Yo no podía pensar en otra cosa que en verla desnuda, porque su cuerpo ya había dejado de ser de niña y había cogido las formas de una mujer bastante perfecta.
Relato
Era un viernes de principios de Agosto, cuando por fin llamaron a la puerta. Fui corriendo a abrir yo, porque hacía muchísimo tiempo que no veía a mis tíos y sobretodo a mi prima Aída, que de siempre habíamos sido como uña y carne y siempre íbamos a todos los sitios, jugábamos a lo que nosotros denominábamos como la consulta del médico, que era nuestro juego secreto y consistía en acariciarnos mutuamente nuestras partes íntimas, cosa que ya me llamaba la atención, pero éramos unos críos (aunque a mi siempre me encantaba ese juego). Incluso, cosas de críos, nos decíamos que nos íbamos a casar aunque fuésemos primos. Pero de eso ya hacía por lo menos cinco años.
Dejamos de vernos, cuando yo tenía once años y ella sólo nueve ya que a mi padre lo trasladaron a otra ciudad y nos fuimos con él mis hermanos y mi madre. Al abrir la puerta les di un abrazo a mis titos y un besazo a cada uno y busqué con la mirada a mi querida prima. Pero me llevé una sorpresa. Una agradable sorpresa. Y es que la persona a la que yo buscaba ya no era una cría de nueve años, sino que era una chica preciosa de catorce años, vestida con un top de tirantes con el biquini debajo y unos pantalones cortos muy ajustados en los que se marcaban su biquini y sus curvas de mujer. Menudo cambio había dado la niña. Aún así se me tiró a los brazos dándome todos los besos que quiso. Yo ya había dejado de pensar en mi prima pequeña y estaba pensando en los roces que el cuerpo de esta "prima nueva" me estaba dando al mío.
<> pensé. Noté sus tetas apretarse con mi pecho y enseguida noté como mi polla se estaba alegrando quizás más que yo de verla. Me dijo mi madre que llevara su maleta a mi habitación, ya que se iba a quedar unos días en mi casa, pues mis tíos y mis padres se marchaban de viaje y a mi prima ya no le apetecía como antes irse con sus padres. Quería más libertad. Y como no la querían dejar sola en casa, pues pensaron en dejarla con su primo mayor que si pasaba algo la defendería. Después de tomar café, mis tíos mis padres se despidieron se fueron de viaje. Allí estabamos los dos solos y todo un fin de semana largo para nosotros. <>.
Estuvimos hablando toda la tarde de nuestras cosas y pensé en quedar con unos amigos a tomar unas copas. Así lo hicimos y nos fuimos a preparar para salir. Le di un albornoz a Aída para que se duchara. Le dije que se metiera ella primero y accedió. Mi prima se metió en el baño y oí cerrar el pestillo tras de sí. Yo no podía pensar en otra cosa que en verla desnuda, porque su cuerpo ya había dejado de ser de niña y había cogido las formas de una mujer bastante perfecta. Trasero firme y respingón, cintura de avispa y pechos prietos, duros y firmes. Yo estaba que ardía así que estuve agazapado hasta que empece a oír el agua de la ducha. Estaba fuera de mí así que intente abrir la puerta pero me encontré con la resistencia del pestillo. Tal era mi calentura al seguir oyendo el agua caer y volar mi imaginación, que despacio, pero empujando con ganas, conseguí que saltara el pestillo. Ya no me quedaba otra barrera que abrir la puerta y quitar las cortinas.
Mi corazón estaba a doscientos. Oía el agua caer, ahora mas claro el sonido, así que me metí en el baño y cerré la puerta con sigilo. Me apresure a pegarme a la pared y aprovechando la zona donde colgaba el albornoz al lado de la cortina, me acurruque allí y empece a descorrer la cortina. Y allí estaba la diosa Afrodita, encarnada en mi dulce primita, mojándose y mesándose el cabello. La estaba viendo desde el suelo, de espaldas, en una postura que me dejaba ver bien su bien formado culo y como los chorros calientes de agua recorrían su cabello negro azabache y pasaban por toda su espalda morena hasta tropezar con esas nalgas prietas y meterse hacia su interior, mojar su ano y su bello púvico y salir chorreando de entre sus bien formados muslos. Soñaba con estar chupando ese culito y poder masajearlo y penetrarlo como si ella fuese una yegua en celo y yo un semental a punto de explotar. Me saqué la polla, que ya estaba doliéndome dentro de los pantalones de lo tiesa que la tenia y empece a acariciarme a su salud. No le quitaba ojo a mi prima Estaba muy buena. Si miraba por el lado le podía ver sus pechos algo perfilados, pero claro no lo veía bien. Cerró el grifo y cayeron sus últimas gotas recorriendo su cuerpo y se agacho para dejar la alcachofa de la ducha y agarrar el champú. Se puso con el culo en pompa y me dejo una magnifica vista de todo su conejo y su ojete.
