Samantha tomó la verga de su padre con su mano pero le era imposible agarrarla bien así que optó por utilizar ambas manos.
Antes de besar la punta, comenzó a masturbar a su padre de manera que este comenzó a gemir escandalosamente.
-AAAAHHHH HMMMMMMMMM
Samantha lentamente fue succionando la enorme verga de su padre.
Al principio no podía hacerlo como quería debido al gran tamaño del pene así que prefirió chuparle los testículos primero.
-Es enorme…- pensaba Samantha mientras ahora sí ya se la mamaba haciendo su mejor esfuerzo.
Relato
Las últimas palabras de Marcos quedaron flotando en el espacio mientras Mirna trataba de comprender el sentido de la oración.
-Es tu hija Marcos…- dijo su esposa desesperadamente.
-Si, es mi hija pero también es una de las mujeres más hermosas que he visto en toda mi vida… que quieres que haga?
Mirna estaba a punto de comenzar una discusión con su esposo cuando se percató del dolor que reflejaba en su rostro. Debía haber sido muy difícil para él admitir algo así…
Recordó lo sucedido. No debía ser tan dura con su esposo, después de todo, ella también había posado su mirada en la verga de su hijo más tiempo del debido…
Recordar la imagen del pene de su hijo provocó en Mirna una sensación nada desagradable.
-Será que acaso…- pensó pero de inmediato desechó la idea y le dijo a su esposo.- Este viaje era para unir a la familia… lamentablemente se está uniendo de una manera muy distinta a la que imaginábamos…
Marcos volteó a ver a su esposa, ella jamás le permitiría llegar a algo con su hija. De hecho ni el mismo se lo hubiera permitido de no haber sido por aquella escena tan frustrante de la tarde.
Ambos se acostaron en completo silencio. Ninguno de los 2 podía dormir, Marcos no paraba de pensar en su hija y Mirna seguía confundida con la confesión de su esposo.
-Vaya día…- pensó Mirna mientras su fantasía sexual retumbaba en la mente pero esta ocasión con 2 nuevos protagonistas: Su esposo e hijo… Volteó a ver a su esposo y, a través de la escasa luz de la luna que iluminaba el cuarto, pudo ver que este aún seguía despierto, se acercó a él y comenzó a besarlo.
Marcos sintió un enorme alivió, llevaba más de 30 minutos con la verga bien tiesa por debajo de las sábanas sin poder masturbarse dado el miedo que tenía a la reacción de su mujer.
Comenzó el cachondeo marital y pronto tuvo a Mirna cabalgándolo de una forma semi salvaje.
-Te gusta?? HMMMM ASIIII Te gusta…?- le preguntaba Mirna al oído sin dejar de cabalgar su verga haciéndole sentir cada vez más excitado.
-Siii… AAHHHHHHHHHH…- Gemía Marcos mientras sujetaba con fuerza a su mujer de la cintura y cerrando los ojos imaginaba que era su hija quien le cabalgaba.
La voz de su mujer e hija era bastante parecida por lo que, las palabras de su mujer, para nada lo sacaban de su mundo.
-AAAHHHHHH HMMMMMMMMMMM…- Gemían ambos y, justo cuando Mirna aceleraba su cabalgar, no pudiendo aguantar más, se acercó al oído de su esposo y le susurró…- Te gusta papi????
Marcos abrió los ojos asustado de hasta donde podía haber llegado su imaginación. Su mujer parecía haberse percatado de su reacción pues se podía ver esbozando una ligera sonrisa.
Para que no quedaran dudas, Mirna se acercó nuevamente a Marcos y repitió aquella frase tan excitante para Marcos:
-Hmmm que rica verga tienes… te gusta como me muevo papi? Si papito lindo?
Marcos no pudo más y terminó explotando como hacía años no lo hacía.
Mirna, al sentir la presión del chorro de leche de su marido, se convulsionó encima de éste en un orgasmo maravilloso.
Ambos terminaron tendidos en la cama uno a lado del otro mientras recuperaban el aliento.
