Esposos que ven realizada una fantasía con dos jóvenes cubanos que se cogen a los dos
Relato
Yo soy Luis y mi esposa Sol. Rentamos una casa a la orilla del mar en la que se compartía la alberca con otra casa contigua, llegamos ya en la noche y nos fuimos a dormir, unos ruidos nos despertaron, se escuchaban risas y luego gemidos pero no de dolor, pero llegó el momento que todo se calmó y nos volvimos a dormir.
Al día siguiente salimos temprano en shorts a la playa a caminar y luego a comer y a dar la vuelta por la ciudad, regresamos a media tarde, nos pusimos traje de baño y nos metimos a la alberca, yo con traje tipo short y mi esposa en un traje de baño completo y de color carne, casi, casi, del color de su piel. Enseguida salieron de la otra casa dos hombres jóvenes y también se metieron en la alberca, los dos eran cubanos morenos claro y guapos. Ellos en traje de baño tipo tanga.
Ya había oscurecido y la alberca no tenía luz. Comenzamos a platicar nos presentamos y nos dijimos de donde éramos originarios, los hombres muy amigos, uno se llamaba Bob y el otro Jesse.
Sol les dijo que la noche anterior se escuchaban muchas risas y ruidos en la casa que ocupaban y los dos respondieron que estaban jugando luchas.
Seguimos platicando y Bob nos preguntó qué tan liberales éramos en cuanto a nuestra vida sexual y yo les respondí que muy liberales, entonces Sol me pellizcó y se sonrió por haber dicho eso porque sabía cuál era mi intención, por eso, Jesse le preguntó a Sol por que se había sonreído, yo le respondí que porque nos gustaría jugar luchas con ustedes dos.
Jesse y Bob se voltearon a ver pícaramente y Bob dijo que aceptaban el reto.
Bob se abalanzó sobre mí y Jesse sobre Sol; entre risas y echadas de agua a la cara estuvimos jugando varios minutos.
La lucha consistía en quitarle el traje de baño uno al otro, Bob y Jesse, se dejaron quitar el traje de baño fácilmente, brotándoles sendos vergones morenos y cabezones, a mí también me lo quitaron rápido entre los dos, a Sol la dejaron al último. Como era un traje de baño completo, era más difícil de quitárselo y además huyó nadando al otro extremo de la alberca y la tuvimos que perseguir entre los tres, pero es muy buena para nadar y bucear, se nos escurría por debajo del agua y nos vacilaba desde el otro lado de la alberca. Por fin nos pusimos de acuerdo y sigilosamente Bob se fue al otro lado y Jesse y yo nos quedamos en el mismo lugar, estaba muy oscuro y solo escuchábamos el chasquido del agua de la alberca y el ruido de las olas del mar al reventar.
Estuvimos esperando a ver por donde salía Sol y salió en medio de la alberca, eso nos dio la oportunidad de echárnosle los tres encima y sujetarla. Se moría de la risa ella y nosotros. Yo la miré y le dije que se la iban a coger y le bajé el traje hasta la cintura y brotaron dos hermosas chichotas con unos lindos pezones, Bob y Jesse se las tocaron y se las mamaron un ratito y me dijeron ambos que Sol tenía unas lindas tetas, luego le quité totalmente el traje; Bob le agarró la pelucera de su panocha y nos dijo a Bob y a mi: “Tiene un lindo panochón”, mientras Jesse y yo le mamábamos sus lindas tetotas.
Jesse me dijo que los dejáramos solos y nos fuéramos al otro extremo de la alberca para que la acariciara y la manoseara agusto.
Vimos que Bob la sentó en la orilla de la alberca y se veía entre la oscuridad que le estaba mamando la panocha peluda y se escuchaba que ella le decía que se la comiera toda, mientras el le acariciaba al mismo tiempo sus pezones.
Jesse y yo del otro lado escuchando sus gemidos y peticiones que ella le hacía a Bob, estábamos calientes y con la verga parada, la verga de Jesse estaba muy grande y gorda, nos empezamos a masturbar y de pronto escuchamos que Sol le dijo a Bob que ya le metiera la verga y vimos que Bob se salió de la alberca, acostó a Sol en el pasto, la abrió de piernas y metió su vergota en mi esposa: Ella le pedía más verga y lo animaba diciéndole que tenía un tubo en vez de verga.
Jesse y yo ante ese panorama, pues calientísimos. De repente sentí que Jesse me agarraba las nalgas y luego con sus dedos horadó mi colita, a sus vez yo agarré el mástil de Jesse y comencé a masajearle la cabezota de su verga y sentía que metía uno de sus dedos en mi culo. Mientras seguíamos escuchando que Sol de pedía a Bob mas verga y mucha leche en su puchota; el le decía que estaba muy linda y que tenia unas chichotas hermosas y un puchón muy gordo.
Jesse cada vez me metía masa adentro el dedo, también nos sentamos al borde de la alberca y le comencé a mamar su pitote y el me acariciaba mis chichitas. Este Bob seguía cogiendo a placer a Sol, le retacaba su vergota y ella le decía que se la dejara adentro, que no se la sacara nunca.
Jesse me recostó en el pasto y me comenzó a mamar mis pezones, se los comía como si fueran un chupón y yo; que me encanta eso, gozando y diciéndole que siguiera, que le daba lo que quisiera para que siguiera mamándome, entonces me dijo que volviéramos a la alberca, se puso atrás de mí, me abrió las nalgas y me dijo que quería mi culo, yo le dije que era suyo, me enfocó y poco a poco me fue metiendo la cabeza, luego sentí que entraba algo más y finalmente me sentí empalado por un vergón cubano, lo metía y lo sacaba mientras me masajeaba mis chichitas.
De pronto escuchamos que Bob le dijo a Sol que le iba a echar la leche adentro, pero ella le dijo que mejor en la pelucera para que yo me comiera sus mecos.
Así lo hizo mientras que Jesse me estaba metiendo su vergota, entonces le dije que ya me chorreara mi culo, pero me dijo que prefería terminar en mi boca, me aventó chorros de mecos, blancos y espesos, parecían engrudo, luego me dijo que tenía que comerme también los de Bob, me acerque a la puchota de Sol y me comí hasta la última gota de mecos de Bob.
Ya terminada la orgía, seguimos nadando desnudos, entre risas y bromas.
Enterré mis uñas en la espalda de Carlos, era increíblemente doloroso. Las dos vergas lograron entrarme en la chucha pero no completamente.
- Aguanta zorra. Aguanta que te las vamos a meter las dos.
- No… me duele.. duele… no.. paren…
Relato erótico enviado por culona69 el 01 de February de 2012 a las 23:57:40 - Relato porno leído 203143 veces
mientras tanto los demás hicieron un circulo en mi con sus vergas y empecé a lamer cada una de ellas, eran muchos pero le di una buena mamada a todas esas vergas, las más ricas eran por supuesto la de mi suegro, el señor de barba larga y la del gordo
Relato erótico enviado por culona69 el 26 de October de 2011 a las 00:00:07 - Relato porno leído 155782 veces
Monté sobre el señor y él empezó a lamerme los pechos con muchas ganas, se veía que le gustaba. Todo el tiempo los señores me estuvieron diciendo cosas como: "Ah que rica jovencita", "Uy hace cuanto que no tocaba una piel así"
Relato erótico enviado por culona69 el 07 de March de 2012 a las 00:00:07 - Relato porno leído 135528 veces