Casi lo podía tocar con la nariz. Termine por correrme. Me había dado una paja gracias a la Diosa que tenia dentro de la ducha. Se echo champú en la mano y se lo llevo al pelo y comenzó empezó a masajearse los cabellos. De repente se dio la vuelta. Yo me quedé blanco, pero ella no me vio pues tenía los ojos cerrados para que no le entrara el jabón en los ojos. Menuda vista a primer plano que tenía delante de mí. La observé de arriba abajo sin perder un solo detalle de sus pechos que eran como dos globos de agua esperando un segundo antes de estallar, siguiendo por sus pezones que debido al agua de la ducha estaban más duros que una roca y continuando por su vientre plano y su monte de Venus goteante de agua. Notaba como mi polla estaba de nuevo más tiesa que un mástil, así que empecé a masajearmela de nuevo.
Después sin quitarse el champú, para que le hiciera efecto, pillo la botella de gel, cogió mi esponja, la lleno de jabón y empezó a acariciarse todo su cuerpo con ella. De arriba abajo iba recorriendo todas sus curvas y pliegues. Notaba como le botaban los pechos cuando dejaba de enjabonárselos y bajó a su vagina. Se empezó a acariciar sus labios vaginales y yo no podía resistirme mas, pero sabia que no podía hacer nada porque ella se chivaría y la tendríamos liada con mis padres y mis tíos. Seguía enjabonándose su vagina y su culo, su culo y su vagina <>. Hasta que la soltó y se dispuso a aclararse. Entonces se me ocurrió una cosa. Si la había observado como se duchaba, la tenia que observar como se vestía. Era una fantasía que tenia yo. Quizás de siempre me gustó ser un mirón, pero con esta chica, que poco tenia que ver con la dulce prima que conocía, no podía dejar escapar la oportunidad. Así que con sigilo salí del baño, cerré la puerta, no sin antes terminar de pajearme a la salud de la super modelo que tenia dentro de la bañera.
- Voy a comprar unas coca-colas para cenar antes de irnos ¿ vale? – Le chille a través de la puerta
- Vale primo, yo ya casi estoy
<>. Hice el ruido de abrir y cerrar la puerta y despacio me fui a esconder debajo de la cama. Mientras lo hacia oí el ruido de la puerta del baño al abrirse y de pronto apareció mi prima en la habitación, con el albornoz puesto, pero sin abrochar, cosa que dejaba a mi vista desde abajo todo su coño todavía húmedo y sus tetas firmes que en ese momento hubiese matado por mordisquearlas. Se quitó el albornoz y desnuda estuvo buscando en su maleta, con las tetas apuntando hacia mi, algo que ponerse. Encontró un tanga, pero para mi sorpresa, cuando se lo puso, cogió un vestido semi transparente y se lo coloco encima. No se había puesto sujetador y eso ya me estaba haciendo que la sangre hirviese. Cogió su estuche de maquillaje y se fue al cuarto de baño a maquillarse. Yo aproveche y salí de debajo de la cama y con sigilo salí de la casa y fui a por la bebida. De regreso cuando metí la bebida en el frigorífico, noté como me daban un azote en el culo, y cuando me di la vuelta vi a mi prima Aída completamente preparada para irse de fiesta. Maquillada, con ojos rojo pasión, con un moño con el que recogía todo su pelo de una forma sensual y dejaba ver al descubierto su dulce cuello y con un vestido que le llegaba por mitad de los muslos, que dejaba ver sus estilizadas piernas y que dejaba "imaginar" todo lo demás, que no era difícil, pues era un vestido bastante ceñido.