Mirna no podía creerlo, en su mente la idea de tener a su marido y a su hijo al mismo tiempo parecía estar tomando tal fuerza que comenzaba a volverse una obsesión. No pudo aguantar más y, ayudada por la confianza que inspiraba la reciente confesión de su marido, le dijo en un susurro:
-Sedúcela y es tuya… yo mientras tanto veré si puedo hacer un hombre de verdad a nuestro hijo…
Marcos quedó sorprendido. Pero que podía decir? Su esposa le estaba dando autorización para seducir a su hija justo como él quería. Eso sí, nunca hubiera esperado lo que ella pediría a cambio…
El día siguiente la familia entera fue a hacer compras a una pequeña plaza comercial que estaba en el poblado.
Samantha y Carlos lucían sorprendidos por la calma con que sus padres estaban tomando las cosas. Era como si nada malo hubiera pasado…
Lo único extraño para Samantha era el hecho de que su padre quisiera entablar conversación con ella tan seguido y no es que no le gustara sino que su padre no solía hacerlo muy a menudo.
-No te vamos a prohibir seguir juntándote con tus amigos Luis y Ana María pero queremos que tengas mucho cuidado hija…- le dijo su padre a Samantha quien, al escucharle decir eso, saltó de alegría y abrazó a su padre diciéndole cuanto lo amaba por eso.
-Me pregunto si me permitiría juntarme con ellos si supiera que ellos 2 son hermanos…- se preguntó Samantha a sí misma pero, obviamente, no era ese el momento de confesárselo a su padre así que pensó que de esa manera era mejor.
Carlos estaba también sorprendido pero bastante agradecido con la atención que su madre le estaba poniendo ese día. Él la consideraba una cuarentona bastante sensual con la que se había gastado múltiples pajas en el baño pero estaba decidido a no verla de esa manera nunca más después de lo que había pasado.
Después de desayunar, sus padres decidieron invitarles algo de la plaza y pronto los 2 jóvenes comenzaron su búsqueda.
Samantha andaba en busca de un nuevo bikini; preferiblemente uno bastante sexy que pudiera mostrarle a Luis.
-Ya has encontrado lo que buscas hija…?- le preguntó su padre quien la había ido a alcanzar a la tienda mientras su madre y su hermano estaban afuera esperando.
-Creo que me llevaré este papá… iré a probármelo.
Mientras su hija se probaba el bikini, Marcos, aprovechando que las encargadas de la tienda estaban distraídas y no había tanta gente, comenzó a observar a detalle los bikini.
Su mirada encendida se posó en un bikini amarillo bastante atrevido que constaba de 3 triángulos, muy poco material de tela y cordones.
Y así fue como, sin que su hija se diera cuenta, ya estaba pagando por ese bikini en caja.
Mientras tanto, Mirna se encontraba probando algunas blusas en el vestidor mientras su hijo le esperaba afuera.
-Deténmelas y no te muevas de aquí…- le dijo Mirna a su hijo al dejarlo fuera del vestidor que se cerraba mediante una cortina.
Carlos pensó que eso era bastante aburrido pero no le quedaba de otra, además, después de lo sucedido el día anterior, era lo menos que podía hacer.
Poco tiempo después, su madre abrió la cortina y preguntó:
-Que opinas??
Carlos quedo boquiabierto, siempre había deseado verle las tetas a su madre y ahora, con esa bata para dormir prácticamente transparente, su madre se las estaba enseñando!
-Bien… te ves bien mamá…- contestó nervioso.
Los senos de su madre, aunque pequeños, eran claramente visibles a través del material de la blusa. Sus pezones eran gruesos, de aureola oscura y parecían estar erectos. Acaso era posible?
Su madre dio vuelta y una vez más entró al vestidor dejando a Carlos sin habla.
Carlos no pudo evitar tener una erección en ese momento. Se sintió mal pues se había prometido a sí mismo no volver a pensar de esa forma de su mamá o su hermana pero con lo que había pasado era prácticamente imposible no hacerlo. Volteó en búsqueda de su padre ya que sabía que si lo sorprendía así era hombre muerto pero nada. Tan solo estaba paranoico pues su padre seguramente andaría ayudando a cargarle las bolsas a su hermana.
