajustada, en la camioneta se saca el prenda que la cubría, una vieja manta, la deja atrás para no mojarse, la pequeña hija de unos seis años se ubica entre sus piernas arremangándole su ajada falda y saltan a mi vista unas piernas que miro sin disimulo, ella sabe lo que miro y me dice… oye está mi hija observando…, la nena tiene sueño y le digo acomódala atrás así dormirá tranquila, detén el vehículo dice, o me caeré… acomoda su hija y al sentarse mueve sus faldas diciendo están muy mojadas, sácatelas y te cubres con la manta digo sin que en mi voz se notara la satisfacción de verle desnudas sus piernas y ver su trasero que se me antojaba delgado… primero se saca la falda y después rescata la manta mostrándome sus piernas y su trasero era bien proporcionado, disimuladamente toco su trasero, ella Jimena una mujer de unos 30 o 40 años, me dice oye están mis hijas aquí atrás… dormidas le digo no se enteran de nada…, eres igual a Juanchi mi compadre y amigo de mi marido, cuando puede toca mi cuerpo…toca, me desea, pero es amigo de mi marido y eso es peligroso, te imaginas que se entere mi marido.
Oye le digo yo no conozco a tu marido y no corremos peligro apresándole una de sus piernas, cálmate me dice que chocaras, pero no retira mi mano… continuo acariciándola y ella me dice ¿te gusto?, tengo 32 años y mi marido 65 años, a veces no sabe saciarme y quedo ansiosa por más sexo, ahora el se quedó donde su madre por que mañana temprano debe viajar con ella al norte…, por eso voy sola a casa… ¿y no tienes miedo de la lluvia? Digo… mas te temo a ti que te estas entusiasmando y lo peor me estas entusiasmando a mí, hace años que no me apareo con gente joven, mi marido ya lo dije es viejo.
Llegamos a su casa le ayudo con sus hijas y las dejamos en sus cunas y ella me dice ¿quieres café?, quiero otra cosa le digo…, me mira me sonríe y dice eres directo eh…, primero el café que hace frío y lo otro lo veremos, durante el café se deja abrazar sobar su cuerpo y acariciar su entrepiernas, estoy ansioso y caliente, ella me mira cuando acabamos el café diciéndome, una vez y te vas… Una cosa es decirlo y otra es cumplirlo, tres veces me aparee con ella en la cama matrimonial de ella, como se quejaba y suspiraba jadeante excitada, su cadera era de admirarla por sus movimientos excedidos, desenfrenados, licenciosos y casi brutales apretaba mi pene y lo soltaba, otras veces lo apretaba, lo dislocaba y lo soltaba… como gritaba y meneaba en esa cama si esta crujía cualquier persona creería que se desarmaría, era una ninfómana multiorgásmica, después de cada coito quedaba agotada y entregada en la cama a mi disposición lo que aprovechaba para penetrarla bárbaramente mientras sollozaba satisfecha, media hora después pedía mas..., que atardecer mas placentero.
Ronroneaba en esta abrazándome y besándome luego abre sus deliciosas piernas en una entrega eminente y recibe entre ellas a mi deformado y cabezón pene. Se incomoda al sentirlo entrar en su vagina, la abre raspando sus paredes dilatándola y sulfurando sus anhelos ardorosos delirante de ser tratada duramente y por un prolongado tiempo en el juego de entra y sale de el pene en su vagina…como suspiraba y gemía, minutos mas tarde clamaba de pasión moviendo exageradamente sus caderas ante los deliciosas clavadas del pene en su matriz. Sus caderas habían adquirido una destreza en sus movimientos y sentía que ese monstruoso pene la penetraba minutos a minutos con fuerza y no tenía ánimo de capitular. Sentía a ese macho insertar cada vez con mayor fuerza su pene en su matriz ella estaba al borde de gritar y por primera vez después de tanto tiempo, en sus entregas sexuales llegar a tener los orgasmos uno tras otro..., sentía que su cuerpo se estremecía, se doblaba y se llena de temblores al tiempo que su vagina se encharca inundándose con los efluvios que sus matriz entrega a tan delicioso placer de sentirse encajada hasta el fondo de su caverna sexual. Su boca se abre y grita de emoción y pasión al sentirse por fin mujer poseída por un macho que la satura de sexo en su apareamiento dejándola saciada hasta la locura quedando lacia como un paño estrujado. Así entregada a este macho quien la penetra unos minutos mas antes de llenar su útero con sus sémenes emanados de sus genitales. Tan mojada estaba su matriz que escurrían los fluidos hasta las sabanas mojándolas. Si sus múltiples orgasmos la llevaban a mojarse y mojar la cama.
Jimena se queda prendada por unos minutos a este macho abrazándole y dirigiéndole palabras de entrega de… te necesito, quiero ser tuya siempre, soy tu puta, eres mi amo… mis orgasmos son no menos de tres en cada copula…, luego de descansar exigía nuevamente ser apareada y nuevamente quedaba lacia y ciñéndose excitada en la cama con este macho que si la saciaba.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513555 veces