- Que trasero tienes primo jajajaja. Yo me sonreí y le conteste:
- No tiene ni punto de comparación con el tuyo jijiji. Bueno, en un momento me ducho y me visto. No tardo nada, mientras si quieres picotea algo ¿vale?
- Bueno, a ver lo que hay por aquí.
La verdad es que desde que había visto a mi prima desnuda, no pensaba en otra cosa que en poseerla, en sobar esas dulces tetas de miel y en partir ese culo respingón. En definitiva en follarme a la belleza que tenía en mi casa para mí solo todo un fin de semana. Me duche, me puse una camiseta amplia y unos pantalones cortos tipo bermudas. Picoteamos algo sin dejar de echarle un ojo, o los dos a ese cuerpo perfecto que tenía delante de mí. Salimos a hacer un botellón en la playa y tomar unas copas, les presente a mi prima a todos mis amigos, los cuales se quedaron boquiabiertos al ver su escote generoso y al notar que no llevaba sujetador. Estuvimos bebiendo y bailando toda la noche, no me separaba de mi prima y cuanto más alcohol bebíamos más nos deshinibíamos. Bailando salsa nos rozábamos continuamente y nos entrelazábamos las piernas, las suyas entre las mías, con lo que notaba que mi polla iba a explotar. Al final, ya estaba que explotaba y le dije que si nos íbamos, que parecía que me estaba mareando a lo que ella accedió. Nos despedimos, le eché la mano a la cintura y nos fuimos a mi casa. Al llegar a casa nos fuimos a mi habitación pues ella iba a dormir conmigo, bueno, digamos que en mi habitación pero en camas separadas. Me quité la ropa mientras ella se había metido en el cuarto de baño a desmaquillarse. Camiseta, bermudas y calzoncillos.
Me lo quite todo porque es así como yo duermo en verano. Me tumbe en la cama y para que no se asustara Aída, me tape con la sabana y me hice el dormido, pero mantenía los ojos entreabiertos al acecho. Cinco minutos mas tarde salió del cuarto de baño, con su larga melena negra suelta y me dirigió una larga y pausada mirada <>Y así fue, se saco el vestido poco a poco hasta quitárselo del todo con lo que sus pechos rebotaron por la gravedad al haber sido liberados de su prisión. Allí la tenía, delante de mi, desnuda, solo tapada por la escasa tela de su tanga negro, prenda que no tardo mucho en deshacerse de ella. Yo estaba a trescientos, mis venas y mi corazón bombeaban sangre hirviendo por todo mi interior, hasta que notaba como mi polla se iba endureciendo, aunque al estar en penumbra y con la sabana encima, no se distinguía apenas el empalme que tenía. Delante de mi a escasos metros, tenia a la diosa Afrodita desnuda ante mi, con ese cuerpo moreno, esos pechos y pezones firmes, ese vientre escultural, esas caderas de cine y ese coño medio depilado que me estaba pidiendo a gritos que me lo comiese. Me mantuve quieto y ella se puso su escaso camisón totalmente transparente y se acostó.
Yo en ese momento como quien no quiere la cosa me moví disimulando y deje al descubierto mi falo tieso, a lo que ella se dio cuenta y no me quitaba ojo de encima y empezó a acariciar su coñito. Con una mano se acariciaba su coño, mientras que con la otra iba de su boca a sus tetas por encima del camisón. Empezaba a moverse rítmicamente hasta que decidió quitarse su camisón y empezar a tocarse plenamente. Yo no sabia qué hacer. Delante de mi tenia a mi prima totalmente desnuda masturbándose como una loca y soltando gritos ahogados sin dejar de mirar mi falo que cada vez lo notaba mas a punto de explotar. De repente se calmó y se tapo con la sabana. Entonces me llamó y me pregunto que si estaba despierto. Yo no conteste, es mas, empece a roncar disimuladamente para hacerla entender que yo estaba dormido profundamente. Entonces se levanto y se acerco a mí totalmente desnuda. Se sentó en mi cama y empezó a acariciar con una mano mi pene, mientras que con la otra se acariciaba sus labios vaginales.