Pronto la familia regresó a la playa.
Marcos entró a la habitación de su hija mientras esta estaba acostada y le obsequió el bikini amarillo que recién había comprado.
-Espero que te guste…
-Oh papá…- le agradeció gentilmente Samantha a su padre aquél gesto tan amoroso.- Ahora tendré 2 nuevos…- dijo haciendo alusión al que ella había escogido horas antes.- Muchas gracias papi… te amo mucho!!!
-yo también te amo hija…
La cena fue seguida de un vaso de vino mientras la familia entera reposaba en 2 sofás.
Marcos se sentó a lado de su hija a quien abrazó inmediatamente y esta posó su cabecita sobre su hombro izquierdo.
Su padre le decía un sin fin de cosas hermosas casi al oído mientras esta no paraba de maravillarse con el cambio de actitud.
Su padre ya no hablaba como antes, ahora hablaba más parecido a… alguno de sus novios…
Darse cuenta de ello, una semana antes, hubiera hecho que Samantha se sintiera incómoda pero ahora, con todo lo que había sucedido, parecía gustarle.
Mirna por su parte se encontraba a un lado de su hijo a quien le pidió de favor le permitiese subir sus piernas sobre las rodillas de este para descansar un poco.
Carlos estaba excitadísimo pero a la vez aterrado de saber que su padre estaba enfrente mientras que su madre comenzaba a sentir la erección de su hijo a cada movimiento de sus piernas.
-Es ahora o nunca…- pensó Mirna y, poniéndose de pie, tomó de la mano a su hijo y lo llevó a su habitación argumentando que quería hablar con él a solas.
Marcos se encontraba acariciando a su hija con sus expertos dedos tratando de buscar las zonas erógenas de su cuerpo. Sabía donde encontrar la debilidad de su esposa y parecía ser la misma en su hija pues cada que tocaba su cuello o sus brazos de cierta forma, su hija le decía:
-Hmmm… que rico se siente papi… no pares…
A cada rato le servía vino y le seguía acariciando. Estaba decidido a llevar a ese punto donde no habría marcha atrás.
Cuando estuvo seguro que su hija comenzaba a estar mareada y un poco excitada, le susurró al oído:
-Porque no me enseñas como te queda ese bikini tan bello que te regalé?
Samantha lo miró fijamente a los ojos y le regaló una encantadora sonrisa. Sonrisa que terminó por derretir a Marcos y hacerle perder la cabeza, tanto así que, inclinándose un poco, sin detenerse a pensarlo, la besó en los labios metiéndole la lengua y saboreando su dulce boca.
Samantha se sorprendió pero aún así el beso duro una eternidad.
Samantha se levantó del sofá y, con las piernas temblorosas, corrió a su habitación.
Mientras corría su cabeza era un mar de ideas. No sabía que era lo que estaba sucediendo, era como si estuviera en una dimensión distinta, con una familia distinta…
Al pasar por la habitación de sus padres no pudo evitar escuchar los gemidos de su madre. Era más que obvio que en ese momento su hermano y su mamá estaban follando desesperadamente.
Llena de nerviosismo y confusiones, llegó a su habitación y, en vez de encerrarse, terminó optando por hacer lo que su padre le había pedido.
Pronto estuvo frente al espejo luciendo ese diminuto bikini. Quedó boquiabierta, la fina tela en la parte superior tan solo cubría sus pezones dejando el resto de sus senos desnudos mientras que de la parte inferior escapaban sus vellos vaginales y el culo le quedaba expuesto completamente.
Samantha caminó de vuelta a la sala donde su padre ya la esperaba ansioso.
Marcos creyó que su hija no volvería y estaba comenzando a sentir una enorme desilusión pero, al verla ahí, luciendo sumamente adorable, le dijo:
-Acércate…- su verga amenazaba con salir de un solo brinco de su short.
