Katty paciente de la doctora y hermana de Luisa

Una semana después de estar en la parcela llamo a Luisa, pero no puede recibirme y lo dejamos para después. Pasan las semanas casi todos los fines de semana voy con la doctora a la parcela por el día sábado y acompañado de una de sus paciente angustiada, todas casadas maduras sobre los 30 años.

Este fin de semana vamos acompañada de una muy joven 25 años hermana de Luisa, ella esta casada hace mas de un año con su Jorge de 33 años de edad, preocupadísima por que a pesar de no cuidarse y tomar remedios para favorecer su fecundidad no logra embarazarse y esto la esta enfermando de sus nervios, la doctora le da la solución extrema y ella acepta, hoy viaja con nosotros y vamos en el asiento trasero mientras conduce la doctora.

Claro que no voy tranquilo en el auto mis manos disimuladamente comienzan a recorrer las piernas de Katty, esta se sorprende y trata de apartarse, pero la doctora le dice ¿quieres embarazarte?, entonces colabora…, me permite recorrer sus piernas, cuando veo que comienza a respirar agitadamente recorro su cuerpo a medio camino entre la ciudad y el campo estamos abrazados besándonos y mis labios recorren sus senos y piernas,


Llegamos al campo y la traslado a un dormitorio, ella entre preocupada y ansiosa permite que la acaricie y lleve a su dormitorio, allí le saco su vestido quedando en sujetadores rojos, bragas rosadas y sus piernas cubiertas por las medias rosadas sujetas por una liga de color rojo…, me arrodillo bajando sus bragas y mi lengua juega en su vulva ahondando mi lengua intrusa en su vagina y penetra buscando al clítoris, Katty esta agitada e intranquila recostándose en la cama, pero antes sus manos bajan mis pantalones y preocupada ve con tamaños ojos la protuberancia que mis calzoncillos encierran, al bajarlos se escapa de su boca un ¡oh!, de sorpresa al librarse mi pene que desarrollado en su máxima expresión se muestra orgulloso y ella sorprendida dice …, este es mas grande que el de mi Jorge…, no me va a caber…, me vas a destrozar mi vagina…, me mira asustada, la acaricio y digo con calma todo se puede recostándola y acomodándola en el lecho mientras la recorro con mis manos y mis labios, succiono sus senos apartando su sujetador y comienza a gemir…., mis dedos juegan en su vulva luego de desvestirla de sus calzones y dos de ellos se introducen en ella, se conmueve y sus caderas solas toman un zarandeo ante la penetración de tres de mis dedos, bajo mi boca a su vagina y la penetro con mi lengua…, suplica y llorisquea ansiosa de ardor de sexo vaginal abriendo sus piernas mirándome suplicándome con sus ojos penétrame…, me acomodo entre sus pierna y apoyo mi miembro en su vulva…., ella siente como esa cabezota trata de apartar sus pliegues vaginales y trata de introducirse en su vagina, es colosal, es mas grande que el que ella acostumbra a recibir de su Jorge, abre aún más sus piernas acomodándose para la embestida contra su vientre…, siente como ese monstruo poco a poco dilata la entrada de su vagina hasta llegar a un máximo que la desespera, siente su vagina punto de agrietarse y ser partida ella en dos…., respira angustiada y desesperada esperando la clavada a fondo brusca como lo hace Jorge, pero no es así este miembro va suavemente dilatando su vagina abriendo sus paredes vaginales y ella abre la boca buscando aire ante la sensación de entregarse a este pene para que la destroce entrando toda esa masa de carne hasta el fondo de su vientre, su vagina no da mas de abertura, pero esa carne sigue invadiendo su vientre suavemente ya lo siente rozando su estómago, quiere gritar, pero no puede solo gime y suspira desesperada y satisfecha con la masa de carne que ingresa en ella y falta parte de ella todavía , se desespera no sabe si le cabra todo ese pene en ella, siente en esos momentos una clavada profunda en su vagina y este miembro se acomoda sintiéndolo ella que le saldrá por su boca, inhala aire desesperada y fogosa e impetuosa ella sin darse cuenta comienza a mover sus caderas en una danza sexual que a Jorge lo mata descargándose rápidamente en ella, ahora no este semental mantiene ese ritmo y la acompaña siente ella que verdaderamente ahora esta perdiendo su pureza y su candor transformándose en una mujer casada, ese joven muchacho la esta llevando por unos caminos desconocidos por ella del sexo, quería chillar y sacudirse aún mas ante el júbilo y placer que esos instantes estaba percibiendo y no deseaba que esto acabase, pero comenzaron a llegarle unos estremecimientos que abrieron dentro de su matriz la salida de sus emisiones lechosas con los cuales inundo ese miembro que tan placenteramente la poseía y la tenía al borde de la locura.

Siente ella en esos instantes que el macho que la está jubilosamente poseyendo, saca su miembro hasta casi sacarla de su vagina y vuelve a meterla rápidamente, así seis o mas veces hasta que empezó a serlo más rápido comenzando ella a gritar de dolor, placer, de gusto, me tapo mi boca con sus besos para que no gritara tanto, me cogía con una rapidez a la vez que me susurraba “ahora eres mía, ves que te metí todo mi pene”,… si, si, respondía me gusta mucho, no la claves tan fuerte siento que tu verga me va a salir por mi garganta… Me dolía pero ese dolor me agradaba, de pronto siento que el miembro de mi semental se estremece dentro de mí y dispara dentro de mi matriz ríos de semen y leche, recordé que estaba en mi segundo día de fecundidad y este semen podría fecundarme, lo abracé y mordí sus labios y el succionó uno de mis hombros dejándome una marca escarlata, eres fantástico como semental y macho le digo al tiempo que lo bajo y acomodo a mi lado, bajo hasta su entrepiernas besando su miembro que estaba volviendo a su normalidad después del trabajo cumplido.

Voy al baño para asearme y al volver lo veo relajado durmiendo en la cama muy contento se veía su rostro, mientras yo sentía una clavadas en mis entrañas y supe que en esos momentos en mi vientre latía un bebé que me había fecundado este joven muchacho.

Sería madre de ese bebé que crecería en mí y pariría siendo acogido por mi marido como su hijo, pero que me lo había engendrado este semental que reposaba en la cama.


Salí y en la cocina estaba la doctora y me dice… y que tal placentero verdad.