Yo mientras pensaba: <>Ritmicamente iba subiendo y bajando su mano alrededor de mi polla, hasta que se agachó y empezó a chuparme la punta <<¿ Vas a hacerme una mamada? No puede ser verdad. Mi prima que esta tan buena me va a hacer una mamada. De aquí no me muevo hasta ver como acaba todo esto. Le dejaré hacer>> Lamía mi glande con su lengua mientras seguía subiendo y bajando su mano alrededor de mi falo y su otra mano empezaba a encontrar hueco en sus labios vaginales y a penetrarse con un dedo. Luego con dos a la vez. Entonces subió sus pies a mi cama y se recostó. Sus pies estaban en mi cabecera y su cabeza encima de mi miembro Se estaba acomodando para poderse tocar mejor su coño y ella estaba empeñada esta noche en hacerme una mamada. De eso no había duda. Yo tenia delante de mis ojos su coño masajeado por sus manos. Ya no había mas grados de calentura. Estaba totalmente excitado, pero quería que continuase, así que deje hacer a mi prima.
Me daba mordisquitos en mi glande hasta que acercó sus labios y empezó a tragarse con suavidad mi polla. Poco a poco se la sacaba del todo y empezaba a meterse un centímetro más cada vez, hasta que se la tragó toda y empezó a succionar como una loca. Se puso a cuatro patas encima de mí, sin aplastarme, con su culo dándome la cara y sus tetas restregándose con mi ombligo. Estaba ante una magnífica vista. Sus nalgas totalmente abiertas dejándome a la vista su ojete mientras se metía tres dedos a la vez en el interior de su vagina. Seguía subiendo y bajando, succionando y jugueteando con su lengua y mi polla.
Me estaba haciendo una mamada genial. Había perdido la noción del tiempo, pero noté como me iba y empece a tirar chorretazos de semen, que ella se tragó sin dejar ni gota a la misma vez que le sobrevenía un orgasmo a ella. << Si, si, prima, trágate todo que no dejes ninguna prueba de tu gran mamada jajaja, pensaba yo>>. Después me lamió la polla y me la dejó reluciente. Se levantó de mi cama, se puso su camisón transparente que apenas tapaba ninguna curva de su esbelto cuerpo y se acostó en su cama como si nada hubiera pasado. Pero si había pasado. La niña que yo conocía no existía ya y a cambio se había convertido en una jovencita de catorce años casi perfecta, que me acababa de hacer una mamada memorable en mi propia cara.
Al día siguiente me desperté antes que ella y me puse a observarla. Allí estaba mi primita, dormida boca abajo dejando al descubierto ese culito tan morenito y bien formado. Se le veían las marcas de tomar el sol, lo que quería decir que no era nudista, pero en cambio me pareció que si que hacia topless ya que en la espalda no tenía ninguna marca de haber tomado poco el sol. Me dieron ganas de montarla allí mismo por detrás, pero me contuve por si acaso. Pero se me ocurrió la idea de que podíamos ir a la playa y así podría observar mejor ese cuerpazo que tenia para mí el fin de semana. Y el plan se lo comenté cuando apareció en la cocina , mientras yo preparaba el desayuno. Eso si, se había colocado un tanga para esconder algo de sus partes bajas.
- He pensado que podríamos ir a pasar la mañana a la playa, darnos un baño, tomar un poco el sol...
- Buena idea primo, que hace un calor asfixiante aquí en esta época del año.
Terminamos de desayunar y ella se fue a poner el biquini. Yo ya tenia puesto el bañador, así que le dije que mientras ella se cambiaba yo iba al cuarto de baño. Ella se metió en la habitación, pero la puerta no se termino de cerrar, así que yo me acerqué sigilosamente y me puse a mirar a través de la rendija que quedaba. Y allí estaba ella, que se iba a poner el biquini. Se quitó el camisón dejando ver de nuevo su perfil escultural, sus pechos firmes y sus muslos bien contoneados. Yo ya estaba con la mano por debajo de mi bañador, masajeando mi polla que otra vez más estaba tiesecica. Arriba y abajo pajeandome a la salud de la tia tan buena que tenia como prima.