Samantha notó el monstruoso bulto en el short de su padre y titubeó con acercarse.
Marcos caminó hacia ella y, tomándola de la mano, la fue guiando hasta recostarla sobre el sofá.
Nuevamente comenzó a acariciarla expertamente pero esta vez las caricias iban acompañadas de besos apasionados.
Marcos llevó sus manos a los senos de su hija y los amasó suavemente por encima de la fina tela si es que tenían algo encima.
Samantha disfrutó aquella enorme descarga de electricidad que sintió en su cuerpo y tan solo se dejó llevar.
Marcos comenzó a desatar la parte superior del bikini de su hija como si se tratase de la envoltura que contenía el mejor regalo de su vida.
Para ese entonces Samantha ya estaba loca de excitación, su padre había sabido tocarla de una forma que ningún otro lo había hecho.
-HMMMMMMMMM…- Jadeó Samantha cuando su padre comenzó a succionarle los pezones.
De ahí Marcos fue bajando por todo el cuerpo de su hija hasta llegar al triángulo que protegía su más íntimo tesoro.
No le costó tanto quitárselo y en cuestión de segundos ya la tenía desnuda y a su disposición.
El vello púbico de alrededor de la vagina de su hija ya estaba empapado y los labios vaginales se abrían como si fueran una flor demostrando la enorme excitación de Samantha.
Marcos se embriagó con el delicioso aroma y pronto comenzó a lengüetear tan rica gruta.
Samantha llegó a un tremendo orgasmo guiada por la experta lengua de su padre llenándole la boca de jugos vaginales los cuales su padre succionó como si se tratase del último trago en su vida.
Extasiada, Samantha le ordenó a su padre:
-Cógeme… cógeme papi por favor…!!!
Mientras su hija le rogaba, Marcos se quitó la playera revelando un pecho musculoso y velludo. Luego se quitó el short y Samantha calló ante la sorprendente presentación de su miembro…
-Me partirás en dos…- dijo conmocionada…
-No te preocupes amor…- le dijo su padre besándola.- ya verás que no…
Marcos se posicionó de tal manera que él quedó recostado de espaldas y su hija de cara a su verga.
Samantha tomó la verga de su padre con su mano pero le era imposible agarrarla bien así que optó por utilizar ambas manos.
Antes de besar la punta, comenzó a masturbar a su padre de manera que este comenzó a gemir escandalosamente.
-AAAAHHHH HMMMMMMMMM
Samantha lentamente fue succionando la enorme verga de su padre.
Al principio no podía hacerlo como quería debido al gran tamaño del pene así que prefirió chuparle los testículos primero.
-Es enorme…- pensaba Samantha mientras ahora sí ya se la mamaba haciendo su mejor esfuerzo.
La cabecita de Samantha subía y bajaba de aquél enorme tronco mientras su padre se retorcía de placer en el sofá.
Samantha estaba decidida a meterse por lo menos la mitad en la boca y vaya que lo estaba logrando.
Marcos estaba sorprendido, lo que a su esposa le había tomado años lograr hacer su hija lo estaba realizando en la primera vez. No pudo aguantar más y terminó explotando.
Marcos seguía retorciéndose de placer y gimiendo mientras decía:
-Eres la mejor… hmmm … sin duda la mejor… me has mamado la verga mil veces mejor que tu propia madre!!
Samantha se sintió orgullosa y a cambio le regaló un precioso beso.
-Ven hija… quiero metértela…- le dijo Marcos a su hija quien parecía estar sorprendida por la dureza que seguía manteniendo la verga de su padre.
-No ha pasado mucho tiempo…
-No hace falta…
Como pudo, Marcos la trepó encima de él a posición de caballo e intentó metérsela:
-Es muy grande… no va caber… auuuhhhh
-Tranquila… ya verás que sí… tenemos todo el tiempo del mundo para intentarlo… Hmm
Apenas terminaba de decir aquello la verga comenzó a entrar lentamente.
-AAAUUUUUHHHHH HMMMMMMMMM…- Samantha pegó un grito de excitación y dolor.