Despues se quito el tanga y busco el biquini totalmente desnuda. Se puso la parte de abajo y después se coloco la parte de arriba, que por cierto era bastante diminuta. Yo me fui al baño corriendo a terminar mi trabajo manual a la salud de mi primita. - Primo, pesado, ya estoy. Sal ya del cuarto de baño que nos vayamos a darnos un chapuzón. - Voy enseguida guapa. Un segundo que acabo ya. Salí del cuarto de baño y la vi. Casi la desnudaba con la vista. Llevaba el biquini puesto y un pequeñisimo pareo que apenas le tapaba nada, pero le hacia aun mas sexy. Salimos de casa y nos fuimos hacia la playa. Llegamos a una cala muy bonita y echamos las toallas en la arena. Yo me eché encima de mi toalla y ella se sentó en la suya y me dijo:
- ¿Me echas crema?
- Si claro prima.
Y cogí el bote y me iba a echar en la mano y cuando la volví a mirar, se había quitado la parte de arriba del biquini y me daba la espalda. Se tumbó boca abajo en su toalla y yo le eché la crema. Empecé a extendérsela por toda la espalda, aprovechando el momento, dándole un masaje tremendo por toda su espalda, hasta por los costados, rozándome con sus pechos aplastados contra la arena. Terminé de darle crema por detrás así que se dio la vuelta y me dijo que se la echara también por delante. Yo estaba alucinando, porque tenía la oportunidad de sobarle las tetas a mi prima, cosa que no desaproveche, y después de un breve masaje por su cuello, baje a sus pechos, tan deseados por mi, que estaban apuntando al cielo y con sus pezones empinados al máximo. Empece a extenderle la crema por sus pechos, cosa que me estaba poniendo a cien. Unos pechos tan duros y firmes a mi merced. Yo no podía mas y mi polla estaba tiesa como un mástil a punto de estallar.
De repente mi prima saco su mano de debajo de su cuerpo y la dirigió directamente hacia mi cipote, por encima del bañador. Me quedé un poco parado como sin saber que hacer, pero yo seguí dándole el masaje que poco a poco fui bajando hasta llegar a sus muslos y los seguí masajeando, mientras ella metía la mano por dentro de mi bañador y me agarraba mi polla y empezaba a pajearme. Entonces yo empecé a tocar el interior de sus muslos y toque, apartando su bañador, los labios de su coño, que empezaban a estar muy húmedos. Ella pegó un respingo pero siguió en su empeño de pajearme en publico y allí estaba, con su movimiento rítmico a un lado y a otro. Yo mientras jugueteaba con sus labios y ella abrió un poco mas las piernas y me dejo vía libre para juguetear con su clítoris. Ella se estaba poniendo muy cachonda, porque soltaba unos quejidos ahogados, pero yo seguí jugueteando con su coño hasta que le fui introduciendo un dedo cosa a la que no se resistió, mientras me pajeaba con mas fuerza. Seguía introduciendo y sacando el dedo hasta que decidí meterle el segundo y empezar a retorcerlos en su interior. Ella se estaba muriendo de gusto hasta que al unisono tuvimos un orgasmo. Yo me corrí en la toalla, que dejé toda perdida y ella se quedo extasiada en la toalla. Yo termine de extenderle la crema y me tumbé boca abajo, para que no se me notase el empalme que aun tenia, sin importarme el pringue de semen que había dejado en la toalla. Ella se dio la vuelta y se tumbo también boca abajo mirándome fijamente a los ojos.
-¿ Te acuerdas de cuando jugábamos a la consulta del medico, nuestro juego favorito?, me dijo. Que inocentes éramos ¿Verdad? Aunque ahora hemos crecido y podríamos intentar ver si nos acordamos de cómo se jugaba luego en casa ¿no? Porque desde luego has pegado un cambio tremendo primo y tienes una polla imponente.
- Tu tampoco te has quedado atrás Aída. Te has hecho toda una mujer con unas curvas que quitan el hipo y parece que con alguna experiencia, pues la mamada que me distes anoche en la cama fue impresionantemente agradable.
Ella se quedó un poco extrañada, pero enseguida me sonrió, me guiñó un ojo y me dijo que le encantaba que me hubiese gustado. Que tal vez la repetiría luego en casa si jugábamos a la consulta del médico. A lo que yo le respondí, que me moría de ganas de jugar con ella a nuestro juego favorito El resto de la mañana la pasamos tomando el sol, y pegándonos buenos baños en el mar, que estaba en calma. Siempre intentando rozarme lo mas posible porque se había convertido mi prima en una droga para mi. Y ella se dejaba frotar, con lo que cuando ella salía del agua, me tenia que quedar yo a pajearme de nuevo mientras veía salir su cuerpo moreno del agua y chorrear todo el agua desde su pelo por su espalda hasta sus muslos y tobillos. Era una diosa andante. No sabia cuanta reserva de semen me quedaba en mis testículos, pero creerme que en unas horas lo iba a descubrir. Ya era la hora de comer y decidimos irnos a casa a comer algo, aunque la verdad, que lo que me nos me apetecía era comer comida.
Me quería comer a mi prima que me llevaba todo el fin de semana poniéndome muy malo y ya parecía más fácil ya que me declaró abiertamente sus intenciones de jugar a los médicos conmigo cuando llegásemos a casa. Al llegar a casa ella fue a ducharse y yo me fui a ver si veía algo que preparar, pero solo podía pensar en estar cabalgándola y estar sobando ese cuerpo que ya me tenia loco perdido. Así que saqué unas pizzas del congelador y me fui a la habitación a prepararme para ducharme a ver si se me bajaba esta calentura. Me quite la camiseta, el bañador y me puse una toalla alrededor tapándome mis partes. De repente salió ella del cuarto de baño con el albornoz desabrochado, tal y como lo hizo ayer. Allí estabamos, uno frente al otro mirándonos sin parar hasta que me dijo:
- Venga, primo ¿Te asustas de verme así? Cuándo éramos críos nos veíamos y nos tocábamos ¿Es que a cambiado algo? Tu sigues siendo mi primo del alma. Anda, venga, ve a ducharte que comamos un poquito y veamos un poquito la tele.
No sabía qué contestarle, así que sólo me salió un <> y me fui al cuarto de baño acelerando el paso pues a través de la toalla se notaba mi incipiente empalme de polla, a lo cual ella contestó riéndose abiertamente. Me duché y se me bajó algo el empalme. Me sequé y me puse la toalla alrededor de mi cintura y salí del baño. Cuando llegué a la habitación estaba mi prima tumbada en la cama, de lado, con el albornoz abierto y me dijo << Anda, ven un momento aquí que quiero decirte una cosa>>. Yo me acerque, y de repente me tiró de la toalla y me la quitó, con lo que me quede totalmente desnudo ante ella. << Ven, vamos a jugar a los médicos como hacíamos antes. Túmbate aquí conmigo ¿Quién es el primer paciente?>>, me preguntó, a lo que le respondí que me daba igual, así que me hizo relajarme con lo que me tocaba ser a mí el primer paciente. Se quito el albornoz, con lo que se quedo como la trajeron al mundo.
Totalmente desnuda ante mis ojos y sabia que iba a disfrutar mucho de esa consulta medica, así que me dispuse a disfrutar. Se puso encima de mí y me estiró los brazos hacia la cabecera de la cama. Me dijo que me quedara con los brazos así, que yo era el paciente y que por ahora no me tocaba sobar nada de nada. Le hice caso y mantuve mis brazos hacia atrás. Ella empezó a acariciar mis brazos conforme iba bajando hasta que rozaba sus pezones con mi cara, pero cada vez que intentaba besarlos, me los apartaba. Fue besándome poco a poco hasta llegar a mi cuello, que empezó a besar con dulzura pero cuando me vine a dar cuenta me había dejado un chupetón morado en el cuello. Siguió bajando, moviendo sus caderas, hasta llegar dándome pequeños besos a mi pecho en donde se recreo un rato bastante largo propinándome mordisquitos en mis tetillas y chupándomelos como si de ellos quisiera sacar algo. Fue deslizando su cuerpo, hacia abajo, hacia mis piernas, bajo por mi polla tiesa hasta acomodarse entre mis piernas que hizo que abriera y fue bajando lamiendome hasta llegar a mi ombligo, en donde metió la lengua y estuvo jugando un buen rato. Y después restregándose con su melena y sus tetas por todo mi cuerpo, bajó hasta llegar a mi cipote que estaba enorme.
- Joder primo, que polla tan grande tienes. En estos cinco años te ha crecido bastante y ya ha dejado de ser una pequeña pilila para ser un pollón tremendo, que me lo voy a comer todo y no voy a dejar nada para ti.