Lentamente la verga de su padre se fue acentuando en su vagina hasta llenarla completamente.
Marcos gentilmente levantó del culo a su hija para que entrara derechita y esta automáticamente dio el bajón cuando sintió que ya era hora.
-AAAHHHHHHHHHHHH…- Gimieron los 2 cuando entró toda.
Samantha comenzó a menear sus caderas de tal forma que llevó a su padre al paraíso terrenal.
Follaron por lo que parecieron ser horas. Samantha se venía una y otra vez y su padre seguía teniendo una fuerza sexual descomunal. Sabía que con su padre nada le faltaría…
-AAAHHHH Me vengo hija…me vengo…- anunció su venida Marcos y, sacándole la verga, apuntó a su bello rostro para terminar llenándole de leche como nunca.
Algunos chorros de semen fueron a parar a la boca de Samantha quien se maravilló con el dulce sabor del semen de su papá que no era agrió como el de Luis o semi agrio como el de su hermano... Ahora entendía porque su mamá siempre lo tenía en dietas…
Marcos cayó exhausto pero en ningún momento soltó a su hija ni la paró de besar…
En la habitación, la situación no era tan diferente. Mirna reposaba su cabeza en el pecho de su hijo mientras este le acariciaba el cabello.
Carlos no paraba de pensar que la sensación de cogerse a su madre por el culo debía ser la mejor de su vida. Si, acababa de tener su primer sexo anal con su madre y le había llenado el culo de leche.
Pero afuera de la casa la situación si era muy distinta…
Algunas veces el destino y la coincidencia suelen ser cómplices…
El mismo día que Carlos había seguido a su hermana a las rocas, la mamá de Luis y Ana María, Isabel, se encontraba haciendo lavandería cuando, al entrar al cuarto de su hijo por la ropa sucia, encontró una mancha bastante significativa en la ropa interior. La olió y no le quedó ninguna duda: era semen.
No se alarmó demasiado ya que, si bien su esposo era un súper religioso, ella no comulgaba tanto con esas ideas aún cuando aparentaba hacerlo frente a sus hijos.
Siguió su camino y pronto se encontró en el cuarto de Ana María quien tenía un desorden fuera de lo común.
Apunto estaba de salir de la habitación cuando, al ver unas pantaletas tiradas debajo de la cama, se regresó a recogerlas.
La sorpresa se dio cuando, al examinarlas, notó que había una enorme mancha en las mismas, justo como en el bóxer de su hijo. La olió y vaya sorpresa… si su olfato no le fallaba era semen y provenía de la misma fuente…!
El corazón de Isabel comenzó a latir aceleradamente. Su familia se había ido a vivir ahí dado a cuestiones de salud de su esposo y vivían de los ahorros de este. Sabía que no había casi gente con la que sus hijos pudieran convivir pero esto… esto no podía ser posible aún cuando fuera atea. Los pensamientos llenaron su mente y, mientras sostenía la pantaleta de su hija, se imaginó a Ana María con Luis haciéndolo, es decir, teniendo sexo…!
Una vocecita la hizo salir de sus pensamientos abruptamente. Era su hija menor Graciela:
-Mami, no has visto mis lentes de sol??
-Al parecer los dejaste en la mesa del comedor hija…- le dijo sintiéndose orgullosa de tener 3 encantadoras criaturas.
Graciela, a pesar de ser la menor, era la más alta y bella. Se había desarrollado incluso más que su hermana mayor y ya era de la misma talla de sujetador que su madre. Por un momento Isabel pensó en la posibilidad de que ella también estuviera inmiscuida en las aventuras de sus hermanos pero pronto la desecho…
Bajó las escaleras y caminó hacia el estudio de su marido Fernando donde seguramente estaría.
Fernando se percató de la presencia de Isabel y al momento cerró lo que estaba leyendo el laptop.
-Hola cariño…- le dijo Fernando.- estaba pensando que quizás podamos dar una vuelta en el bote esta tarde… que dices?
Isabel atravesó el cuarto y besó a su esposo en la frente.