- Pues primita, tú tampoco te quedas atrás, porque de esa niña regordeta ya tan sólo queda el nombre. Has echado un cuerpo tan espectacular que seria capaz de estar echando polvos toda la vida contigo sin parar.
Se dio la vuelta y se puso sobre mí, quedándose en la misma postura de cuando anoche me hizo la mamada mientras yo me hacía el dormido, con lo que mientras me iba a hacer la mamada, se podía restregar por todo mi cuerpo con su coño y sus tetas apunto de estallar. Comenzó a besar mi glande, mientras con las dos manos me la agarraba y me tiraba hacia abajo como si quisiera que me creciera más. Luego siguió jugando con su experta lengua subiendo y bajando por toda mi tranca mientras continuaba acariciando mis huevos. Comenzó a metérsela en la boca, poco a poco, apretando con los labios hasta incluso hacerme un poco de daño y luego soltando un poco la boca, apretando y soltando mientras rodeaba mi falo con su lengua. Empece a tener espasmos musculares, premonitorios de que estaba apunto de correrme, con lo que se dispuso a tragar todos mis chorros y así lo hizo, aunque noté que casi se atragantaba porque me corrí de una forma bestial, como si llevase meses sin correrme, pero aun así, ella se tragó todo y hasta parecía que quería mas pues seguía apretando mis huevos y mi polla hasta que los dejo secos del todo.
- Bueno, la enfermera ha detectado que estás en plena forma y que no tienes nada grave, así que a ver si el doctor le pasa consulta a la enfermera ahora que creo que está muy mala ¿verdad?
- No estas mala. Eres mala, enfermera. Pero el doctor te va a hacer ahora una exploración para ver si estas buena o tienes algo en tu cuerpo que sea malo. Pero creo que solo va a encontrar cosas dignas de una diosa.
Me levanté de la cama y fui hacia su lecho, donde se había acostado, totalmente desnuda, boca abajo. Puse mis manos encima de su cuello y empecé a bajar suavemente hasta llegar a su culo. Empecé a acariciarlo y poco a poco a apretarlo. Entonces le separé las piernas y fui apretando mis manos hasta juntarlas en su raja trasera, la cual abrí con ganas y agaché mi cabeza, empezando a chuparle su entrada posterior. Mientras jugueteaba mi lengua con su ano, una de mis manos fue buscando su coño, y cuando lo encontré, noté que estaba muy húmedo. Yo también estaba a doscientos. Mi polla estaba tiesa dolorosamente, a punto de estallar. Seguí lamiéndole el culo, hasta que le di la vuelta y me eché encima de ella para acariciarle sus dulces y turgentes pechos, que eran dos pomelos sólo para mí en este instante.
Los chupé con ganas, mordisqueando y succionando por sus pezones, que estaban de punta, esperando recibir leche a cambio, mientras los apretaba y sobaba con pasión desenfrenada. Fui poco a poco bajando, restregando mi lengua contra su cuerpo, hasta llegar a su coño. Mientras con una mano seguía sobando fuertemente las tetas, con la otra me dedicaba a tocar y juguetear con los labios vaginales de mi primita, la diosa de ébano, dado su moreno. Separaba sus labios y mi lengua buscaba juguetear y saborear su clítoris a lo que ella respondía con movimientos rítmicos de éxtasis, mientras le daba este masaje con lengua en su centro del placer. Seguí chupeteando su clítoris e introduje la lengua en el interior de su coño, absorbiendo cada gotita de humedad que mi prima soltaba al estar disfrutando tanto. Después empece a meter un dedo dentro de su vagina. Luego dos y empece a meterlos y sacarlos girándolos para que le diera mas gusto. Mi polla estaba que explotaba pero tenia que seguir con su exploración médica.
- Vaya prima, gozas de muy buena salud por aquí abajo, tienes un coño que solo esta pidiendo polla y mi polla esta libre para darle de comer
- No te pares primo, tu sigue, ahhh, que placer, me encanta esta revisión agghhhhh, que gusto ahhhhhh
Pero yo ya no podía más, así que le separé las piernas y me las fui acomodando encima de mis hombros, pues mi enhiesta polla estaba deseosa de entrar en contacto con su húmedo coño. Así que me fui acercando hasta que mi glande tocó los labios vaginales ardientes de mi prima.
-Vamos primo, penétrame ya. Estoy deseando sentirte dentro, así que taládrame hasta meterme los huevos al fondo de mi coño.
Y siguiendo sus ordenes, cuando mi polla encontró la entrada de su oscura y mojada cueva, de un solo golpe, se la metí hasta el fondo, con bastante facilidad debido a la lubricación que tenía debido a mi manoseo anterior, hasta que mis huevos chocaron con sus labios vaginales, con lo que ella soltó un grito ahogado de placer.
- Sigue cabrón, no pares. Joder que nabo tan delicioso tienes, dale, dale mas fuerte.
Y así empecé un mete y saca frenético apretándome contra sus piernas y mientras le seguía metiendo la estaca, le magreaba como podía las tetas y le metía un dedo en la boca, lo que ella aprovechaba para lamérmelo con delirio mientras gemía y se movía rítmicamente para no perderse ni un ápice del placer que esta consulta medica le estaba produciendo. Note que estaba teniendo un orgasmo, porque se retorcía sin ningún sentido ni dirección. Solo a lo loco y chillando como una cochina a punto de desangrarse. Así que le saque la polla de su coño y le di la vuelta, porque realmente lo que desde que la ví el viernes por la tarde, no podía quitarme de la cabeza era su culo respingón y firme como una piedra. Así que intente meterle mi polla de golpe, pero encontré resistencia
- No, por ahí no, que no ha entrado nada y seguro que me duele mucho,.
- No te preocupes, veras como al final te gusta y me dices que no pare.
Diciendo esto fui tocando con mis dedos húmedos, mi polla, que ya lubricada puse en su entrada trasera. Empuje poco a poco hasta que metí lo más difícil, que era el glande. Ella gritó y me dijo que se lo sacara, que estaba ardiendo por dentro y la estaba desgarrando, pero no la hice caso y empuje hasta dentro y empecé a bombear. Al principio mi prima no reaccionaba, pero después empezó a moverse rítmicamente siguiendo el compás de mi bombeo. Y tras mucho mete y saca, me vine en su interior, una enorme cantidad de chorros invadieron su culito hasta hace un momento virgen, a la misma vez que ella sufría otro orgasmo, esta vez múltiple y los dos chillamos a la misma vez, como desahogándonos.
Nos quedamos tumbados en la cama hasta quedarnos dormidos y del cansancio nos despertamos el domingo por la mañana. Así que después de levantarnos y arreglar la casa y no dejar ni una huella de nuestro idilio, estuvimos esperando hasta que vinieron mis padres y mis tíos del viaje.
Al despedirnos le dije que cuando viniese de nuevo iríamos de nuevo al medico a lo que ella me contesto que encantada. Mi tía que lo oyó, le preguntó que si le pasaba algo y Aída, mirándome, mientras le contestaba que nada, que era parte de un chiste que le conté, me guiñó un ojo y me sonrió mientras me mandaba un beso con esos labios carnosos que tenía.
A partir de ese momento ya no pude ver a mi sobrino como tal, sino ya lo veía como un hombre que deseaba cogerme sin control, a cada oportunidad que mi sobrino tenia lo aprovechaba para ver mi cuerpo, esto era cuando me cambiaba, bañaba, entre muchos otros momentos que tenia para verme y lo más lascivo era que yo no hacía nada para evitar que me viera, al contrario cada vez que me bañaba dejaba la puerta abierta para que me viera y así en la ducha con la certeza que me estaba viendo yo hacía movimientos sensuales e incluso con el pretexto de lavarme mi zona intima yo me la tocaba con tanta sensualidad que sin duda sabia que él tenía su pene bien erecto desde donde estaba viéndome.
Relato erótico enviado por putita golosa el 27 de July de 2010 a las 23:14:27 - Relato porno leído 309834 veces
Si te ha gustado jugando a los medicos con mi prima vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar jugando a los medicos con mi prima.
aleoles
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
chorros
(29 de June de 2010 a las 03:16) dice:
explosivamente muy bueno y erotico.......habra que seguir leyendo sobre esa enfermera y el doctor, cuidando de buenos gozos en sus propias vidas...muy bueno e interesante...... katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:11) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato jugando a los medicos con mi prima.
Vota el relato el relato "jugando a los medicos con mi prima" o agrégalo a tus favoritos